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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>3 de enero 2012</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Canadá</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La demolición de
Canadá</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><FONT size=2><STRONG>La gran crisis del
capitalismo está permitiendo a la plutocracia financiera dominante destruir una
a una todas las grandes conquistas socioeconómicas de los pueblos. Parecería que
nada puede resistir a esa brutal aplanadora que cotidianamente deja un tendal de
desempleados y excluidos. Y Canadá no es una excepción.</STRONG>
</FONT></DIV><FONT size=2>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Alberto Rabilotta
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>ALAI, América Latina en
Movimiento</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://alainet.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://alainet.org/"><STRONG>http://alainet.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR><BR>En Canadá el 2011 terminó y
el 2012 comienza con dos importantes cierres patronales (lock-out) para cortar
los salarios y destruir a los sindicatos. El primer lock-out es el de la empresa
Electro-Motive Canadá de London, provincia de Ontario, una filial de la
transnacional Carterpillar de Estados Unidos (EE.UU.) que exige de sus 420
trabajadores la aceptación de una baja de 50 por ciento en el salario, las
pensiones y beneficios. El segundo lock-out es en la fundición de la
transnacional minera Río Tinto Alcan en Alma, provincia de Québec, donde 780
trabajadores fueron impedidos de entrar al trabajo después de semanas de
negociaciones infructuosas para renovar el contrato colectivo de trabajo, que
expiró el domingo pasado.<BR> <BR>Ambos casos no sorprenden. La baja de
salarios y de las pensiones, y el debilitamiento o la demolición de los
sindicatos se han convertido en la norma en Canadá bajo el gobierno del primer
ministro conservador Stephen Harper, que además ha limitado -por no decir
eliminado- el derecho de huelga en el sector público federal y en el sector
privado de registro federal, como fue evidente durante la reciente intervención
del gobierno para poner fin a las huelgas en Correos Canadá -una empresa
autónoma- y en Air Canadá, una empresa privada.<BR> <BR>El año comienza, si
uno sigue los titulares de los grandes diarios canadienses, como el Globe an
Mail (G&M), con el recordatorio de que en las primeras tres horas del 2012
los ricos empresarios o ejecutivos ya ganaron el equivalente del salario anual
promedio de un trabajador en el 2010 (1), o sea 44 mil 366 dólares canadienses
(el dólar canadiense está casi en paridad con el estadounidense), y que el
ingreso promedio de los "grandes jefes de empresas" en el 2010 fue equivalente
a 189 salarios anuales del trabajador promedio, o sea de ocho millones 385
mil dólares, según los cálculos del Centro Canadiense para Políticas
Alternativas (CCPA, en su sigla en inglés). Por su parte el Toronto Star, diario
de mayor circulación en el país, destaca la misma información, enfatizando que
en el 2010 los 100 ejecutivos mejor pagados del país se concedieron un aumento
del 27 por ciento, mientras que el trabajador canadiense promedio solo logró un
alza de 1.1 por ciento, o sea menos que la tasa de
inflación.<BR> <BR><STRONG>Implantando la desigualdad a marcha
forzada<BR></STRONG> <BR>Para quienes han vivido en Canadá durante las
últimas cuatro o cinco décadas, como es el caso de quien esto escribe, es
visible y palpable la rápida demolición a partir de mediados de los 90 y con una
fuerte aceleración desde mediados de la década pasada, cuando los conservadores
de Harper llagaron al gobierno, de un sistema que había alcanzado - entro de las
economías capitalistas avanzadas-, niveles de igualdad más comparables a los
países nórdicos de Europa que a los de EE.UU., como es constatable en las
gráficas que miden el "índice Gini" en las últimas tres décadas de los países
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE).<BR> <BR>El último informe de la OCDE sobre el aumento de la
desigualdad en los países miembros (2) revela que desde mediados de los años 90
del siglo pasado se agranda la brecha entre ricos y pobres en Canadá: El tope de
la pirámide canadiense, el uno por ciento de los ricos, vio pasar su parte de
los ingresos totales del país de 8.1 por ciento en 1980 a 13.3 por ciento en
2007, y la parte de la riqueza que se apropian los más ricos, el 0.1 por ciento,
pasó del dos al 5.3 por ciento.<BR> <BR>En gran medida esto se explica por
la baja de impuestos que favorece a los más ricos: la tasa marginal sobre los
ingresos personales que impone el Estado federal bajó 14 por ciento: de 43 por
ciento en 1981 pasó a 29 por ciento en 2010, según las cifras de la OCDE.
<BR> <BR>En cuanto las grandes y medianas empresas canadienses y
extranjeras establecidas en el país, que según la agencia Estadísticas Canadá
tienen atesorados en reservas y depósitos bancarios más de 583 mil millones de
dólares canadienses y 276 mil millones en divisas extranjeras - lo que significa
un aumento del 9.0 por ciento desde el 2010 y del 27.3% desde el 2007 -, en el
2012 y por quinto año consecutivo recibirán una baja de su tributación federal,
un regalo de dos mil 850 millones de dólares del gobierno conservador de Harper.
<BR> <BR>En efecto, en el 2012 se aplicará un recorte de 1.5% a la
tributación de las empresas, que de esta manera tributarán una tasa del 15.0%, o
sea 7.5 por ciento menos que en el 2007, y 15.0 por ciento menos que en la
década de los 90. <BR> <BR>Como se pregunta el economista Jim Stanford, del
sindicato de Trabajadores Canadienses del Automóvil (CAW, en su sigla en
inglés), ¿por qué razón en tiempos de déficits fiscales el gobierno se endeuda
aun más para aumentar los flujos de capital de empresas que no están invirtiendo
en la economía el capital sobre el cual están sentadas? <BR> <BR>La
creciente desigualdad de ingresos en Canadá se debe en gran medida a la
combinación de varios factores, y en particular a la liberalización comercial
que comenzó con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos (EE.UU.) a
finales de los 80 y fue ampliado a México (el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, TLCAN) en los 90. Esta liberalización comercial condujo
directamente a la aplicación de las políticas de "flexibilización" del mercado
laboral, o sea al combate contra los sindicatos para eliminar los contratos
colectivos laborales que aseguran el empleo a tiempo completo, a la reducción de
salarios, pensiones, beneficios marginales y condiciones laborales, y a la
instauración del "trabajo independiente", que como señala el informe de la OCDE
sobre Canadá "incrementa la desigualdad de ingresos" porque los trabajadores
"autoempleados" en general ganan menos, no tienen pensión asegurada ni tampoco
gozan de beneficios marginales.<BR> <BR>En otras palabras, en una economía
capitalista la sindicalización asegura mejores salarios para los trabajadores
adherentes, pero también impulsa el aumento del salario mínimo. La eliminación
de los sindicatos, el objetivo de la política neoliberal, es para reducir los
salarios, las pensiones y empeorar las condiciones laborales.<BR> <BR>Craig
Riddell, economista especializado en asuntos laborales de la Universidad de
Colombia Británica, afirma que el 20 por ciento de la desigualdad en materia de
ingresos que se produjo en las últimas décadas en Canadá puede ser atribuida "a
la baja de la densidad sindical", y agrega que esto es particularmente
constatable en el sector privado, donde la baja de "densidad sindical" ha sido
mas pronunciada. <BR> <BR>Al papel de los sindicatos en la reducción de la
desigualdad de los ingresos se han unido, históricamente, las medidas de
redistribución del ingreso adoptadas a mediados de la década de los años 30 para
combatir la Gran Depresión, incluyendo la tributación progresiva y las políticas
de pleno empleo - el llamado Estado benefactor -, políticas estas que han sido o
están siendo abolidas en las naciones del capitalismo avanzado donde están
siendo aplicados los programas de austeridad para "reducir" los déficits
fiscales. <BR> <BR>De ahí la importancia del decreciente papel
del Estado en la redistribución de la riqueza a través de la fiscalidad: Hasta
mediados de los años 90, según la OCDE, el sistema tributario y de
redistribución fiscal canadiense era tan efectivo para contrarrestar la
desigualdad como los existentes en los países Nórdicos de Europa, logrando
compensar más del 70 por ciento de la desigualdad por los ingresos provenientes
del mercado (ganancias bursátiles, etcétera). El efecto de la redistribución ha
declinado desde entonces y ahora "los impuestos y los beneficios solo compensan
menos del 40 por ciento del aumento de la desigualdad".<BR> <BR><STRONG>De
Canadá al AcáNada</STRONG><BR> <BR>En el diario G&M del pasado 16 de
diciembre el académico canadiense Gerald Caplan alerta, en un articulo titulado
"Be very afraid: Stephen Harper is inventing a new Canada", que hay que temer
mucho el "nuevo Canadá" que el primer ministro Harper "está inventando" desde
que llegó al gobierno en el 2006, y que ya "ha transformado dramáticamente el
viejo Canadá".<BR> <BR>Caplan destaca que en Harper se ve la "naturaleza de
los verdaderos creyentes e ideólogos que creen que cualquier medio justifica sus
sagrados fines", y retoma lo expresado por el analista canadiense Laurence
Martín -del G&M-, de que al igual que los conservadores estadounidenses de
quienes los 'harperitas' tienen tanta envidia, nuestro gobierno ha fabricado una
nueva realidad que está imponiendo al pueblo canadiense.<BR> <BR>El
elemento central de la "nueva realidad" es la repudiación, cuando no le conviene
al gobierno, de cosas tan "irrelevantes como las evidencias, hechos concretos o
la racionalidad", y después enumerar ejemplos bien concretos a partir de
acciones ministeriales, Caplan enfatiza que los "valores (del Canadá de Harper)
exigen cambios fundamentales en nuestro proceso de gobierno, como el ataque
directo de los sindicatos, las medidas sin precedentes adoptadas para silenciar
a las organizaciones no-gubernamentales, la mordaza de los ostensiblemente
independientes supervisores federales, y el desprecio de décadas de valiosa
diplomacia canadiense en la ONU.<BR> <BR>"El nuevo Canadá es un lugar donde
se le ha dado al militarismo un más preciado lugar que a las operaciones para
mantener la paz", y cita a Martín, para quien "bajo Stephen Harper el gobierno
devino totalmente intrusivo () Los controles de Estado están ahora en el punto
máximo de toda nuestra historia moderna. Y todas las indicaciones muestran que
seguirán extendiéndose".<BR> <BR>Cualquier observador de la política
canadiense puede constatar el desprecio manifestado por el actual Ejecutivo
hacia el Parlamento; el cambio radical en materia de política exterior para
alinearse con las políticas más agresivas de EE.UU. e Israel; la salida del
Tratado de Kioto para torpedear cualquier avance destinado a frenar el
recalentamiento global; la conclusión de tratados y acuerdos (como el relativo
al perímetro de seguridad continental con EE.UU.) negociados sin consultas y a
espaldas del Parlamento, entre otras muchas cosas más. <BR> <BR>La lista es
larga, y como escribe el analista Campbell Clark al hacer un balance del 2011
(G&M, 28 de diciembre 2011) "en un año en el que el mundo fue sacudido por
la crisis financiera y las insurgencias árabes, también sufrió cambios la
posición de Canadá. Antes de salirse del campo de batalla en Afganistán, en
julio, (el gobierno) se unió a la guerra aérea en Libia. Al terminar (esta
guerra) el señor Harper cantó victoria, y prometió que los militares estaban
listos para más (misiones). (Harper) bloqueó parte de la declaración de la
reunión de los lideres del G8 que exhortaba a negociaciones de paz en Israel, y
resistió a la mayoría (de la Asamblea General) de Naciones Unidas al oponerse
vocalmente al pedido de reconocimiento de un Estado
palestino".<BR> <BR>Entre las instituciones canadienses que peligran,
porque los conservadores no aceptan criticas ni mención de otra opinión que la
gubernamental, está la emisora pública Radio-Canadá/Canadian Broadcasting
Corp.<BR> <BR>El 2012 también comienza en este Canadá de Harper con la
iniciativa gubernamental para establecer, dentro del ministerio de Relaciones
Exteriores, la Oficina de Libertad Religiosa (OLR), vista por analistas como
otro signo del viraje conservador en materia de política exterior, y sin duda
uno que entrelaza de manera sólida al gobierno conservador canadiense con los
movimientos religiosos con posiciones muy conservadoras en el país y el
extranjero. La OLR, según el G&M, podrá criticar públicamente a los
"regímenes" que maltraten a las minorías religiosas, y sin necesidad de pasar
por los filtros moderadores de la diplomacia ni expresar la posición del
Parlamento.<BR> <BR>En el "viejo Canadá" de la democracia liberal en un
capitalismo bastante regulado, con sus muchos defectos que siguen vigentes o se
agravan aun más bajo el gobierno de Harper, como la terrible situación de
muchísimas comunidades indígenas, había empero muchas cosas positivas porque en
el marco de América del Norte era la única sociedad relativamente igualitaria,
progresista, afable, tolerante social y políticamente. <BR> <BR>País de
instituciones respetadas y respetables, con un Parlamento vibrante por el
respeto de la división de poderes, del procedimiento legislativo y la vigencia
de la oposición, con una política exterior con una que otra arista de
independencia, ese Canadá está siendo arrasado por un gobierno que, al final de
cuentas y más allá de los taparrabos usuales, retórica populista, cuestiones
morales o religiosas, está sin vergüenza alguna al servicio directo de intereses
económicos privados. ¿Cuáles?: Los principales son las compañías petroleras que
explotan el sucio petróleo bituminoso de Alberta y quieren acceder a explotar el
petróleo y el gas natural en las aguas de Ártico para abastecer el mercado
estadounidense; las compañías mineras y de transformación de metales que
explotan yacimientos de oro, plata, cobre, cinc y demás minerales en todos los
continentes, y particularmente en América latina; de los intereses de grandes
bancos de depósitos e inversiones canadienses, como el Bank of Nova Scotia
(Scotiabank), para citar uno que tiene tentáculos en casi toda América
latina.</FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial>* Alberto Rabilotta es periodista argentino. </DIV>
<DIV
align=justify><BR> <STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR> <BR>(1) El
CCPA utiliza las cifras del 2010 porque no estaban disponibles las del
2011.<BR> (2) OCDE: <A
title="http://www.oecd.org/document/10/0,3746,fr_2649_33933_49147850_1_1_1_1,00.html CTRL + clic para seguir el vínculo"
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