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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>16 de febrero 2012<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Grecia<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>De la desesperación a la
resistencia<BR></DIV></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Panagiotis Sotiris
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR><BR>El 12 de febrero de 2012,
manifestándose y luchando en la calle en todas las ciudades del país, el pueblo
griego expresó de una forma masiva y colectiva y heroica su cólera contra los
términos del acuerdo impuesto por la Troika (UE, BCE y FMI) para conceder el
nuevo préstamo. Ese día, los trabajadores y trabajadoras, los jóvenes y los
estudiantes llenaron las calles con su rabia, desafiaron la enorme represión
policial y dieron un nuevo ejemplo de lucha y solidaridad. <BR><BR>Grecia se
está convirtiendo en una verdadero banco de pruebas de las políticas
neoliberales más extremas. Los términos del nuevo paquete de rescate de la
Troika suponen bombardear lo que resta de derechos sociales y representan un
tentativa brutal de hacer retroceder los salarios y las condiciones de trabajo a
los años 60.<BR><BR>Los drásticos cambios que se van a someter a voto para
alcanzar el nuevo acuerdo son los siguientes: <BR><BR>• El salario mínimo, que
hasta ahora se definía a través de la Negociación Colectiva Nacional entre las
Confederaciones Sindicales y la Asociación de Empresarios, será recortado en un
22%. Recorte que para los nuevos trabajadores menores de 25 años alcanzará hasta
el 32%. Esta medida afecta de inmediato a alrededor del 25% del total de los
trabajadores y trabajadoras griegos. Además, la antigüedad (que se incrementa en
función de los años trabajados) va a ser congelada.<BR><BR>• La reducción
también va a afectar a las plantillas del sector privado que cuentan con
convenios colectivos y acuerdos propios. A medida que estos convenios vayan
venciendo, se establecerá un nuevo sistema de negociación colectiva y mediación
que favorece abiertamente a los empresarios. Los términos del nuevo acuerdos
exigen, también, que los contratos individuales de trabajo puedan ser
modificados, lo que en algunos sectores se puede traducir en una reducción
salarial del 50%. (hasta ahora cuando expiraban los convenios colectivos, los
contratos individuales firmados bajo su cobertura no podían ser modificados).
Estas reducciones salariales van a ser devastadoras; sobre todo, si tenemos en
cuenta las drásticas reducciones salariales ya impuestas en el sector público y
que los costos laborales en Grecia han caído en un 25% y que el desempleo que se
sitúa a niveles nunca antes conocidos (en noviembre, la tasa oficial de
desempleo excedía el 20%).<BR><BR>• Se van a reducir las pensiones en un 15%,
una reducción que se añade a las impuestas no hace mucho. Además, el acuerdo
exige la actualización del sistema de pensiones, lo que abre el camino a nuevas
reducciones y al incremento de la edad de jubilación. Estas modificaciones no
sólo afectan a las condiciones de vida de la gente más vieja sino que también
van a limitar la solidaridad inter-generacional, un elemento básico de la
cohesión social en Grecia.<BR><BR>• Se van a reducir drásticamente los gastos
públicos, los fondos para hospitales, la cobertura social y las ayudas sociales.
Si los hospitales ya están en una situación crítica por los recortes
precedentes, esta nueva ola de reducciones va a traer un dramático deterioro de
los servicios de salud en un país que ya se enfrente al deterioro de los índices
de salud.<BR><BR>• Se exigen nuevas privatizaciones de empresas de servicios
públicos; incluso la de infraestructuras cruciales como los aeropuertos y
puertos.<BR><BR>• Se va a dar una nueva ola de despidos en el sector público,
con cierre de instituciones públicas como escuelas primarias y secundarias y la
supresión de determinados departamentos universitarios y agencias como la
responsable de la vivienda pública. Además se va a modificar el contrato de
trabajo en las empresas públicas (parcialmente dependientes del Estado) y de los
bancos, eliminando la garantía del empleo, lo que conducirá a despidos
masivos.<BR><BR>El costo social de estas medidas va a ser inmenso. Por primera
vez desde hace tiempo, amplios sectores de la sociedad griega se van a ver
confrontados al riesgo de una pauperización extrema. Los primeros signos ya
están presentes: incremento de los sin techo, comedores de beneficencia e
incremento de la emigración en búsqueda de empleo. Y la situación va a ir a peor
porque elementos tradicionales de solidaridad como las relaciones familiares, ya
no pueden contrarrestar esta situación.<BR><BR>Es obvio que la mayoría de estas
medidas tiene poco o nada que ver con hacer frente al incremento de la deuda.
Más aún, las reducciones salariales y la reducción de las prestaciones al fondo
de pensiones en el sector privado van a lleva a un aumento del
déficit.<BR><BR>En realidad, lo que está en juego es el intento de la Troika y
de algunas fracciones dirigentes de la burguesía griega de imponer un "cambio
social" traumático en Grecia.<BR><BR>De acuerdo con el discurso dominante, el
problema de Grecia reside la crónica ausencia de competitividad de sus
exportaciones, que exige un nuevo enfoque basado en el abaratamiento de la mano
de obra y acabar con las restricciones medioambientales, las regulaciones
urbanísticas o la protección arquitectural que desanima a los posibles
inversores. Su objetivo es hacer de Grecia un Área Económica Privilegiada para
los inversores. Lo que no se menciona en este discurso no son sólo los tremendos
costes sociales, sino que la reducción competitiva de los costes laborales
conduce a una espiral descendente sin límites. Siempre existirán países, incluso
próximos como Bulgaria, cuyos salarios sean más bajos. Más aún, todo el mundo
sabe que la competitividad no está ligada sólo a los costes salariales sino que
también tiene que ver con la calidad de las infraestructuras, el conocimiento,
capacidad, experiencia colectiva, etc.; justo lo que está siendo dramáticamente
erosionado por la actual situación económica y social de Grecia.<BR><BR>Sin
embargo, lo que está ausente en este discurso es la crisis de la eurozona y del
proyecto de integración europeo como tal. Es evidente que el problema es el euro
como moneda común en una región con enormes divergencias en productividad y
competitividad. El euro funcionó en los años anteriores como un elemento de
presión para la reestructuración capitalista a través de la presión competitiva,
pero al mismo tiempo incrementó los desequilibrios a favor, sobre todo, de los
países más fuertes, como Alemania. En un período de crisis capitalista, el euro
no hace sino agravar la situación incrementando los desequilibrios y agravando
la crisis de la deuda soberana. Es por ello que la eurozona constituye un
aspecto crucial de la actual crisis capitalista y uno de los mayores fracasos
del neoliberalismo.<BR><BR>Al mismo tiempo, en la Unión Europea se está
produciendo una involución reaccionaria y autoritaria. Es la lógica de la
Gobernanza Económica Europa inscrita en la propuesta por un nuevo euro tratado
fiscal. Según el mismo, los estados miembros incluirán en sus constituciones las
políticas de austeridad y los equilibrios presupuestarios y la UE dispondrá de
mecanismos para intervenir e imponer fuertes sanciones y recorte de ayudas
cuando considere que un estado miembro no actúa de forma responsable. Para ello
se contará con los expertos del FMI en imponer políticas de austeridad y
privatizaciones. La lógica que prevalece es de una soberanía limitada y en este
camino, Grecia constituye un campo de pruebas. Ahora mismo, el paquete de
privatizaciones de la Troika establece mecanismos de supervisión en todos los
ministerios del gobierno griego, lo que supone dictar políticas de forma casi
neo-coloniales. Y esta va a ser la norma en Europa si se impone el nuevo
tratado. Es la razón por la que a pesar del servilismo que muestra el gobierno
griego en relación a la UE no deja de seguir recibiendo bofetadas
humillantes.<BR><BR>La UE se está convirtiendo, a pasos agigantados, en la
institución más reaccionaria y antidemocrática desde la época del nazismo. No es
suficiente hablar de "deficit democrático". Estamos enfrentados a un agresivo
intento de imponer condiciones pos-democráticas que restringen la soberanía y el
control democrático. Y dejan poco o ningún espacio para el debate y la
confrontación sobre las opciones políticas, ya que estas son dictadas por los
mercados a través de los mecanismos supervisores de la UE. El que ex directivos
del Banco Central Europeo como Monti y Papademos lleguen a ser nombrados
primeros ministros es más que simbólico.<BR><BR>Ahora bien, no basta cargar la
responsabilidad sobre la agresividad neoliberal y la configuración cuasi
neocolonial de la UE. Los sectores más agresivos del capital griego (Banca,
construcción, turismo, navieras, industria, energía) apoyan abiertamente esta
estrategia. Aunque algunos sectores capitalistas son víctimas de esta recesión
prolongada y a pesar de que esta crisis ha menguado sus perspectivas para
liderar los Balcanes, las fracciones dominantes apuestan por la austeridad, el
despotismo en las empresas y quieren acabar con el menor resquicio de los
derechos laborales como vía para recuperar los beneficios. Sin embargo, el
problema de esta estrategia es que, posiblemente, el incremento de las
exportaciones no logrará compensar el hundimiento de la demanda interna, que
afectará incluso a fracciones del capital dominante.<BR><BR>El gobierno de
Papademos está intentando hacer pasar los términos de este devastador paquete de
austeridad a través de un chantaje ideológico a la sociedad griega: la amenaza
de la quiebra y la salida de Eurozona. Pero la cuestión no es que Grecia
quiebre, sino cómo va a quebrar. Las medidas adoptadas sólo están dirigidas a
pagar la deuda de los acreedores -que por su parte ya han decido reestructurar y
"reducir" la deuda previa- a costa de la mayoría de la sociedad.<BR><BR>Es
precisamente porque Grecia incumple sus obligaciones soberanas por lo que la
opción de cesar inmediatamente el pago y anular la deuda es la única forma
viable para evitar una quiebra social. Al mismo tiempo es preciso salir de la
eurozona. El cese del pago de la deuda y la recuperación de la soberanía
monetaria permitirá orientar el gasto público a las necesidades sociales y
ayudará a detener la erosión de la base productiva de las importaciones. No es
una opción nacionalista, como algunas tendencias de la izquierda griega y
europea dicen, sino la única manera de combatir la violencia sistémica de las
actuales políticas de la UE. Es más, es una opción realmente internacionalista,
en el sentido de que constituye el primer paso hacia el desmantelamiento de la
agresiva configuración política y monetaria neoliberal de la UE, algo que
interesa a todas las clases subalternas de todo Europa.<BR><BR>El cese del pago
de la deuda y la salida del euro no son simples opciones técnicas. Han de formar
parte de un conjunto de medidas radicales que incluyan la nacionalización de los
bancos y de las infraestructuras básicas, el control de capitales y la
redistribución de las rentas. Pero incluso estas medidas no son suficientes. Lo
que se necesita es una alternativa radical al capitalismo, basada en la
propiedad pública, nuevas formas de planificación democráticas con control de
los trabajadores y trabajadoras, redes de distribución alternativa y no
comercial, y un esfuerzo colectivo hacia la recuperación del control social de
la producción.<BR><BR>Repensar las posibilidades de tal alternativa no es sólo
un ejercicio intelectual; es una exigencia política urgente. Contra la actual
corriente chantajista y los intentos del gobiernos, de las clases dominantes y
de la UE de presentar la austeridad extrema como la única solución, lo que
necesitamos no es sólo decir no a la austeridad, sino recuperar la confianza
sobre la posibilidad de las alternativas. En última instancia, la hegemonía se
da en torno a quién tiene la capacidad para articular un discurso coherente
sobre cómo ha de producir el país y la sociedad, cómo se han de atender las
necesidades sociales, organizarse y gobernar. La crisis de la hegemonía
neoliberal abre la posibilidad para la emergencia de un espacio ideológico y
político contra-hegemónico alternativo, pero no por mucho tiempo. Además, en
ausencia de una visión positiva, las clases dominantes están llevando a la gente
a la desesperación individual y a un sentimiento de derrota para mantener su
dominación. Reconstruir la confianza de la gente en la posibilidad de otras
alternativas requiere un trabajo colectivo en favor de un programa radical
basado en la experiencia que emerge de las luchas. Este es uno de los mayores
retos que tiene enfrente la izquierda griega.<BR><BR>Pese a que el gobierno de
coalición de "unidad nacional" de Papademos fue prácticamente impuesto en
noviembre, la crisis política no se ha resuelto. El PASOK sufre una enorme
crisis; la conservadora Nueva Democracia se ve presionada por sus bases para no
aceptar las medidas impuestas por la troika y la extrema-derecha ha abandonado
el gobierno de coalición. 22 parlamentarios del PASOK y 21 de la Nueva
Democracia han votado contra el acuerdo y en consecuencia han sido expulsados de
sus respectivos partidos, marcando una nueva fase en la crisis
política.<BR><BR>La gran presión de la Troika, con funcionarios del FMI, como
Pool Thomsen actuando como un gobernador colonial, no hacen sino empeorar las
cosas. Incluso si el acuerdo es aprobado por el Parlamento (el PASOK y la Nueva
Democracia tienen una mayoría holgada que compensa las disidencias
parlamentarias), el sistema político está poniendo de relieve sus límites.
Existen intentos para crear un nuevo partido político, incluso hay un intento de
crear un partido "Papademos" que podría agrupar a todos que apoyan el actual
proceso de reformas, pero están lejos de conseguirlo.<BR><BR>En semejante
coyuntura, la izquierda gana apoyos pero, al mismo tiempo, muestra los límites
de su estrategia y programa. Syriza (Coalición de la izquierda radical) continúa
insistiendo en la ilusión de una Europa democrática y rechaza reivindicaciones
como la salida del euro. KKE, el partido comunista, a pesar de su oposición
radical a la UE y de su anticapitalismo, impulsa una política sectaria y
subestima la necesidad de un programa transitorio inmediato. ANTARSYA, la
izquierda anticapitalista, juega un importante papel en las luchas y articula
objetivos políticos como la anulación de la deuda y la salida del euro, pero
tiene una implantación débil en las capas populares. Lo que se precisa es una
recomposición de la izquierda griega, tanto en lo que respecta a la elaboración
de una alternativa radical como en lo que hace referencia a construir una
contra-hegemonía y un frente radical que de expresión a la unidad que emerge de
las luchas y las manifestaciones en forma de auto-organización, redes de
solidaridad, experiencias colectivas de lucha, etc. <BR><BR>Grecia está entrando
en una nueva fase de la prolongada "guerra popular" contra las política de la
Troika. La enésima huelga general del 10-11 de febrero y las manifestaciones
masivas y enfrentamientos del día 12 han marcado un nuevo punto de inflexión en
la lucha. La "guerra popular" está lejos de haberse agotado. Ante el reto de un
enorme retroceso histórico, nos negamos a la desesperación. Insistimos sobre las
"ventanas de oportunidad" que la situación actual abre para un cambio social.
Lucharemos hasta el final <BR><BR>* Panagiotis Sotiris es sociólogo. Militante
de Antarsya.</DIV>
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