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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>28 de febrero 2012<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Cambia, ¿todo cambia?, ¿nada
cambia? </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Aram
Aharonian *</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=2 face=Arial>Agencia Latinoamericana de
Información</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://alainet.org"><STRONG>http://alainet.org</STRONG></A><BR></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Cambia, todo cambia. El grave
problema para quienes comandan la comunicación del oficialismo venezolano es que
el escenario no es el mismo. Hoy todos esperan ansiosos el resultado de la
segunda operación del presidente Hugo Chávez, mientras la oposición cuenta con
un líder que tiene detrás de él un aparato político y estratégico, y va armando
su maquinaria electoral. Las encuestas muestran aún a Chávez con gran diferencia
sobre su rival, pero…</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Volvieron las especulaciones, sobre la enfermedad, sobre
el futuro del bolivarianismo en las elecciones presidenciales del 7 de octubre,
sobre la sucesión. Una campaña nacional e internacional, donde los medios son
otra vez los que preparan el camino y el imaginario colectivo y especulan sobre
los “expertos” extranjeros que “lulificarán” la imagen de ambos
candidatos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nuevamente quedó en evidencia que la institucionalidad
chavista sigue siendo refractaria a la crítica y sorprendió que la política
comunicacional del gobierno se haya centrado en un supuesto fraude (en el número
de votantes) en los comicios internos de la oposición. El único que quedó mal
parado fue el Consejo Nacional Electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los artífices de la comunicación en el gobierno
bolivariano prefieren negar los datos de la realidad que preparar al pueblo para
enfrentarlos. Olvidan que las encuestas son parte de la manipulación, en las que
los pobres han demostrado tradicionalmente, en Venezuela, que no tienen el
hábito de decir lo que piensan. Una elección presidencial no se decide en las
encuestas ni en los programas de televisión oficial, y mucho menos en las
declaraciones de los dirigentes oficialistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La oposición, que apuesta su triunfo a la salud del
Presidente, no se puede dar el lujo de dilapidar un solo voto ya que la fuerza y
el carisma de Chávez son un handicap en sus metas. Por eso el 12 de febrero
armaron una escenografía de un acto de ribetes plebiscitarios con rasgos
apoteóticos de referendo (al decir de Marcos Roitman). Y por ello, ha retomado
la iniciativa, marcando una agenda propia y no –como hacía hasta hace poco-
limitarse a ser reactivo a los dichos y hechos de Chávez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cabe recordar que en las elecciones internas podía votar
cualquiera de los 17 millones 875 mil ciudadanos inscritos en el registro
electoral. En realidad, los votantes fueron menos del 20% del padrón.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Atrás quedaron los partidos tradicionales y su mítico
poder de convocatoria; en el camino quedó el gobernador de Zulia, Pablo Pérez,
con apoyo de socialdemócratas y socialcristianos. Ganador fue la derecha (aunque
en Venezuela casi todos rehuyen decir que son de derecha) y el partido
mediático.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sumemos también el triunfo de la tan denodada democracia
venezolana y de la institucionalidad que significa la labor del Consejo Nacional
Electoral y las Fuerzas Armadas, garantes del proceso interno opositor.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo cambia. Hay sectores de la oposición que saben que
es diferente vencer a un Chávez enfermo, con dificultades y debilidad física
para asumir la campaña a plenitud, o derrotar a un Chávez sano, fuerte,
gobernando, arengando permanentemente al pueblo, yendo y viniendo a lo largo y
ancho de la geografía venezolana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo peor que les puede pasar es que un Chávez enfermo o
convaleciente los derrote por enésima vez. Por eso, Capriles Radonsky, fue claro
al decir que al Presidente le desea “larga vida, porque quiero que vea con sus
propios ojos los cambios que vendrán”. La oposición sabe que no puede vencer al
Chávez-mito –que ella misma ayudó a crear- y precisa demostrar que, como un
hombre normal, es derrotable.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dentro de la especulación sobre las estrategias de
campaña, diarios brasileños hablan del publicista Joao Santana, quien asesorara
a Lula da Silva y Dilma Rousseff, con la difícil tarea de lograr que Chávez
elimine de su vocabulario el lenguaje descalificador y construir una imagen
conciliadora, semejante a la del expresidente brasileño. Difícil de creer, sobre
todo porque el mandatario siempre le vino bien la polarización y la
confrontación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Santana, vinculado al Partido de los Trajadores, manejó
las campañas presidenciales del salvadoreño Mauricio Funes y del peruano Ollanta
Humala.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que sorprende es que el candidato opositor, Capriles
Radonsky, en reiteradas oportunidades habló de su admiración por Lula, quizá
asesorado por otro publicista brasileño, Renato Pereira, jefe de estrategia de
la empresa Prole, en la búsqueda por seducir a los ni-ni, que según los
encuestadores puede alcanzar a un 30 por ciento del electorado.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La campaña opositora</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay algo que sorprende en esta inusual campaña electoral
–ya hacia las presidenciales del 7 de octubre- y es, de parte del sector
ganancioso de la oposición, imitación de los códigos chavistas: la simbología,
las ideas-fuerza y hasta ciertas consignas. Claro, la copia es simbólica, porque
en el fondo –y en el frente- sus ideas son el neoliberalismo, aun sabiendo que
está en crisis –por no decir derrotado- en la mayor parte del mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Necesita la oposición del voto chavista (aunque lo
disfracen de ni-ni) para poder soñar con una victoria. Hablan de poder popular,
porque saben que es algo que ha entrado en el imaginario venezolano. Hay que
convencer a los chavistas, o al menos convencerlos de que no voten (que es una
forma de restarle votos).</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estrategia de Capriles Radonsky no pareciera ser ganar
votos chavistas, sino tratar de que el bolivarianismo los pierda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Parece que se cambiaron los roles: Capriles Radonsky está
decidido a no confrontar y el presidente Chávez ha empezado a hacerlo. Capriles
imita al Chávez de 1998, mientras que el mandatario sigue con la misma línea
confrontacional que le ha dado tan buenos resultados desde el 2002 hasta
ahora.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Hábilmente, Capriles habla de paz y dice representar el
futuro y hasta es capaz de hablar de la Sexta República para diferenciarse del
chavismo y de la Cuarta República de adecos y copeyanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y para sorpresa del oficialismo, esta opción hasta
defiende la Constitución de 1999, comparte algunos planes sociales del gobierno
y trata de ser creíble cuando presenta planes alternativos de gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Obviamente, dentro del trabajo de los estrategas de
Capriles Radonsky está el de esconder su antigua militancia en la secta
Tradición, Familia y Propiedad (TFP), negar su actuación durante el golpe de
abril de 2011, cuando lideró el grupo que intentó copar la embajada de Cuba,
disfrazarlos de progresistas y seguidor de Lula “el conciliador”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La idea parece ser la de transformar la elección de
Venezuela en una disputa ideológica de todo el continente, para poner freno a
los cambios sociales de la última década. Para ello cuentas con el arsenal de
los medios cartelizados venezolanos y latinoamericanos, amén del apoyo
incondicional de la prensa hegemónica trasnacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay varios miedos de clase media que van a ser explotados
en lo que resta de la campaña, por ejemplo el temor a perder la propiedad. Aun
cuando la mayoría no se sea propietaria de nada: funcionó en del referendo de la
reforma constitucional (2007), y los estrategas mudistas suponen que puede
funcionar aún a estas alturas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el otro lado puede ser que juegue otro temor, el
miedo de perder todos los beneficios sociales que se han logrado en los últimos
años bolivarianos, habida cuenta de que el programa opositor es netamente
privatizador e implica un retiro del Estado de la economía en general. Significa
un desmontaje de todo el aparato jurídico que sostiene a la estatal petrolera
Pdvsa, lo que traerá aparejado el desabastecimiento y la disparada de todos los
precios de los servicios básicos como el, agua, la electricidad, etc, etc</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero también existe un temor a que la paz social sea
amenazada por una arremetida fuerte contra el chavismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Fin del triunfalismo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo sucedido con las elecciones internas de la oposición,
señala Javier Biadeau, permite desechar las ilusiones triunfalistas, pasar a un
análisis riguroso y descarnado de la situación de la correlación de fuerzas
electorales y políticas entre el campo bolivariano y el campo opositor.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin este análisis, añade, no hay mapa para la lucha, para
la estrategia y la táctica que apunten a la recuperación y reagrupamiento
urgente de las fuerzas del proceso popular constituyente y de la revolución
bolivariana que se activo en 1998 (no del “chavismo oficial y burocrático” que
se enquistó luego del triunfo electoral del año 2006), y cuya promesa aún
desdibujada sigue siendo el Gran Polo Patriótico (GPP).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mercedes Chacín señala que desde el chavismo hubo poca
preparación, poco estudio; se creyó, contagiado del mismo síndrome de
disociación psicológica que afecta a los opositores, que por una cuestión
divina, casi metafísica, los 5 millones y pico de personas que votaron por la
oposición en las parlamentarias, se convertirían en un millón. ¿De dónde salió
esa convicción?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy nadie duda de la seriedad de la enfermedad
presidencial y por ello queda desestimada la posibililidad que se trate de un
manejo comunicacional para “enervar pasiones y aglutinar la gente alrededor de
la misión lástima”. Lo que llama la atención es que para poder tener un
acercamiento a lo que realmente está pasando, un venezolano tipo debe escuchar
lo que dice la oposición, porque la credibilidad de los voceros oficiales
(Diosdado Cabello, Andrés Izarra) quedaron en el piso.<BR>Cuidar su salud es la
única vía para lograr su recuperación. Y últimamente –coinciden los analistas- a
Chávez se lo vio excedido en sus actividades institucionales y partidistas, en
su quehacer diario, como si nada hubiese pasado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde las filas chavistas se hace un llamado urgente a
retomar la discusión sobre lo imprescindible del liderazgo de Hugo Chávez, y el
error que esto representa para el socialismo bolivariano, habida cuenta que un
proceso socialista no puede depender permanentemente de un hombre, si realmente
queremos hablar de un proyecto a media y largo plazo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo cierto es que cada vez que el Presidente presenta
algún inconveniente de salud, la revolución tambalea porque siente la
posibilidad de quedarse huérfana, y para un proyecto revolucionario eso es un
fatal error, señala Reinaldo Iturriza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para los habituales especuladores políticos, endógenos y
exógenos, la reaparición del cáncer plantea dos interrogantes: Quién se quedará
con el poder del proyecto chavista –donde la Fuerza Armada aparece como el fiel
de la balanza- y quien llenará el vacío estratégico en el pensamiento y praxis
política que dejaría la probable incapacitación de Chávez.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Chávez, el informador, y el vacío de
poder</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno se prepara para afrontar cualquier
adversidad, lo que incluye un "grupo comando" que responderá ante eventualidades
(y tratará de evitar filtraciones sobre la salud presidencial), el que estará a
cargo de la ministra de la Secretaría de la Presidencia, Erika Farías.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras, el nombramiento del comando (electoral) Batalla
de Carabobo evidencia que no dejará que la oposición avance mientras Chávez esté
fuera de combate. La responsabilidad recayó en el alcalde caraqueño Jorge
Rodríguez que, por su experiencia como presidente del Consejo Nacional Electoral
será clave para montar la estructura electoral para el 7 de octubre.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras sectores de la oposición –quizá tratando de
crear riñas internas en el PSUV- insisten ante el Tribunal Supremo de Justicia
para que se integre una junta médica que evalúe el estado de salud del
Presidente y determine si está en facultades para gobernar, intentando adelantar
las elecciones en 90 días, Chávez no delegó el mando, negando cualquier tesis de
vacío de poder.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la línea constitucional de sucesión están el
vicepresidente Elías Jaua y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado
Cabello, aunque en el listado de los especuladores figuran Adán Chávez (hermano
mayor del mandatario), el aún canciller Nicolás Maduro, el ministro de Energía
Rafael Ramírez, el contralmirante retirado Orlando Maniglia y la misma hija del
presidente, María Gabriela Chávez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Desmiento que tenga metástasis o que ya me esté
muriendo”, dijo el líder venezolano, al anunciar que debía ser operado
nuevamente en la Habana, con los mismos médicos que lo habían operado en julio
pasado y luego tratado con quimioterapia, desechando la invitación de Dilma
Rousseff y Lula da Silva para ser tratado en el Hospital Sirio Libanés de Sao
Paulo, donde fueron atendidos ambos y el presidente paraguayo Fernando
Lugo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El propio Chávez informó que en las próximas semanas no
se le volvería a ver con el mismo ritmo, porque además no se sabe si la lesión
va a ser cancerígena, lo que considera probable por haber aparecido en el mismo
lugar del tumor anterior y en ese caso necesitaría otra vez radioterapia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras informar –en un programa de la televisión oficial-
las principales orientaciones y los elementos centrales para la campaña (poner
en marcha el segundo Plan Socialista de la Nación, atender el desarrollo de la
ALBA, continuar con la organización política del PSUV y el GPP), e hizo un
llamado de alerta, frente a una oposición que siempre tiene una agenda oculta,
planes conspirativos, sin escrúpulos y que no desperdiciará oportunidad para
generar violencia. Dejó a todos movilizados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El escenario no es el mismo de hace apenas tres semanas.
En Venezuela, cambia, todo cambia. ¿O nada cambia?<BR><BR><BR>* Aram Aharonian
es periodista y docente uruguayo-venezolano, director de la revista Question,
fundador de Telesur, director del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y
Democracia (ULAC).
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>