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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>18 de marzo 2012<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Siria</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Un heroico
combate popular *<BR></FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3> </DIV></FONT></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Movimiento Por el Socialismo
(MPS)</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>La Breche/A
l´Encontre</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://alencontre.org/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://alencontre.org/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.vientosur.info/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>A menudo, los rasgos de una
sórdida dictadura se muestran en la horrorosa combinación de la tortura
generalizada, las masacres, los bombardeos de barrios populares, las más
extravagantes y falsas declaraciones, su riqueza y corrupción, así como los
instrumentos de coerción de los que se ha dotado. El clan Bachar el-Assad acaba
de ilustrar, una vez más, ese “modelo”.<BR><BR><STRONG>Formas de
dictadura<BR></STRONG><BR>Tras haber bombardeado durante casi un mes el barrio
de Bab Amr, en Homs, la televisión estatal (por tanto “privatizada” por la
camarilla dictatorial) afirma que ¡“Las bandas terroristas han secuestrado
ciudadanos en Homs, les han asesinado y filmado para suscitar reacciones
internacionales contra Siria”! Una afirmación que se sitúa en la misma línea de
los métodos del ministro nazi de “Educación popular y Propaganda” del III Reich,
Joseph Goebbels. Por desgracia, esas alegaciones están avaladas por ciertos
“antiimperialistas”. Tienen la misma textura que las que avalaban las
“demostraciones” del régimen estalinista de la URSS, en los años 1930 o 1950,
que afirmaban la inexistencia de “campos de concentración” sin embargo
documentados por la “prensa imperialista”.<BR><BR>En cuanto a las manías y
caprichos dictatoriales del clan Assad, el diario británico The Guardian acaba
de publicar, el 15 de marzo de 2012, correos reveladores de la vida cotidiana de
un dictador que, además de masacres, organiza referéndums (en febrero de 2012
sobre una Constitución que introduciría el “pluralismo político”) y elecciones
legislativas para el 7 de mayo de 2012.<BR><BR>El diario británico resume así
una parte del contenido de los correos: “Esta correspondencia entre “Sam”
(Bachar) y “AK” (su mujer Asma) pinta el retrato de una pareja presidencial
desconectada de la crisis y que continúa llevando un lujoso tren de vida”. La
“desconexión” no es más que parcial. Algunos mensajes, que parecen provenir de
Khaled al-Ahmed, uno de los consejeros de Bachar el -Assad para las
“operaciones” contra las ciudades rebeldes de Homs y de Idlib, incitan al
presidente a “reforzar su política de seguridad para restaurar el control y la
autoridad del estado” y a “tomar el control de las plazas todos los días de 15h
a 19h, para evitar las concentraciones de la oposición”.<BR><BR>Algunos pondrán
en duda la “veracidad” de los correos. Les será difícil poner en duda que
barrios enteros de Homs y de Idlib están destruidos, que los matones (los
“shabiha”) del régimen, tras haber condenado al exilio a miles de habitantes,
roban sus casas (ver la BBC del 15 de marzo de 2012). Igualmente, las
concentraciones -muy bien controladas y filmadas desde un buen ángulo por la
televisión estatal- de algunas plazas en las ciudades son presentadas como la
expresión del “apoyo masivo” a Bachar el-Assad.<BR><BR>Hay derecho a preguntarse
¿porqué esas “demostraciones” son necesarias, cuando se trataría simplemente de
combatir -cierto que desde hace más de un año y con un despliegue militar
colosal- contra “algunas bandas terroristas, manipuladas por fuerzas
extranjeras”?<BR><BR>Se encuentra aquí uno de los métodos de opresión propios de
los regímenes dictatoriales: saben que con las “bayonetas es posible hacer
muchas cosas, salvo sentarse encima”. De ahí la necesidad de alinear -de pie, en
una plaza, con banderas y retratos del tirano- tres tipos de apoyos del
régimen.<BR><BR>Primero, los muy dependientes del régimen y que temen perderlo
todo: su estatuto y privilegios; segundo, los que están instrumentalizados,
desde hace mucho, por el clan Assad y expresan temores y animosidades
confesionales cuya ceguera es característica en la historia de estos conflictos
construidos por camarillas aferradas al poder y, tercero, quienes están
asustados por las bayonetas de las milicias paramilitares del Baas y se sienten
obligados a “obedecer” las órdenes de acudir a la concentración.<BR><BR>Estas
“multitudes” son presentadas por algunos medios como el “anclaje social real”
del régimen. Estas fórmulas huelen aún al “respeto” que la Francia de Sarkozy
manifestaba invitando a Bachar el-Assad al desfile militar del 14 de julio de
2008 en los Campos Elíseos; o la más discreta recepción, en diciembre de 2010,
de Asma y Bachar el-Assad, que se fueron de compras por los mismos Campos
Elíseos.<BR><BR><STRONG>Guerra contra los civiles y provocación del
éxodo<BR></STRONG><BR>Las personas que defienden los derechos democráticos y
sociales no pueden sino apoyar la lucha antidictatorial del pueblo sirio
insurrecto. Sin embargo, demasiado a menudo, se expresan una simple indignación
contra la represión y la demanda de que cesen las masacres. Ciertamente esto es
necesario y urgente. Pero en más de una formulación repetida por los grandes
medios o en fuerzas llamadas de “izquierdas” se hace referencia a la “escalada
de la violencia”. Una expresión que iguala el terror dictatorial y la
resistencia de una amplia mayoría de la población, cuya valentía y compromiso
son la única explicación de un levantamiento tan largo. Otros ponen en guardia
contra los “riesgos de una guerra civil”, cuando desde hace 12 meses se
desarrolla una guerra contra los civiles. El sentido de esos enunciados se
encuentra como trasfondo de los diversos planes discutidos en El Cairo, el 10 de
marzo de 2012, por la Liga árabe (que reúne a numerosos poderes reaccionarios),
en presencia de Rusia (Lavrov).<BR><BR>Durante ese tiempo, los funerales son
ametrallados por tiradores de élite (snipers). Se apresa a los heridos en los
hospitales, se les ata a la cama y se les tortura. Un símbolo de la ferocidad y
del fanatismo de una dictadura. El 14 de marzo de 2012, Amnistía Internacional,
en su informe titulado “Los supervivientes de la tortura hablan”, subraya: “Los
testimonios que hemos recogido nos han dado una visión hiriente de un sistema de
detención y de interrogatorio que, un año después del comienzo de las
manifestaciones, parece tener como objetivo degradar, humillar y aterrorizar a
sus víctimas a fin de obligarles al silencio”. Tras la toma del barrio de Bab
Amr, las masacres de civiles son sistemáticas así como el robo de sus bienes. No
deben volver.<BR><BR>Efectivamente, una política de limpieza de la población
está puesta en pie desde hace algunas semanas. Está en marcha en Homs, en Idlib,
en Dera y en otras partes. Tiene por objetivo las “comunidades” que primero han
salido a la calle y luego han resistido a milicias que se comportan como
ocupantes sin piedad. El objetivo de este terror de estado: suscitar el éxodo.
El tríptico dictatorial puede resumirse así: los sirios deberían o bien
someterse, o bien correr el riesgo de la tortura y la muerte, o bien “elegir” el
éxodo. Una cierta partición del país está, de hecho, en marcha. Sin embargo,
este peligro era denunciado por quienes se negaban, con ese pretexto, a sostener
la insurrección popular, pacífica.<BR><BR>Para hacerlo, el clan Assad exacerba
enfrentamientos “comunitarios”, “confesionales” y los instrumentaliza de forma
preventiva para “limpiar” barrios y ciudades que ocupan el territorio junto al
Mediterráneo: de Idlib a Homs y más al sur. La ONU ha contado ya un mínimo de
200.000 personas desplazadas y más de 30.000 personas obligadas al éxodo hacia
Turquía, Líbano, Jordania. Un éxodo por caminos sembrados de minas
antipersonas.<BR><BR>Sin embargo, a pesar del terror generalizado, la
resistencia popular persiste en un contexto de crisis económica que desagrega al
régimen y de una derrota política que no puede ser colmada solo por la fuerza
militar.<BR><BR><STRONG>Un apoyo incondicional<BR></STRONG><BR>El objetivo que
se ha fijado el pueblo sirio insurrecto es “¡Abajo la dictadura!” El apoyo a
esta reivindicación debe ser incondicional para quienes tienen en su corazón la
defensa de los derechos democráticos y la justicia social. Corresponde al pueblo
sirio -y a los organismos de los que se ha dotado sobre el terreno: los comités
locales de coordinación- ,y a él solo, definir los medios de su resistencia y de
su combate. La autodefensa armada es una componente de la necesidad de intentar
defender a los civiles. Las deserciones en el ejército no podrán sino
reforzarla.<BR><BR>La dislocación del poder de Assad es la precondición a toda
conquista -difícil- de derechos democráticos, de un pluralismo político
efectivo, de los derechos indefectibles de organización en el plano social, de
manifestación y de libre palabra. La caída de la dictadura se convierte en un
seguro frente a quienes querrían, mañana, en nombre de algún tipo de
comunitarismo, imponer sus diktats.<BR><BR>En nombre de los peligros de una
“guerra civil” -que está fomentada por el régimen desde hace meses-, algunas
fuerzas llamadas de izquierda en Europa demandan un “diálogo leal y
constructivo”. No puede darse con ese poder mafioso cuyo verdadero rostro no
deja ya ninguna duda. En el momento mismo en que el emisario de la ONU, Kofi
Annan, hablaba con Bachar el-Assad, la ciudad de Idlib (noroeste) era
bombardeada. Una farsa onusiana más.<BR><BR>Esto basta para demostrar que el
objetivo más “concreto” de los “actores” regionales e internacionales es el de
la puesta en pie de una “transición” que asegure la continuidad de los pilares
estatales del estado sirio. El objetivo: una “estabilidad” regional de la que,
en diversos grados, podrían aprovecharse aún más las clases dominantes de los
países y potencias que se activan en la región.<BR><BR>La política del clan
Assad ha “destruido” el país y estrangulado a la mayoría de su población. La
revuelta popular ha puesto patas arriba no solo al clan Assad, sino también los
denominados “equilibrios” regionales. Por tanto las injerencias extranjeras no
pueden más que aumentar. Arabia Saudita y Qatar juegan sus cartas confesionales
y económicas. El oscuro poder iraní está aliado al clan Assad. Cada uno de ellos
tiene relaciones en Irak o Líbano.<BR><BR>Frente a una situación así, el Consejo
Nacional Sirio (CNS) corre el riesgo de ser arrastrado a maniobras geopolíticas
de las que será un juguete, tanto más cuanto que está muy dividido. A partir de
ahora, las diversas opciones presentadas por las Coordinadoras de los Comités
Locales deben ser apoyadas: una autodefensa mejor organizada que apoye las
acciones de desobediencia civil cuyas formas deben renovarse dada la ofensiva
represiva; la clara expresión de rechazo de toda “venganza confesional” en la
pos-dictadura.<BR><BR>Para que esos objetivos puedan ser alcanzados -pues el
combate será largo- la solidaridad más amplia es no solo necesaria, sino que es
la única que puede reducir el espacio político que intentan ocupar fuerzas
económicas y militares interesadas primero en sus intereses y no en la
liberación del pueblo de Siria. ¿No oprimen ellas a su propia población en
Arabia saudita, en Irán o en Bahrein?<BR><BR>* Declaración difundida por los
militantes del MPS en la manifestación de solidaridad con el pueblo sirio, el 17
de marzo de 2012 en Ginebra.
<HR>
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