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<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>31 de marzo 2012<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Brasil<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Gilmar Mauro, dirigente
del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG> “La reforma agraria está fuera
de la agenda. La lógica del modelo es el desarrollo del
agro-negocio”.<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3> </FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>“Movimientos
sociales, partidos de izquierda, todos, estamos a remolque del gran capital y
del Estado
brasilero”<BR></FONT></STRONG> <BR></DIV><STRONG></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Valéria Nader y Gabriel Brito
<BR>Correio da Cidadania </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2>
<DIV><A
title="http://www.correiocidadania.com.br/index.php?option=com_content&view=article&id=6970:manchete290312&catid=34:manchete CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.correiocidadania.com.br/"><STRONG><FONT
face=Arial>http://www.correiocidadania.com.br/</FONT></STRONG></A></DIV><STRONG><FONT
face=Arial>Traducción de Correspondencia de
Prensa<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Como en pocos momentos de la
historia, Brasil vive un agitado período de luchas políticas en torno del acceso
y dominio de sus tierras, con intensas presiones sobre las legislaciones
ambientales y agrarias. En cuanto el Senado aprueba la propuesta latifundista de
un nuevo código en el campo, la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara
aprueba la PEC 15, que transfiere del Poder Ejecutivo al Congreso el poder de
decisión sobre la homologación de tierras indígenas y quilombolas (N del T:
nombre que se daba al esclavo huido y era azotado en los
quilombos).</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En un análisis del actual contexto político, Gilmar
Mauro, dirigente del MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra),
afirma que el momento es parte de las tradicionales ofensivas capitalistas, que
buscan avanzar sobre las fronteras económicas y sus fértiles tierras, al mismo
tiempo en que la izquierda se encuentra en reflujo, de modo que apenas
reacciona, corriendo de atrás y en general perdiendo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La conducción de la política económica enfocada en los
intereses del agro-negocios exportador, altamente negativo para las inversiones
productivas e industriales (están allí los datos de nuestra
“desindustrializacin” para comprobar), corre al lado de una reforma agraria cada
vez más excluida de la agenda política. Gilmar Mauro rechaza en tanto, las
críticas que sugieren una pasividad del movimiento en relación al gobierno
petista, recordando que el MST está “en el mismo nivel de movilización de la
época de FHC (Fernando Henrique Cardoso), con 80, 90 mil familias acampadas por
el país”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Realista, él resalta la importancia de la actual jornada
de lucha campesina, incluyendo a otros movimientos, pero prefiere no alimentar
ilusiones de grandes cambios y conquistas populares para el año. Afirma que hace
mucho tiempo que el movimiento campesino no confluía en torno de pautas y
demandas políticas similares. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como ejemplo del actual momento crítico que vivimos, cita
la determinación de Dilma Rousseff de no permitir desapropiaciones que cuesten
más de 100 mil reales por familia. “O derrotamos y destruimos esa propuesta de
Dilma, o no tenemos más asentamientos en el centro-sur del país”. Con ese nuevo
y desconocido golpe que se pretende aplicar a la reforma agraria -en un país que
gasta 48% de su presupuesto en intereses de la deuda y 0,22% en la reforma
agraria- se hace evidente que el cambio de ministro de Desarrollo Agrario
tiene un valor práctico nulo, dice Gilmar Mauro. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: Las grandes cuestiones
ambientales, agrarias y sociales parecen tratadas de modo cada vez más raso por
los gobernantes y los medios. Al mismo tiempo, es notoria la efervescencia con
que el país aparece a los ojos del público, con números de un agro-negocio
galopante y con el interés de las multinacionales y grandes corporaciones en
entrar al país, comprando tierras y haciendo inversiones pesadas, básicamente en
la especulación financiera. ¿Cómo este escenario se va a asociar, de aquí en
adelante, con una de las demandas sociales más importantes en nuestro país, la
reforma agraria? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Toda la lógica presentada no es nueva, sino
antigua, y evidentemente profundiza una característica histórica de nuestro
país, la de ser exportador de productos primarios. Hace parte de una lógica
económica de buscar saldos positivos en la balanza comercial para equilibrar la
balanza de pagos, cosa que tampoco se ha conseguido. Aunque eventualmente Brasil
tenga saldos positivos en la balanza comercial, el déficit en cuenta corriente
es altísimo, fruto de un proceso de endeudamiento externo especulativo, chupando
anualmente billones y billones de los cofres públicos y. consecuentemente, de la
población. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Con eso, la reforma agraria está fuera de pauta, fuera de
la agenda. La lógica del modelo es el desarrollo del agro-negocio. Incluso en
relación a la pequeña producción, vimos la propuesta del gobierno, en sentido de
proponer los emprendimientos rurales, una especie de “agro-negocitos”, integrado
a los grandes grupos económicos, las grandes agro-industrias, o produciendo para
el mercado interno. <BR></DIV>
<DIV align=justify>De esa forma, dentro de tal política del gobierno, pueden ser
integrados al modelo más de unos 2 millones de pequeños agricultores, de la
llamada agricultura familiar. Y el resto, la gran mayoría, más de 2 o 3 millones
de familias, más los asentamientos, queda con la Bolsa Familia, compensaciones
sociales, etc., pero sin ninguna perspectiva dentro del modelo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Concluyendo, la reforma agraria ahora depende de un
debate político de la sociedad. Si la sociedad quiere dar ese uso que Brasil
viene dando a la tierra, al agua, a los recursos naturales, no cabe más la
reforma agraria. Si la sociedad brasilera quiere consumir ese tipo de alimento,
no precisa de reforma agraria. Si quisiéramos dar otro uso al agua, al los
recursos naturales y comer otro tipo de comida, la reforma agraria es uno de los
proyectos modernos a ser implantados en el país, lo que exige, evidentemente, un
nuevo modelo agrícola. Es el debate que la sociedad precisa abrir.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: ¿Los números presentados
en relación a la reforma agraria en 2011 denotan, realmente, que el gobierno
Dilma se empeñará en el sentido de promoverla?</STRONG></DIV><STRONG>
<DIV align=justify><BR></STRONG>Gilmar Mauro: ¡Son números tramposos! Como
siempre fueron los resultados de la reforma agraria en Brasil, prácticamente
inexistente. Nunca existió reforma agraria. La política de asentamiento es cada
vez menor. Los números de 2011 reflejan el escenario, de una política de
asentamiento de menor intensidad, con menos recursos, ninguna prioridad del
gobierno a los resultados. Es el reflejo de la política que viene siendo
aplicada en el último período político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No creo que la presidente Dilma se empeñe en la cuestión.
Al menos es lo ha demostrado, está más preocupada con la macroeconomía y su
actual lógica de conducción, calzada en la exportación de commodities agrícolas.
Además, todo el desarrollo económico brasilera está basado en tres ejes: en
primer lugar, por la demanda externa de los últimos 10 años por commodities
agrícolas y minerales que las valorizó y valorizó también las propias tierras;
en segundo lugar, grandes inyecciones de recursos públicos, principalmente vía
BNDES (Banco de Desarrollo Económico y Social), patrocinando fusiones de grandes
empresas que se transforman en transnacionales, grandes inyecciones financiadas
por el pueblo brasilero; y en tercer lugar, las inversiones que el Estado ha
hecho en grandes obras de infraestructura, de los mega-eventos, del PAC
(Programa de Aceleramiento del Crecimiento).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro ingrediente que sustentó el crecimiento de los
últimos años fue el endeudamiento de las familias brasileras, con la apertura
del crédito al consumo, la anticipación del consumo, tanto de automóviles como
de la línea blanca. Pero ese modelo económico tienen límites, todo el mundo lo
sabe. No da para prever la fecha y la hora de la crisis, pero ella vendrá
ciertamente. Por tanto, dentro del actual escenario macroeconómico (la real
precupación del gobierno Dilma), la reforma agraria está afuera de las
prioridades. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: A propósito de los
cambios continuos de ministros en un gobierno de “composición”, que muestran el
fisiologismo parlamentario y las imposiciones mediáticas ¿cuál es el significado
del cambio de ministro de Desarrollo Agrario realizado en estos días, en que
Pepe Vargas (1) asumió en lugar de Afonso Florence?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Desde el punto de vista personal no conozco
mucho a Pepe Vargas, aunque debe entender más de reforma agraria que el
anterior, que no entendía nada. No obstante, siendo objetivo en la evaluación,
no se va a alterar mucho el escenario de la reforma agraria. No hay persona, ni
un solo ministro, que vaya a cambiar eso. Es la política de gobierno, y quien la
determina es Dilma. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Prueba de eso es la determinación de Dilma de no hacer
asentamiento donde la tierra cueste más de 100 mil reales por familia. Entonces,
con el precio de las tierras en São Paulo, y en el Sur, en el Centro-Oeste, no
habrá más desapropiaciones. Con eso, la presidente altera la Constitución, la
cual establece que la tierra que no cumple su función social debe ser
desapropiada para fines de la reforma agraria, dando lugar a una medida
administrativa económica, estableciendo que el costo por familia asentada no
puede pasar de 100 mil reales. Por tanto, no hay más desaprobación en el
Centro-Sur de nuestro país. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: Hubo informaciones de que
el principal factor para convencer a Dilma de cambiar el ministro fueron
informes de la ABIN (Agencia Brasilera de Inteligencia), acerca de la gran
insatisfacción del movimiento y del miedo a su radicalización. ¿Ellas son
verídicas?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Que hay una gran insatisfacción del MST, y
también de otros movimientos, es evidente. Claro que con un ministro de reforma
agraria que no entendía del asunto, nada se encaminaba. Pero la insatisfacción
no era solamente con una persona, y sí con el hecho de que Brasil usa 48% de su
presupuesto para intereses y amortizaciones de la deuda y solamente 0,22% para
reforma agraria. Ese es el motivo de insatisfacción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En términos de radicalización, el movimiento apenas
continúa haciendo luchas, estamos en el mismo nivel que estábamos en el gobierno
FHC, con 80, 90 mil familias acampadas en todo Brasil. Hubo un período, luego
que Lula entró, cuando el pueblo creía que él avanzaría en la reforma agraria,
que las familias acamparon en mayor número. Pero hoy tenemos en torno de 80 o 90
mil familias. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Continuamos haciendo ocupaciones, luchas, sin ilusiones
de que van a resolver el problema de la reforma agraria. Pero no dejaremos de
hacerlo, porque es preciso colocar el debate en la sociedad, en otros sectores y
categorías. Además, vivimos un momento de pocas luchas. Aquellas que ocurren son
bastante corporativas, ancladas en reivindicaciones económicas, sea del
movimiento sindical, sea del movimiento social. Un escenario difícil para todo
el movimiento social, la izquierda, los sectores progresistas. Pero nuestro
movimiento va a continuar haciendo lo que siempre hizo. El ingrediente principal
es ampliar el debate en el conjunto de la sociedad.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>- Correio da Cidadania: ¿Pero qué piensa de ese
expediente de infiltración de agentes del Estado en los movimientos
sociales?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: En cuanto a la participación de la ABIN,
deber ser la falta del tener que hacer, deben faltar tareas allí. Pero
históricamente siempre hicieron eso. No sólo los servicios internos, también la
CIA. Así que estamos vacunados en relación a ellos, además de ser un hecho la
falta de cosas para hacer. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, no creo que el cambio de ministro sea
resultado del diagnóstico de la ABIN. Esa insatisfacción ya fue mostrada por
varios sectores en diversas reuniones. Inclusive, estamos consiguiendo
establecer una pauta común entre varios movimientos sociales, algo inédito en el
último período, con la participación de Contag, Fetraf y otros movimientos, en
la perspectiva de realizar un encuentro nacional de los movimientos campesinos,
una especie de congreso campesino en Brasil. Es la primera vez, por lo menos en
los últimos diez años, que conseguimos juntar ese pueblo en una pauta común.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Siendo así, creo mucho más en estos factores que en las
informaciones venidas de agencias como la ABIN.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: De toda forma, la ABIN y
otros órganos del Estado también dedican sus servicios a investigar las milicias
contratadas por el latifundio, promotoras de permanente violencia, llegando
muchas veces a asesinatos. ¿O su actuación reitera el carácter de clase y de
discriminación social del Estado?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Aquí hay una cuestión importante a
resaltar. Históricamente, siempre hubo violencia, unas veces por vías
coercitivas, otras desarrollando procesos de generación de consensos en la
sociedad. Y creo que el actual momento es de una intensificación de ambas cosas.
Un momento de ampliación de los instrumentos de producción de consenso social, y
aumento también del uso de instrumentos coercitivos, basta observar los
desalojos ocurridos en São Paulo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el intento de ellos, del Estado y de la sociedad de
clases, es producir consensos en la sociedad que justifiquen procesos de
coerción; el episodio Cutrale fue eso, la entrada en los morros de Rio de
Janeiro también, y así por delante. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este momento que vivimos, y no es una particularidad
brasilera, es una realidad mundial. A medida que el capitalismo enfrenta
dificultades económicas y entra en crisis, es evidente que el aparato represivo
de los Estados entra en acción, no siendo diferente en el caso brasilero.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: ¿Cómo evalúa la reciente
jornada de lucha de las mujeres campesinas y la importancia de este tipo de
movilizaciones encabezadas por ellas? ¿La marcha de las mujeres preanuncia algo
para la jornada de luchas del Abril Rojo?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Nosotros iniciamos en el comienzo del año
un proceso de lucha con varias ocupaciones. En la jornada de solidaridad con los
compañeros de Pinheirinho, llevamos 11 ómnibus con militantes, cuatro camiones
de comida. Ahora pusimos en movilización por todo Brasil a millares de mujeres.
Y vamos a continuar así en la jornada de abril, que estará basada
fundamentalmente en la reforma agraria. O la gente destruye y derrota la
propuesta de Dilma de que la tierra encima de los 100 mil reales por familia no
debe ser desapropiada, o la política de asentamientos continuará fuera de la
agenda política.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así, estamos iniciando bien el año, con las fuerzas que
tenemos, con las dificultades que tenemos, las cuales ya dije, son dificultades
del conjunto de la izquierda y del movimiento social. Pero creo que será un años
de muchas luchas, muchas movilizaciones, y principalmente, en mi expectativa, de
construcciones políticas con otros sectores de la clase trabajadora, a ejemplo
de lo que está sucediendo con el movimiento campesino.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por tanto, veo este año promisor en términos de luchas
sociales, principalmente de los movimientos del campo. Y otros sectores están
dando las mismas señales, como los profesores. La semana pasada acabó la jornada
nacional del MAB, con la participación del MST, y ahora viene el Abril Rojo, una
jornada que espero sea bien grande a nivel nacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: ¿Cuál es el significado
de este tipo de manifestaciones en la actual coyuntura política y económica
dominada por el entrelazamiento del capital agrario o financiero, con la
agricultura prácticamente de rehén de los grandes grupos económicos? ¿Qué
consecuencias se pueden esperar de estas manifestaciones en este
contexto?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Yo no me creo ilusiones. El capital es el
capital, en la industria, en el comercio, en el sistema financiero o en la
agricultura. La agricultura es solo un espacio más para su valorización. El
capital invierte mucho en Brasil porque está ganando mucho, y va a continuar
haciéndolo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Mi falta de optimismo es en relación a las
manifestaciones de la clase trabajadora. Creo que la gran mayoría de las
movilizaciones se resume a reivindicaciones de orden económico. El movimiento
sindical en general y la clase trabajadora en general luchan por aumento del
salario, en la PLR (Participación en los Lucros y Resultados). Claro que hay
otras demandas, significativas, aunque bastante amarradas en la lucha
económica. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por eso creo que el próximo período todavía será marcado
por ese tipo de movilizaciones, como en el mundo entero. Las movilizaciones en
Europa son importantes, pero no tengo dudas que están ligadas a las importantes
pérdidas sufridas por la clase trabajadora en el último período. No está puesta
la lucha por el socialismo en Europa, por ejemplo. Al menos con fuerza popular.
El caso de Oriente Medio, en los países árabes, es semejante, pues son luchas
democráticas más que anti-sistémicas. En ese sentido, ocurrirán más luchas,
hasta más huelgas que últimamente, porque Brasil vive ese período, no tiene
pleno empleo, pero todavía tiene muchas posibilidades. </DIV>
<DIV align=justify><BR>De esta forma, creo que debemos prepararnos para un largo
período. El propio Plínio Arruda Sampaio (ex-presidente de la Asociación
Brasilera de la Reforma Agraria) ya dijo que tenemos que prepararnos para una
maratón. No da para pensar en una carrera de 100 metros. Yo lo veo,
tranquilamente, de manera igual. Los momentos de lucha de la clase trabajadora
son esporádicos, estacionales, a veces sale una sola huelga en un año, y con la
lucha bastante agarrada al aspecto económico. <BR></DIV>
<DIV align=justify>Pero, mientras exista capitalismo, la clase trabajadora va a
combatir día y noche. Tenemos que fortalecernos en relación a las
organizaciones, los movimientos. No se trata de fortalecer individuos, fomentar
más divisiones, y sí de hacer esfuerzos a favor de las organizaciones y luchas
conjuntas, todavía marcadas por las demandas económicas, pero viendo
politizarlas, discutir los procesos vividos. En algunos sectores, el proceso de
politización es más rápido, en otros más lento, pero existe un aprendizaje
colectivo, tanto en relación al gobierno, a lo que es el Estado, como a la
lógica del capital. En ese sentido, muchas organizaciones sociales han
evolucionado. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: ¿Qué implicaría, en la
actualidad, y a su manera de ver, una auténtica discusión sobre la reforma
agraria? ¿Cuáles serían, al mismo tiempo, eventuales nuevas estrategias para
llevarlas a cabo?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Yo dividirá la tarea en dos partes. La
primera es la de resistencia. Es importante mantener la bandera en pié, eso es
fundamental. En tiempos de crisis es más fácil salir jodido y comenzar a
promover fracturas, siendo que muchos sectores de la izquierda no consiguen
hablar con el conjunto de la clase trabajadora, encerrándose en ellas mismas y
generando una discusión que sólo genera fragmentación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En segundo lugar, del punto de vista estratégico, como ya
comentamos antes, es preciso hacer un amplio debate en la clase trabajadora
sobre lo que es el modelo económico. En nuestro caso, el modelo agrícola,
colocando en pauta el cuestionamiento respecto al servicio de quiénes están
nuestras tierras, a qué costo se está produciendo, con la degradación ambiental,
degradación del agua, de las reservas forestales, etc., además del tipo de
comida que nuestra sociedad quiere consumir. Todo para promover un debate
politizado sobre la necesidad de pensar un nuevo modelo agrícola, que respete el
medio ambiente, produzca alimentos, materias primas, empleos y condiciones de
vida con nuevos paradigmas tecnológicos y productivos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para hacer eso, evidentemente no tengo ilusiones, es
preciso otro Estado. Es preciso otro gobierno, y eso no depende sólo de
nosotros. Y para hacer la reforma urbana también se precisa de otro Estado, otro
gobierno. Por eso, todo acaba recayendo en la correlación de fuerzas y en el
avance de sectores de la clase trabajadora, lo que es nuestro desafío lo es
también para toda la izquierda que cree y quiere cambios profundos en nuestro
país. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En fin, en ese tiempo de resistencia, es preciso
continuar invirtiendo en la formación político-ideológica y rever la
organización. Enfatizo la organización, pues, como la clase no vive luchando -y
solamente lucha todo el día quien no trabaja- llegamos al problema de la
importancia de la organización, como memoria histórica, preparadora de nuevas
luchas, formadora de nuevos militantes, inclusive con la tarea de la
conspiración -en el buen sentido- política de la clase trabajadora. Es más que
necesario fortalecer las organizaciones sociales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: Poco antes de la victoria
de Dilma, usted nos concedió una entrevista en la cual reiteraba que el
Movimiento de los Sin Tierra no sería rehén de este gobierno, al margen de no
haber tomado partido por ningún candidato en aquel momento. ¿Usted cree que el
movimiento tomó posturas coincidentes con esa afirmación?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Creo que sí. El MST no es rehén de ningún
gobierno ni lo será, muy por el contrario. No obstante, es preciso decir unas
cosas. Conversando con sindicalistas, oigo que “el MST no está haciendo lucha, y
no sé qué…”, pero les recuerdo que estamos en el mismo nivel que en la época de
FHC, y replico con la pregunta: ¿En las huelgas del movimiento sindical cuál es
la plataforma? ¿Ustedes han pautado la desapropiación de las fábricas? ¿Las
huelgas no son para mejorar el salario y PLR? ¿Las negociaciones son con quién?
¿Con el propio patrón?”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con el MST es lo contrario. Nosotros ocupamos el
latifundio y no negociamos con el latifundista. Negociamos con el gobierno, con
el Estado brasilero, y demandamos que lo desapropie. De allí lo evidente, aunque
hacemos una lucha radical, la ocupación de tierra, etc., en el fondo hacemos una
lucha radical para que la tierra sea desapropiada y allí sí legalizada,
institucionalizando la acción del movimiento. Que sea legalizada para las nuevas
familias asentadas, pues es la única forma de tener acceso a los créditos y
otras cosas. Eso porque no tenemos la fuerza para tomar y distribuir el
latifundio por cuenta propia y hacer la reforma agraria por cuenta propia. Por
eso, en la lucha, se ocupa y se negocia. Nosotros vemos al gobierno brasilero
como el canal de nuestra negociación, así como el sindicato negocia con el
patrón que es el dueño de la fábrica. Por lo tanto, en este contexto, la única
diferencia es que luchamos por la desapropiación y los sindicatos por mejores
salarios. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hice esta reflexión para llegar a otra: ¿cuándo se paró
una fábrica y el conjunto de los trabajadores vino a una ocupación nuestra?
Quién viene a las ocupaciones es la representación política de la rama, del
sindicato, lo que es importante, pero nosotros ya paramos nuestra producción
entera para prestar solidaridad a otros sectores de la clase trabajadora. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No estoy diciendo esto para defender que el MST sea mejor
que otros sectores, sino para decir que el estadio de lucha todavía se encuentra
fundamentalmente en torno de luchas económicas. Y ahí tengo claridad de una
cosa: una organización que no responde a las necesidades de su sector pierde el
sentido y la razón de ser para su sector. Por tanto, el MST va a tener que
conjugar la necesidad de su base, a lucha por la tierra, la lona, la canasta
básica, el crédito, pero, concomitantemente, tendrá que invertir en la formación
político-ideológica, haciendo todas las luchas. Ese es, a mi ver, el gran
desafío de ser un dirigente del MST en el actual momento histórico.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>- Correio da Cidadania: Al lado de la reforma
agraria, aunque afuera de la agenda mediática así como la del gobierno, estamos
delante de intensas negociaciones y polémicas en torno al Código Florestal. ¿Qué
tiene para decir del embrollo que se volvió esta reforma y como ella está
asociada al destacado boom de la “expansión capitalista” en Brasil y al tema de
la reforma agraria? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: Esa es una tentativa de ellos: avanzar en
las tierras brasileras y en la destrucción de lo que todavía resta de
preservación ambiental. Es el papel de ellos en este juego. Lo que impresiona es
ver a sectores de la izquierda –si es que se puede llamar de izquierda-,
progresistas, entrar en esa, inclusive sectores de la iglesia, con un discurso
económico en defensa del modelo actual.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De nuestra parte, estamos en campaña contra los
agro-tóxicos, un debate que en mi opinión ya entró en la sociedad. Si fuera
aprobado el Código Florestal, será por debajo, porque hay señales claras en la
sociedad de la mayoría de los brasileros es contraria a su aprobación. Es
el rollo compresor del modelo económico aplicado en el país, pero los impactos
de su aprobación serán muchos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: Hay informaciones de que
la presidente podría vetar el nuevo texto del Código tal como fue votado en el
Senado. Nuevos decretos vendrían a modificar este modelo anterior, de modo de
atender las expectativas de la bancada ruralista. ¿Cuál sería el desenlace final
de este proceso? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: No me gusta hacer proyecciones, pues serían
especulaciones subjetivas. En mi opinión, si Dilma veta, óptimo. No sé si tiene
tiempo para eso, si lo hará de hecho, digo que no tengo ninguna seguridad.
Encuentro difícil quedar gritando “veta Dilma, veta Dilma”. Pero si ello ocurre
sería una medida importante, pero no tengo ninguna certeza y ni apostaría mis
fichas por eso. Pero si veta, dará más fuerza para que la sociedad continué
movilizando. No creo que facilitaría subterfugios posteriores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En verdad, para ser honesto, tengo que decir que los
movimientos sociales y los partidos de izquierda, todos, estamos a remolque -a
remolque-, del gran capital y del estado brasilero. Y estamos actuando
reactivamente, ese es nuestro problema y no solo del MST. Estamos siempre
corriendo de atrás de las iniciativas que ellos toman. Y normalmente perdiendo.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ese es el balance que se precisa hacer, inclusive para
huir de la arrogancia de que cada uno tiene la verdad absoluta. Es preciso decir
que estamos todos errados, para no usar otra expresión. Y si no tomamos
conciencia de hacer luchas con perspectivas de unificación, vamos a perder en
todos los frentes, en los cuales estamos corriendo detrás del perjuicio. Tenemos
la dificultad de no contar con una estrategia propia y tomar iniciativas. El
caso del Código Florestal es evidente, pero sólo uno. Están la Transposición del
San Francisco, los transgénicos…Siempre corremos de atrás, y lo peor, como ya
dije, perdiendo. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Correio da Cidadania: Piensa que la
desconsideración de las cuestiones agrarias, sociales y ambientales, al lado de
la hegemonía del agro-negocio, con su modelo de explotación de los recursos
naturales, podrán llevar a una radicalización de los movimientos sociales,
inclusive del MST, en los próximos tiempos? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilmar Mauro: No es una cuestión de voluntad. Mi deseo es
hacer la revolución…Pero no puedo caer en el subjetivismo. Vuelvo a resaltar que
la clase trabajadora está en una fase de luchas con reivindicaciones económicas.
Y no creo en procesos más intensos de que ese. Puede ser que esté equivocado,
pero no voy a sembrar ilusiones en un medio de comunicación. Pienso que estamos
en un tiempo difícil y, mismo con tales medidas, en la sociedad brasilera
todavía estamos siendo marcados por el economicismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy tengo la convicción de una cosa que es la siguiente:
no existe la menor posibilidad de hacer la revolución por la clase. O la propia
clase hace la revolución o no habrá un grupo que la haga por ella. Por tanto, es
el momento de tener esa conciencia histórica, trabajar, trabajar y trabajar, y
tal vez consigamos superar para el próximo período el actual momento de
fragmentación y dificultades. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Creo que la crisis económica internacional, que
ciertamente llegará por acá, puede ayudarnos. Si no tenemos la sabiduría sobre
como posicionarnos y donde queremos estar cuando la crisis venga -y sin duda
vendrá- para dar un salto en calidad, tal vez podamos retroceder todavía más. No
creo que este años acontezcan grandes cosas. Puede ser que sí, pero no quiero
plantar grandes ilusiones. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>1) Nota de Correspondencia de Prensa:</STRONG>
José Pepe Vargas (51 años), diputado federal del PT hasta el momento de su
designación como ministro. Fue prefeito (alcalde) de la ciudad de Caxias do Sul
(estado de Rio Grande do Sul) durante dos períodos. Junto a Raúl Pont (diputado
estadual del PT, ex prefeito de Porto Alegre) y a Miguel Rossetto (ex vice
gobernador de Rio Grande do Sul, ministro de Desarrollo Agrario durante el
primer gobierno Lula), Vargas integra la tendencia Democracia Socialista. Desde
1985 Democracia Socialista fue la “sección” de la Cuarta Internacional
(Secretariado Unificado), abandonando sus filas en 2006.</DIV>
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</DIV></FONT></BODY></HTML>