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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>4 de abril 2012<BR></U><FONT color=#800000>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Francia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>NPA, ¿continuación y
final?<BR></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Lénaïq Bredouz
(Mediapart)</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2
face=Arial><STRONG>Europe-solidaire</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.europe-solidaire.org/"><STRONG>http://www.europe-solidaire.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A><BR><BR><BR>El
NPA no aguanta más que de un hilo y sus militantes apenas pueden ocultarlo. La
publicación, la semana pasada en Libération, de una primera tribuna y luego,
esta vez en Mediapart, de otra, de varios cuadros llamando a votar por
Mélenchon, ha cristalizado una situación ya deletérea. A un mes de las
elecciones presidenciales, Philippe Poutou sigue en campaña, su predecesor
Olivier Besancenot ha cogido vacaciones en su trabajo para ayudarle, sus
partidarios siguen esperando que la igualdad del tiempo de palabra va a permitir
al “obrero-candidato” transgredir los códigos mediáticos e imponer un discurso
de ruptura. Pero a la sombra de las cámaras y de las reuniones públicas, los
militantes se desagarran; el NPA está al borde de una escisión que certificaría
definitivamente el fracaso de la “apuesta loca” lanzada en 2009 por la difunta
Liga Comunista Revolucionaria (LCR).<BR><BR>La ruptura tuvo lugar hace pronto un
año, tras el anuncio de la retirada voluntaria de Olivier Besancenot: en una
conferencia nacional, en la que la mayoría de entonces se había roto en dos a la
hora de designar a su candidato para las presidenciales. Philippe Poutou sólo
fue elegido por una escasa mayoría. A partir de entonces los desacuerdos no
hicieron más que profundizarse. Tras la Universidad de Verano del pasado mes de
agosto, la minoría inquieta por una “desviación aislacionista” del NPA,
particularmente respecto del Frente de Izquierdas, se constituyó en “fracción
pública”, con su propia página web, sus portavoces, sus reuniones
nacionales.<BR><BR>Hace diez días, la “Izquierda Anticapitalista” [Gauche
Anticapitaliste, GA], como se ha denominado ella misma, ha optado por no dar
consigna de voto para la primera vuelta. Algunos de sus militantes hacen campaña
a favor de Poutou, otros quieren votar a Mélenchon, pero todos son muy críticos
sobre la evolución del NPA. “Debemos levantar acta del hecho de que el NPA,
fundado hace tres años con el objetivo de reunir a todos los anticapitalistas en
un partido de masas implantado en la sociedad, toma el camino de la
marginalidad”, escriben en su último texto. A la inversa, dice la “GA”, “la
campaña que realiza Jean-Luc Mélenchon enuncia un amplio espectro de propuestas
políticas comunes a toda la izquierda radical”. <BR><BR>“La Izquierda
Anticapitalista está en una trayectoria de salida. La salida del NPA es una
cuestión que se plantea a un plazo breve”, explica una de sus portavoces, Ingrid
Hayes. Traducción: la mayoría de la GA podría abandonar el NPA de aquí al verano
si la dirección actual no opera un giro estratégico. Hay ya discusiones en curso
con el Frente de Izquierdas para constituir un polo “anticapitalista”, con
Clémentine Autain y los Alternativos, al lado del Partido de la Izquierda de
Jean-Luc Mélenchon y del PCF. Están aún lejos de concluir y podrían fracasar si
el Frente de Izquierdas decide participar en un gobierno dominado por el
PS.<BR><BR>Pero, incluso entre las figuras históricas de la LCR, varios piensan
ya en la escisión o la salida. Es por ejemplo el caso de Samy Johsua, que está
con la “GA”. “En cinco semanas habrá que decidir si el NPA permanece en su
aislacionismo o si se alía con las fuerzas, incluso en el Frente de Izquierdas,
que no irán a un gobierno PS. Es una decisión capital.... Las discusiones sobre
la forma serán quizá largas pero hay que firmar el principio”, explica. Y añade:
“Para mí, son 15 años de batalla. Si no se pone en práctica, no es ya mi
partido”. <BR><BR>“Estamos en la hora de las decisiones”, dice también Myriam
Martin, que ha dimitido de su portavocía al mismo tiempo que llamaba a votar por
Mélenchon. Va aún más lejos: “Hoy, se debe aceptar que la dinámica está
alrededor del Frente de Izquierdas. Y no en esta campaña aislacionista y
sectaria (la de Poutou)... Veo con dificultades cómo se puede aún reorientar al
NPA”. Luego: “Pero es un desgarro”. <BR><BR>Incluso en la mayoría actual se
admite. “La situación es difícil. Hay que luchar para mantener a todo el mundo
unido... Espero que lo lograremos”, dice François Sabado, otro dirigente
histórico de la LCR. Quiere creer aún en ello, persuadido de que las
divergencias son menos profundas de lo que parece, a condición de no contemplar
una participación en el Frente de Izquierdas: “Tras la campaña, no se producirá
un repliegue sectario. Algunos piensan que se ha cometido el error del siglo. Se
ha hecho lo que se ha podido. Pero tras las presidenciales, se reunirán las
condiciones para desplegar una orientación anticapitalista de reagrupamiento. El
NPA tendrá una política de unidad y de diálogo con el Frente de Izquierdas si no
participa en el gobierno y no apoya una mayoría parlamentaria. Pero en un polo
anticapitalista independiente”. <BR><BR>Es también la esperanza de Sandra
Demarcq, miembro del Comité Ejecutivo (CE) del NPA: “¡El hecho de haber obtenido
las 500 firmas muestra que hay aún militantes en este partido! La crisis del NPA
existe, pero la base cree aún en esta campaña, aunque no sea al 100%, y quiere
desarrollarla hasta el final. Y si el NPA está al borde de la escisión, pelearé
para decir que nuestros desacuerdos pueden coexistir en el mismo partido”. Una
opinión compartida por Antoine, él también elegido para el CE sobre la base de
una posición muy hostil al Frente de Izquierdas: “Nada está zanjado. Pero si los
miembros de la GA que están en la dirección están prácticamente fuera, están en
desfase con las preocupaciones de los militantes locales. Y los desacuerdos son
a veces sobreestimados. Algunos piensan que se queremos hacer la misma política
que Lutte Ouvrière, ¡pero eso es un error!”<BR><BR>Aún y todo: incluso si el NPA
logra por milagro hacer las paces de aquí al verano, sus efectivos han caído
enormemente. Eran 9.000 en el congreso de fundación en el invierno de 2009: en
junio, no eran ya más que 3.100 a la hora de votar el nombre del nuevo
candidato, de alrededor de 4.500 militantes estimados. Hoy son aún menos. Hace
varios meses que el ambiente interno es detestable, al menos en el seno de la
dirección, agravado por embrollos financieros tales que han estado a punto de
ser arbitrados por un juez y que acaban de pudrir las discusiones.<BR><BR>Hace
tres años, Olivier Besancenot gozaba de una popularidad rara en el seno de la
izquierda radical, su partido acreditaba resultados de dos cifras. Es Mélenchon
quien ha tomado el relevo, relegando a Poutou a un relativo anonimato. Desde
este punto de vista, el NPA que se quería un partido anticapitalista de masas es
un fracaso. “Era una apuesta bastante insensata. No hemos estado a la altura”,
zanja Sabado. <BR><BR>Las razones de ello son múltiples y todas no son
compartidas por las sensibilidades del NPA. Pero todos objetan en primer lugar
un contexto social desfavorable. El partido anticapitalista, cuyo proyecto había
sido lanzado inmediatamente después de la elección de Nicolas Sarkozy en 2007,
se constituyó en plena crisis, cuando las luchas sociales encadenaban fracasos,
incluso el gran movimiento contra la reforma de las jubilaciones del otoño de
2010. “Se creó el NPA cuando todo el mundo había sido vapuleado”, dice un
militante. En el resto de Europa, en Alemania, en Italia o en Portugal, la
izquierda radical no está mucho más en forma, se tranquiliza el NPA. “El Frente
de Izquierdas es la excepción, explica Sabado. Porque hay una conjunción muy
particular del PCF y del republicanismo melenchoniano que funciona en Francia”.
<BR><BR>Se añade a esto el ritmo electoral: a penas nacido, el “partido de
Olivier Besancenot” se vió inmediatamente enfrentado a su primera cita, las
europeas, y a su primer debate sobre la unidad. En la izquierda radical, se
vivía entonces como dominador. Dió portazo a las discusiones con el Partido de
Izquierdas de Mélenchon, creado un año antes y al PCF. “Cuando acaba uno de
crearse, hay una lógica en presentarse solo. Pero las europeas, fue el error
fundador. Se subestimó al Frente de Izquierdas”, explica Ingrid Hayes, entonces
opuesta a toda alianza. “Se dirá más tarde que se trataba de una arrogancia
juvenil. Se puede sobre todo estimar que es un error de análisis sobre la
capacidad tan rápida de esta parte de la izquierda de encontrar una
funcionalidad”, señala también Samy Joshua.<BR><BR>Sandra Demarcq, de la actual
dirección: “Se analizó mal la derechización del PS y del candidato Hollande que
no deja ningún lugar más que al reformismo de izquierdas de Mélenchon. ¡Y se
analizó mal al Frente de Izquierda porque pensábamos que éramos los reyes!” Ya
en las europeas, el Frente de Izquierdas adelantó al NPA (6% contra el 5% de los
votos). Luego, la distancia no ha dejado de crecer.<BR><BR>Otra herida de
juventud: un año después de su creación, el NPA tuvo que afrontar en enero de
2010 la muerte de Daniel Bensaid, cofundador y teórico de la LCR. “Es gracias a
él que se podía decir en las reuniones de la IV Internacional que el marxismo
filosófico era alemán, el marxismo económico era inglés y el marxismo político
era francés”, juzgaba entonces François Sabado. Dos años después, dice: “Daniel
tenía una bonita fórmula. Decía que con el NPA, se iba a perder en sustancia
pero para mejor ganar en superficie. En realidad, se ha perdido demasiado en
sustancia. Y esto ha coincidido con su fallecimiento. Era un punto de anclaje
fuerte”. Tanto más fuerte en la medida que era uno de sus intelectuales muy
apegados a la vida del partido -”uno de los últimos intelectuales orgánicos”- y
que establecía la ligazón entre la joven generación en el seno de la revista
Contretemps o de la sociedad Louise-Michel. <BR><BR>Y así nos encontramos al
NPA, algunos meses más tarde, confrontado a un debate que va a dividirle
profundamente: el debate sobre el velo, provocado por la candidatura para las
elecciones regionales de una joven militante que llevaba el velo. Desde
entonces, el partido no ha logrado ponerse de acuerdo y la militante Ilham
Moussaïd tomó la tangente con sus camaradas de los barrios populares de
Avignon.<BR><BR>Algunos ven ahí el signo de otra debilidad estructural del NPA:
los militantes que habían afluido en el momento de su creación eran en realidad
muy heterogéneos, teniendo como principal punto de anclaje la figura mediática
de Olivier Besancenot, cemento de una organización que la dirección no ha
logrado jamás controlar realmente. “Con la defección de Olivier, el NPA acababa
de inventar el suicidio involuntario”, escribe brutalmente Samy Johsua. Severo,
pero con un ángulo diferente, Sabado lo es también para sus sucesores en la
dirección: “El NPA, es ante todo una crisis de dirección. Las divergencias eran
compatibles en un mismo partido. A condición de que hubiera un centro fuerte que
lograra hacer vivir al partido y en el que se encontrara todo el
mundo”.<BR><BR>Otros juzgan que estas diferencias eran en realidad insuperables
desde el comienzo. Es el análisis que hace Myriam Martin, derrotada para la
candidatura para las presidenciales en junio pasado y que podría ser la
candidata en Toulouse en las legislativas con el Frente de Izquierdas. “Desde el
congreso de fundación, el gusano estaba en la fruta, dice. Había dos proyectos
antagonistas, entre un partido revolucionario y un partido anticapitalista. No
se ha querido verlo suficientemente pronto”. <BR><BR>Su camarada de la “GA”,
Ingrid Hayes, asiente: “Se habría debido batallar y no se ha hecho. Sin embargo,
el debate sobre el nombre del partido en el congreso fundador habría debido
alertarnos”. Entonces, el nombre de “Nuevo Partido Anticapitalista” se impuso
por una muy corta mayoría al de “Partido Anticapitalista Revolucionario”. Un
signo de las profundas divergencias que estructuran a la izquierda radical y sus
alianzas desde ...2005 y la campaña del “no” en el referéndum
europeo.<BR><BR>Entonces, ¿se acabó el NPA? No aún, quieren creer sus
militantes. “Puede haber una reacción”, dice Sandra Demarcq. Y luego, dice Samy
Johsua, si “la familia está dividida, no hay que insultar jamás al futuro”. Con
una sonrisa añade: “Trotsky y Lenin se insultaron durante años. Finalmente,
hicieron la revolución juntos”.
<HR>
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