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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>11 de mayo 2012<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Francia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>No hay que dejar
la bandera de la oposición a Marine Le Pen<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>François Sabado y Christine
Poupin *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Le Breche/A
l'encontre</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://alencontre.org/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://alencontre.org/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.vientosur.info/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><FONT size=2 face=Arial>Sarkozy ha sido derrotado.
Este resultado nos alivia y nos alegra. Debemos analizar la correlación de
fuerzas que traduce y la situación que se abre.<BR><BR>Como en el resto de
Europa, “los gobernantes salientes han sido expulsados”. La socialdemocracia
–griega, española y portuguesa- ha sido barrida. Aquí, (en Francia) la derecha
autoritaria ha sido echada. La crisis desestabiliza a toda la representación
política. La puesta en marcha de políticas de austeridad brutales arruina la
adhesión y la confianza de la población hacia los partidos en el poder, sean de
derechas, como la UMP en Francia, o de izquierdas, como los partidos
socialdemócratas en España, Portugal o Grecia.<BR><BR>Con ocasión de estas
elecciones, la izquierda ha conocido una ligera progresión, pero la correlación
de fuerzas derecha-izquierda de la primera vuelta de las presidenciales sigue
siendo ampliamente favorable a la derecha (56% contra 44%). La victoria de
Hollande es debida al fracaso de Sarkozy más que a su dinámica propia. Más aún,
el Frente Nacional de Marine Le Pen ha conocido una subida sin precedentes. La
vida política está ya sobredeterminada por el peso de la extrema derecha. La UMP
corre el riesgo de implosión, desgarrada entre un sector, polarizado por el
partido lepenista, y otros sectores de la derecha tradicional que rechazan la
deriva populista o fascista. A diferencia de las elecciones de 1981 o 1988, este
presidente de izquierdas ha sido elegido sin subida masiva de los votos de
izquierda. Llega al poder aprovechando la división de las derechas. División
reforzada por el llamamiento de François Bayrou a votar Hollande. Al día
siguiente de las elecciones, es la crisis mundial y específicamente europea la
que va a dominar la situación económica, social y política. Las agencias de
calificación han dado el tono: habrá que reducir aún más los presupuestos
sociales, desmantelar los servicios públicos. La Unión Europea exige la “regla
de oro”, integrando la prohibición de todo déficit público en la Constitución.
Conocemos ya los resultados de esta política: Europa se hunde en la recesión,
con más paro, menos poder de compra, cada vez menos servicios públicos.
<BR><BR>A la contrario que todas estas políticas, proponemos poner en el corazón
del debate público un plan de medidas de urgencia anticrisis. Este escudo social
para las clases populares incluirá un aumento de salario para todos de 300 euros
neto, un salario mínimo de 1.700 euros, la creación de centenares de miles de
empleos públicos, la prohibición de los despidos, la reducción del tiempo de
trabajo semanal a 32 horas para combatir el paro. François Hollande ha
denunciado durante su campaña a un enemigo sin rostro: las finanzas. ¿Cómo
resistirá la presión de los mercados financieros sin atacar a los bancos y a los
banqueros? ¿Cómo reducir la presión de la deuda y de la especulación dejando
funcionar al sector bancario según las reglas neoliberales? Sin expropiación de
los bancos y sin su nacionalización bajo control social, ningún gobierno
dispondrá de los medios necesarios para financiar una política que responda a
las necesidades sociales. Para dar la prioridad a los servicios públicos hay que
atacar a la deuda: organizar una auditoría pública para la anulación de la deuda
ilegítima y de sus intereses. Una nueva política fiscal, que suprima los regalos
a las grandes fortunas y ponga impuestos a las más ricas y los beneficios
capitalistas, estará en al centro de nuestras propuestas. Pero la profundidad de
la crisis, su carácter global, exige no solo resistir a la austeridad, sino
reorientar la economía según necesidades sociales y ecológicas, salir de lo
nuclear, reorganizar los sectores de la energía y de los transportes, el
hábitat, en amplios sectores públicos que escapen a la lógica de la ganancia
capitalista.<BR><BR>Lejos de tomar decisiones radicales contra la crisis,
Hollande se inscribe en las grandes orientaciones de la Unión Europea, queriendo
“dar sentido al rigor”, es decir retomando una política de austeridad.
“Hollandreu”, es una fórmula que ilustra bien los riesgos de una evolución de la
situación a la griega. Y el apoyo a François Hollande de Bayrou, feroz
partidario de la “regla de oro”, para desplegar una política de unión nacional
no es de buen augurio. Frente a los dictados de la Unión Europea, se impone una
primera tarea: rechazar el nuevo pacto europeo y, para ello, convocar un
referéndum en el que, de nuevo, el pueblo soberano diga “no” a esta Europa
neoliberal.<BR><BR>¿Austeridad de derechas o austeridad de izquierdas? Nuestros
dirigentes no contemplan otra alternativa. Y es tanto más inquietante en la
medida en que el Frente Nacional está al acecho. Marine Le Pen lo ha anunciado
ya: quiere ser la oposición de derechas. ¿Qué está en juego para su partido?
Crear las condiciones en 2017, o incluso antes, para una confrontación
derecha-extrema derecha frente a la izquierda, en la que el partido lepenista
ganaría la apuesta. En efecto, nada dice que un gobierno Hollande aguante frente
a una aceleración de la crisis. Es en este marco en el que empieza una carrera
de velocidad que acentuará la polarización entre el Frente Nacional y la
izquierda radical y anticapitalista. Carrera de velocidad resumida por la
situación abierta por el resultado de las elecciones en Grecia con, por un lado,
los buenos resultados de la izquierda radical, de Syriza en particular, y del
otro, la mala noticia, la entrada de los nazis en el parlamento... No podemos
dejar la bandera de la oposición a Marine Le Pen. Proponemos emprender la
construcción de un amplio movimiento unitario de la izquierda social y política
contra el Frente Nacional. <BR><BR>Hemos planteado durante la campaña la
perspectiva de una oposición de izquierda unitaria a un gobierno que aplicaría
una política de austeridad de izquierdas. No por impaciencia sino por análisis
de la política social liberal en Francia y en Europa, y necesidad de defender
los intereses de la mayoría de la población.<BR><BR>Proponemos que se reagrupen
en las empresas, los barrios, los trabajadores, los jóvenes y sus organizaciones
para exigir “¡el cambio, ahora!”, crear las condiciones de una movilización para
arrancar aumentos salariales, bloquear los despidos, obtener contratos fijos
para los precarios en el sector público, imponer la jubilación a los 60 años. No
hay duda de que comprometerse en la satisfacción de estas reivindicaciones
conducirá a la confrontación con los mercados financieros y los grandes grupos
bancarios.<BR><BR>Estas primeras propuestas se oponen a toda política de
austeridad y al rigor “con salsa Hollandesa”. He ahí porqué es imposible
defender a la vez estas medidas de urgencia y apoyar de cerca o de lejos a un
gobierno Hollande. Los dirigentes del Frente de Izquierdas decidirán su
participación en el gobierno tras las elecciones legislativas. En esta etapa,
parece que descartan una participación directa y contemplan un “apoyo sin
participación”, vieja fórmula del pasado ya utilizada por el PCF. En las
próximas elecciones legislativas, habrá que derrotar una vez más a la derecha y
la extrema derecha, pero la única política clara es rechazar toda austeridad ya
sea de derechas o de izquierdas. Será precisa una oposición de izquierdas al
gobierno. El NPA está dispuesto a ello. ¿Y los dirigentes del Frente de
Izquierdas? Estamos en una encrucijada.<BR><BR>La crisis del sistema es global,
económica por supuesto, pero también ecológica y política. Marca también un
vuelco del mundo. En estas condiciones, la herramienta política que hay que
construir no puede esquivar ni la cuestión del productivismo, ni la cuestión del
internacionalismo, ni la de la democracia real y la
autoorganización.<BR><BR>Para afrontar la crisis, los llamamientos a “la
república”, las denuncias de “las finanzas”, las combinaciones institucionales
con el social liberalismo no son suficientes. En una coyuntura electoral marcada
por derrotas sociales, el discurso del Frente de Izquierda ha podido convencer a
millones de electores. Sin embargo, pensamos que ni la dirección del PCF ni la
retórica de Mélenchon estarán a la altura de los desafíos de la crisis. Los
proyectos reformistas, incluso de izquierdas, pueden en un primer momento
reagrupar las primeras resistencias a la crisis. Se trata ahora de preparar la
confrontación con los capitalistas y rechazar la austeridad de izquierdas del
gobierno. El objetivo, no lo ocultamos: preparar un nuevo mayo 68 o un nuevo
junio 1936 que imponga una transformación radical de la sociedad. Estamos
dispuestos a marchar juntos con el Frente de Izquierdas y todos los que se
opongan a las políticas de austeridad, a discutir sobre las modalidades de un
bloque antiausteridad, anti Frente Nacional, de un bloque que sea la oposición
de izquierdas al gobierno de Hollande. Pero los choques sociales y políticos que
tenemos por delante exigen, más que nunca, la independencia de los
anticapitalistas. Frente a las incertidumbres de la política del Frente de
Izquierdas y a su orientación de “un pie dentro, un pie fuera” hacia la nueva
mayoría, proponemos que se federen sobre bases 100% independientes del PS todas
las fuerzas y corrientes anticapitalistas, las fuerzas que han asegurado la
continuidad y el hilo histórico de la corriente revolucionaria, los libertarios,
los ecologistas radicales, los y las militantes del movimiento social y
sindical…<BR><BR>Esto supone construir una herramienta verdaderamente
independiente. Es el meollo de un doble desafío para el NPA: el relanzamiento
del reagrupamiento de los anticapitalistas y una política unitaria anticrisis,
en particular con el Frente de Izquierdas pero, bastante más allá, con todos y
todas los que se oponen a las políticas de austeridad. <BR><BR>* François Sabado
es miembro “histórico” de la dirección de la LCR (Liga Comunista Revolucionaria)
y Christine Poupin es portavoz del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista). <BR>
<HR>
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