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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>6 de agosto 2012</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
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<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>América Latina</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La lógica infernal del
capital</FONT><BR><BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Guillermo Almeyra<BR>La Jornada, México,
5-8-2012</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
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<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><FONT size=3
face=Calibri></FONT><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Los estados capitalistas dependientes que, en América Latina
tienen gobiernos llamados progresistas que se rehúsan a aplicar las políticas
impuestas por el Consenso de Washington, están atrapados en un engranaje que
devora continuamente los esfuerzos en pro de un cambio económico y social,
mecanismo que reproduce y agrava el pasado, afirmando de paso las políticas
neoliberales que esos gobiernos declaran rechazar.</FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Sus economías viven cada vez más de la exportación de<EM>
commodities</EM>, sobre la base del cultivo de unos pocos productos exportables;
además, necesitan inversiones extranjeras para impulsar una industrialización de
base y la creación de infraestructuras porque el gran capital controla el ahorro
nacional y lo exporta, y los grandes capitalistas extraen y se llevan legal o
ilegalmente capitales y ganancias por cientos de miles de millones de
dólares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los bancos, las grandes industrias exportadoras o
productoras de alimentos y bienes de consumo e incluso buena parte de la tierra
están, en efecto, en manos extranjeras y su producción y exportaciones son, en
realidad, un comercio interno entre la matriz y diversas filiales de empresas
transnacionales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los autos argentinos, por ejemplo, son Fiat, Ford, GM o
de otras marcas similares; el acero argentino es de la transnacional Techint;
los granos exportados, de Cargill, Bunge y Dreyfus, grandes transnacionales del
sector, y la propiedad del gas, del petróleo y de la electricidad sigue en manos
extranjeras, pues la cacareada renacionalización de YPF se limitó meramente al
control del Estado de 51 por ciento de las acciones del ex socio mayoritario
-Repsol-, que continúa formando parte de la empresa, la cual es mixta, no
estatal; mientras, 68 por ciento de los yacimientos argentinos son explotados
por otras firmas igualmente privadas, en su inmensa mayoría de otros países.
Petrobras, por su parte, no es brasileña, sino una compañía mixta, y lo mismo
sucede con la gran mayoría de las palancas de la economía boliviana o
ecuatoriana.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Esos gobiernos, para sostener el alto nivel de ganancias de
los inversionistas, deben mantener bajo control los ingresos reales de los
trabajadores, lo cual impide un aumento mayor de la construcción de viviendas y
del consumo de bienes esenciales y, por consiguiente, una importante parte de la
población económica activa se encuentra en el sector llamado informal (de
desocupación disfrazada), en el desempleo estructural y en la pobreza. Los
cuantiosos subsidios estatales en realidad no tienen como principal motivación
aliviar la pobreza y asegurar un mínimo de consumo sino, sobre todo, abaratar la
mano de obra al reducir el precio de los servicios, en particular el del
transporte, y de algunos bienes salario. Son subsidios al sector patronal porque
el Estado contiene así las demandas salariales y asegura una fuerza de trabajo
barata pero con alta productividad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esa política de sostén estatal a las ganancias patronales
en los tiempos de crisis, como el actual, es insostenible y no puede impedir ni
los despidos ni un nuevo aumento de la pobreza y tampoco el número de
desempleados; ni siquiera traba la desindustrialización relativa porque, cuando
la especulación se concentra sobre el sector de granos forrajeros o alimenticios
(soya, maíz, trigo) es mucho más lucrativo poner los capitales en ese comercio
que invertir a largo plazo en mercados asfixiados por la escasa capacidad de
consumo de una gran masa de su población.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, los intentos de unificar esfuerzos, por
ejemplo, en el contexto del Mercosur, son fructíferos sólo a mediano o largo
plazo, pues por importantes que sean, no arrojan resultados inmediatos y no hay
aún una estrecha cooperación financiera entre los países miembros ni una moneda
común, y como dichos esfuerzos deben vencer los intereses particulares de cada
nación, la coordinación y una posible unificación aparecen más como una meta que
como una solución inmediata.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso lleva a recurrir desesperadamente a una nueva
panacea: el desarrollo de la minería, para extraer oro y metales y tierras
raras, cualquiera que sea el precio social, ambiental y político. También
conduce a la reducción al máximo de los márgenes democráticos, para acallar las
protestas de la sociedad y adoptar decisiones repentinas -desde arriba e
inconsultas-, chocando así con la base social de esos gobiernos y pisoteando
leyes e instituciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De este modo, gobiernos que fueron el resultado directo o
indirecto de movilizaciones por la democracia y por un cambio social, restringen
ahora los márgenes de la democracia y reproducen el viejo orden social,
debilitándose.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No se sale de los males del capitalismo con más
capitalismo. La solución a ese nudo gordiano nuevamente es la de Alejandro:
cortarlo. Ahora bien, es imposible la autarquía y no es posible comerse la soya
y prescindir del comercio exterior, pero éste podría ser monopolizado por el
Estado, que vendería la producción a otros países pagando en pesos a los
productores. Es posible igualmente dar prioridad al futuro, a las próximas
generaciones, preservando el agua y el ambiente, en vez de regalarlos a las
mineras extranjeras, y es factible comenzar a planificar la producción y los
consumos, así como reconstruir el territorio, considerando en conjunto, con los
países vecinos, los recursos, los medios, las necesidades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Precisamente porque la crisis es profunda y duradera y,
contrariamente a muchas fanfarronadas dichas hasta hace poco, nuestros países no
están blindados contra ella; la alternativa es clara: seguir en este juego y
hundirnos aún más o tomar medidas radicales que puedan ayudar a una transición
fuera realmente de la lógica infernal del capital, contando con el apoyo y la
movilización de los trabajadores y las poblaciones. Eso requiere dejar de lado
la arrogancia de los ignorantes. No es tiempo para decisiones de gabinetes de
tecnócratas, sino de discusión pública y democrática de lo que se debe hacer
ante los grandes problemas.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>