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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>21 de agosto 2012</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Memoria</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV><FONT size=3><STRONG>A 72 años de su asesinato</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT><BR><STRONG>Trotski, un líder
contra la corriente</STRONG></FONT> <BR> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Todo movimiento
revolucionario consistente deberá partir del legado de Trotski, afirma
Jean-Jacques Marie, autor de una ambiciosa biografía sobre el teórico de "la
revolución permanente". Aquí, un análisis en presente de sus ideas y sus
profecías sobre el capitalismo. <BR></STRONG> <BR></FONT><FONT size=2
face=Arial><STRONG>Ismael Bermúdez<BR>Artículo publicado en la Revista Ñ, Buenos
Aires, 19-9-2009</STRONG><BR> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>La obra de Jean-Jacques Marie (1) es
la última de una serie de grandes biografías del revolucionario "sin fronteras".
La primera (Mi vida) fue escrita por el propio Trotski en 1929 ya deportado de
la URSS. La segunda obra es la de Victor Serge (Vida y muerte de Trotski) a
fines de la década del 40. Le siguió la Trilogía de Isaac Deutscher en los 50, y
más recientemente, la cuarta, del historiador Pierre Broué. Las de Deutscher y
Broué son biografías monumentales que se beneficiaron, la primera, de la
apertura parcial de los archivos de Trotski depositados en la Universidad de
Harvard, gracias a una autorización de Natalia Sedova, la mujer de Trotski, y de
la apertura definitiva de esos archivos, una vez transcurrido el tiempo
establecido por el propio Trotski. En Trotski. Revolucionario sin fronteras, J-J
Marie añade un trabajo de investigación en los archivos rusos, parcialmente
abiertos a los estudiosos. <BR><BR>Todas estas biografías han estado
condicionadas al marco de la época en que fueron escritas. Eso es claro para la
autobiografía, un tremendo instrumento político-literario de defensa del
programa internacionalista de la Revolución de Octubre, contra el "socialismo en
un solo país, y del papel que jugó su autor en la teoría y en la práctica. Lo
mismo ocurre, incluso con un mayor énfasis en el opus de Deutscher, para quien
Trotski fue "un profeta desarmado" y Stalin el ejecutor práctico de esa
profecía. Es relativamente poco conocida la condena de Deutscher, en la revista
Le Temps Modernes, del levantamiento obrero contra el ejército soviético, en
1953, en tanto veía a éste y no a aquellos, como los portadores de la extensión
mundial de la Revolución de Octubre. Un general ruso, E. Volkof, incursionó
también, hace una década, en un libelo biográfico, con el evidente propósito de
desalojar el legado de Trotski como una alternativa a la perestroika y al
restablecimiento del capitalismo. <BR><BR><STRONG>Audacia y rigor
<BR></STRONG><BR>J-J Marie, que tiene una labor historiográfica enorme, acaba de
publicar dos libros: uno sobre el levantamiento obrero contra el gobierno
bolchevique, en Cronstadt, y otro sobre la guerra civil rusa de 1918-22. En este
último trabajo, documenta al terrorismo rojo como un sistema de autodefensa de
la revolución contra las masacres y exterminios de los ejércitos blancos, en lo
que pretende ser, claramente, una respuesta a los historiadores que han señalado
su origen en la política de Lenin y Trotski. En esta línea de condicionamiento a
la actualidad histórica, la biografía de J-J-Marie aborda "sobre todo" el
período de la vida de Trotski que arranca "con la fundación de la Internacional
Comunista, cuyo manifiesto él redacta en marzo de 1919", hasta su asesinato en
México en agosto de 1940. La tesis de fondo del autor es que el trotskismo sigue
siendo la "continuidad revolucionaria" de la larga lucha histórica por el
socialismo y de la revolución de 1917. Como también lo hacen las otras
biografías, J-J Marie destaca las condiciones de Trotski como hombre de acción:
fue presidente del Soviet en las dos revoluciones, la de 1905 y de 1917,
presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo y comisario de Relaciones
Exteriores, y el fundador del Ejército Rojo y su conductor durante la guerra
civil y las guerras internacionales que siguieron a la victoria de la revolución
soviética. <BR><BR>Quizás subraye este aspecto irrefutable para atacar una
visión contemporánea distorsionada del "gran organizador de victorias", como lo
bautizó Karl Radek, que lo admite a regañadientes apenas como un gran literato
histórico y político. Para el biógrafo, Trotski es, incluso en este plano, algo
más: es por "sobre todo", el hombre que se destacó por su originalidad en la
caracterización de los procesos más complejos de la historia del si¬glo pasado,
y por la audacia y rigor de sus pronósticos políticos. Trotski reunió estas dos
cualidades para desarrollar una verdadera escuela de orientación y tácticas
políticas -notablemente, en el período previo al ascenso del nazismo y en la
revolución española, pero también con referencia al nacionalismo latinoamericano
que emergió con fuerza en los años 30, o al ascenso obrero en los Estados Unidos
que siguió a la Gran Depresión. <BR> <BR>La primera de esas previsiones
histórico-políticas más destacadas del "organizador de Octubre", formulada desde
antes de la revolución de 1905, es la tesis de "la revolución permanente", que
rompe el paradigma de los procesos revolu¬cionarios de los siglos precedentes
(XVII-XIX). Trotski advierte que las revoluciones democráticas ya no podrían
quedar encerradas en sus objetivos nacionales y republicanos, y que se
transformarían en socialistas, como consecuencia del desarrollo de la economía
mundial y de la emergencia de una clase obrera fuertemente concentrada, incluso
en los países de desarrollo histórico retrasado. La burguesía y la pequeña
burguesía serían desplazadas del liderazgo de la revolución democrática por el
proletariado. Trotski reformula en estos términos "la teoría de la revolución
permanente" establecida por Marx, en 1850. La "permanencia de la revolución" es
inherente a las revoluciones proletarias, había advertido Marx, pues ellas no
pueden progresar sin una crítica constante de sus propios pasos; el proletariado
no pretende consagrar a una nueva clase explotadora sino abolir toda forma de
explotación social y de opresión del individuo. <BR> <BR>El pronóstico de
Trotski acerca de la "permanencia" de la revolución rusa que se consideraba
inminente, se empeña en subrayar J-J Marie, fue enteramente confirmado por la
historia. La segunda previsión destacada de Trotski estuvo relacionada con el
ascenso del fascismo alemán y con la necesidad de que los partidos obreros lo
enfrentaran mediante un "frente único". "Ya en noviembre de 1929" Trotski
califica como "mortal" la política del estalinismo, que "ponía en el mismo plano
a la socialdemocracia y el fascismo". La campaña de Trotski por el frente único
proletario, o sea con los socialistas, contra el fascismo, y la necesidad de
usar métodos revolucionarios para destruir en la práctica a las milicias nazis,
fue extremadamente vigorosa, y hasta se podría decir desesperada. Trotski ya
había visto actuar al estalinismo en la revolución china de 1927, cuando la
colaboración con el nacionalismo, combinada con raptos de ultraizquierdismo,
había llevado a la masacre de los cuadros del partido comunista, y ahora temía
algo muchísimo peor. En 1932 previene que "el advenimiento del fascismo en
Alemania... provocará la guerra contra la URSS". En junio de 1933, Trotski dice:
"El plazo que nos separa de una nueva catástrofe europea está determinado por el
tiempo necesario para el rearme de Alemania. Algunos años bastarán para que
Europa vuelva a precipitarse en la guerra, si Hitler no es detenido por la
fuerzas internas de la propia Alemania". Será igualmente el primero en prever el
exterminio que el hitlerismo tenía reservado al pueblo judío: "No cuesta mucho
imaginar la suerte que aguarda a los judíos con el comienzo de la futura guerra.
Pero, aún sin guerra (!!), el próximo desarrollo de la reacción mundial
significa casi con certeza su exterminio físico". Es oportuno traer a relación
este punto cuando en la literatura histórica reciente sobre la Shoa se atribuye
este exterminio a un encadenamiento de procesos políticos y militares
relativamente aleatorios, y se descarta que estuviera inscripta en la dinámica
contrarrevolucionaria única que representa el fascismo alemán. La plasticidad
del pensamiento político del héroe de esta biografía se manifiesta cuando
rechaza la pretensión de que los Frentes Populares, o sea la alianza de los
partidos de izquierda con la burguesía liberal, constituyan la réplica adecuada
al fascismo y al nazismo o que equivalgan al frente único de la clase obrera por
el cual había batallado contra el ascenso de Hitler. Para Trotski esos frentes
son otra forma de contener y maniatar a la clase obrera, por eso aparecen,
especialmente, en situaciones pre-revolucionarias. Como lo demostrarían las
experiencias de Francia y España, abrirían también la victoria del fascismo. Lo
que J-J-Marie se ocupa en subrayar como de rigurosa actualidad es el pronóstico
que Trotski desarrolla en su libro Adónde va la URSS -cuyo editor transformó en
La Revolución traicionada, o sea, la tendencia de la burocracia a restaurar el
capitalismo. <BR> <BR>En oposición a las afirmaciones de que el "socialismo
en un solo país" y la "coexistencia pacífica" (colaboración política con las
grandes potencias) asegurarían, con el paso del tiempo y en forma gradual, la
primacía de la URSS sobre el capitalismo mundial, Trotski planteó que, al revés,
el tiempo, precisamente, acentuaría las contradicciones sociales de la autarquía
y del aislamiento, y que la presión de la economía y la política mundiales
reforzarían las tendencias centrifugas del sistema. En este terreno
"transitorio", dice, la burocracia opera como una casta restauracionista, que
"si se mantiene a la cabeza del Estado, "inevitablemente" buscará "restablecer
la propiedad privada" y transformarse ella misma "en una nueva burguesía". "La
rapidez con que la Nomenklatura se transformó de burocracia parasitaria en una
suma y resta de bandas mafiosas, para apropiarse con violencia la propiedad
estatal, confirma las grandes líneas de su análisis", escribe J-J Marie. Este
conjunto de caracterizaciones históricas, que se podrían calificar como sin
precedentes, supone una definida visión de la época, por parte de su autor.
<BR> <BR>Trotski se inscribe en la corriente que destaca que el capitalismo
ha entrado en la fase histórica de la decadencia o declinación; que ha
desarrollado formas sociales que lo niegan en forma parcial (como el monopolio
-negación parcial del mercado- y la socialización de la producción, es decir la
deca¬dencia de la pequeña propiedad) y caracteriza al imperialismo, en el plano
político, como "reacción en toda la línea". Esta apreciación bolchevique
(original de Lenin) de la decadencia de la democracia liberal, se anticipa en
algunas décadas a los conceptos de "estado de excepción", que luego analizaron
Walter Benjamin o, recientemente, Giorgio Agamben. Cuando aborda, en numerosos
textos, la tendencia del capitalismo hacia la catástrofe económica y a la
disolución de las relaciones sociales capitalistas, Trotski se preocupa por
sobre todo, sin embargo, en advertir que este desarrollo creador de situaciones
prerrevolucionarias o revolucionarias, se encuentra en contradicción con lo que
la caracteriza como la "crisis de dirección del proletariado", a la cual no
vacila en atribuir "la crisis de la humanidad". Hace referencia, con estos
conceptos, a la incapacidad de los partidos históricos de la clase obrera para
orientar una salida revolucionaria a la bancarrota del capital. Este aspecto del
legado teórico de Trotski ha cobrado, en los días que corren, una especial
actualidad. <BR><BR><STRONG>Un debate aún abierto <BR></STRONG><BR>Como
conclusión política de su labor biográfica, J-J Marie plantea que la
"continuidad revolucionaria", abandonada por comunistas y socialistas, está
encarnada en el trotskismo y sus seguidores. Obviamente, se trata de una
falacia, pues para eso no alcanza una biografía de Trotski: habría que escribir
otro libro que demuestre que los seguidores operan, realmente, en la misma
escala histórica de su líder. Lo que se desprende de la biografía es una
conclusión de otro alcance: que cualquier movimiento revolucionario consistente,
en la actualidad, deberá partir del legado teórico-práctico de Trotski, que para
J-J Marie se resume en el programa de la IV Internacional. Ninguna teoría ni
programa posteriores o contemporáneos, como sería, por caso, el "socialismo del
siglo XXI", integra el conjunto de las contradicciones del capitalismo
contemporáneo en una totalidad. Los socialismos indigenista, bolivariano o
islámico constituyen una regresión teórica e histórica hacia el particularismo.
<BR> <BR>En realidad, la reivindicación de la "continuidad revolucionaria"
del trotskismo, como una recuperación de teoría y de práctica, colisiona con la
evidente crisis del trotskismo, que no se reduce a su fragmentación. Trotski fue
precisamente quien advirtió que, si bien sus pronósticos triunfaban sobre el de
sus adversarios, lo hacían por el lado negativo, o sea por sucesivas derrotas de
la clase obrera. Así, la burocratización triunfaba sobre la revolución
permanente; o el restablecimiento del capitalismo derrotaba a la alternativa de
una revolución que restableciera los principios de un régimen de democracia
socialista. El trotskismo aparece como un movimiento que opera contra la
corriente, lo que no debería sorprender, porque es lo que le ha ocurrido a todas
las corrientes revolucionarias en la historia. Este es el contexto histórico de
su crisis. Las revoluciones de la posguerra y luego el quinquenio 1968-74, desde
el Mayo Francés hasta la revolución portuguesa, sin embargo, pusieron en
movimiento nuevas fuerzas. En América Latina ocurrió lo mismo con las
revoluciones boliviana y cubana. El trotskismo comenzó a tener una presencia
"invasiva", aun con sus numerosas y hasta crecientes fragmentaciones.
<BR> <BR>La crisis mundial que se encuentra en desarrollo en la actualidad
(y la serie de levantamientos nacionales o indigenistas desde el 2000 a la fecha
en América Latina) plantea un cuadro histórico único. Son muchos los que
advierten que suscitará, además de las bancarrotas, conmociones sociales que
podrían demoler las construcciones políticas existentes. Si las revoluciones del
siglo XX buscaron su base teórica en la crítica a las revoluciones del siglo
precedente y en Marx, las revoluciones en curso o las próximas podrían recuperar
su inspiración programática en la historia que biografió J-J Marie. Trotski
explicó en su momento que sus pronósticos se confirmaron pero por su costado
negativo, contrarrevolucionario: se impuso Stalin, triunfó Hitler, fue derrotada
la Revolución Española, se desencadenó la II Guerra Mundial, se produjo el
Holocausto. La continuidad que encarnaba no se cristalizó en fuerzas vivas y
reales. Luego de la Segunda Guerra Mundial, la "marea revolucionaria" europea
pudo ser contenida por el Pacto Stalin-Churchill-Roosevelt. Y no sin grandes
luchas, la Gran Revolución China, la revolución cubana, la derrota
norteamericana en Vietnam también involucionaron, con el gigante asiático
convertido en una plataforma de los grandes capitales extranjeros. Por sus
análisis, pronósticos y programa, Trotski encarna una "continuidad" que no se
expresa en el tejido político y social de la clase obrera. Ese es el debate que,
Jean-Jacques Marie con la proclamación abstracta de la continuidad, da como
resuelto pero que sigue abierto y se expresa en la tan vigente como
incomprendida frase de Trotski: "La crisis de la humanidad es la crisis de su
dirección revolucionaria".</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3
face=Calibri><STRONG><FONT size=2 face=Arial>1) Nota de Correspondencia de
Prensa:</FONT></STRONG> <FONT size=2 face=Arial>Trotski. Revolucionario sin
fronteras (Fondo de Cultura Económica, Argentina, 2009).</FONT></FONT></DIV>
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<HR>
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