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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>27 de agosto 2012<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Bain Capital y los escuadrones de la
muerte salvadoreños<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>El dinero
sangriento de Romney<BR></FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Sandy Smith-Nonini
*<BR>CounterPunch</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.counterpunch.org/"><STRONG>http://www.counterpunch.org/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR>Revelaciones recientes sobre la altamente lucrativa
compañía Bain Capital de Mitt Romney ayudan a conectar los puntos entre paraísos
fiscales offshore, inversionistas sospechosos y el papel que los beneficios mal
habidos juegan en el casino del actual capital financiero. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los Angeles Times y Huffington Post publicaron el mes
pasado investigaciones que muestran que más de un tercio de los 37 millones de
dólares reunidos por Romney para lanzar Bain Capital a mediados de los años
ochenta provino de ricos latinoamericanos, en su mayoría de familias
salvadoreñas vinculadas a los escuadrones de la muerte. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Un paraíso fiscal en Panamá aseguró a Bain el secreto
necesario para atraer los aproximadamente 6,5 millones de dólares de familias
salvadoreñas de lo que muchos expertos en derechos humanos calificarían de
“dinero sangriento”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras vivía en El Salvador en 1989, mi familia fue
víctima del terror derechista, por lo tanto la noticia fue como un golpe en la
cara. Pero como profesora, sé que la generación de estadounidenses nacidos a
partir de 1980 tiene poca idea de la inquietante historia de ayuda de EE.UU. al
militarismo centroamericano. Tal vez sea el motivo por el cual no se ha
informado más sobre esta historia. Quisiera explicar por qué utilizo una
expresión tan brutal como dinero sangriento. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las revelaciones me hicieron volver a noviembre de 1989
cuando trabajé como corresponsal a tiempo parcial para el New York Times y otros
periódicos estadounidenses en San Salvador. Era por la noche. Estaba sentada en
el piso de mi dormitorio con un laptop terminando un artículo sobre las
recientes incursiones de la fuerza aérea en vecindarios urbanos en la capital.
Momentos después de enviar el archivo sonó el teléfono. “Tiene 24 horas para
abandonar el país o se puede despedir de su familia”, dijo un hombre en inglés
con acento. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los tenebrosos escuadrones de la muerte de mis artículos
se materializaron repentinamente en una amenaza personal, alguien con un fusil
nos tenía a mi hijo pequeño y a mi en su punto de mira. Era imposible partir
porque el aeropuerto y las compañías de autobuses estaban cerrados por los
combates, por lo tanto estuve oculta una semana de pesadilla con mi hijo
mientras pasaba largas horas corriendo entre él y mi oficina del cuerpo de
prensa extranjera constantemente en alerta mirando por el retrovisor de mi jeep.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante ese año habíamos perdido a la tía de mi hijo
debido al terror. Marta Lidia “Tita” Guzmán, activista de UNADES, un grupo que
defendía a las víctimas del terremoto de 1986, desapareció pocas horas después
de que la Policía Nacional allanara su oficina en junio de 1989. Nunca hallamos
su cuerpo. Decenas de miles de personas murieron de la misma manera, asesinados
por lo que el politólogo William Stanley llamó un “Estado de extorsión a cambio
de protección”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para mí es grotesco imaginar que familias profundamente
enredadas en las operaciones de “la extorsión a cambio de protección” tras el
asesinato de Tita hayan ayudado a financiar el ascenso al poder de un candidato
a la presidencia de EE.UU. Lejos de desmentir las afirmaciones, Romney nombró y
agradeció públicamente a varios inversionistas salvadoreños en un discurso de
2007 en Miami. Funcionarios estadounidenses e investigadores de derechos humanos
habían relacionado a parientes cercanos de los inversionistas, pertenecientes a
las familias Poma, Dueñas, de Sola y Salaverria, con la violencia paramilitar
den 1984 cuando se reunieron con Romney. Algunos de sus parientes fueron
acusados de haber dirigido personalmente la violencia, otros de haberla apoyado
entre bastidores bajo cobertura del partido de extrema derecha ARENA que
orquestó los escuadrones de la muerte en esos años. <BR></DIV>
<DIV align=justify>El un artículo del Times del 19 de julio cita las solicitudes
corporativas de Bain en Massachusetts, así como una revelación de 1994 del
Boston Globe que calculó la inversión de los salvadoreños en Bain en 6,5
millones de dólares, sobre la base de escritos del exejecutivo de Bain, Harry
Strachan, quien presentó a Romney a los inversionistas. El Globe citó dichos
escritos de Romney en los que afirmaba que Bain había revisado los antecedentes
de los inversionistas individuales (ninguno de los cuales está acusado de
crímenes contra los derechos humanos) pero no había investigado a sus familias.
El blog Salon también informó del reclutamiento por parte de Romney de los
inversionistas salvadoreños en enero. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aproximadamente 35.000 salvadoreños fueron asesinados, la
mayoría por motivos políticos, entre 1979 y 1984 cuando la violencia llegó a
niveles genocidas, cuando habitualmente se encontraban cadáveres mutilados en
vertederos o arrojados al borde de las rutas. En su libro de 1992 How Holocausts
Happen el sociólogo Douglas Porpora argumentó que, considerando la proporción de
salvadoreños afectados y la naturaleza sistemática de la violencia a principios
de los años ochenta, se justificaba considerar este período como un
acontecimiento parecido al Holocausto. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La generosa ayuda exterior del gobierno de Reagan al
régimen militar protegió a una pequeña oligarquía de familias cuya riqueza
provenía de plantaciones dependientes de mano de obra barata y de un campesinado
despojhado de sus tierras por la fuerza. Después de un alto el fuego de1992 un
estudio de las Naciones Unidas culpó a los militares del gobierno y a los
escuadrones de la muerte aliados de un 85% de las muertes de civiles. Documenté
la cantidad de víctimas de los despojos de tierras y del militarismo salvadoreño
en mi libro de 2010 Healing the Body Politic (Rutgers University Press), que
rastreó 25 años de resistencia al régimen por parte de las organizadores de la
salud comunitaria rural durante los 12 años de guerra y después. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El partido ARENA se transformó posteriormente de una
fachada de los escuadrones de la muerte a un partido del gran dinero en 1989
cuando conquistó la presidencia, gobernando el país y gozando de una estrecha
alianza con los gobiernos de EE.UU. hasta su derrota electoral en 2009. El
respaldo a los militares salvadoreños de la era de Reagan es visto ahora por los
historiadores como negativo para la credibilidad de EE.UU. respecto a los
derechos humanos. Es una señal de cambio que durante la visita del presidente
Obama en 2011 al país haya honrado la tumba del arzobispo Óscar Romero, un amado
sacerdote que se pronunció contra los asesinatos y fue asesinado él mismo por un
escuadrón de la muerte. ¡Qué revés sería que una victoria de Romney en noviembre
volviera a colocar a EE.UU. al servicio de actuales y antiguos oligarcas
latinoamericanos con las manos manchadas de sangre! </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque es difícil desenterrar rastros escritos de los
bancos de inversiones, los expertos comprenden cada vez mejor que los regímenes
genocidas no dependen solo del apoyo militar, sino también de financistas
inescrupulosos. A fines de los años noventa el público se sorprendió ante la
evidencia de que los nazis alemanes también dependían de financistas vestidos
con trajes de negocios. Las audiencias del Comité Bancario del Senado de EE.UU.
realizadas durante el gobierno de Clinton evidenciaron que los bancos suizos
habían lavado oro nazi robado a las víctimas del Holocausto. Los resultados
ayudaron a conducir a un acuerdo en un juicio por 1.250 millones de dólares del
Congreso Judío Mundial en el año 2000 que benefició a los sobrevivientes, los
cuales habían intentado durante mucho tiempo conseguir acceso a los bienes de
sus familias en los bancos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2002 víctimas de la tortura nacidas en El Salvador
demandaron con éxito a dos generales salvadoreños retirados (ahora residentes en
Florida) ante un tribunal federal de EE.UU. ¡Qué cambio sería si familias de
otros salvadoreños asesinados por los escuadrones de la muerte utilizaran esos
precedentes para recuperar los bienes de la antigua oligarquía invertidos en
cuentas como las de Bain Capital! ¡Pero no solo los salvadoreños deberían
preocuparse de las finanzas de casino al estilo de Bain Capital! </DIV>
<DIV align=justify><BR>¡Qué irónico que mientras la clase media estadounidense
perdía terreno en salarios y seguridad laboral en los últimos años, el
capitalismo buitre de Bain Capital, que desmanteló compañías y deslocalizó
puestos de trabajo estadounidenses haya prosperado, generando beneficios de más
de un 50% anual a principios de los años noventa para Romney y sus socios
salvadoreños! </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las finanzas tipo casino han gozado desde hace tiempo del
proteccionismo republicano. Pero cuando el candidato a presidente del partido
obtiene su riqueza asociándose a familias de oligarcas que roban a pobres
agricultores y financian asesinatos políticos, las afirmaciones de
responsabilidad fiscal y valores de familia comienzan a parecer bastante faltas
de contenido. <BR></DIV>
<DIV align=justify>Mártires como Tita, el arzobispo Romero y miles de asesinados
mas merecen algo mejor, y también lo merecen los electores estadounidenses.
<BR>¨</DIV>
<DIV align=justify>* La doctora Sandy Smith-Nonini es profesora auxiliar adjunta
en los Departamentos de Antropología y de Currículum de Estudios Globales en la
Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill. Artículo repoducido por
Rebelión.
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>