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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>25 de diciembre 2012</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
size=4></FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados Unidos<BR> <BR>La vuelta al
sindicalismo de clase </FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Megan Behrent
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Socialist Worker<BR><A
title="http://socialistworker.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://socialistworker.org/">http://socialistworker.org/</A></STRONG><A
title="http://socialistworker.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://socialistworker.org/"><STRONG
title="http://socialistworker.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Viento Sur<BR><A
href="http://www.vientosur.info/">http://www.vientosur.info/</A></STRONG><A
title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG
title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR>En el año 2012, en Estados Unidos, se pusieron
de manifiesto dos modelos de sindicalismo. Por una parte, los enseñantes de
Chicago mostraron a los sindicalistas de todo el mundo que la huelga es un buen
instrumento de lucha para obtener victorias y poner freno a los ataques
patronales y los trabajadores de Wal-Mart plantaron cara a la empresa que más
mano de obra contrata en todo el mundo. Por otra, en Indiana y Michigan
(verdadero bastión sindical) las autoridades impusieron una legislación
antisindical ("el derecho al trabajo") sin apenas contestación.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Dos tradiciones en la historia del movimiento
obrero</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Por una parte, la tradición de lucha, de solidaridad de
clase, de movimiento social que lucha por la justicia social. Esta tradición
proviene de la IWW (Industrial Workers of the World) y las luchas que impulsaron
en los años 1930. Es la tradición que construyó los sindicatos en este
país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra, la del sindicalismo basado en la colaboración,
un sindicalismo de servicios y burocrático, cuya reacción ante la crisis ha sido
la de participar en la negociación de concesiones. En los años previos a la
década de los 30 luchó por construir sindicatos de oficios, centrándose más en
las reivindicaciones profesionales que en la solidaridad de clase. En el boom de
la postguerra, cuando fue posible obtener aumentos salariales, triunfó. Pero
tras ese período su tendencia vino marcada por una pérdida permanente de
afiliación y fuerza.</DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Lo que actualmente resulta interesante es que, por
primera vez en décadas, cuando hablamos de una recomposición del movimiento
obrero no nos limitamos a hablar de sus defectos sino, sobre todo, de lo que
hace bien.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La reciente huelga de maestros en Chicago es uno de los
primeros ejemplos prácticos positivos del sindicalismo de clase en las últimas
décadas. Una lucha en la que los enseñantes lucharon no solo para defender la
supervivencia de su sindicato, amenazada desde las instituciones, sino por
reivindicaciones de clase más amplias. Fue una huelga en defensa de un sistema
educativo justo y contra el ataque al profesorado, contra el hostigamiento a los
sindicatos y las políticas neoliberales que, bajo el enunciado de "reforma", han
diezmado nuestras escuelas y comunidades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La huelga de maestros de Chicago también revalidó la
huelga como una estrategia clave para obtener victorias en el mundo del trabajo.
Son muchos los maestros y maestras en Estados Unidos que jamás habían conocido
una huelga, por no hablar de una victoria, hasta este año. Por eso ésta
movilización ha pasado a la historia. En todo el país, la gente está
reflexionando cómo emular la experiencia de Chicago: cómo organizar sindicatos
democráticos y militantes que dirijan masas, capaces de luchar y ganar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La huelga de UPS en 1997 fue una huelga exitosa en torno
a reivindicaciones de clase generales como "No al trabajo a tiempo parcial",
pero la huelga del sindicato de enseñanza de Chicago (CTU) tiene un significado
más amplio. No solo por lo que respecta a la propia organización de la huelga,
sino porque viene de la mano del auge del movimiento Occupy Wall Street y de la
rebelión sindical en Wisconsin. Luchas que sirvieron para expresar la amplia
cólera social que existe en este país y que, aunque no obtuvieron victorias
significativas y duraderas, mostraron el potencial que existe responder a las
políticas actuales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La huelga de Chicago marca un punto de inflexión que va a
tener continuidad: ahora mismo, los maestros se están preparando para otra
batalla a fin de impedir el cierre de escuelas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al mismo tiempo, hemos visto la estimulante movilización
de los trabajadores y trabajadoras de los almacenes y tiendas Wal-Mart, que han
osado enfrentarse a lo que parecía ser la bestia personificada de las grandes
corporaciones en cuanto a la degradación de las condiciones de vida de la clase
obrera. Y estas últimas semanas, también hemos asistido a la lucha de las y los
trabajadores del sector de la comida-rápida de Nueva York que se han levantado
contra sus jefes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El movimiento obrero se encuentra en una situación
desesperada y lucha por su existencia. Y las luchas recientes nos ofrecen una
muestra de que eso es posible. Pero para ganar es necesario sacar enseñanzas de
nuestra historia, porque esas enseñanzas son fundamentales para las luchas del
presente y del futuro.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Sindicalismo de lucha de clases, contra
sindicalismo corporativo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La experiencia de los maestros de Chicago no solo
recupera la idea de la huelga como estrategia para defender nuestros sindicatos,
sino que también, populariza la idea del sindicalismo por la justicia social
como un elemento fundamental de la recomposición del movimiento obrero. Durante
demasiado tiempo, los sindicalistas han sido demonizados como enemigos de la
clase obrera porque gozaban de salarios y condiciones de trabajo confortables a
expensas del resto de la plantilla.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando los 26.000 maestros salieron a la calle en huelga
contra el racismo y la segregación en las escuelas, contra las pruebas, la
estandarización y esterilización de la educación, por una reducción del ratio
alumnos/aula y reclamando aire acondicionado, la gente (particularmente los
padres y los estudiantes) apoyaron a la CTU porque vieron la huelga del
profesorado como una lucha por la justicia social y en defensa de la calidad en
la educación pública.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Aunque para muchos este tipo de sindicalismo parezca nuevo,
en realidad forma parte de una vieja tradición en la historia de los EE UU. La
reivindicación de la justicia social no es ajena a la acción sindical; ambas
deben ir de la mano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La integración de la justicia social en la acción
sindical es crucial. En parte porque la primera cosa que se oye siempre cuando
los trabajadores hacen huelga es que son "egoístas": si son profesores, porque
perjudican a los estudiantes; si son enfermeras, porque perjudican a sus
pacientes; en el sector del transporte público, a la gente usuaria. El
sindicalismo basado en la justicia social no es un ardid para establecer mejores
relaciones con la gente sino que hunde sus raíces en el interés de los
trabajadores y trabajadoras para luchar por la justicia social.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta cuestión estuvo muy clara en las primeras luchas
(del siglo XIX) de los maestros y maestras que ayudaron a construir los
sindicatos de este país. En aquellos años, la garantía del puesto de trabajo
(que ahora también se critica como un arma de los sindicatos para defender a
profesores incompetentes) se planteó, entre otras cosas, como un tema de
derechos para las mujeres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En sus inicios, el movimiento sindical de maestros tuvo
fuertes vínculos con el movimiento sufragista. En un sector en el que la mayoría
eran mujeres, no se podía hablar de los derechos del profesorado sin hablar de
los derechos de las mujeres. Para comprender la relación entre ambos, valga como
ejemplo los argumentos del Comité de la escuela de Littleton en Massachusetts en
1849 [para justificar la contratación de maestras]:</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Parece que el Señor hizo a la mujer particularmente apta
para educar a los niños y parece...una mala política pagar 20 o 22 dólares
mensuales a un hombres por enseñar a los niños el abecedario cuando la mujer
podría realizar el mismo trabajo de forma mucho más eficiente por un tercio de
ese precio."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin la estabilidad en el puesto de trabajo y los
sindicatos, las mujeres serían despedidas al casarse o quedar embarazadas. Ahora
bien, tampoco están a salvo las mujeres solteras y sin hijos; ellas también
pueden ser despedidas por llevar pantalones o trasnochar. Estas cosas no sólo
ocurrieron en el siglo XIX. Mi abuela, profesora de economía en Tejas, perdió su
trabajo cuando contrajo matrimonio, lo cual era bastante corriente en su
época.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así pues, la acción sindical y la defensa de los derechos
de las mujeres iban de la mano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando se dieron los primeros intentos para organizar
sindicatos en Chicago, Nicholas Murray Butler, que fue presidente de la
Universidad de Columbia y trabajo en el New Jersey Board of Education, criticó a
los profesores porque sus "perniciosas" actividades dañaban a la profesión. Se
mostró preocupado por los "inocentes" maestros que eran captados por los
sindicatos y obligados a soportar la "dominación" de las mujeres líderes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como describe Marjorie Murphy en su libro Blackboard
Unions: The AFT and the NEA, "Buttler llamó a esas maestras 'despectivas y
rebeldes hacia la autoridad' que 'educan a niños que terminarán estando
descontentos y serán despectivos y rebeldes hacia la autoridad, sin ningún
respeto por la ley y el orden'."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Han pasado más de cien años y, hace pocos meses, hemos
podido encontrar fórmulas similares en las páginas del ilustre New York Times.
El columnista Nicholas Kristof escribió lo siguiente:</DIV>
<DIV align=justify><BR>"(esta lucha) No es una lucha entre trabajadores de la
confección y avariciosos barones empresariales. En la huelga de los maestros de
Chicago, la cuestión central no es quienes hacen la huelga ni los responsables
de los centros, sino los 350.000 alumnos. Defendiendo elementos propios de un
sistema obsoleto y que no funciona, los sindicados sacrifican a los estudiantes,
haciendo la vista gorda a un sistema educativo de 'separados pero
iguales'."</DIV>
<DIV align=justify><BR>También se puede leer en la editorial de Times titulada
"Chicago Teachers' Folly" (La locura de los maestros de Chicago) que "la huelga
de maestros nunca ha sido buena porque va contra los alumnos y sus
familias".</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta misma editorial se demonizó a Karen Lewis,
presidenta de la CTU, al igual que lo hicieron cien años antes con Margaret
Haley, lider de la Chicago Teacher's Federation y más tarde de la National
Federation os Teachers. El Times reduce la huelga de la CTU a un "conflicto
personal", y describe a Lewis como una líder que "parece deleitarse destruyendo
el sistema escolar (y) que debe estar más interesada en perjudicar políticamente
al alcalde que en ver resuelto el problema."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por ello, aún tiene actualidad la respuesta que dieron a
este tipo de acusaciones los organizadores del sindicato radical de maestros en
el siglo XIX. Margaret Haley argumentó que la libertad de los niños o
estudiantes: "sólo puede estar garantizada por maestros libres. Para el
maestros, esto significa libertad para cuidar de los alumnos y garantías
materiales para el presente y el futuro. En otros términos: salarios y pensiones
dignas, libertad para educar a los niños como individuos y no tratarlos como una
masa; es decir, menos alumnos por clase. Por último, pero no menos importante,
los maestros deben ser reconocidos en el sistema educativo como educadores. La
tendencia actual los relega, como en las fábricas, a ser una mano de obra que
trabaja a partir de las órdenes que reciben de arriba."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto es tan cierto hoy como hace cien años. Es el mismo
mensaje que nos envía Karen Lewis y la CTU cuando salen a la huelga, no contra
los niños sino a favor de los niños y en defensa de las escuelas en las que
trabajan.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La tradición del sindicalismo de
colaboración</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Para comprender el poder de un sindicato fuerte en el
taller y hasta qué punto ha sido minado en las últimas décadas, hay que leer el
libro de Gregg Shotwell Autoworkers Under the Gun.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Shotwell comienza contando la historia de sus primeros
días de trabajo en la General Motors, cuando un capataz recién llegado trató de
acabar con el descanso del café ordenando a la gente que volviera al trabajo
mientras estaba tomando el café. "Los trabajadores obedecieron la orden, pero a
los 30 minutos pararon todas las máquinas de la sección, a las que de inmediato
se sumaron otras. El capataz aprendió la lección y cuando volvió al día
siguiente se limitó a saludar a la gente: "Buenos días, señor". Como relata
Shotwell: el taller era nuestro territorio. Controlábamos los medios de
producción porque éramos los dueños. Esa acción directa no estuvo planificada.
Surgió automáticamente, de forma natural. La llamábamos 'vamos a mostrar al jefe
quién manda aquí'. Eso es lo que los veteranos me enseñaron sobre el
sindicalismo."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es una historia sorprendente porque, actualmente, la
United Auto Workers (UAW) ha sido minada por la lógica del sindicalismo
corporativo (la otra tradición sindical en el movimiento obrero americano) que
se ha impuesto en los sindicatos en las últimas décadas y que si continúa
dominándolos podría conducir a su extinción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fruto de esta dinámica de concesiones sin límite, las
condiciones de la gente organizada en la UAW no es muy diferente al resto. Cada
concesión fue justificada con el argumento de que era para garantizar los
empleos de la gente sindicalizada, "mantenerse vivos para luchar en el futuro".
Pero, la UAW, que en 1979 contaba con 1,5 millones gente afiliada, actualmente
es la sombre de sí misma. Incluso tras un modesto crecimiento durante el último
año, solo cuenta con 380.000 afiliados. En la General Motors, tras 30 años de
concesiones, se han perdido el 90% de los puestos de trabajo. Si alguna vez ha
existido una estrategia errónea para los trabajadores, ha sido esa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Cuál es la lógica de esa estrategia? Jesse Hagopian y
John Green la explican así en un capítulo de la colección Education an
Capitalism:</DIV>
<DIV align=justify><BR>El principio subyacente de esta estrategia es el de la
"asociación", que algunas veces se denomina "colaboración". Según este
principio, los sindicatos y las empresas tienen intereses comunes y han de
"trabajar juntos" para poner en común esos intereses. Durante la recesión esto
significa que todo el mundo debe apretarse el cinturón y "compartir los
sacrificios". En los años de bonanza (esperemos que así sea) el botín será
compartido. Un viejo slogan de los años 50 y 60 resume bien este punto de vista
sindical: "Lo que es bueno para GM es bueno para America".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, todos hemos podido ver lo bien que ha
funcionado este espíritu de colaboración, de sacrificios compartidos, tras los
desastres provocados por el huracán Sandy, que obligó a todo el mundo a hacer
frente a los mismos. Los trabajadores del transportes y los empleados de Con
Edison and Verizon fueron felicitados por los esfuerzos que realizaron hasta que
llegó la hora de contabilizar los días de baja. Ese día, de repente, el espíritu
de solidaridad se evaporó como por encanto. Las empresas rehusaron pagar a
quienes por razones de salud no podían acudir al trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En ese modelo de sindicalismo, lo más importante es la
negociación entre los trabajadores y las empresas. Y cuando la negociación
fracasa, el objetivo es encontrar mejores políticos, mejores directivos, mejores
media y mejores mensajeros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando comencé a enseñar hace 13 años, mi sindicato, la
United Federation of Teachers, estuvo esperando que llegara un nuevo alcalde con
el que poder trabajar en común. En nombre del pragmatismo, el sindicato
estableció alianzas con políticos y directivos que inevitablemente le llevaron a
traicionar la confianza de sus miembros y de la comunidad a la que servía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque afirman que los trabajadores rechazan colaborar en
su explotación, se evitan las huelgas a toda costa. Y cuando se utiliza la
amenaza de la huelga, no es tanto para amedrentar a los jefes sino a la
afiliación, que no confía en los líderes colaboracionistas para dirigir la
lucha.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una vez que, como no podía ser de otro modo, la
desmoralización conduce a la desmovilización, los líderes sindicales echan la
culpa a la pasividad de la afiliación, que es incapaz de impulsar una lucha
militante. Llevan a la gente a la desmoralización, alimentan la pasividad y la
desorganización, y luego se preguntan por qué es tan difícil que la gente salga
a la lucha, lo que a menudo sirve para que en las conferencias de prensa los
líderes sindicales justifiquen la estrategia de negociación.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La tradición de solidaridad y
lucha</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El sindicalismo de lucha de clases, también llamado de
justicia social o sindicalismo de movimiento social, tiene una historia muy
diferente. Una tradición caracterizada por la lucha. Es necesario aprender de
ella. Como explican Hagopian y Green:</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Se parte de la idea básica de que 'Un ataque a
cualquiera de nosotros es un ataque a todo el mundo'. Se parte de que los
intereses de las empresas y de las instituciones actuales son opuestos al de los
trabajadores y trabajadoras y a los de la mayoría de la población. 'Sindicalismo
de clase' significa que el poder reside esencialmente en las y los trabajadores,
en su capacidad para detener el trabajo, y en que este poder puede ser usado
para luchar por un cambio positivo."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta tradición sindical tiene una larga y honrosa
historia en este país. Se puede afirmar que, junto a otros logros, líderes como
Elizabeth Gurley Flynn y Big Bill Haywood del IWW, estuvieron a la cabeza de la
huelga de trabajadores del textil que los sindicatos profesionales no quisieron
impulsar en Lawrence, Massachusetts [en 1912].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Organizaron una huelga de más de 14.000 trabajadores,
mayoritariamente mujeres y niños, muchos de ellos inmigrantes, que
representaban, al menos, 25 nacionalidades y hablaban 45 lenguas
diferentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1930 el sindicalismo de lucha de clases dio nacimiento
al Congress of Industrial Organizations. Una nueva federación de sindicatos
opuesta al conservadurismo, la estrechez de miras y el racismo de la American
Federation of Labor.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta época fue la del apogeo del movimiento sindical, un
periodo de luchas sindicales sin precedentes, en las que se enmarca la huelga
del transporte en Minneapolis en 1934 y las huelgas de brazos caídos de los
trabajadores del automóvil de General Motos en Flint, Michigan, en
1936-37.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La huelga de Minneapolis es uno de los mejores ejemplo
prácticos del sindicalismo de lucha de clases. En 1934, un puñado de socialistas
que trabajaban en los depósitos de carbón de la ciudad impulsaron una campaña de
sindicalización que terminó en lo que se llamó la rebelión de los transportistas
("Teamster Rebellion"). En su punto álgido, la lucha de los transportistas fue
seguida por 7.000 miembros del Local 574 y otros 50.000 trabajadores en todo
Minneapolis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los sindicalistas radicales jugaron un rol importante en
esta lucha, organizándose de abajo a arriba con una precisión militar. Su
prioridad fundamental era confiar en la fuerza de las bases. Organizaron el
comité de huelga en un garaje y los trabajadores, organizados en piquetes,
patrullaban las calles de Minneapolis: camiones llenos de trabajadores actuaban
en cuanto se tenía noticia de cualquier movimiento de esquiroles.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Los trabajadores organizaron cocinas populares y sus propios
hospitales; realizaban reuniones todas las noches para tener informada a la
gente de la situación y adoptar decisiones democráticamente. Se eligió un comité
de huelga de 100 conductores que editaba un boletín diario. Los únicos camiones
que circulaban en Minneapolis lo hacían con la autorización del sindicato.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de tener que hacer frente a la violencia
policial, a arrestos masivos, a la imposición de la Ley Marcial y tener que
soportar la presión del gobierno federal, finalmente, los trabajadores salieron
victoriosos obteniendo el derecho a sindicarse. Ese fue su momento álgido.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el sindicalismo de clase no desapareció en los 30.
Ha sido una tradición que ha continuado con la ola de huelgas salvajes en los
70, la huelga de los distribuidores de UPS en 1997, y la huelga de brazos caídos
en Republic Windows&Doors en Chicago en 2008. Una tradición que este año ha
sido revitalizada por los maestros de Chicago, las trabajadoras y trabajadores
precarios de Wal-Mart y de los restaurantes de comida rápida.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri>* <FONT size=2 face=Arial>Megan
Behrent, es maestra en una escuela pública de Nueva York y sindicalista.
<HR>
</FONT></FONT><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>