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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>7 de enero 2013</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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size=3>Nicaragua</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial>
<DIV align=justify><BR><STRONG>"La reforma tributaria es más de lo mismo y el
desarrollo sostenible un reto nunca asumido en nuestra historia"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><BR></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><STRONG>José Luis Medal</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><STRONG>Revista Envío Nº
369</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><STRONG>Managua, diciembre
2012</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri><FONT
title="http://www.envio.org.ni/articulo/4627 CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="http://www.envio.org.ni/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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face=Arial></FONT></STRONG><FONT face=Arial></FONT> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2>Nicaragua está en vísperas de firmar un nuevo
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para los próximos tres años. El
Fondo ha impuesto en la agenda coyuntural de 2013 tres elementos: la reforma
tributaria -aprobada el 30 de noviembre-, la reforma a la seguridad social y el
ajuste a la tarifa de la energía eléctrica. Mientras estas condiciones se
imponen -o se sugieren- no vemos por ningún lado una discusión nacional sobre
los grandes y graves retos de largo plazo que Nicaragua tiene: el reto de la
productividad, el reto de la pobreza y el reto
político-institucional.<BR><BR>Desde 1990 hasta ahora Nicaragua ha tenido
acuerdos con el Fondo Monetario. En todos ellos lo central que exige el Fondo es
que el Banco Central no use la maquinita para imprimir dinero -porque eso crea
inflación-, que haya suficientes reservas internacionales y que el gobierno se
apriete la faja y no gaste demasiado en relación con sus ingresos para no tener
un gran déficit fiscal. No debemos creer que aunque el Fondo imponga, o sugiera,
una reforma tributaria, se preocupe por los detalles de esa reforma. No le
preocupa que nuestro sistema tributario siga siendo regresivo o que los
impuestos pesen más sobre las clases medias y sobre los sectores de menores
ingresos. Aunque en teoría el Fondo dice que está en contra de las
exoneraciones, en la práctica las respalda. Lo que al Fondo le importa
principalmente es que haya suficientes ingresos fiscales para evitar un gran
hoyo fiscal en las finanzas públicas. <BR><BR>En mi opinión, la situación
económica y política en 2012 se resume en "más de lo mismo" y en "no hay nada
nuevo bajo el sol". Salvo factores impredecibles -o tal vez posibles, comouna
recesión mundial como resultado de la crisis europea-, la situación en Nicaragua
seguirá siendo la misma en 2013, cuando se suscribirá el nuevo acuerdo con el
FMI, que permitirá dar continuidad a la relativa estabilidad macroeconómica que
ha existido desde 1990. <BR><BR>Podemos hablar ya de la reforma tributaria, que
el partido de gobierno consensuó en secreto durante unos meses con los grandes
empresarios del COSEP, enviándola el viernes 23 de noviembre a la Comisión
Económica <BR>de la Asamblea Nacional. Sin tiempo para revisar nada, la comisión
la llevó al plenario de la Asamblea el viernes 30 de noviembre y en pocas horas
quedó aprobada por la mayoría parlamentaria del partido de gobierno. De hecho,
los legisladores de la Asamblea no jugaron más que un papel formal en este
proceso. La aprobación en tiempo récord de un texto conocido y consensuado sólo
por el Gobierno y la élite empresarial evidencia el carácter corporativista de
nuestro sistema político. <BR><BR>Lo primero que quiero decir es que esta
reforma cambia algunas cosas -que no dejan de ser positivas, como la regulación
de la cuota fija y los precios de transferencia- para que en lo esencial no
cambie nada. Es más de lo mismo. <BR><BR>Una de las críticas fundamentales a
esta reforma, elaborada por el Gobierno en interlocución con la gran empresa
privada agrupada en el COSEP, es que conserva el sistema de impuesto sobre la
renta llamado sistema cedular, que es profundamente inequitativo y discrimina en
contra de los asalariados, sobre todo en contra de los sectores medios. La
reforma establece que las rentas del capital continuarán teniendo la actual tasa
impositiva uniforme: 10% anual de impuesto sobre la renta. En cambio, a la renta
del trabajo, la que perciben los asalariados, se le seguirá aplicando una tasa
progresiva de impuesto, que irá del 15% al 30%. Hasta ahora iba del 10% al 30%.
La reforma establece que la nueva tasa irá disminuyendo gradualmente en 1% anual
a partir del año 2016, hasta llegar en el año 2020 a una tasa máxima del 25% y a
una mínima del 10%. <BR><BR>Se ha mantenido, pues, lo que ya había: un sistema
de renta cedular y no se ha introducido lo que debía haber: un sistema de renta
global. Más de lo mismo: los asalariados siguen sujetos a una tasa de impuestos
progresiva -mientras más salario, más impuestos- y en cambio, los intereses y
los dividendos -la renta del capital- se mantienen con una tasa de impuestos
fija. Esto significa que a quien tenga una cuenta bancaria el banco le deducirá
o le seguirá deduciendo el 10% de impuestos a los intereses que gane, que quien
alquila una pequeña casa pagará 10% de impuestos por lo que gane con el
alquiler. Todo eso es renta del capital. Pero también es renta de capital los
millones de dólares en dividendos o el millón de dólares en intereses que gana
un millonario. Y ese millonario también pagará sólo el 10% por la renta de su
capital. <BR><BR>Me pregunto, nos preguntamos, cuál es la lógica de gravar a los
asalariados con una renta progresiva, que va del 15% al 30%, y gravar la renta
de capital con una tasa impositiva más baja y fija del 10%? ¿Cuál es la razón?
¿Por qué un gobierno que se dice socialista grava más a los trabajadores con una
renta progresiva y grava menos la renta del capital? En Estados Unidos un
millonario con conciencia social como Warren Buffett dijo que era injusto que su
secretaria pagara como el 30% sobre su salario, mientras él pagaba mucho menos
por las ganancias de su capital. ¿Por qué el gobierno "neoliberal" de Enrique
Bolaños aumentó en 2003 del 25% al 30% los impuestos a las empresas y un
gobierno que se proclama "socialista" va a reducir del 30% al 25% el impuesto
sobre la renta a las empresas, manteniendo a la vez las amplias exoneraciones
que favorecen a sectores de elevados ingresos? Y aclaro que he sido partidario
de bajar la tasa al 25%, aunque siempre y cuando se redujesen sustancialmente
las exoneraciones, ya que ése ha sido el problema central del sistema tributario
nicaragüense, lo que no ocurrió en esta reforma.<BR><BR>En Estados Unidos, en
los países europeos, en los países que respetan el principio de equidad vertical
que debe haber en todo sistema tributario -y que significa que quienes ganan más
paguen proporcionalmente más sobre sus ingresos- existe lo que se denomina un
sistema de renta global, muy diferente al sistema de renta cedular, ratificado
ahora en la reforma. <BR><BR>El sistema de renta global consiste en que si
alguien recibe un salario y además le pagan intereses por sus ahorros o tiene
una cierta ganancia de capital, mete todos sus ingresos gravables en un solo
bolsón -por eso se llama sistema de renta global- y es a ese monto global al que
se le aplica una tasa de impuestos progresiva: paga por todo lo que recibe y
paga más quien gana más. ¿No parece un sistema más equitativo? Es inequitativo
nuestro sistema porque un capitalista que gane 2 millones de dólares pagará por
la renta de ese capital una tasa fija, sólo del 10%, y a él no se le aplicará
una tasa progresiva como la de los asalariados, que si ganan más pagarán más.
Conclusión: esta reforma es más de lo mismo porque no modificó, en absoluto, uno
de los aspectos más inequitativos de nuestro sistema tributario. ¿Por qué se
favorece a la renta de capital y se penaliza la renta de trabajo? ¿Tendrá esto
que ver con la alianza estratégica que existe en Nicaragua entre el gobierno y
la cúpula empresarial?<BR><BR>Un especialista de renombre mundial como Juan
Carlos Gómez Sabaini recomendó desde hace años que en Nicaragua se estableciera
el sistema de renta global. Su recomendación fue acogida por varios economistas,
entre los que me encuentro. Pero este gobierno decidió continuar con el sistema
de renta cedular. Acertado, pues, el señalamiento del diputado del MRS, Enrique
Sáenz, cuando afirmó que a esta reforma tributaria hay que llamarla "reforma
Romney", porque el candidato del Partido Republicano en Estados Unidos, Mitt
Romney, tenía el mismo punto de vista: que no paguen más impuestos los ricos y
que paguen más impuestos los sectores medios. Romney defendió ese punto de vista
frente a Obama, que proponía que paguen más impuestos los ricos y menos los
sectores medios y los sectores pobres. Paradójicamente, este gobierno, tiene una
política tributaria en la misma línea de la política conservadora de los
republicanos de Estados Unidos. <BR><BR>Un segundo aspecto central que
criticamos en la reforma es que el sistema de exenciones, exoneraciones y
tratamientos especiales para ciertos sectores de la economía ha quedado intacto.
Desde hace muchos años el Fondo Monetario ha señalado que para establecer en
Nicaragua un sistema tributario basado en la generalidad y la neutralidad de los
tributos había que desmantelar o reducir sustancialmente el amplio sistema de
exenciones y exoneraciones que erosionan la base tributaria. <BR><BR>En
Nicaragua las exoneraciones tienen historia de vieja data. Por ejemplo, en los
años 60 y 70, cuando existía el Mercado Común Centroamericano, se dijo que había
que promover al sector industrial y se exoneró de impuestos al sector
industrial. Ese intento de industrialización fracasó a pesar de los incentivos
fiscales. Ahora se exonera de varios impuestos al turismo, a las cooperativas, a
los medios de comunicación a las zonas francas, al transporte público. En el
artículo 288 de la reforma tributaria se hace mención nada menos que de 77 leyes
que conceden exoneraciones y tratamientos fiscales especiales. La reforma las
presenta como intocables y dice que seguirán vigentes. Algunas de ellas podrían
ser justificables, la mayoría no. Y por si fueran pocas, se agregan ahora otros
tratamientos especiales a los Fondos de Inversión y se aumentan los beneficios
fiscales a las zonas francas, exonerándolas de impuesto por las compras que
hagan en Nicaragua. <BR><BR>Es común escuchar, por ejemplo, que es bueno que las
empresas de zona franca no paguen impuestos porque dan trabajo a 100 mil
personas. Pero en las microempresas que hay por todo el país trabajan 2 millones
de personas y no se les exonera de impuestos, al menos no en la misma medida que
al turismo o a las zonas francas, que generan menos empleos. <BR><BR>Decidir a
quién se le quitan o se le conservan las exoneraciones no es sólo un problema
técnico. Es un problema político y el resultado depende de la influencia que
tengan los grupos de poder y los grupos de presión. En esta discusión se cumple
el dicho nica de que "quien tiene más galillo traga más pinol". Como señala una
autoridad mundial en temas tributarios, Vito Tanzi, al discutir el tema de las
exoneraciones se comienza exonerando lo obvio y se termina exonerando casi todo.
¿Exoneramos los productos de la canasta básica? Claro que sí. ¿Exoneramos a la
educación? Claro que sí. ¿Exoneramos a las cooperativas? Claro que sí.
¿Exoneramos también al sector turismo.? ¿Que no paguen ningún impuesto los
grandes proyectos turísticos, que muchos de ellos son como economías de enclave?
¿Exoneramos la refinería "El Supremo Sueño de Bolívar" porque es un proyecto del
ALBA? ¿Exoneramos el proyecto hidroeléctrico Tumarín, porque es de energía
renovable? Como dice Tanzi, se comienza por lo obvio y se termina exonerándolo
todo o casi todo. Pero como no se puede exonerar todo, alguien tiene que pagar,
porque si no hubiera impuestos habría que cerrar el negocio del
gobierno.<BR><BR>A menudo no comprendemos que en economía no hay nada gratis y
que el impuesto que no paga Pedro lo termina pagando Juan. Que los impuestos que
no pagan los exonerados terminamos pagándolos todos. Los pagamos cuando
compramos combustibles -que tienen elevados impuestos, no reducidos en la
reforma-, los pagamos cuando compramos un bien gravado con el impuesto al valor
agregado, el IVA. Aunque el impuesto sobre la renta afecta a pocos asalariados
del sector formal, sólo a los de mayores salarios, nadie se capea de los
impuestos indirectos. El elevado impuesto que pagamos por los combustibles
incide hasta en los precios de los alimentos más básicos, que requieren ser
transportados de un lugar a otro. <BR><BR>Entre los perdedores de esta reforma
están los sectores económicos que no reciben exoneraciones. Entre ellos, el
sector comercial formal y la industria manufacturera, que tuvo exoneraciones en
los años 60 y 70 y que ya no las tiene. ¿Por qué se exonera a unos sectores y a
otros no? ¿Por qué se deja virtualmente intacto el sistema de exoneraciones?
¿Por qué se obliga a Juan a pagar -a través de los impuestos indirectos- el
impuesto que no pagan los ricos exonerados? <BR><BR>El tema de las exoneraciones
es central. Implica una política de "selección de ganadores", que implícitamente
es también una "selección de perdedores". Ganadores son los sectores a los que
se exonera de impuestos y los perdedores son los que pagan lo que no pagan los
ganadores. Se dice que las exoneraciones son esenciales para promover la
inversión y crear empleos. Pero si esto es así, ¿por qué no se exonera también a
la industria manufacturera? ¿Por qué no se dan mayores exoneraciones a las
micro, pequeñas y medianas empresas, que crean más del 80% de los puestos de
trabajo en el país? ¿Por qué a unos sí y a otros no?<BR><BR>La reforma menciona
que en dos años terminarían algunas pocas exenciones y exoneraciones otorgadas a
varios sectores. Entre ellas se destacan las exoneraciones del IVA y del ISC
(impuesto selectivo de consumo) a las enajenaciones de bienes de capital, a los
repuestos y a otros productos que adquieren productores agropecuarios y de la
mediana y microempresa industrial y pesquera. La reforma señala que estas
exoneraciones se les extenderán por dos años más a las empresas que demuestren
que crearon empleos, que aumentaron sus exportaciones, que incrementaron su
productividad y que introdujeron innovaciones. O que presenten proyectos
demostrando cómo lo harán. Pero como la decisión de extender esas exoneraciones
se otorgará una por una a cada empresa -y son miles las pequeñas empresas-, lo
que se está creando es un sistema burocrático engorroso y discrecional, que es
muy proclive a la corrupción por ser discrecional: a vos sí te voy a renovar las
exoneraciones por dos años, al otro no. Y a vos sí porque tienes ciertas
tendencias políticas.<BR><BR>Los sistemas fiscales deben ser simples y
sencillos, deben ser lo menos burocráticos y complicados posible para evitar la
discrecionalidad. Por otra parte, no hay ninguna racionalidad económica en
limitar a dos años los beneficios fiscales a los productores agropecuarios y a
la mediana y microempresa industrial y pesquera, cuando al mismo tiempo quedan
intactas las exoneraciones otorgadas por muchos años a otros sectores como el
turismo o las zonas francas. <BR><BR>La reforma no cambia tampoco el tratamiento
fiscal privilegiado que tiene la famosa Bolsa Agropecuaria, beneficiada con un
régimen tributario sui generis que violenta el principio de que no deben existir
regímenes fiscales especiales según el canal de comercialización que se utilice.
A un empresario agropecuario, que transa en esa Bolsa productos por menos de 60
millones de córdobas al año, unos 2.3 millones de dólares, se le retiene -como
retención definitiva- sólo el 1.5% de sus ventas y si es un ganadero el 2%. A
partir de ahora, lo único que cambia es que se reducirá gradualmente de 60 a 40
millones de córdobas anuales las ventas exoneradas. Cambiar algo para no cambiar
nada. Más de lo mismo <BR><BR>Fue Daniel Artana, un especialista internacional
en estos temas, quien afirmó hace años en Nicaragua que es absurdo crear un
sistema de impuesto sobre la renta según el canal de comercialización que se
use. Y la Bolsa Agropecuaria es sólo eso: un canal de comercialización donde se
compra, se vende y se arreglan los contratos. Por lo tanto, es absurdo que tenga
un tratamiento especial con reducidas retenciones definitivas, que son
definitivas porque sólo se les retienen esos mínimos porcentajes y ya no tienen
que pagar nada más por sus ganancias. <BR><BR>Yo no tengo nada contra el sector
agropecuario, pero el gobierno es incoherente al mantener intacta la Bolsa
Agropecuaria, modificando solamente el techo, reduciéndolo de 60 millones a 40
millones. Cuando el gobierno presentó hace meses su propuesta de reforma
tributaria afirmó que el sector agropecuario nicaragüense representa casi el 20%
del PIB, pero los impuestos que paga el sector agropecuario representan sólo el
2-3% del total de lo que el gobierno recauda. Ante esa inequidad, yo he señalado
en varias ocasiones que si se mantiene la Bolsa Agropecuaria, ¿por qué no crear
una bolsa similar para los empresarios de la industria manufacturera? ¿Por qué
no una bolsa para los trabajadores, para que hagan allí sus contratos y así
paguen menos impuestos? ¿Una bolsa de servicios profesionales, otra bolsa de
bienes industriales, otra bolsa para el comercio formal, en la que la retención
definitiva de todo lo que se transe en esas bolsas sea sólo 1.5% o 2%? Esto
obviamente es absurdo, pero es tan absurdo como la existencia de la Bolsa
Agropecuaria, en donde se beneficia privilegiadamente a los grandes productores
agropecuarios, bajo el disfraz de que están beneficiando a los pequeños.
<BR><BR>Desde un punto de vista técnico, en los tributos hay que mantener la
generalidad y la neutralidad. Teniendo en cuenta esto, hay dos principios que
esta reforma sigue violando. El principio de la equidad horizontal plantea que
quienes ganan lo mismo paguen lo mismo. Se está violando este principio porque
alguien que está en la industria manufacturera o en el sector comercial formal
no tiene ninguna exoneración, pero quien está en el sector turismo o en la zona
franca o en el sector agropecuario y transa en la Bolsa Agropecuaria, aunque
tenga las mismas ganancias que el otro, o aunque tenga más, tiene exoneración de
impuestos. <BR><BR>También se viola el principio de la equidad vertical, que
plantea que quienes ganan más paguen proporcionalmente más. Se viola este
principio porque si un millonario gana 2 millones de dólares de renta de capital
va a pagar sólo el 10% de impuestos sobre esa renta de capital y si una persona
de clase media gana 100 mil córdobas mensuales va a pagar como el 22% de
impuesto sobre esa renta de trabajo. ¿Por qué un asalariado o una persona de
clase media va a pagar el 22% y el millonario el 10%? Y no es que tengamos nada
contra los millonarios. Ojalá hubiesen más millonarios en Nicaragua, pero
pagando los impuestos que en justicia les corresponde pagar. No se trata de una
lucha contra los ricos. Se trata de aplicar los principios elementales de la
equidad tributaria.<BR><BR>Es importante señalar que quienes dirigen el COSEP
dicen defender a la empresa privada. Pero eso no es tan cierto. Si bien la
alianza Gobierno-COSEP se da en el marco de una economía de mercado, el COSEP no
defiende un sistema de libre mercado competitivo, sino el sistema de los
"buscadores de renta". Defiende las actividades de los buscadores de rentas, las
"rent seeking activities", como se las denomina en la literatura económica.
Defiende al capital rentista, que se nutre de los tratamientos especiales que
recibe del Estado. En esa defensa perjudica a miles de empresarios que no tienen
tratamientos fiscales especiales, por que el impuesto que no paga Pedro lo
terminará pagando Juan. <BR><BR>El COSEP defiende las políticas de los
republicanos derechistas, pero no la posición del multimillonario Warren
Buffett, quien dijo que los millonarios como él debían de pagar
proporcionalmente más impuestos que la clase media. Como señala también Vito
Tanzi, defender exoneraciones y tratamientos fiscales especiales implica falta
de fe en la economía de mercado. La teoría del sistema tributario óptimo en una
economía de mercado competitiva sostiene que los tributos deben ser lo menos
distorsionantes posible, lo que excluye exoneraciones y tratamientos fiscales
especiales. Yo estoy a favor de una economía de mercado competitiva. El sistema
tributario debe ser de base amplia para poder establecer tasas impositivas
bajas, lo que requiere reducir sustancialmente las exoneraciones, y esto no lo
hizo la reforma. Lamentablemente, ahora lo que tenemos es más de lo mismo: un
sistema impositivo que favorece a los buscadores de rentas. <BR><BR>También dice
el COSEP que defiende las exoneraciones porque son indispensables para promover
la inversión. Esto es sólo una verdad muy a medias. Porque cuando, por ejemplo,
le damos incentivo al sector agropecuario -a través de la Bolsa Agropecuaria-
estamos discriminando en contra del sector industrial y estamos perjudicando las
inversiones en la industria manufacturera. Es curioso esto: en la Bolsa
Agropecuaria para recibir el beneficio de la retención definitiva sólo pueden
transarse bienes primarios no transformados industrialmente. Si ese bien
agrícola tuviera un proceso de transformación industrial ya no sería
beneficiado, lo que implícitamente significa que industrializarse es negativo.
Esto nos indica que ésa política de exoneraciones favorece al sector
agropecuario, pero no fomenta su industrialización.<BR>Las exoneraciones no son
la clave del desarrollo. Existen otros instrumentos para promover a algunos
sectores. Si, por ejemplo, queremos promover el turismo lo que cabe es que el
gobierno construya la famosa carretera costanera, que ya tiene más de veinte
años de estar en proyecto. Lo que cabe es que se hagan inversiones en energía
eléctrica y agua potable en toda Nicaragua y que no falten esos servicios en los
muchos lugares de atracción turística. Caben también inversiones en salud y en
seguridad ciudadana. El reto del turismo es, sobre todo, de infraestructura, de
carreteras y de servicios de calidad en los centros turísticos. Esas inversiones
requieren de gasto público y, por tanto, de ingresos fiscales. <BR><BR>Para
atraer la inversión a todos los sectores es también necesario un Poder Judicial
independiente y transparente, no politizado. Es necesario un mejor clima de
negocios erradicando la corrupción. Los expertos mundiales señalan que, en el
mejor de los casos, las exoneraciones desempeñan un papel muy marginal en la
atracción de inversiones. Y si de incentivos fiscales se trata, el incentivo más
neutral de todos es la depreciación acelerada, que de manera general debería de
otorgarse a todos los sectores, lo que no hace esta reforma.<BR><BR>La reforma
aumenta el salario exonerado de impuesto de 75 mil córdobas a 100 mil córdobas.
Quienes ganen hasta 100 mil córdobas al año no pagarán impuesto sobre la renta.
Esto es positivo, aunque no se corresponde ni con el aumento de los precios de
la canasta básica ni con la tasa de inflación. <BR><BR>En 1997, cuando se aprobó
la Ley de Justicia Tributaria y Comercial, se estableció que por los primeros 50
mil córdobas anuales de salario los trabajadores no pagarían impuesto sobre la
renta. En 2009 se aumentó ese techo hasta 75 mil córdobas. Ahora se aumenta
hasta 100 mil. Pero estamos hablando de córdobas nominales. ¿Cuánto valía la
canasta básica en 1997? 1,403 córdobas. ¿Y cuánto vale ahora? Más o menos 10,500
córdobas. O sea, que la canasta básica ha aumentado 7 veces su valor y la
exoneración que favorece a los trabajadores sólo se ha publicado. Y si hacemos
la comparación con el índice de precios al consumidor los precios han aumentado
3.4 veces entre 1997 y 2012, lo que implica que para mantener en córdobas de
valor constante la exoneración a los trabajadores, ésta debería de ser de 170
mil córdobas y no de 100 mil córdobas como estableció la reforma. <BR><BR>La
reforma establece un ajuste gradual, de 5 mil córdobas anuales -aplicables a
partir del año 2014-, hasta llevar la exoneración a los trabajadores que ganen
120 mil córdobas al año. Ese ajuste también es menor que la tasa de inflación
proyectada. Al no indexarse la exoneración al trabajo, los trabajadores
resultarán perdedores en unos años más, debido a la futura inflación. Pensado en
córdobas de valor constante, todo lo que la reforma ofrece ahora a los
trabajadores tiene mucho de ilusorio. <BR><BR>Es positivo que la reforma
tributaria regularice el sistema de cuota fija. Van a entrar en ese sistema
quienes venden menos de 100 mil córdobas mensuales. Pagarán una mínima tasa
impositiva, que incluso se les puede reducir si entregan las facturas de sus
compras. Es positivo también que a las pequeñas, y hasta a las medianas
empresas, que vendan 1 millón de córdobas mensuales, se les imponga una tasa de
impuesto progresiva. El impuesto parejo del 30% para "Raimundo y todo el mundo"
no era correcto. Era también una especie de salto mortal al vacío pasar del
sistema de cuota fija al sistema formal de impuesto sobre la renta. Pues bien,
algo de eso se ha corregido ahora y quienes tengan ventas menores de 1 millón de
córdobas mensuales van a pagar una tasa progresiva y no la tasa uniforme del 30%
que se aplica a las actividades económicas. <BR><BR>Un sistema de tasa uniforme
de impuesto sobre la renta aplicable a todas las empresas es inequitativo. Para
ser equitativo debe ser progresivo, para que quien gana más pague más. En
Nicaragua hay un reducido número de empresas con poder monopólico u oligopólico,
que obtienen ganancias extraordinarias y, a la par, existe una multitud de
medianas y pequeñas empresas que apenas sobreviven con utilidades reducidas. Es
bueno que a esas pequeñas empresas se le apliquen tasas menores de impuesto
sobre la renta que las que se aplican a las grandes empresas.<BR><BR>La reforma
es más de lo mismo respecto a las zonas francas. No introduce una sugerencia que
hemos presentado desde hace años varios economistas: que a aquellas empresas de
zona franca, cuyas casas matrices están bajo el sistema de renta mundial
Nicaragua les debe cobrar impuesto sobre la renta. En Estados Unidos, en los
países europeos, en Taiwan, las empresas pagan impuestos sobre sus utilidades,
sin importar que esas utilidades las obtengan en Nicaragua, en China o en
Estados Unidos. Y si una empresa de renta mundial, taiwanesa o estadounidense,
pagara aquí en Nicaragua impuesto sobre la renta ese pago le sería deducible
allá, en Estados Unidos o en Taiwan. No tiene lógica que no les cobremos. Hemos
argumentado hasta la saciedad esa falta de lógica. Pero este gobierno no le
cobra a las zonas francas, lo que indicaría que quiere subsidiar al fisco de
Estados Unidos y restar recursos al fisco de Nicaragua, porque a las empresas de
renta mundial no les cobra nada aquí y prefiere que lo paguen allá.Naturalmente,
no lo dicen así, explícitamente, pero ésa es la consecuencia del tratamiento que
están recibiendo en Nicaragua las zonas francas en el marco de la alianza
Gobierno-COSEP. <BR><BR>Esta reforma es más de lo mismo porque es exclusivamente
tributaria y no toca las distorsiones del gasto público. En Nicaragua
necesitamos una reforma fiscal integral que incluya también importantes reformas
en el gasto público, que está mal orientado. En la educación, por ejemplo, el
gasto público no privilegia la educación primaria, la educación técnica y la
educación vocacional, la que favorece a los más pobres. Se destina demasiado
dinero a las universidades públicas, que forman profesionales... para el
desempleo. Se cree que se les está haciendo un favor a los miles y miles de
jóvenes pobres que van a la universidad, pero lo que se les está haciendo es un
daño. <BR><BR>Desde hace mucho tiempo hemos sugerido también una Ley Retributiva
de todo el sector público, pues existen graves inequidades en el sistema de
retribución de los empleados públicos. Es igualmente necesario tecnificar y
despartidarizar muchas instituciones del Estado, incluyendo la Dirección General
de Ingresos y la Dirección General de Aduanas. <BR><BR>Conclusión: esta reforma
tiene ganadores y perdedores. Los ganadores son los sectores que seguirán
disfrutando por muchos años del subsidio de los tratamientos fiscales
especiales. Porque lo de que sólo será por dos años es un engañalobos. Son
ganadores quienes tienen significativas rentas de capital. Son ganadores los
grandes proyectos, como la refinería "El Supremo Sueño de Bolívar" y la
hidroeléctrica Tumarín, como será ganador el supuesto Gran Canal Interoceánico.
Para esos megaproyectos se han creado incentivos fiscales muy especiales, aunque
no existe ningún estudio que demuestre que sin esos incentivos esos proyectos no
serían rentables. <BR><BR>Los perdedores de la reforma tributaria son los
sectores medios que trabajan en el sector laboral formal, ya que seguirán
pagando más que lo que pagan quienes tienen rentas de capital. Son perdedores
los sectores de menores ingresos, ya que el sistema sigue siendo marcadamente
regresivo, con predominio de los impuestos indirectos, lo que significa que los
pobres pagan proporcionalmente más impuestos que los sectores ricos. También son
perdedores los consumidores, ya que comenzará a cobrarse IVA a nuevos productos
-la pechuga de pollo, el aceite de oliva y el de maíz, el arroz empacado de
calidad-, considerados "de lujo" en declaraciones de un funcionario del
gobierno. También son perdedores sectores como la industria manufacturera y el
comercio formal, que no tienen ninguna exoneración ni tratamientos fiscales
especiales.<BR><BR>La reforma debería haber sido reforma fiscal, y para ser
integral debería haberse puesto también sobre la mesa la reforma al sistema de
seguridad social. El Fondo Monetario ha establecido ya una especie de
condicionalidad para firmar un nuevo acuerdo con Nicaragua, planteando que la
Seguridad Social no es actualmente sostenible. Los estudios de auditoría que el
Fondo viene haciendo indican que de aquí a nueve años la Seguridad Social se
quedará sin fondos suficientes. Hasta ahora el Instituto Nicaragüense de
Seguridad Social (INSS) sólo ha presentado un breve resumen de la reforma, en el
que señalan como posibles soluciones, entre otras, aumentar la edad de retiro de
60 a 65 años, aumentar el número de cotizaciones semanales de 750 a 1,500, lo
que implicaría que un trabajador tendría que cotizar durante unos 30 años para
tener derecho a una pensión completa. También se propone aumentar ligeramente la
cotización, tanto la del empleador como la del empleado. <BR><BR>También se
plantea aumentar la cantidad de trabajadores que estén cubiertos por el seguro
social. Actualmente la seguridad social es un tema minoritario: de 3 millones de
trabajadores que tiene Nicaragua sólo unos 650 mil están afiliados al seguro
social, un 21%. Y de ellos, ¿cuántos logran ahora cumplir con las 750 semanas
cotizadas? Muy pocos, porque nuestro mercado laboral es muy informal. Y se está
informalizando más. Vean si no los clasificados en busca de empleados: "Se busca
licenciado en administración de empresas de 25 a 35 años". Los mayores de 35
años, a no ser que tengan conectes, van quedando fuera del mercado laboral
formal y entrando en la informalidad. <BR><BR>La mayoría de quienes trabajan en
Nicaragua sobreviven en el mercado laboral informal, sin ninguna cobertura de la
seguridad social. Y si a los trabajadores del mercado laboral formal les
resultaba actualmente muy difícil llegar a 750 cotizaciones, imposible les
resultará cotizar 1,500 semanas. Ante la informalidad generalizada, la CEPAL ha
dicho que tendría que haber algún sistema de seguridad social que garantizara a
todos los trabajadores servicios esenciales. Y el Fondo Monetario también ha
dicho que una reforma a la seguridad social tiene que incluir cierta
flexibilidad por la informalidad de nuestra economía. Si no se toma en cuenta a
la hora de la reforma a la seguridad social al sector informal no se habrá
tomado en cuenta a casi el 80% de nuestra fuerza de trabajo. <BR><BR>Los
estudios relativos a la reforma a la seguridad social son actualmente una
especie de secreto de Estado, por lo que no es posible emitir una opinión
sustentada sobre este tema. Si van a la página web del INSS verán un resumen de
las propuestas, pero no están disponibles los estudios que se han realizado, los
de Troncoso y otros consultores. Tampoco están sobre la mesa los sistemas de
pensiones especiales que existen en varias instituciones del Estado. Aunque éste
es un tema delicado, el presupuesto público por definición es público y debe ser
conocido por el público de manera transparente. De oídas se sabe, por ejemplo,
que los empleados del Banco Central se jubilan recibiendo, además de la pensión
que les garantiza el seguro social, una pensión vitalicia que les paga el Banco
Central. ¿Por qué no tienen derecho a lo mismo los empleados de otras
instituciones del Estado? Se sabe que el Instituto de Previsión Social Militar y
la Policía Nacional tienen un sistema de pensiones especiales para sus miembros.
Se escucha también que los flamantes magistrados del Poder Judicial se han
auto-recetado pensiones especiales de jubilación. ¿Cuál es la diferencia entre
la pensión de un magistrado o de un general del Ejército con la de un maestro de
educación pública? ¿Se justifican esas diferencias? ¿Por qué si se va a reformar
el sistema de pensiones del seguro social no se discute también el sistema de
pensiones especiales que existen en el sector público? <BR><BR>El proceso que ha
concluido con esta reforma tributaria no ha sido ni transparente ni
participativo. De hecho, lo que se hizo fue confirmar y ratificar la alianza
estratégica que existe entre el gobierno y la cúpula empresarial agrupada en el
COSEP. ¿Los consumidores hemos estado representados en la discusión de esta
reforma? ¿Las clases medias, los profesionales? No, nadie los ha representado ni
han sido consultados. Y los trabajadores han estado representados por
sindicalistas proclives al gobierno. <BR><BR>En este mismo espacio dijo hace un
par de meses el experto fiscal Julio Francisco Báez que ésta ha sido una reforma
de catacumbas. Y tiene razón. Por la forma en que fue elaborada quedó claro que
fue consensuada únicamente con la élite empresarial del COSEP. Una prueba más de
que tenemos un gobierno corporativista, caracterizado por la alianza del gran
capital con el gobierno. Y no es que el gran capital no tenga derecho a hacer
lobby. Pero también tienen derecho a participar y a influir los sectores
excluidos. Sin pretender hacer analogías, cabe recordar que el corporativismo y
la alianza entre el gran capital y el gobierno fue una característica histórica
del fascismo de Mussolini en Italia, del de Hitler en Alemania o del de Franco
en España. En todo caso, el excluir a amplios sectores de la discusión de la
apresurada reforma tributaria -que se presentó como un hecho consumado sin lugar
a un debate- no es precisamente algo muy democrático, por decir lo menos. ¿Nos
presentará también la alianza Gobierno-COSEP como un hecho consumado la reforma
a la seguridad social, como hicieron con la reforma tributaria? ¿Se romperá el
secreto de Estado? ¿Podrán opinar los afectados? <BR><BR>Otro tema que estará en
la agenda de 2013 es el aumento a las tarifas de energía eléctrica. El Fondo
Monetario ha puesto esa condicionalidad para firmar un acuerdo con el gobierno.
Según un estudio que aparece en la página web del FMI existen importantes
pérdidas en la distribución de la energía eléctrica, por fraude o por razones
técnicas no resueltas. Para no aumentar la tarifa, algo muy impopular, el
gobierno decidió subsidiar con fondos del ALBA a quienes consumen menos de 150
kilovatios-hora, lo que significa que Nicaragua se está endeudando. La discusión
es si esa deuda es pública o es privada, pero el hecho es que nos estamos
endeudando para evitar aumentar la tarifa. Nicaragua depende aún en el 70% de su
generación de energía de los hidrocarburos, y todavía no ha cambiado la matriz
energética, aunque vienen importantes inversiones. <BR><BR>Después de referirme
a la agenda de 2013, una agenda definida por el Fondo Monetario Internacional,
quisiera referirme a temas del largo plazo. ¿Hacia dónde vamos? ¿Podremos llegar
a un desarrollo económico sostenible? La realidad es que desde 1990 seguimos con
las mismas políticas económicas neoliberales y fondomonetaristas, lo que no es
malo. Lo malo es que con esas políticas nuestro crecimiento ha sido
insuficiente. No ha habido cambios de fondo y no los habrá en los próximos años.
La economía ha seguido, y seguirá, con su tendencia inercial. Lo mismo sucederá
con la deteriorada situación institucional, a la que no se le ve salida de corto
plazo.<BR><BR>En el mes de octubre el Fondo Monetario revisó sus proyecciones
para 2012. Pronosticó que la tasa de crecimiento del PIB cerrará este año en
3.7%. La CEPAL es más optimista y estima que el crecimiento será 5%. La
proyección del gobierno es 4%. La tasa de crecimiento potencial proyectada para
los próximos años es de un 4% anual. No son tasas de crecimiento despreciables,
pero son insuficientes. Varios economistas hemos insistido en que Nicaragua debe
crecer de manera sostenida a una tasa no menor del 7% anual -ya lo hizo en los
años 60- para poder reducir de manera significativa los niveles de pobreza.
<BR><BR>Cuando los economistas analizan las tasas de crecimiento del PIB desde
una perspectiva de largo plazo atribuyen el crecimiento promedio de largo plazo
a tres factores principales: al aumento de capital, al aumento y a la mejor
calificación de la fuerza de trabajo y a un tercer factor que denominan "la
productividad total de los factores", que básicamente es un indicador de la
productividad total de una economía (el clima de negocios, mayores niveles de
inversión por trabajador, innovación, transferencia tecnológica...).
<BR><BR>Debemos agregar un cuarto factor: para lograr un desarrollo sostenible
de largo plazo es necesaria la calidad de las instituciones. Hay dos estudios,
uno del Fondo Monetario y otro de Mario De Franco, que muestran que la
productividad de la economía de Nicaragua aumentó significativamente en el
período 1946-1977, que se hundió en los años 80 y que hoy por hoy no hemos
recuperado los niveles de productividad que alcanzamos en aquellos años.
<BR><BR>Económicamente, Nicaragua se hundió en los años 80. El culpable
principal fue Somoza y el otro culpable principal fue el intento de construir en
Nicaragua un socialismo autoritario. Meter a un país de la periferia en el
conflicto Este-Oeste fue un crimen, la economía se hundió totalmente y en todo
el período 1990-2012 Nicaragua no ha recuperado los niveles de productividad de
entonces. <BR><BR>La "edad de oro" de la economía nicaragüense y las mayores
tasas de crecimiento económico de nuestra historia, lo he dicho y lo repito, se
dieron durante la dictadura de los Somoza. ¿Es posible crecer económicamente con
dictadura? Sí, es posible. Veamos si no el caso de China, que ha crecido
anualmente el 9-10% con una dictadura. No es necesario mencionar el caso de
China para evidenciar que se puede crecer con dictadura. En el caso de
Nicaragua, se produjeron en los años de aquella "edad de oro" del crecimiento
económico aumentos en la productividad total de los factores, dentro del marco
de la expansión de las economías después de la Segunda Guerra Mundial. La mayor
productividad nacional se debió también a una mayor incorporación de tierras y a
adecuadas políticas económicas. El PIB per cápita fue en ese período el mayor de
nuestra historia. Durante aquellos años de crecimiento económico creció también
la fortuna de los Somoza, porque históricamente en Nicaragua el Estado ha sido
utilizado, usando las palabras de Carlos Marx, como un método primitivo de
acumulación capitalista. Siempre ha funcionado el concepto de Estado botín. Ayer
y también hoy.<BR><BR>Para el mediano y el largo plazo, si Nicaragua no eleva de
manera significativa los niveles de productividad no alcanzaremos tasas de
crecimiento del PIB que permitan reducir significativamente los niveles de
pobreza. Aumentar la tasa de crecimiento potencial del PIB depende en buena
medida de que se inicien desde ahora mismo grandes inversiones, tanto en capital
humano como en infraestructura, lo que no se visualiza por ninguna parte. El
Presupuesto para 2013 no contempla los niveles de inversiones necesarias, ni en
educación ni en infraestructura pública. La reforma tributaria tampoco aumentará
los ingresos públicos, porque es prácticamente neutral en términos
recaudatorios. Cualquier aumento en la presión tributaria debería de haber
venido de desmantelar exoneraciones. <BR>Y eso no ha sucedido. <BR><BR>Hay que
tener también en cuenta que crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo,
menos aún de desarrollo sostenible. En el período de los Somoza hubo
crecimiento, pero no hubo desarrollo sostenible. Un desarrollo sostenible
implica que haya sostenibilidad social, y eso significa un proyecto incluyente.
Y el crecimiento en el período de los Somoza no era socialmente incluyente. Un
desarrollo sostenible implica también sostenibilidad ambiental. Y la expansión
del algodón no fomentó un crecimiento sostenible ambientalmente. Todavía los
insecticidas que fumigaron aquellas 300 mil manzanas sembradas de algodón están
presentes en las aguas subterráneas de León y Chinandega y tienen efectos
negativos en la salud de la población. Un desarrollo sostenible implica también
sostenibilidad institucional y política. La dictadura de los Somoza, a pesar de
ser la edad de oro del crecimiento económico, no fue la edad de oro de la
democracia y de la institucionalidad. Y debido a eso, y debido al modelo
socialista autoritario, Nicaragua se hundió económicamente en los años
80.<BR><BR>¿Qué implica todo esto para el futuro? A mi manera de ver, implica el
gran reto, lo dije y lo repito, de que Nicaragua haga lo que nunca ha hecho a lo
largo de su historia: lograr un desarrollo sostenible, no sólo haciendo crecer
más el PIB, sino haciéndolo crecer con sostenibilidad social, ambiental,
institucional y política. Ése es el desafío para los jóvenes de hoy. <BR><BR>El
desarrollo tiene que ser socialmente sostenible, socialmente incluyente. Ha
habido una mejora ligera frente a la pobreza, pero según la encuesta del FIDEG
todavía el 44% de la población nicaragüense vive con menos de 2 dólares diarios.
¿Y el que ya tiene 2 dólares y 10 centavos diarios dejó de ser pobre? Hace pocos
días la FAO nos acaba de decir que el 20% de los nicaragüenses, prácticamente 1
millón 200 mil personas, tienen hambre, padecen hambre, a pesar de años de estar
desarrollando el programa Hambre Cero.<BR><BR>Para resolver el grave problema de
la pobreza necesitamos crecer al 7% y de forma sostenida. Y en promedio sólo
hemos crecido un 3% anual en el período 1990-2012. De repente, transitoriamente
y por un período corto, podríamos crecer más, pero no de manera duradera. ¿Cómo?
Por ejemplo, si la refinería del ALBA se termina y ese año el crecimiento de la
economía sube al 7%. Pero, ¿con eso resolvimos el largo plazo? No. El mismo
Fondo Monetario comienza a reconocer que con un crecimiento proyectado de un 4%
para los próximos años, la pobreza se reducirá en Nicaragua muy
lentamente.<BR><BR>El reto de la productividad es fundamental. En Nicaragua el
rendimiento por manzana de café y por manzana de maíz es muy bajo, a pesar de 60
años de asistencia tecnológica en el campo. Y hoy seguimos exportando los mismos
productos que exportábamos hace cien años: café azúcar, ganado, banano.Nicaragua
no ha tenido una revolución industrial, ni siquiera una revolución
agroindustrial. El intento de revolución industrial de los años 60 y 70 fracasó.
Hay un grupo de reflexión por ahí que anda hablando, considero que
correctamente, de las tres revoluciones que necesitamos: la revolución
educativa, la revolución ética institucional y la revolución agroindustrial. Por
otro lado, hay por ahí un analista que dice que con los programas
asistencialistas del actual gobierno se resuelve "la inmediatez". Y de ahí saca
la tesis de que lo mejor que podemos tener es lo que hoy tenemos porque la
economía nicaragüense jamás ha estado mejor que ahora. La alianza estratégica
COSEP-Gobierno se basa en esa tesis. Y de esa tesis se desprende la teoría de
que la institucionalidad democrática es irrelevante para Nicaragua, o al menos
es secundaria, aunque eso no se dice así, claramente. Es positivo que haya un
acuerdo nacional -tácito, pero efectivo- de continuar con una economía de libre
mercado. También lo es que haya un acuerdo para continuar con el combate a la
pobreza, promovido desde hace ya muchos años por los organismos internacionales.
Pero es negativo que la institucionalidad y el Estado de Derecho se consideren
de hecho irrelevantes, aunque en la retórica se diga lo
contrario.<BR><BR>Nicaragua es el país de las falsas retóricas. Una falsa
retórica es que somos socialistas o que tenemos un proyecto socialista. Pero lo
que tenemos es un acuerdo nacional implícito, pero no menos efectivo, de seguir
con un modelo de libre empresa y de economía capitalista, lo que es positivo.
Otra falsa retórica es que el COSEP está a favor de la gobernabilidad
democrática. El COSEP saca propaganda en torno a estos temas, pero lo que vemos
es que la alianza del COSEP con el gobierno no se ha traducido en los hechos en
ningún paso hacia la gobernabilidad democrática. Por el contrario, la reciente
aprobación de la reforma tributaria evidencia que al COSEP lo que le interesa es
un sistema corporativista, que es contrario a la democracia. Otra falsa retórica
es que Nicaragua es un Estado laico. Pero lo que tenemos es la sacralización del
poder y la religión convertida en un instrumento de poder. Otra falsa retórica
es que existen partidos opositores. Lo que hay es "zancudismo", no oposición.
<BR><BR>La institucionalidad democrática no es sólo un fin en sí mismo. Es
fundamental para el desarrollo sostenible de largo plazo. No es cierto, desde
una perspectiva de desarrollo sostenible de largo plazo, que el autoritarismo -o
la dictadura- sean convenientes porque resuelven la "inmediatez", entregando
láminas de zinc y otros recursos a los sectores populares más pobres. La
solución de la pobreza y del hambre sólo se logra con mayores tasas de
crecimiento y aplicando políticas de inclusión social. Es necesario, además,
crear un entorno institucional y político sostenible en el largo plazo. El
asistencialismo, sin ser negativo per se, no resuelve los problemas de largo
plazo. Ya lo sabemos: no hay que regalar el pescado, hay que enseñar a pescar.
<BR><BR>El Fondo Monetario hizo un estudio en el que concluye que si Nicaragua
tuviera instituciones de la calidad de las que tiene Chile el crecimiento
promedio aumentaría un 3% anual. Qué se entiende por instituciones de calidad es
algo debatible. A la hora de discutir qué instituciones necesitamos hay una
visión estrecha y una visión más amplia. La visión estrecha plantea cosas como
que los trámites para una nueva empresa no demoren cuatro meses sino quince
días, que las instituciones, empezando por los policías de tráfico, no exijan
"mordidas", que haya trámites de arbitraje para resolver los conflictos
empresariales... Ciertamente, ésos son aspectos que hay que corregir para dar
calidad a las instituciones, pero una visión amplia de la institucionalidad
implica mucho más. Implica la independencia real de los poderes del Estado y el
respeto a la Constitución y a las leyes. Eso no existe hoy en Nicaragua, ni
tampoco existe hoy ningún factor de poder real que pueda presionar -o que se
interese en presionar- para que se modifique el desorden institucional y
político en el que estamos. Peor aún: no visualizo en el futuro previsible
-salvo factores impredecibles- ningún cambio en el precario sistema
institucional y político de Nicaragua. Y que eso sea así significa serios
riesgos de largo plazo para todos, incluyendo a los empresarios.<BR><BR>Cuando
un país depende de una o de dos personas tiene un serio problema inmediato de
institucionalidad. Y también tiene un problema muy serio de estabilidad en el
largo plazo. Lo vimos con Somoza: cayó Somoza, cayó el PLN, cayó la Guardia,
cayó todo... Los Somoza tuvieron una oposición más fuerte que la que tiene hoy
el actual Presidente. Los conservadores se rebelaban... hasta la época de
Agüero, cuando hubo la masacre. Somoza tuvo también la oposición de la izquierda
internacional. ¿Tiene el "ortega-centrismo" la oposición de algún país? Tiene el
apoyo del grupo ALBA, tiene el apoyo de Estados Unidos y de los europeos, que
aunque digan que no les gusta Ortega y que Nicaragua hace elecciones mal hechas,
el dinero que le dan los organismos multilaterales -más de 300 millones de
dólares en las manos- y el dinero que canaliza el Fondo Monetario cuando pone su
sello, fortalecen objetivamente la estructura de poder, aunque no sea ésa su
intención subjetiva. Este gobierno tiene hoy una concentración de poder que yo
jamás la vi en la época de Somoza. Salvo factores impredecibles, el modelo
político seguirá inercialmente funcionando de la misma manera, tal como ha
venido funcionando en los últimos años. Y al hablar de la inercia y de la
sucesión, enfrentamos un serio desafío: el inevitable relevo generacional.
Nicaragua -sin hablar mal de la tercera edad, a la que pertenezco- está
gobernada por una gerontocracia y no está preparada para un relevo generacional.
Este problema no es exclusivo del gobierno, está presente en toda la clase
política. Para afrontar este reto es necesario comenzar desde ahora a preparar
el relevo generacional. Cuando todo el poder se concentra en una o dos personas,
y cuando la clase política está dominada por la tercera edad, se crea
inevitablemente un serio problema institucional, cuyos efectos negativos podrían
magnificarse cuando inevitablemente tenga lugar el ineludible relevo
generacional. <BR><BR>Para evitar todos estos riesgos, por el bien de Nicaragua,
es necesario comenzar a construir desde ahora las bases de lo que Nicaragua
nunca ha logrado: un desarrollo sostenible, que incluya sostenibilidad
institucional y política de largo plazo. La institucionalidad democrática y la
estabilidad de largo plazo no son compatibles con la extrema concentración de
poder existente hoy. Es necesario comenzar a construir desde ahora un gobierno
de leyes y no de personas. Las personas pasan, las instituciones permanecen. Y
termino pesimista: no veo a nadie realmente interesado en iniciar esa tarea.
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