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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>9 de enero 2013<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
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size=3>Venezuela<BR></DIV></FONT></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Los dilemas del
chavismo<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Modesto Emilio Guerrero
<BR>Miradas del Sur</STRONG></FONT></DIV>
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title="http://sur.infonews.com/notas/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3
face=Calibri></FONT> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Para comprender el fenómeno
venezolano en su dinámica actual, y las derivaciones al interior de Miraflores,
en el PSUV y en la sociedad, hay que reflexionar sobre sus tres claves: su líder
y fundador, los movimientos sociales y la existencia de un "partido
militar".</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En la aciaga mañana del 11 de diciembre que Hugo Chávez
miró el rostro estupefacto de Nicolás Maduro y le entregó la espada de Bolívar,
no sólo se despedía un presidente y se alejaba para siempre del poder un líder
de cuerpo agotado, también daba inicio, aunque no lo supiera, a una nueva
historia para el movimiento que nació con él veinte años atrás.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, los dilemas del chavismo no comenzaron el
día que sus militantes descubrieron que se estaban quedando sin líder.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para comprender el chavismo en su dinámica actual, y las
derivaciones al interior de Miraflores, en el PSUV y en la sociedad, hay que
juntar sus tres claves: el líder, los movimientos sociales y el "partido
militar". </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La composición de esa simple ecuación la distingue de lo
conocido en la historia política latinoamericana. La estructura del poder
institucional bolivariano se asienta en cinco factores identificados con figuras
centrales como José Vicente Rangel, o ministros y jefes políticos como Nicolás
Maduro, Diosdado Cabello, Elías Jaua, Jorge Arreaza, Francisco Farruco Sesto,
Tarek El Aisami y otros de menor pendulación o de audiencia sólo regional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La presencia anímica de Hugo Chávez impide relaciones
contradictorias, pero no avienta para siempre las visiones y modos distintos que
abrigan sobre cómo resolver la complicada situación interna.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El proyecto común tiene miradas distintas. Una visión es
de credo socialdemócrata, animada por J. V. Rangel, una respetable personalidad
de la izquierda más tradicional, que desde 2011 promueve una transición acordada
con una parte de la burguesía, incluido un segmento moderado de la no chavista.
La segunda apuntaría a alguna versión del bonapartismo vernáculo
latinoamericano. Aunque suele ser personificada por el ex teniente coronel
bolivariano Diosdado Cabello, ex vicepresidente, varias veces ministro,
gobernador derrotado de Miranda y actual Presidente de la Asamblea Nacional, va
más allá de él. Se interna en los caminos sinuosos del "partido militar".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre una y otra se mueven las demás, con mayor o menor
acercamiento según la coyuntura y la posición ocupada alrededor del presidente
Chávez. La presión dislocante de un Comandante-Presidente cada vez más ausente
comenzó a mover las piezas del chavismo en ondulaciones transversales entre las
dos opciones dominantes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que haga o no pueda hacer el "partido militar"
dependerá de una relación de fuerzas que no maneja a su arbitrio. Esta entidad
clave del poder venezolano, tan difusa como decisiva, pendula entre lo que
representan Maduro y Rangel y las vanguardias bolivarianas más orgánicas. En
Venezuela, el partido militar conserva sus perfiles corporativos, pero sin las
formas reaccionarias de otras experiencias. Por ahora.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El PSUV, convertido en maquinaria electoral sin vitalidad
militante, no "pincha ni corta" en los decisivos momentos que atraviesa la
revolución bolivariana. En la actual transición entre un chavismo centrípeto y
un chavismo sin Chávez, predomina la perspectiva moderada y unitaria insuflada
por el respeto canónico al presidente enfermo. No hubo descuido presidencial
cuando no depositó la espada de Bolívar en las manos del partido militar, sino
en la otra. Y por suerte el proceso bolivariano no está cruzado por
agrietamientos violentos como en otros procesos, por ejemplo el peronismo de
1973-1976.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las hipótesis de tensión interna tienen como base la
tendencia decreciente del voto chavista desde 2007, y la molestia de las bases
con una burocracia ineficaz y autonomizada que mantiene secuestrados al Estado y
al partido, en representación de la emergente "boliburguesía".<BR></DIV>
<DIV align=justify>Tanto el "partido militar" como la versión
socialdemocratizante, deberán arreglárselas con un tipo de poder popular nacido
en 1989 y potenciado desde 2002 en unos 17 movimientos asentados en clases y
sectores de clase trabajadora. Ellos corporizan un poder constituyente de los de
abajo, aunque todavía no sepan como reemplazar a la burocracia constituida como
gobernante.<BR></DIV>
<DIV align=justify>El Consejo Comunal, la Federación Campesina Ezequiel Zamora,
el Movimiento de Pobladores Urbanos y sus Comunas Socialistas, las Milicias que
cuidan, por ejemplo, barrios de la Misión Vivienda, las Guardias Rurales y los
620 medios comunitarios, son pilares de ese poder popular. El medio periodístico
bolivariano más leído del país, Aporrea.org, no es oficialista ni comercial ni
de papel. Lo visitan unas 230 mil veces cada 24 horas, según la firma
contabilizadora Alexa.com. Funcionan más de 3 mil Comités de Salud Laboral y
unos 1.120 Comités de Usuarios de Televisión encargados de vigilar los
contenidos para que los niños no vean pornografía mientras sean niños, o no sean
inducidos a matar y odiar según las pautas culturales de Hollywood. Este poder
popular es acéntrico, pero se niega a renunciar al carácter independiente del
gobierno nacido el 13 de abril de 2002. En Miraflores no hay expresiones
directas del empresariado capitalista. Las vanguardias y partes del gobierno
entienden ese detalle como una conquista que choca con los dos proyectos
preponderantes. También por ahora. La inminente ausencia del líder originario
coloca al movimiento bolivariano y su proceso político ante su prueba más
compleja. Veinte años después, el chavismo deberá saber superarse a sí mismo o
descubrir el infausto destino de corrientes similares del pasado
latinoamericano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De los 18 movimientos nacionalistas del continente
aparecidos entre la Revolución Mexicana y el chavismo, ninguno sobrevivió igual
a lo que fue mientras estuvo bajo la impronta de sus líderes y organismos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las transformaciones fueron de amplia gama. Varios
sufrieron una descomposición temprana (el MNR boliviano luego de Paz Estensoro,
el adequismo venezolano o el aprismo peruano); otros desaparecieron de la escena
histórica al ser derribados, o salidos del gobierno (el cardenismo mexicano, el
arbenzismo en Guatemala, el varguismo brasileño o el ibañismo chileno y
ecuatoriano). También se conoció la recomposición transitoria de otros
movimientos, pero con ropajes moderados que ya no cabían en el cuerpo original
(el sandinismo, el FMLN, el peronismo, el frenteamplismo uruguayo o el
torrijismo panameño).</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esa realidad tan compleja de opciones históricas, el
chavismo está atravesado por las mismas leyes, resumibles con dificultad en esta
fórmula algebraica: ido el líder, el movimiento se potencia en la base social o
decae y muta en su contrario.<BR>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>