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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>9 de febrero de 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Oriente
Medio</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Entrevista a Gilbert Achcar
*</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=3><FONT size=1>
<P></FONT></FONT><FONT size=3><STRONG>"Toda la región está en ebullición"
</STRONG></FONT></P></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>A l´encontre/La Breche<BR></STRONG><A
href="http://alencontre.org/"><STRONG>http://alencontre.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Faustino Eguberri <BR>Viento
Sur<BR></STRONG><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><STRONG>- Hay muchas cosas que discutir. El Oriente
Medio está en todas las portadas, ya sea por el ataque contra Gaza o la
situación en Túnez, la toma del poder de Morsi en Egipto o las amenazas contra
Irán. Comenzaré por una pregunta sobre la apreciación general de la primavera
árabe, de lo que se ha llamado la primavera árabe, que comenzó casi exactamente
hace dos años, el 17 de diciembre de 2010 en Túnez (la entrevista fue realizada
en diciembre de 2012) ¿Puedes indicarnos algunos elementos para una comprensión
general de lo que ha significado todo esto para la región?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Gilbert Achcar: El comentario más general que puedo hacer
es que, por primera vez en la historia de la región, las cosas están realmente
cambiando y moviéndose, y a un ritmo muy rápido, de forma que la región ha
entrado en lo que llamo un proceso revolucionario a largo plazo. Se trata de un
cambio enorme en la historia de la región. Bloqueos de todo tipo están
estallando. Pienso que esta situación se mantendrá numerosos años.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Mencionas bloqueos, ¿piensas en parte en la
existencia de regímenes dictatoriales esclerotizados y envejecidos? El primero
sería Túnez ¿Puedes decirnos algo sobre este tema así como sobre la situación
presente en ese país?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, pero debo decir que no se trata sólo de regímenes
dictatoriales. Por supuesto, éstos constituyen la parte más visible del bloqueo,
la que ha sido más directamente afectada por los levantamientos de los países
que han obtenido victorias hasta ahora. Pero es sólo una parte de un bloqueo más
general, que incluye un bloqueo económico. La región sigue a la cola en términos
de crecimiento económico en relación al resto del mundo y, más en general, de
desarrollo, a pesar que posee recursos naturales muy importantes. Tiene el
récord mundial de tasas de paro y esto desde hace decenios. Estamos así en
presencia de un bloqueo social, por no hablar del muy evidente bloqueo ligado a
la condición de las mujeres. Hay pues todo un conjunto de bloqueos y no he
mencionado hasta ahora más que algunos de ellos, los más llamativos. Todo esto
está estallando en una gigantesca explosión que comenzó en Túnez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo comenzó en Túnez el 17 de diciembre de 2010. Es la
fecha en la que Mohamed Bouazizi se inmoló quemándose, incendiando así el
conjunto del país y luego a toda la región.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El hecho de que esto comenzara en Túnez está ligado a las
luchas que se desarrollaron en ese país durante los años 2000, luchas ligadas a
la existencia de una importante tradición de izquierdas, principalmente activa
en la central sindical del país, la UGTT (Unión General Tunecina del Trabajo).
Es esta situación específica la que explica porqué fue en ese país antes que en
los demás donde tuvo lugar la explosión, pero esto no significa que en Túnez las
condiciones estuvieran más maduras que en las otras partes, como lo demuestra el
hecho de que la explosión de Túnez desencadenó una serie de explosiones en
diferentes países. No hay casi ningún país de lengua árabe que no se haya visto
afectado por el levantamiento, de Mauritania a Marruecos en el oeste de la
región hasta Siria e Irak en el este.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Ha parecido, en un determinado momento, sin
duda debido a los resultados electorales en Egipto y, antes, en Túnez, que los
vencedores inmediatos de la primavera árabe han sido organizaciones islamistas
como los Hermanos Musulmanes en Egipto ¿Puedes decirnos algo sobre esto, en
primer lugar referido a Túnez y luego a Egipto?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí. Era completamente previsible. La previsión más
compartida sobre la región era que habría o que habrá explosiones sociales,
explosiones políticas: leyendo los informes de las embajadas de los Estados
Unidos en la región, hechos públicos por Wikileaks, se puede ver que los Estados
Unidos no se hacían muchas ilusiones. Se sabía hasta qué punto la situación era
tensa y peligrosa. En relación con ésto, la previsión más común era que esas
explosiones propulsarían el movimiento integrista islámico al primer plano, en
una época en que –visto desde Washington– esto era considerado como una amenaza
para los intereses americanos. Pero una vez que el levantamiento comenzó, hubo
tendencia a tomar los deseos por realidades y creer que, por algún tipo de
milagro, nuevas fuerzas emergentes serían capaces de dirigir y conducir el
conjunto del proceso, empujando a las fuerzas islámicas a un segundo
plano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es cierto que han emergido nuevas fuerzas, en particular
entre la nueva generación, entre los jóvenes. Es cierto que nuevas redes de
jóvenes, utilizando todos los recursos proporcionados por Internet, han jugado
un papel clave moldeando, organizando y coordinando todos esos levantamientos;
no hay duda sobre ello. Pero con insurrecciones que exigían elecciones libres
–una reivindicación normal para un pueblo sediento de democracia, como es el
caso–, era evidente que las elecciones a corto plazo serían ganadas por quienes
tenían los medios para ganarlas. No se pueden ganar elecciones sólo por medio de
internet, como lo sabéis bien en los Estados Unidos. Son precisos aparatos
políticos, dinero, organizaciones implantadas en la base, allí donde se
encuentran las masas de electores, como en las regiones rurales, etc. Esto no
puede inventarse o improvisarse en algunas semanas. Y es la razón de que fuera
completamente previsible que las fuerzas integristas islámicas, en particular
los Hermanos Musulmanes con sus diversas ramas y organizaciones, ganarían las
elecciones. Esas fuerzas disponían de un potencial acumulado a lo largo de
numerosos años consagrados a la construcción de redes, en particular en países
como Egipto en donde podían actuar abiertamente. No era el caso en Túnez, pero
esto ha sido compensado por el hecho de que esas fuerzas disfrutaban del maná de
los países petroleros y del impacto de la televisión. Numerosas cadenas de
televisión en la región sirven a esos tipos de grupos, tanto a través de
programas religiosos –hay numerosas cadenas religiosas– o por medio del control
político específico jugado por la principal cadena por satélite de la región que
es Al Jazeera. Al Jazeera actúa de forma completamente abierta a favor de los
Hermanos Musulmanes, que tienen una presencia notable en su equipo de
periodistas y están patrocinados por el gobierno de Qatar, que posee y gestiona
Al Jazeera. Disponían pues de esos recursos cruciales, así como, por supuesto,
de mucho dinero proveniente de las monarquías del Golfo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Era completamente previsible que los Hermanos Musulmanes
obtuvieran la mayor parte de los votos; esto no era una sorpresa. La gente que
toma fácilmente sus deseos por realidades ha reaccionado a esas elecciones
abandonando las visiones idílicas que había adoptado para pasar a una visión muy
sombría de la situación, con comentarios del tipo “la primavera se transforma en
invierno”. Lo más sorprendente, de verdad, ha sido la debilidad de las victorias
electorales de las fuerzas religiosas. El caso más llamativo es, por supuesto,
Egipto, donde se ha podido ver lo rápida que ha sido la caída de la influencia y
de los resultados electorales de los Hermanos Musulmanes. No hay más que
considerar el número de votos que tuvieron los Hermanos Musulmanes en las
elecciones parlamentarias y luego en las elecciones presidenciales, en la
primera vuelta de las presidenciales y finalmente en el referéndum sobre la
Constitución: es evidente que pierden influencia a una gran velocidad. Pierden
terreno, y esto es lo más sorprendente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se puede decir lo mismo respecto a Túnez, a pesar del
problema de las divisiones en el seno de la izquierda, que estaba ridículamente
fraccionada en un número increíble de grupos y de organizaciones: docenas de
listas de la izquierda y de la izquierda radical se han enfrentado en las
elecciones en la capital. Si se suman los votos obtenidos por las diferentes
listas de izquierdas, se obtiene un resultado que se habría traducido en un
número importante de escaños en el parlamento, si los votos se hubieran sumado.
A pesar de todo eso, los Hermanos Musulmanes tunecinos del movimiento Ennahda
han obtenido el 40% de los votos con una participación electoral inferior a la
mitad, lo que significa que han obtenido el 20% de los votos de los electores
inscritos. No se trata precisamente de un maremoto. Túnez ha conocido desde
entonces un deterioro de las condiciones sociales y la coalición que ha llegado
al poder, dirigida por la fuerza islámica dominante, ha perdido terreno. Está
cada vez más desacreditada a causa de su incapacidad para dar algún comienzo de
solución a los problemas reales a los que hace frente el país: paro, problemas
económicos, problemas sociales, etc.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hemos asistido tanto en Túnez como en Egipto a un ascenso
de las luchas sociales, de las luchas de los trabajadores y las trabajadoras,
con enfrentamientos crecientes entre esas luchas sociales y los gobiernos
dominados por los Hermanos Musulmanes en los dos países.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ese fenómeno ha alcanzado niveles dramáticos en Túnez,
con un enfrentamiento entre la UGTT y el gobierno que se ha hecho violento. El
país se dirige hacia nuevas elecciones pero, antes incluso de esta nueva ronda
electoral, los enfrentamientos sociales y políticos son enormes, de forma que la
situación de conjunto ha alcanzado el punto de ebullición. Todo cambia a una
velocidad muy grande. Tanto la tendencia a tomar los deseos por realidades al
comienzo, como los comentarios catastrofistas posteriores son impresionistas y
erróneos. La realidad es que hacemos frente a una conmoción revolucionaria a
largo plazo, un proceso revolucionario prolongado en el tiempo, que comenzó en
diciembre de 2010 y que va a proseguir, tanto en los dos países que han visto
como su levantamiento lograba las primeras victorias, como en los que no han
sido aún gravemente afectados. Toda la región está en ebullición.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Qué ha ocurrido con el llamamiento de la UGTT
a una huelga general, a comienzos de diciembre? ¿Ha sido anulado?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, ha sido anulado como consecuencia de un
compromiso. En el fondo, la dirección de la UGTT ha temido que la confrontación
tuviera malas consecuencias, porque solo ha habido un precedente de llamamiento
a la huelga general en el país, en 1978, que llevó a un enfrentamiento muy duro.
Había pues algunos temores respecto a lo que podía producirse. Es la razón por
la que aceptaron replegarse sobre la base de un compromiso que salvaba la cara
de las dos partes. Pero, no obstante, la advertencia ha sido hecha y la UGTT no
se ha mordido la lengua en sus ataques contra le gobierno, en sus críticas sobre
la forma en que se comporta el poder. Continúa exigiendo la disolución de las
milicias controladas por el partido islámico. Los Hermanos Musulmanes, tanto en
Egipto como en Túnez, se han mostrado más eficaces incluso que Mubarak en el
recurso a ese tipo de organizaciones de matones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así es como se presenta la situación. La perspectiva en
Túnez es muy interesante, porque es el único país de la región en el que un
movimiento organizado de trabajadores dirige realmente el proceso. Se encontraba
ya a la cabeza del levantamiento de diciembre de 2010/enero 2011. Ben Ali huyó
del país el día en que la huelga general llegó a la capital, el 14 de enero.
Fueron los sindicalistas quienes dirigieron la lucha, desde Sidi Bouzid, la
ciudad en la que comenzó todo tras el suicidio de Bouazizi, hasta el día en que
el levantamiento culminó en la capital. Los militantes sindicales de base y
cuadros intermedios han sido la dirección verdadera de la lucha. Sin embargo,
tras la caída de la dictadura, hubo un cambio en la dirección de la UGTT que
colocó a la izquierda, incluso a la izquierda radical, en el timón. La izquierda
tunecina sacó finalmente las lecciones de su reciente experiencia y ha logrado
unificarse en lo que han llamado el Frente Popular. El hecho de que esta
coalición de las fuerzas de izquierda sea dominante en el seno de la UGTT es
extremadamente importante: esto coloca a Túnez en un estadio de la lucha más
avanzado que en cualquier otro país de la región.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Podemos pasar de Túnez a Egipto donde, desde la
elección de Morsi como presidente el verano pasado, ha habido una tentativa de
unificar la oposición contra los Hermanos Musulmanes. ¿Puedes decirnos algo
sobre las fuerzas de izquierda después de la revolución?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, pero hay una diferencia muy importante entre Egipto y
Túnez. El papel de la izquierda en Túnez es mucho más importante porque la
izquierda allí ha sido muy activa, durante mucho más tiempo, varios decenios, en
el seno del movimiento sindical, en la federación sindical, la UGTT. Y eso
aunque la mayor parte del tiempo la dirección burocrática del sindicato estuvo
bajo el control o la influencia del gobierno. La izquierda permaneció muy activa
de forma constante en las secciones sindicales locales; los militantes
sindicales más conocidos pertenecen a la izquierda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una situación así no existe desgraciadamente en otros
países de la región, y esto incluye a Egipto. En Egipto la oposición se ha
organizado en una coalición entre la izquierda y las fuerzas liberales,
incluyendo algunos restos del antiguo régimen. Por supuesto esto podría
producirse también en Túnez, en la medida que algunas personas de izquierda o
del sindicato podrían verse tentadas por una alianza con restos del antiguo
régimen en la confrontación con los Hermanos Musulmanes, las fuerzas integristas
islámicas. Esto ocurre ya en Egipto, donde Amr Moussa forma parte de la
coalición. Moussa, hay que decirlo, representa la fracción liberal del antiguo
régimen. No es como Ahmed Chafik, el antiguo candidato presidencial, que era
percibido como el representante oficial de la continuidad del régimen de
Mubarak. Moussa se ha presentado como candidato contra Ahmed Chafik en las
elecciones presidenciales. Lo que vemos en Egipto es una coalición entre
izquierda y liberales. En la medida que se trata de un frente unido alrededor de
reivindicaciones democráticas, la alianza puede ser percibida como legítima. El
problema sin embargo es que ha ido bastante más allá de eso, al transformarse en
alianza electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La izquierda amplia está representada sobre todo por
Hamdin Sabahi, el candidato que ha sorprendido a todo el mundo en la primera
vuelta de las presidenciales llegando en tercera posición y ganando incluso las
elecciones en El Cairo y Alejandría, las dos concentraciones urbanas más
importantes. Fue una sorpresa muy grande. Sabahi ha logrado representar a
quienes buscan una alternativa de izquierdas tanto al antiguo régimen como a las
fuerzas islámicas. Tras las elecciones ha fundado la Corriente Popular, a la que
se han sumado la mayor parte de los grupos de la izquierda radical.
Desgraciadamente, la Corriente Popular ha sido eclipsada hasta ahora por la
dinámica de crear una coalición amplia, no habiendo podido desarrollar el
potencial de izquierdas reunido alrededor de Sabahi en la primera vuelta de las
presidenciales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- En Egipto, el enfrentamiento con el régimen
dirigido por los Hermanos Musulmanes plantea la cuestión del papel del ejército
¿Podrías compartir con nosotros tus reflexiones sobre ello? Tanto sobre la
correlación de fuerzas como sobre la evolución probable en vista de los
problemas económicos y políticos no resueltos, y de un régimen que pierde su
apoyo electoral así como, de alguna forma, su legitimidad electoral y
política?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La rapidez con la que Morsi pierde terreno y legitimidad
es la verdadera sorpresa. He pensado siempre –y no soy el único– que la gente
tenía necesidad de pasar por una experiencia con esos tipos en el poder para
poder comprender lo que son realmente, y no dejarse engañar por consignas vacías
como “el islam es la solución”, que ocultan la ausencia de programas
alternativos concretos. Pero eso ocurre aún más rápidamente de lo
previsto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una razón de ello es la forma muy torpe en que los
Hermanos Musulmanes hacen frente a la situación. Han dado pruebas de mucha
arrogancia, creyendo que con la ayuda de dios había llegado su momento y que
tenían las cosas bajo control. Esa es una muestra de gran miopía política. Si
hubieran sido más inteligentes, habrían comprendido que en realidad era
contrario a sus intereses gobernar en ese momento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cualquiera que intente dirigir el país con el tipo de
programa que tienen –que es más la continuación del programa del régimen
precedente– está condenado a un fracaso contundente. El acontecimiento más
significativo que ha ocurrido últimamente en Egipto ha sido la firma por Morsi
del acuerdo con el FMI. Ha firmado un acuerdo que comprende condiciones
consideradas fundamentales por todos los inversores potenciales de Egipto. Han
firmado el acuerdo porque corresponde, por supuesto, a sus propios puntos de
vista neoliberales, que no difieren en nada de los del antiguo régimen. La firma
del acuerdo se ha producido en el peor momento. Precisamente cuando los Hermanos
Musulmanes comenzaban su enfrentamiento con la oposición, el gobierno Morsi ha
decidido aumentar los precios de los alimentos de base y modificar el sistema de
impuestos de una forma que no afecta a los más ricos. Eso ha suscitado un follón
tal que Morsi ha debido anular esas medidas algunos días más tarde –¡en su
página Facebook! Se ha convertido en un chiste. Lo que muestra hasta qué punto
esos tipos no tienen la menor idea sobre la solución real a los profundos
problemas sociales y económicos del país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Veamos ahora el asunto del ejército. Hay mucha agitación
sobre la cuestión del “golpe de estado revolucionario” que habría significado la
decisión de Morsi de destituir a Tantaui y a su adjunto en la cabeza del Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas, el CSFA. Sin embargo, el hecho es que eso se
realizó de pleno acuerdo con la jerarquía militar, que quería verdaderamente
librarse de esos tipos, que se encontraban en su puesto solo porque habían sido
impuestos por Mubarak contra la voluntad de los militares. No hay más que ver la
edad de Tantaui, muy superior al límite de edad para un puesto en el ejército.
Sabemos, sobre la base de los informes diplomáticos americanos publicados por
Wikileaks, que los oficiales llamaban a Tantaui el “caniche de Mubarak”. El
hecho de jubilarle no tenía por tanto absolutamente nada de “revolucionario”.
Los dos oficiales han recibido medallas y obtenido generosas sinecuras, así como
una inmunidad que les dispensa de rendir cuentas sobre lo que hicieron cuando
estaban a la cabeza del CSFA. La convicción de que la posición del ejército ha
sido debilitada es por tanto muy errónea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pensemos en lo que sucedió recientemente cuando el
enfrentamiento entre Morsi y la oposición pareció agudizarse al extremo. El
nuevo jefe del ejército tomó la iniciativa de presentarse abiertamente como
árbitro de la situación y convocó una conferencia que habría reunido, de un
lado, al presidente y al gobierno, y del otro a la oposición. Antes de esto el
ejército había hecho comentarios que son la réplica exacta de los que había
hecho cuando la insurrección contra Mubarak, diciendo que no reprimirían al
pueblo. El mensaje era el siguiente. “No aceptamos ser utilizados políticamente
por Mubarak y no aceptaremos serlo por Morsi”. El ejército juega pues ese juego.
Se puede suponer que Washington le aconseja insistentemente que permanezca al
margen de la querella, que se mantenga en posición de árbitro de forma que pueda
jugar el papel de “salvador” si la situación degenerara completamente, con la
repetición de la secuencia tradicional de revolución, caos, golpe de estado. El
pueblo egipcio es sin embargo, por lo menos en este momento, demasiado crítico
hacia el ejército para que algo de ese tipo se produzca a breve plazo. Pero
nadie puede predecir lo que ocurrirá a largo plazo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Antes de plantearte una pregunta sobre Siria,
quería preguntarte qué papel juega la cuestión de los palestinos y de Gaza en
esta situación. La forma en que Morsi ha ayudado a la negociación de un acuerdo
ha sido interpretada como una buena baza a su favor. La revista Time, como
sabes, ha bautizado a Morsi como el hombre más importante de Oriente Medio antes
de criticarle una semana más tarde. La cuestión de Israel y los palestinos ocupa
un lugar más importante en este cuadro. ¿Puedes decirnos algo sobre
esto?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta pregunta trata un punto importante. He mencionado la
altivez y la arrogancia de los Hermanos Musulmanes. Sin embargo un elemento
clave que explica su actitud es el apoyo de que disponen por parte de
Washington. Es un elemento central en su convicción de que están en el puesto de
mando, de que pueden dirigir. Washington ha sido sorprendido por el
levantamiento en un momento en que los Estados Unidos se encontraban –y siguen
todavía– en su punto más bajo desde el apogeo de su influencia en 1991, bajo
Bush padre, cuando medio millón de soldados estadounidenses fueron desplegados
en el Golfo con ocasión de la primera guerra dirigida por los Estados Unidos
contra Irak. Entonces, ese apogeo de la hegemonía de los Estados Unidos condujo
al autodenominado proceso de paz entre Israel y los estados árabes, y luego al
acuerdo de Oslo de 1993. Todo eso es ya agua pasada. El factor principal en este
resultado es la política llevada a cabo por la administración de George W. Bush
y la catástrofe mayor que la ocupación de Irak ha demostrado ser para el imperio
americano en general, para el imperialismo de los Estados Unidos. Se ha
convertido en un desastre. Las fuerzas armadas de los Estados Unidos han tenido
que retirarse de Irak sin haber alcanzado ni uno solo de los objetivos
fundamentales que se habían fijado al ocupar el país. Han debido abandonarle sin
siquiera mantener una sola base, nada, sin siquiera ejercer un control sobre el
gobierno, que está bastante más bien bajo la influencia de Irán. La primera cosa
que el gobierno de Irak ha hecho tras la salida de las tropas americanas ha sido
negociar un acuerdo de armamento nada menos que con Rusia. Irak ha sido un
desastre para los Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se encuentran por tanto en una posición de gran
debilidad. Los Estados Unidos se sienten muy débiles en la región y han
permanecido en un segundo plano durante las operaciones de la OTAN en Libia,
manteniendo un perfil bajo, contrariamente a cualquier otra operación
precedente, fuera llevada a cabo por la OTAN (como en Kosovo o en Afganistán) o
no (como en Irak). Se puede constatar muy claramente la impotencia de Washington
en el caso de Siria. En esta situación, la única fuerza por la que podían
apostar eran los Hermanos Musulmanes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El emir de Qatar es quien ha arreglado el acuerdo,
gracias a su posición de principal patrocinador de los Hermanos Musulmanes desde
mediados de los años 1990. Washington ha llegado a apostar por los Hermanos
Musulmanes porque ha perdido sus aliados habituales, como Mubarak y Ben Ali.
Como hemos entrado en una nueva fase en la historia de la región, Washington
tiene necesidad en adelante de una fuerza que disponga de una base popular real.
La única fuerza disponible que han encontrado son los Hermanos Musulmanes, con
los que están bien dispuestos porque tienen con ellos una larga historia de
colaboración. En el curso de los años 1950, 60 y 80 y hasta los años 1990, los
Hermanos Musulmanes estaban alineados de hecho con los Estados Unidos, en
particular durante los años 1950 y 1960, cuando eran vistos en el conjunto de la
región como colaboradores de la CIA. Fue el papel que jugaron en realidad,
cuando trabajaron contra el presidente egipcio Nasser y contra la influencia
soviética en estrecha colaboración con la CIA, con los Estados Unidos y con el
reino saudita. Entonces estaban patrocinados por los sauditas, antes de que
pasar a estarlo por Qatar en los años 1990.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Washington apuesta pues, de nuevo, por ellos. El papel
jugado por Morsi en el episodio de Gaza no es de hecho más que la prosecución
del papel que jugaba el régimen de Mubarak en el pasado, pero con una eficacia
mayor debido a que Hamas constituye la rama palestina de los Hermanos
Musulmanes. Disponen por tanto de una mayor influencia sobre Hamas y han podido,
por consiguiente, negociar este acuerdo y obtener las felicitaciones de los
Estados Unidos. Washington apuesta por esos tipos, tanto en Túnez, como en
Egipto, y como en Siria en el futuro, cuando caiga el régimen. No hay un país de
la región en el que los Hermanos Musulmanes no estén presentes y no jueguen un
papel importante. Por eso Washington apuesta por ellos y se ha mostrado
extremadamente reservado en sus comentarios sobre lo que ocurre en Egipto. La
administración Obama se mostró de hecho más dura en sus críticas a Mubarak que
en las que dirige a los Hermanos Musulmanes.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Puedes decir algo sobre Siria? En este momento
preciso el conjunto del proceso es increíblemente difícil y violento del lado
del gobierno, y no existe unanimidad en el seno de la oposición, ni siquiera en
el seno de la izquierda opuesta al régimen, en la medida que segmentos de la
izquierda parecen apoyar al régimen ¿Puedes comentar la situación en
Siria?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Siria no constituye una excepción en relación al conjunto
de los levantamientos de la región, en el sentido que nos encontramos frente a
un régimen dictatorial, en realidad uno de los más despóticos de la región
(junto a la Libia de Gadafi y el reino saudita). De otra parte, se trata de un
país en el que la crisis socioeconómica ha sido muy profunda, con una tasa de
paro muy elevada, una tasa de pobreza que se eleva al 30% y, además, una familia
reinante que concentra el poder y la riqueza en un grado increíble. El primo del
presidente sirio controla el 60% de la economía del país. Su riqueza personal
está estimada en 6 millardos de dólares. Los ingredientes de un cocktail
explosivo estaban reunidos. Y ha estallado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la izquierda, están los comunistas que participan en
el gobierno sirio. Es una tradición que existe desde los tiempos de la Unión
Soviética, que mantenía relaciones estrechas con el régimen sirio –relaciones
que han proseguido con la Rusia de Putin. La mayoría de la izquierda, por no
decir toda la izquierda en el sentido verdadero del término, está en contra del
régimen. El partido de izquierda más importante está representado en el del
Consejo Nacional Sirio: se trata del ala disidente de los comunistas, que se
escindió en los años 1970 y se ha opuesto a la colaboración con el
régimen.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Creer que el régimen sirio es “de izquierdas” o, peor,
que Assad es “un socialista, un humanista y un pacifista” como ha declarado
Chávez de forma tan fatal es, en el mejor de los casos, ignorancia. Cualquiera
que se reclame de la izquierda no debería tener la menor duda en apoyar
totalmente al pueblo sirio en su lucha contra esta brutal dictadura, explotadora
y corrupta. Más allá de esto, en Siria como en cualquier país de la región,
entre las fuerzas que luchan contra el régimen hay integristas islámicos.
También ocurría tanto en Túnez como en Egipto. Esto no debe ser tomado como un
pretexto para denigrar al conjunto del levantamiento. En Siria, como en todas
partes, la izquierda debe apoyar sin dudar al movimiento popular contra la
dictadura y, mientras lo hace, especialmente cuando las dictaduras son
derrocadas, debe apoyar a las fuerzas más progresistas del movimiento, siguiendo
el proceso de radicalización en el seno mismo de la revolución que Marx llamó
“revolución permanente”.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Entrevista publicada en International Socialist Review,
diciembre 2012, publicación de la ISO (International Socialist Organization) de
Estados Unidos. Gilbert Achcar es profesor en SOAS-Universidad de Londres.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>