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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>10 de febrero 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>La evolución de
las reivindicaciones obreras</FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Chloé Froissart <BR>A
l'encontre/La Breche<BR><A
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href="http://alencontre.org/">http://alencontre.org/</A></STRONG></FONT><FONT
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href="http://alencontre.org/"></A></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3
face=Calibri></FONT><BR><BR></FONT><FONT size=2 face=Arial>La imagen de China
como fábrica del mundo está muy ligada a un ejército de reserva constituido por
trabajadores de origen rural que constituyen una mano de obra ilimitada, barata
y no organizada, así como a una organización del trabajo calificada de
"despótica" por algunos estudiosos, orquestada tras los barrotes de fábricas
dormitorio. Sin embargo, si bien este orden despótico ha sido reprobado desde
siempre por los trabajadores migrantes, en los últimos quince años han cambiado
mucho la amplitud, las formas, los medios y los argumentos de esta
contestación.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>La huelga en Honda Nanhai, en la provincia de Guangdong,
en el sur de de China, que fue el detonante de la gran oleada de huelgas de
2010, marcó un hito en esta evolución. Conviene destacar que en esa huelga los
obreros reclamaron el derecho a elegir su sindicato y que este último fuera
responsable ante ellos. Asimismo reivindicaron sustanciales aumentos salariales
que superaban con creces las demandas formuladas hasta entonces. De hecho,
aquella oleada de huelgas supuso un salto cuantitativo y cualitativo de las
acciones colectivas llevadas a cabo por los trabajadores migrantes que no ha
retrocedido posteriormente. La toma de conciencia de sus derechos no solo llevó
a los trabajadores a asociar sus reivindicaciones materiales a demandas de
naturaleza política, sino también a ejercer sus derechos colectivos antes
incluso de que les fueran concedidos. Este artículo indaga asimismo en las
consecuencias de estas acciones colectivas en la democratización en el interior
de las empresas, teniendo en cuenta la reforma de los sindicatos y la aparición
de nuevas formas de cooperación con la sociedad civil, proponiendo de este modo
un análisis de la transformación de las relaciones de poder en los lugares de
trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>De la conciencia de la ley a la conciencia de los
derechos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La primera mitad de la década de 2000 estuvo marcada
tanto por la afirmación de la voluntad del Partido de "gobernar el país por la
ley"/1 y por el reconocimiento de los derechos de los trabajadores migrantes,
considerados hasta entonces ciudadanos de segunda clase. Esto quedó simbolizado
en la publicación por el Consejo de Asuntos de Estado del documento político
n.°1, de enero de 2003, en que reclamaba la igualdad de trato entre trabajadores
urbanos y trabajadores de origen rural emigrados a las ciudades. Estas
políticas, que vinieron acompañadas de toda una avalancha legislativa en materia
de derecho laboral, constituyeron un trampolín para la proliferación de huelgas
protagonizadas por los trabajadores migrantes. En ese periodo, dichas huelgas
estuvieron motivadas por la exigencia de que se aplicara la legislación laboral
(pago de las horas extras y salarios atrasados, inscripción en la seguridad
social) y en particular el aumento del salario mínimo estipulado por las
autoridades municipales y que en muchos casos los empresarios no respetaban. Las
huelgas ponían de manifiesto ante todo una nueva conciencia de la legalidad y
las reivindicaciones se limitaban al cumplimiento puro y simple en un contexto
de mal funcionamiento de las instituciones (ausencia de sindicatos, de comités
de arbitraje y de tribunales independientes). Como subraya Li Lianjiang, esta
conciencia de la legalidad refleja una conciencia de las normas (rule
consciousness), que se distingue de la conciencia de los derechos (rights
consciousness) en la medida en que no implica " el cuestionamiento de la
legitimidad de la normativa vigente, la demanda de cambio de las normas y su
sustitución por otras ni la demanda de participación en su elaboración "/2. Está
claro que este tipo de movilización basada en la conciencia de las normas
contribuye a la estabilidad política del régimen en la medida en que supone un
control efectivo por parte de las autoridades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La legalidad constituía tanto una nueva arma que permitía
a los obreros oponerse a los empresarios como la referencia que servía para
determinar el valor del trabajo. A falta de cualquier otra referencia para
definir lo que podría ser un salario justo, los trabajadores migrantes aceptaban
el salario mínimo fijado por el gobierno como tope razonable en materia
salarial. La baza de las huelgas, que a menudo iban acompañadas de
manifestaciones callejeras y de la ocupación de la vía pública, consistía en
ganar el apoyo de la opinión pública a fin de obligar a las autoridades locales
a asumir sus responsabilidades interviniendo en los conflictos para hacer
aplicar la ley que ellas mismas habían promulgado. En otras palabras, las
acciones colectivas podían interpretarse en sí mismas como una forma de
participación popular en la aplicación de la normativa laboral que compensara la
ausencia de garantía institucional de los derechos. En esto, las huelgas no
constituían un vector de cambios políticos, y numerosos autores subrayaron, por
cierto, su carácter más espontáneo que planificado y organizado y su naturaleza
más local que nacional y autónoma. Las demandas, de carácter sobre todo
material, solían ser prudentes y limitadas, leales y orientadas al ámbito
económico (más que político), reactivas más que proactivas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La gran oleada de huelgas del verano de 2010, iniciada
por la huelga de Honda Nanhai, marcaría desde este punto de vista un cambio
importante. Si las reivindicaciones actuales siguen refiriéndose en parte a la
aplicación del derecho laboral y el salario continúa siendo la principal manzana
de la discordia, se observa un cambio en la manera en que los trabajadores
plantean este último. Las demandas ya no parten de una simple conciencia de las
normas, sino de lo que los obreros consideran justo o injusto, como destaca este
trabajador de Honda:</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Trabajo en esta fábrica desde el 5 de junio de 2006. Mi
salario ronda los 1.400 yuanes al mes, justo cien yuanes más que lo que cobran
los nuevos contratados. ¿Es esto justo? ¿Es justo que mi salario no haya
aumentado más que 28 yuanes el segundo año, 29 yuanes el tercero y 40 el cuarto?
¿Es justo que el 40 % de quienes trabajan aquí sean becarios muy mal pagados, lo
que repercute en los salarios de todos? ¿Es justo que existan cinco categorías,
cada una de ellas subdividida en quince grados, lo que implica que dado que no
puedo avanzar más que un grado al año, si hago las cosas bien necesitaré 75 años
para llegar a la categoría más alta? ¿Es justo que tenga que trabajar tanto para
no poder ahorrar más que algunos centenares de yuanes al mes? Hay demasiada
desigualdad, demasiada injusticia. ¿Qué somos si aceptamos todo esto? No tenemos
otra opción: esta huelga es una cuestión de dignidad "/3.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Más en general, las reivindicaciones de los trabajadores
están motivadas por el sentimiento de que el aumento de sus ingresos no mantiene
el paso con el auge económico que han conocido determinadas regiones -en
particular, la del delta del Río de las Perlas- ni mucho menos con los
beneficios obtenidos por las empresas en que trabajan. Como subrayaba un obrero
de Honda, y con él otros muchos compañeros en internet: "Nuestra fábrica genera
cada año miles de millones de yuanes de beneficios, que son fruto del sudor y el
trabajo de los obreros". De este modo, un nuevo sentido de la justicia tiende a
sustituir al mero sentido de la legalidad y se basa en las comparaciones que los
obreros están en condiciones de hacer gracias, en particular, a las
informaciones que circulan por internet. Sin haberle leído, los obreros
recuperan así los planteamientos de Marx sobre la explotación y la
plusvalía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Uno de los motivos señalados por los huelguistas para
explicar estas desigualdades ya no es el hecho de que las empresas no tengan en
cuenta el aumento del salario mínimo, sino de que intentan contrarrestarlo
manipulando diversos componentes del salario (pluses diversos, primas) para
generar diferencias de trato entre los asalariados (y en especial recurriendo a
contratados temporales y becarios) o incrementando la deducción de gastos fijos
(gastos de vivienda, alimentación, seguros, cuota sindical, etc.). Por tanto, a
las reivindicaciones de un aumento sustancial del salario se suman las demandas
de clarificación de las nóminas: establecer un baremo salarial transparente,
distinguir el salario base de los diversos pluses y las primas relacionadas con
la antigüedad, el mérito y la productividad, sobre todo con el fin de tener una
visión más clara de estos distintos conceptos y apoyar demandas de aumento
salarial. En general, las reivindicaciones pasan a incluir a partir de ahora la
mejora de las condiciones de trabajo en la empresa y tienen mucho que ver con la
nueva toma de conciencia de los trabajadores que implica su participación en la
elaboración y la aplicación de las normas que rigen esta última.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto es lo que refleja en particular la multiplicación de
las denuncias relativas al modo de funcionar de los sindicatos chinos (que se
limitan a prestar servicios y organizar actividades de tiempo libre, y en los
conflictos hacen de brazo derecho de las empresas) y de las reivindicaciones de
"refundar los sindicatos" mediante la celebración de elecciones directas y la
creación de un mecanismo permanente de negociación en el seno de la empresa. Los
obreros dan la espalda a los sindicatos oficiales, por mucho que estos estén
presentes en la fábrica y ofrezcan su ayuda: en marzo de 2012, los trabajadores
de la empresa japonesa Omron Electronics condicionaron toda negociación a la
celebración de elecciones sindicales. En un sistema en que el Partido no tiene
más que una legitimidad autoproclamada y los sindicatos son una simple emanación
de ello, es importante subrayar que esta demanda de representación legítima y
efectiva se asocia a una demanda de participación o de codecisión por parte de
los obreros que se plantea como un derecho fundamental. Hoy, las huelgas
presentan por tanto dos rasgos fundamentales de la conciencia de los derechos,
tal como la ha definido Li Lianjiang: por un lado, el cuestionamiento de la
legitimidad de las relaciones de poder vigentes y, por otro, la puesta en tela
de juicio de las normas vigentes en nombre de unos principios fundamentales (el
derecho a saber, a participar, a expresarse, etc.).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora, las reivindicaciones han cambiado radicalmente de
naturaleza y los obreros ya no reclaman que se aplique la ley, sino algo que la
ley no contempla: los derechos colectivos. Los factores que han permitido a los
trabajadores chinos vincular poco a poco la protección de sus derechos y de sus
intereses a la cuestión de la representación son múltiples y complejos. Se
derivan por un lado de una nueva conciencia -estrechamente asociada a la mejora
de la enseñanza y del acceso a la información- del valor de su trabajo, de las
relaciones de poder en las empresas y de las desigualdades que generan tanto en
las fábricas como en la sociedad. No obstante, este vínculo inédito entre
reivindicaciones materiales y reivindicaciones políticas no podría haberse
establecido sin un cambio de la estructura de las oportunidades políticas. En
efecto, a partir del XVII Congreso (2007), el presidente Hu Jintao (2002-2013)
puso el acento en la participación democrática del pueblo como uno de los medios
para promover la justicia social. Un aspecto de esta política consistía en
favorecer la autogestión en la base, desde las comunidades de los barrios hasta
el interior de las fábricas. Se trataba de dar más margen, aunque siempre bajo
la supervisión del Partido, a ciertas categorías sociales (residentes, obreros)
para gestionar sus intereses comunes a escala local y poner coto de este modo a
la politización de las reivindicaciones que al principio eran básicamente de
carácter material. Esta política se ajusta asimismo al objetivo del gobierno
central desde la crisis financiera de 2008 -que supuso un duro golpe para
China-, consistente en fomentar la demanda interior incrementando el poder
adquisitivo de los trabajadores.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El ejercicio de los derechos precede a su
reconocimiento</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La formulación de estas nuevas reivindicaciones viene
acompañada de una redefinición de la relación con las autoridades (antes
consideradas aliadas en la demanda de que se respete la ley, ahora objeto de
recelo), de una relocalización de los conflictos (las manifestaciones tienden
ahora a permanecer dentro del recinto de las fábricas) y de un aumento de la
capacidad de los trabajadores para organizarse y negociar colectivamente. Suelen
elegir a representantes encargados de plantear las reivindicaciones del personal
a la dirección, rechazan las condiciones de negociación impuestas por esta y las
propuestas de aumento salarial que consideran insuficientes, se niegan a
reanudar el trabajo bajo amenazas y saben alternar los momentos de reanudación
del trabajo cuando las negociaciones avanzan con los paros cuando los resultados
les parecen insuficientes, lo que contribuye a explicar la duración cada vez
mayor de los conflictos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta autonomización de los trabajadores se apoya en una
nueva relación de fuerzas que tiene que ver, por un lado, con el modo de
producción, y por otro con un grado de unidad y solidaridad en el interior de
las fábricas que contrasta con las líneas de fractura en función del origen
geográfico o étnico o del estatuto en la empresa, que a comienzos de la década
de 2000 se consideraban a menudo obstáculos a la formación de una conciencia de
clase. En la medida en que las cadenas de producción están cada vez más
integradas, las huelgas paralizan toda la producción no solo en la fábrica, sino
a menudo también en otras fábricas distribuidas por el territorio chino que
trabajan para la misma empresa, lo que comporta unas pérdidas económicas
colosales para las empresas e, indirectamente, para las autoridades locales.
Así, Honda perdió 240 millones de yuanes al día durante el conflicto de Nanhai,
que duró 15 días en 2010, es decir, varios miles de millones de yuanes a lo
largo de toda la huelga, mientras que las pérdidas causadas por los tres días de
huelga que hubo en LGD, en Nankin, en diciembre de 2011, ascendieron a
434.600.000 yuanes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, el lema de los huelguistas de Honda, "la unidad
hace la fuerza", hizo escuela y las reivindicaciones reflejaban a menudo un alto
grado de solidaridad con el conjunto de los trabajadores de la fábrica. Los
huelguistas de Honda, que reclamaban un aumento de 800 yuanes para todos los
trabajadores, manifestaron en su carta abierta su solidaridad con los becarios y
contratados temporales, pero también hicieron extensivas sus reivindicaciones al
conjunto de la clase obrera: "Nuestra lucha por los derechos no pretende
proteger únicamente los derechos de 1.800 obreros. Nos preocupan también los
derechos e intereses de los obreros de todo el país ". Siguiendo sus pasos, los
huelguistas de Omron expresaron en su carta abierta publicada de internet su
solidaridad con los mandos intermedios de la fábrica, cuyos salarios estaban
congelados, así como con los conductores de vehículos en el interior de la
fábrica, que trabajaban 14 horas al día y no cobraban más que 11 horas. Por otro
lado, aparecen numerosos comentarios de apoyo en los sitios de internet que se
expresan en nombre de la solidaridad de "la clase obrera", como ente comentario
colgado en el sitio de debate en línea de los huelguistas de Omron: "Camaradas
obreros, ¡uníos para defender vuestros derechos!". En resumen, los trabajadores
tratan ahora de evitar todo intento de división por parte de la dirección, como
demuestra la negativa de los becarios de Honda a ceder al chantaje de los
directores de sus establecimientos, que les amenazaban con no darles el diploma,
o también la demanda de los obreros de LGD de que las negociaciones se
celebraran ante el conjunto de la plantilla y no a puerta cerrada en las
oficinas de la dirección.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Desarrollo de alianzas horizontales gracias a las
nuevas tecnologías</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Las alianzas horizontales con diferentes agentes sociales
han sustituido ahora a las alianzas verticales con las autoridades, tanto en el
manejo de los conflictos como en el de las negociaciones y su resolución. Ahora
los obreros acceden con mucha más facilidad a internet, en particular a través
de su teléfono móvil, y muchos tienen una cuenta de mensajería instantánea QQ
-que incluye asimismo una parte de "espacio abierto" de tipo facebook- o un blog
en que hacen circular informaciones relativas al derecho laboral, artículos de
prensa y ensayos escritos por investigadores e intelectuales conocidos /4,
vídeos de huelgas y comentarios sobre sus condiciones de trabajo o las huelgas
de otras fábricas. No es raro que se formen grupos de intercambio de mensajes
con motivo de un conflicto para facilitar la comunicación y la coordinación
entre los miles de empleados de una fábrica, y que permiten a los huelguistas
mantener informado al público sobre sus reivindicaciones mediante la circulación
de "cartas abiertas", así como sobre la evolución del conflicto y de la
negociación. Gracias a estos nuevos medios de comunicación, las acciones
colectivas han ampliado su audiencia, permitiendo a los periodistas informar más
fácilmente, a los abogados y universitarios aconsejar a los huelguistas, a las
ONG de Hongkong e internacionales informar antes sobre los conflictos y lanzar
campañas de apoyo, y a los obreros de otras fábricas aprender de la experiencia
de sus compañeros. Los huelguistas trasladan asimismo directamente sus
reivindicaciones a los medios de comunicación y sucede cada vez más, desde la
huelga de Honda, que los periódicos las difunden ampliamente. Además, el tenor
de los artículos de prensa sobre las huelgas ha cambiado mucho desde comienzos
de la década de 2000. Algunos periodistas se implican mucho en los conflictos,
se relacionan con los huelguistas, se toman la molestia de investigar a fondo y
escriben artículos en que detallan minuciosamente las causas y el desarrollo de
los conflictos, el papel que desempeñan los distintos agentes, las reacciones de
los sindicatos y de las autoridades, aportando a menudo sus propios
conocimientos en materia social, política y económica para apoyar el punto de
vista de los obreros. En otras palabras, los obreros están rompiendo el
aislamiento en que se hallaban confinados en sus fábricas y entran en contacto
entre ellos y con aliados no gubernamentales que apoyan su acción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Asistimos igualmente a la aparición de nuevos
intermediarios surgidos de la sociedad civil que, pasando por encima de los
sindicatos oficiales, desempeñan cada vez más a menudo una función en la
resolución de conflictos. Ya se conocía el papel de mediador de determinadas ONG
de defensa de los derechos de los trabajadores migrantes. Ante la hostilidad de
las autoridades, y en particular de los sindicatos, a los que hacen directamente
la competencia, ahora suelen ser sustituidas por abogados o profesores
universitarios especializados en derecho laboral, que negocian en nombre de los
trabajadores que los han mandatado para ello. Esta nueva forma de representación
autónoma -planteada en el plano jurídico y no político- está tolerada
relativamente en la medida en que es temporal y corre a cargo de agentes
claramente identificados (los bufetes de abogados están registrados
oficialmente, a diferencia de muchas ONG), son considerados profesionales y no
evocan el espectro de la organización obrera autónoma.<BR>Estos últimos años,
algunos dirigentes centrales -seguidos de ciertos cargos provinciales,
especialmente de Guangdong- han reconocido en repetidas ocasiones la legitimidad
de las reivindicaciones de los trabajadores y hecho llamamientos a una gestión
razonable de los conflictos, favoreciendo el diálogo social en detrimento de la
represión. El caso es que se percibe una disminución de la represión y en
particular de los encarcelamientos. El hecho de que las huelgas se desarrollen
ahora fundamentalmente en el interior del recinto de las fábricas y como tales
no alteren directamente el orden público, ofrece asimismo menos argumentos a la
policía para intervenir. Claro que a menudo envían a esta última a los lugares
de trabajo (LGD, Guanxing etc.) con ánimo disuasorio, y en ocasiones los agentes
incluso obligan a empresarios y trabajadores a sentarse a la mesa de
negociación.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Impacto sobre la democratización en los lugares
de trabajo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Este salto cualitativo y cuantitativo de las acciones
colectivas llevadas a cabo por los trabajadores ha reavivado el impulso a favor
de la convocatoria de elecciones sindicales, ya celebradas ocasionalmente desde
mediados de la década de 1990, especialmente en las provincias de Zhejiang,
Shandong y Guangdong, así como de "negociaciones colectivas", que han sido
objeto de debates en los últimos años. No es extraño que las reformas estén más
avanzadas en Guangdong, donde los conflictos laborales son más intensos. Pero
esto también se debe a razones políticas: Wang Yang, el ambicioso secretario
provincial (2007-2013), quiso capitalizar la tradición reformadora de Guangdong
para apoyar su carrera política en la promoción de un modelo de "gestión social"
que convierte la participación de la base y el diálogo en garantes de la
estabilidad social.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Conviene recordar que la estructura organizativa de los
sindicatos en China obedece a un modelo de corporativismo de Estado: no existe
más que un único sindicato autorizado, la Federación Nacional de Sindicatos
Chinos (FNSC), organización de masas creada por el Partido (al que está
subordinada), estructurada jerárquicamente y responsable ante los cargos
superiores de la jerarquía sindical, cuyos componentes son en su totalidad
miembros del Partido, y no ante los obreros y empleados. Su modo de
funcionamiento se caracteriza por un dualismo leninista, lo que significa que se
entiende que los sindicados operan como una correa de transmisión del Partido al
mismo tiempo que hacen llegar las reivindicaciones obreras a este último. Este
sistema identifica los intereses de los trabajadores con los del Partido y de
los empresarios, como subraya la Ley sindical de la República Popular China,
según la cual la función de los sindicatos consiste tanto en proteger los
derechos de los obreros como en "ayudar a las empresas a aumentar la
productividad y a mejorar la eficiencia económica". Esto explica que el comité
sindical en las fábricas no se considere representante de los intereses de los
obreros frente a los de los empresarios, sino más bien -y en el mejor de los
casos- un mediador cuyo papel radica en hallar un compromiso cuando estalla un
conflicto. Ahora bien, en la medida en que el responsable de este comité es
nombrado por los dirigentes locales del sindicato oficial o, en la mayoría de
los casos, por la dirección de la empresa, de la que a menudo también forma
parte y que le paga el salario, los sindicatos suelen ponerse del lado de la
dirección en caso de conflicto. Esto es lo que pusieron de manifiesto los
violentos altercados que se produjeron entre los sindicatos y los obreros con
motivo del conflicto de Honda Nanhai. Aquellos sucesos fueron un detonante,
favoreciendo la toma de conciencia de la incapacidad estructural de los
sindicatos chinos de representar a los trabajadores y convirtieron su reforma en
una prioridad del gobierno y de la FNSC, especialmente en Guangdong.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los debates en torno a la necesidad para los sindicatos
de clarificar su papel a fin de incrementar su eficacia en el mantenimiento de
la estabilidad social no son nada nuevo, como demuestran una serie de
directrices publicadas por la FNSC estos últimos años, que insisten en que los
sindicatos deben defender ante todo los derechos de los trabajadores. Subrayan
en particular la necesidad de establecer "relaciones democráticas y armoniosas"
en las empresas, basadas en una mayor participación de los trabajadores,
resucitando si hace falta los comités obreros de la época de Mao. La Circular
sobre la mejora de la fuerza de trabajo y de la estabilidad social, publicada el
29 de mayo de 2010, marca desde este punto de vista un cambio de orientación:
por primera vez, la FNSC reconoce públicamente que la dignidad de los
trabajadores depende de la protección de sus derechos e intereses y que, si no
se respetan estos últimos, no es posible mantener la estabilidad social.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora se reconoce oficialmente que hace falta introducir
reformas estructurales que permitan incrementar la representatividad de los
sindicatos y cambiar su modo de funcionar, es decir, favorecer su
"profesionalización", un término que en el vocabulario del Partido se ha
convertido en antónimo de "politización". La idea básica radica en emancipar a
los sindicatos de la dirección de las empresas, especialmente desde el punto de
vista financiero. En 2010, la FNSC invirtió decenas de millones de yuanes en
lanzar programas piloto en diez provincias y ciudades con vistas a que los
representantes sindicales en las fábricas reciban su salario de los escalones
superiores de la jerarquía sindical y no de la dirección de la fábrica, como
ocurre actualmente. Se trata asimismo de mejorar la representatividad de los
sindicatos gracias a la celebración de elecciones directas de los delegados
sindicales, aunque sin favorecer la autonomización de estos, pues al mismo
tiempo se desea reforzar la responsabilidad de las organizaciones de base ante
la jerarquía sindical. Esta voluntad de combinar democracia directa y
centralismo democrático (en otras palabras: lógicas de "abajo arriba" y "arriba
abajo") corresponde a la voluntad declarada del Partido desde el XVII Congreso,
celebrado en 2007, de permitir una democratización controlada en el seno del
sistema para que se adapte mejor a las expectativas de la población, reforzar la
legitimidad del Partido y evitar la aparición de verdaderos contrapoderes.
Tampoco esto es nuevo, pues este método se practica desde la década de 1980 en
el campo mediante la institución de elecciones en las poblaciones rurales que
constituyen una forma inédita de progreso de la democracia sin pluralismo
político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los debates en torno a la participación de los
trabajadores están relacionados directamente con la denuncia del carácter
artificial de las "consultas colectivas" celebradas regularmente por los
sindicatos. Cada vez más expertos chinos destacan que el gran aumento del número
de convenios colectivos refleja ante todo una competición burocrática por
alcanzar objetivos prefijados, que estos convenios no son más que una réplica de
las condiciones mínimas legales y que el proceso tropieza con la falta de
participación efectiva de los trabajadores en las negociaciones, pues los
sindicatos se limitan a consultarles de un modo puramente formal. Algunos
reclaman incluso la institución de "negociaciones colectivas" que permitan una
verdadera participación de los trabajadores. En la medida en que el Partido
también desea seguir atrayendo la inversión extranjera y no mermar la
rentabilidad económica de las empresas, la instauración de negociaciones
colectivas en las fábricas parece ser desde varios puntos de vista la solución
más realista y pragmática, ya que favorece soluciones caso por caso, en función
de los medios de que dispone cada empresa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las reformas se plantean por tanto en dos niveles: las
elecciones y el modo de funcionar de los sindicatos. Para que puedan suponer un
verdadero avance con respecto a las elecciones directas celebradas
esporádicamente desde mediados de la década de 1990, a nuestro modo de ver
deberían satisfacer cuatro criterios: 1) que las elecciones se celebren a
petición de los obreros y no por imposición arbitraria del Partido; 2) que estas
elecciones directas, que obedecen a prácticas muy diversas y más o menos
democráticas, adopten el modelo de Haixuan: los obreros escogen directamente a
sus candidatos, que deben obtener más de la mitad de los votos para resultar
elegidos (este tipo de elecciones, experimentado en el medio rural, es el más
democrático); 3) que permitan a los huelguistas acceder a puestos de
representación sindical; 4) que favorezcan la capacidad de iniciativa y una
verdadera autonomía de acción de los sindicatos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La reforma de los sindicatos y sus
límites</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Las elecciones celebradas a partir de 2010 en Guangdong
se han basado principalmente en el método de Haixuan, que se desarrolla del modo
siguiente. En primer lugar se crea un pequeño grupo de trabajo en la fábrica,
que fija la fecha y las modalidades de la elección y explica el procedimiento a
los trabajadores. Acto seguido, cada taller elige mediante voto secreto a los
representantes del personal, cuyo número debe alcanzar el 10 % de la totalidad
de la plantilla de la fábrica. Luego estos representantes se reúnen para elegir
mediante voto secreto a los candidatos al comité sindical de la fábrica. Esta
lista de candidatos se remite a la dirección local del sindicato, que la rechaza
o la aprueba después de examinarla. Una vez aprobada, la lista de candidatos se
expone en la fábrica durante siete días. Finalmente, los representantes de los
trabajadores eligen un presidente y un vicepresidente entre los miembros del
comité sindical. Por tanto, estas elecciones solo son parcialmente democráticas:
siguen estando controladas por la jerarquía sindical, que de esta manera puede
intervenir en diversos grados, especialmente en la confirmación de los
candidatos, impidiendo si quiere el acceso al comité sindical de los impulsores
de huelgas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por cierto que esto fue lo que sucedió en las elecciones
que tuvieron lugar en la fábrica de Honda en Nanhai a finales de 2010. Aunque la
prensa y las autoridades las presentaron como modelo de reforma del sindicato,
el cambio que supusieron fue bastante limitado. Las elecciones fueron
supervisadas por un grupo de trabajo presidido por el vicepresidente de la
Federación de Sindicatos de Guangdong y compuesto por los delegados sindicales
de cuatro niveles (empresa, barrio, distrito y municipio). Este órgano veló
especialmente por que no pudieran presentarse los dirigentes de la huelga, con
lo que tan solo dos obreros resultaron elegidos delegados sindicales. Además, el
presidente del Consejo Sindical -cuestionado durante la huelga-, quien ocupaba
al mismo tiempo el cargo de director adjunto del departamento de recursos
humanos, conservó su puesto. Por otro lado, una mujer joven, que trabajaba de
traductora en la empresa y se había puesto del lado de los obreros, fue elegida
vicepresidenta del sindicato. Todo esto revela que no se trata tanto de crear
sindicatos independientes como de permitir a los representantes de los
trabajadores "entrar" en los sindicatos oficiales, como ha destacado por cierto
la prensa china.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De todos modos, es un cambio significativo en la medida
en que el sindicato tomó después la iniciativa de recoger las demandas de
aumento salarial de los trabajadores. En febrero 2011hubo tres rondas de
negociaciones colectivas, que permitieron a los asalariados obtener un aumento
de 611 yuanes, con lo que el salario mensual de los obreros de la cadena de
montaje se situó un poco por encima de los 2 600 yuanes. Dicho esto, está claro
que la representación de los trabajadores sigue siendo limitada: únicamente dos
obreros de la cadena de montaje (electos) pudieron participar en las
negociaciones, cuyo éxito fue el fruto de la tenacidad de la vicepresidenta del
sindicato, sin duda, pero sobre todo de la intervención del vicepresidente de la
Federación de Sindicatos de Guangdong, que en la última ronda de negociaciones
insistió en la necesidad de llegar a un acuerdo que satisficiera a ambas partes.
Así, el resultado de estas negociaciones debe atribuirse no tanto a la
institucionalización de un procedimiento como a la presión política en un
contexto en que era importante, tanto para Honda como para la Federación
Nacional de Sindicatos Chinos, que esas negociaciones sirvieran de modelo con el
fin de restablecer cierta normalidad después de las huelgas. Este episodio
ilustra muy bien lo que puede significar la "profesionalización" de los
sindicatos y la institución de "negociaciones colectivas" en el contexto chino
-combinar la elección de representantes sindicales con la intervención de la
jerarquía sindical- y al mismo tiempo marca sus límites. Se trata ante todo de
una respuesta a una situación concreta y no se ve cómo este modelo podría
generalizarse y regularizarse, aunque solo fuera a escala provincial.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Tras la huelga de Omron Electronics en marzo de 2012, cuya
principal reivindicación era la elección de un nuevo sindicato, el
vicepresidente de la Federación sindical de Shenzhen anunció la celebración de
elecciones directas en 163 empresas. El modelo invocado oficialmente para estas
elecciones fue el de la fábrica de Liguang, que había elegido su sindicato en
noviembre de 2007 de acuerdo con los estatutos, que estipulan que la mitad de
los delegados sindicales han de ser obreros de base. En 2010, es decir, tres
años más tarde, casi el 77 % de los delegados eran obreros de base elegidos sin
intervención alguna de los dirigentes de la fábrica. Las elecciones en Omron
Electronics tuvieron lugar entre abril y mayo de 2012 de acuerdo con el método
de Haixuan: los obreros de los siete talleres de la fábrica eligieron a 75
representantes, que a su vez nombraron mediante voto secreto a 14 candidatos, en
su mayoría obreros de base, al comité sindical de la fábrica, entre ellos tres
candidatos a los puestos de presidente y vicepresidente del sindicato. Estos
hicieron campaña tras recibir el visto bueno de la jerarquía sindical. Resultó
elegido presidente del sindicato el responsable del departamento de producción,
que sustituyó al predecesor, que era miembro de la dirección.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No cabe ninguna duda de que estas elecciones no
supusieron un cambio significativo de la relación de fuerzas. En el caso de
Omron, aunque el nuevo responsable sindical elegido no forme parte de la
dirección de la fábrica, no deja de ser un mando intermedio aprobado tanto por
la dirección como por la jerarquía sindical. Además, los obreros que
desempeñaron un papel activo en la huelga fueron postergados, mientras que los
que se alinearon con la dirección han sido promovidos. Por otro lado, el modo de
funcionamiento del sindicato, una vez elegido el comité, sigue siendo el mismo y
choca con numerosos problemas, en primer lugar la falta de formación y
experiencia de los nuevos delegados sindicales. A falta de competencias en
materia de gestión y contabilidad, el nuevo presidente del sindicato no ha
sabido cómo acceder a las demandas de los obreros en relación con la
clarificación de la nómina y con la elaboración de las hojas salariales, tarea
en la que no ha recibido el apoyo de la jerarquía sindical. Finalmente, el
responsable sindical sigue cobrando de la dirección de la fábrica y, cosa
curiosa, ha sido la jerarquía sindical la que ha negociado su salario. Existe
por tanto el riesgo de que estos delegados sindicales sean comprados por la
empresa, como reflejan las investigaciones realizadas en relación con las
anteriores elecciones sindicales, que subrayan que el papel de los delegados
sindicales acaba ciñéndose a la mejora de la comunicación en el interior de la
empresa, a la resolución de problemas cotidianos y a la organización de
actividades recreativas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por mucho que los delegados sindicales quisieran
permanecer fieles a su base, la legislación los atenaza en una contradicción
paralizante al estipular que la función de los sindicatos consiste en
representar a ambas partes. En otras palabras, aunque las elecciones directas
permitan a los sindicatos mejorar su representatividad, no hacen más que aplazar
el problema en vez de resolverlo. a menos que estas contradicciones lleven
finalmente a los obreros a formular nuevas reivindicaciones con vistas a
modificar la ley.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Conclusión</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La dinámica de las huelgas se basa hoy en una nueva
conciencia de los derechos muy ligada a la conciencia del valor del trabajo y en
un nuevo sentimiento de explotación, que se expresa ante todo en una voluntad de
participación y de codecisión en la empresa. Ya no se trata para los obreros de
hacer respetar los mínimos legales, sino de obtener unas condiciones de trabajo
acordes con lo que consideran justo, lo que les lleva no solo a reivindicar
derechos colectivos, sino también a ejercerlos. La reforma de los sindicatos
debe interpretarse ante todo como la voluntad del Partido de poner coto a la
autonomización de la clase obrera y de apoyarse en la participación de la base
para reforzar la legitimidad de los sindicatos oficiales. Estas reformas se
limitan todavía a experiencias aisladas, y la cuestión de su
institucionalización no está zanjada: falta una legislación que instituya un
procedimiento electoral claro y que restrinja las posibilidades de intervención
de la jerarquía sindical en el proceso electoral. Por mucho que se avance hacia
una mayor representatividad de los sindicatos, es muy probable que estos últimos
sigan siendo incapaces de desempeñar su misión de representación de los
trabajadores a falta de una modificación de la legislación que permita a los
sindicatos defender los intereses de los trabajadores frente a los de las
empresas. Por tanto, cabe temer que esta democratización no deje de ser
puramente formal y que tenga que ser compensada por otras formas de
representación ad hoc y jurídicas, ya que no políticas, protagonizadas por
abogados e investigadores especializados, así como por ONG
habilitadas.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>1/ Consagrado en la Constitución en virtud de una
enmienda de 1999, este principio obedece ante todo a una concepción instrumental
del derecho al servicio del refuerzo de la capacidad reguladora del Estado y de
la legitimidad del Partido. Ching Kwan Lee, "From the Specter of Mao to the
Spirit of the Law: Labor insurgency in China", Theory and Society 31/2, abril de
2002, p. 189-228.<BR>2/ Lianjiang Li, "Rights consciousness and rules
consciousness in contemporary China", The China Journal, n.º 64, julio de 2010,
p. 50.<BR>3/ Entrevista realizada por He Meichuan, investigador de la
Universidad Sun Yatsen, citada por I. Thireau, "Les migrants se rebiffent",
Manière de voir n.º 123, junio-julio de 2012, p. 42.<BR>4/ El ensayo de Chang
Kai (Director del Centro de Investigación sobre el Trabajo de la Universidad del
Pueblo), "Lun Zhongguo de bagongquan lifa" (A propósito de la legalización del
derecho de huelga en China), en el que recuerda que el derecho de huelga es uno
de los derechos fundamentales de los trabajadores, ha sido ampliamente citado en
los blogs, lo que no es ajeno al hecho de que los obreros de Honda Nanhai le
hubieran pedido que les representara en las negociaciones finales de la huelga
de 2010.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>