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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>11 de febrero de 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>¿Una primavera
cubana?<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Roger
Burbach *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Punto Final Nº 775, enero
2013</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.puntofinal.cl/"><STRONG>http://www.puntofinal.cl/</STRONG></A><BR> <BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Este es un fecundo periodo de
experimentación y debate en Cuba. Hace casi siete años que Raúl Castro reemplazó
a su hermano Fidel, primero como presidente interino, en 2006, y luego como
presidente desde 2008. Bajo Raúl, el país está dando pasos para transformar la
economía y está irrumpiendo un discurso crítico sobre el desmantelamiento del
autoritario modelo comunista.<BR><BR>Julio Díaz Vásquez, un economista que
trabaja en la Universidad de La Habana, declara: "Con la actualización del
modelo económico, Cuba enfrenta desafíos complejos (…) en sus instituciones
sociales y políticas (…) La herencia del modelo soviético hace necesario arrasar
las barreras erigidas por la inercia, la intransigencia y la doble moral".
Agrega: "Esas imperfecciones han producido deficiencias en la democracia cubana,
sus libertades creativas y en la participación de sus
ciudadanos".(1)<BR><BR>Entre los principales cambios que han tenido ecos
internacionales se cuenta el decreto que entró en vigencia el 14 de enero de
2013, que permite a los cubanos viajar al exterior sin una autorización
especial. Igualmente, ahora se pueden comprar casas y autos y también venderlos,
demostrando que la propiedad privada está siendo reconocida por primera vez
desde comienzos de 1960, cuando el Estado tomó el control de virtualmente toda
la propiedad.<BR><BR>En el campo, las tierras ociosas -que constituyen alrededor
de la mitad de las tierras cultivables-, están siendo distribuidas en usufructo
por diez años en parcelas de diez hectáreas cada una, con posibilidad de
renovación del plazo. Se informa que actualmente hay 172 mil nuevos productores
agrícolas. A lo menos 181 tipos de ocupaciones, como proveedores de alimentos,
peluqueros, choferes de taxis, plomeros y zapateros, pueden ser autorizadas
ahora como "trabajadores por cuenta propia", o trabajadores independientes.
Hasta 2012, alrededor de 380 mil personas eran trabajadores por cuenta propia de
un total de cinco millones de cubanos que conforman la fuerza de
trabajo.<BR><BR><STRONG>131 lineamientos<BR></STRONG><BR>El más dramático cambio
contra el viejo orden económico se produjo cuando el sexto congreso del Partido
Comunista, en abril de 2011, aprobó 131 "lineamientos". Una mezcla de medidas y
recomendaciones en que se postula la autonomía de las empresas estatales, una
expansión de las cooperativas, nuevas leyes laborales, cambios en el sistema de
subsidios, incluyendo modificaciones en el racionamiento de alimentos. Un comité
de más de noventa personas, encabezado por el ministro de Economía Marino
Murillo, debe implementar esa política.<BR><BR>La principal debilidad de los
lineamientos señalados, de acuerdo a Armando Nova, del Centro para el Estudio de
la Economía Cubana, es que no se basan en un verdadero diagnóstico de la
economía cubana. La baja productividad, así como su gran déficit comercial,
especialmente en productos agrícolas, son reconocidos. Pero no se analiza cómo
superar esos problemas sistémicos. Sin embargo, los lineamientos no contienen
una conceptualización adecuada de hacia dónde se dirige la sociedad, a menos que
sea a un compromiso general con el socialismo. "¿Y de qué tipo de socialismo se
trata?", pregunta Nova.<BR><BR>El nuevo socialismo es semejante al que Lenin
aplicó con la Nueva Política Económica (NEP) cuando Rusia permitió una
producción campesina de pequeña escala y negocios privados. ¿Cuál debería ser el
rol de la propiedad privada en Cuba y cómo podría una nueva economía no aumentar
la inequidad? Son preguntas críticas que no fueron tratadas por el sexto
congreso del Partido Comunista cubano.<BR><BR><STRONG>Diversos pensamientos
económicos<BR></STRONG><BR>Hay diferentes escuelas de pensamiento acerca de cómo
debe avanzar la economía. Camila Piñeiro Harnecker, en Visiones sobre el
socialismo que guía los cambios actuales en Cuba, describe tres visiones
diferentes: a) una posición estatista, que refleja ampliamente a la vieja
guardia; b) una perspectiva de mercado socialista, apoyada por muchos
economistas y c), una posición "autogestionaria", que convoca a un desarrollo
democrático y sustentable, principalmente a través de la promoción de
cooperativas.(2)<BR><BR>a) Los estatistas reconocen que Cuba enfrenta serios
problemas económicos pero argumentan que ellos pueden ser corregidos mediante un
Estado más eficiente, no a través del desmantelamiento del Estado. Lo que se
necesita es más disciplina y mayor eficiencia en las industrias y empresas
estatales. Una pérdida del control del Estado pudiera significar mayor
desorganización e incluso permitir el surgimiento de tendencias capitalistas.
Esta posición apunta hacia el desastre que ocurrió en la Unión Soviética a fines
de 1980, cuando se intentó terminar con el control central de las empresas
estatales.<BR><BR>La posición estatista está más profundamente atrincherada
entre los burócratas del nivel medio y cuadros del partido, que temen perder
estatus e ingresos si termina el control directo del Estado sobre la economía
cubana. Algunos directores de las empresas militares manifiestan también esta
tendencia, aunque sorprendentemente muchos oficiales, incluyendo a Raúl Castro,
están a favor de la descentralización y de un mayor uso de los mecanismos de
mercado.<BR><BR>b) Los partidarios de una economía socialista de mercado
sostienen que solamente a través del mercado pueden liberarse las fuerzas
productivas de Cuba. El Estado debe garantizar más autonomía o independencia a
las empresas y permitir que las fuerzas competitivas incrementen la
productividad y eficiencia del mercado. En el corto plazo, la privatización y la
mercantilización son necesarios, aunque ello signifique un crecimiento de la
desigualdad, la explotación de los trabajadores asalariados y la degradación del
medioambiente. Mientras el país se desarrolla, el Estado puede nivelar las
diferencias y distribuir las nuevas ganancias en programas sociales.<BR><BR>Los
economistas que apoyan el mercado socialista tienden a estar localizados en lo
que se llama la "academia", los institutos y centros de investigación, muchos de
los cuales están ligados a la Universidad de La Habana. La academia mira a las
experiencias china y vietnamita, especialmente su acogida a la inversión
extranjera, aunque creen que Cuba puede hacer un mejor trabajo para controlar la
corrupción. Esta posición también encuentra apoyo entre los tecnócratas
estatales y algunos ejecutivos que quisieran que sus empresas se expandieran y
fueran más rentables cuando sean privatizadas.<BR><BR>También los trabajadores
por cuenta propia y la gente corriente dan un apoyo significativo a la economía
de mercado, ya que sienten que pueden disfrutar de prosperidad material como la
del mundo occidental, o China, si se permite mayor iniciativa individual y
empresas privadas.<BR><BR>c) La posición autogestionaria, que defiende Camila
Piñeiro, tiene una diferencia fundamental con la visión de los economistas
acerca de cómo romper con el viejo modelo estatista. En vez de volver a la
competencia y el mercado para tener más productividad, los valores democráticos
socialistas de participación, asociación y solidaridad deberían estar en el
corazón del trabajo y de la nueva economía.<BR><BR>El control no debería venir
desde arriba sino desde la base, en la medida en que los trabajadores se
comprometan en la autogestión y en la promoción de sus preocupaciones sociales y
económicas. Piñeiro escribe: "Los autogestionarios enfatizan en la necesidad de
promover una conciencia socialista, solidaridad y un revolucionario commitment
con los históricamente marginalizados. Estos principios pueden ser practicados
en las cooperativas y en las empresas municipalizadas, y deben estar destinados
a incrementar la conciencia y la productividad en el lugar de
trabajo".<BR><BR>Piñeiro admite que el apoyo de la posición de autogestión está
menos consolidado y es sostenido por intelectuales y profesionales y por
aquellos que están más a tono con los debates internacionales sobre el
socialismo del siglo XXI. Uno de los problemas es que el viejo modelo estatista
usaba los términos "participación", "autonomía" y "control de los trabajadores"
para caracterizar las relaciones en las industrias, empresas y cooperativas que
operaban pobremente y que ahora en Cuba han caído en el desprestigio. Hoy día
aquellos que tratan de renovar esos términos son habitualmente mirados como
utópicos, que tratan de resucitar políticas fracasadas.<BR><BR><STRONG>La
revista Temas<BR></STRONG><BR>La revista bimestral Temas es
uno de los principales foros para el debate sobre las nuevas direcciones de la
economía. Su editor, Rafael Hernández, dijo en una entrevista: "El proceso de
cambio es lento pero irreversible. El problema es si el mejoramiento en las
condiciones económicas puede ser lo bastante rápido para mantener el apoyo del
pueblo en la base. Las cooperativas que ahora existen solamente en el sector
agrícola tienen que expandirse hacia pequeñas manufacturas y
servicios".(3)<BR><BR>Se da cuenta que hay que comprometer al sector de
profesionales y técnicos, que constituye la cuarta parte de la población
trabajadora de Cuba debido al histórico compromiso de la educación pública en
todos los niveles. "Su talento debe ser aprovechado en el proceso de cambio
económico y social. Necesitamos un sector público, no un sector
gubernamental".<BR><BR>Utiliza como ejemplo la necesidad de facilitar el cuidado
de las personas mayores. "Mi madre tenía Alzheimer. Tuve que cuidarla en la
casa, pero ella habría tenido un mejor ambiente y tal vez un mejor cuidado si
los doctores y el personal médico especializado fuera capaz de echar a andar
hogares, ya fueran cooperativas o lugares de atención médica privada de acuerdo
a una combinación de subsidios del gobierno y aportes de las
familias".<BR><BR>Hernández también sostiene que las revistas, periódicos y
publicaciones en general deben ser responsables ante el público y no ante el
Estado. "Periódicos como Temas deberían ser obra de sus trabajadores
y consejos editoriales y responder a los intereses del público, aunque
Temas ya funciona de esta forma. El día antes de mi entrevista, los
redactores de Temas y su directiva habían ido a uno de los
municipios de La Habana a discutir acerca de su próximo número sobre el
desarrollo social y lo que significa para los residentes
locales".<BR><BR>También está surgiendo en Cuba un debate sobre la democracia y
el socialismo. En las páginas de Temas apareció recientemente un
artículo de Julio César Guanche, "La participación ciudadana en el Estado
cubano". Luego de una extensa consideración sobre la centralización del poder en
la presidencia de Cuba y los límites de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
Guanche llama a un nuevo "orden colectivo" que comprenda al "Estado, la esfera
pública, las organizaciones de masas y grupos ciudadanos… guiados por los
principios de autonomía y cooperación, con la directa participación de las bases
(populares)".<BR><BR>Sostiene que Cuba debería acercarse al nuevo
"constitucionalismo latinoamericano" tal como se ha manifestado en Venezuela,
Bolivia y Ecuador, donde Asambleas Constituyentes hicieron nuevas constituciones
que asumen los principios de la democracia representativa y también los de la
democracia directa. Guanche concluye que para "actualizar" o poner al día las
instituciones cubanas y "radicalizar el socialismo democrático", Cuba necesita
su propio "proceso nacional constituyente".<BR><BR><STRONG>¿Ganadores y
perdedores?<BR></STRONG><BR>Una pregunta crítica es ¿qué significa el proceso de
modernización de la economía cubana en términos de equidad social y económica?
¿Beneficiará a todos o habrá "ganadores y perdedores", como bajo el capitalismo?
Mayra Espina Prieto, en una publicación del Centro para el Estudio de la
Economía Cubana analiza el impacto social de las políticas que deberán salir de
los 131 lineamientos del sexto congreso del PCC.<BR><BR>En la parte positiva, ve
un aumento de las oportunidades personales a través de la creación de una
economía "multiprotagónica" que incluye "una mezcla de empresas capitalistas,
cooperativas, productores agrícolas que usufructúan la tierra, trabajadores por
cuenta propia, etc.".<BR><BR>Al mismo tiempo, advierte sobre la naturaleza
precaria de muchas de las nuevas formas de empleo que pueden incrementar los
niveles de pobreza. Casi todos los 181 trabajos pensados para ser hechos por
cuenta propia exigen poca calificación y por ende, generan pocos ingresos,
reproduciendo lo que aparece como economía informal en otros países de América
Latina, que es otro aspecto de la pobreza.<BR><BR>Mi experiencia personal en el
centro de la ciudad y en La Habana Vieja respalda estas preocupaciones. Entre
abril y noviembre de 2012, cuando visité Cuba, advertí un significativo aumento
de vendedores de frutas y verduras, un gran número de cafés marginales y gente
tratando de hacer negocios con los turistas extranjeros, ya sea ofreciendo
simples servicios como ciclotaxis o compañía sexual de mujeres y hombres. Cuando
pregunté qué estaba pasando, sus respuestas indicaron que muchos de ellos habían
perdido sus trabajos formales, ya que las empresas estatales estaban despidiendo
trabajadores sobrantes para aumentar eficiencia y productividad.<BR><BR>Como
dice Rafael Hernández: "Este es un empujón desde abajo. La gente ha aguantado
mucho desde el colapso de la ayuda soviética hace ya dos décadas. Ahora quieren
tener una mejor vida. Si logramos buenos resultados económicos, habrá apoyo
popular para la correspondiente participación y para la apertura democrática".
Julio Díaz Vázquez me dijo: "Hay en Cuba más críticas que nunca antes. Tenemos
que ver si podemos terminar con el viejo sistema económico y si somos capaces de
construir una nueva sociedad".<BR><BR>En Cuba los tiempos son desafiantes. Puede
que esté abusando de la metáfora cuando describo a su sociedad como viviendo una
"primavera". Pero si alguna combinación de las tres visiones logra hacer avanzar
la economía cubana, puede haber realmente una primavera en Cuba.</FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial>* Roger Burbach es director del Centro para el
Estudio de las Américas (Censa), Berkeley, California. Colaborador de la revista
Nacla. Trabajó en la Universidad de Chile en el gobierno del presidente Salvador
Allende.<BR><BR><U><STRONG>Notas</STRONG></U></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><U><STRONG><BR></STRONG></U>(1) Julio
A. Díaz Vázquez, "Cuba: actualización del modelo económico-social", Centro de
Investigaciones de la Economía Internacional, Universidad de La Habana,
manuscrito, 2012.<BR>(2) Revista Temas , La Habana, abril-junio 2012,
pp.46-55.<BR>(3) Entrevista con Julio A. Díaz Vázquez, noviembre 2012.
<HR>
<BR><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>