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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4>boletín solidario de
información<U><BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>14 de febrero 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Entrevista a
Jorge Zabalza<BR> <BR>El Lado B de la
revolución</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Gerardo Tagliaferro<BR>Montevideo
Portal, 12-2-2013<BR><A
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href="http://www.montevideo.com.uy/">http://www.montevideo.com.uy/</A></STRONG><A
title="http://www.montevideo.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.montevideo.com.uy/"><STRONG
title="http://www.montevideo.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR>El senador, ex consejero nacional de gobierno y
cuatro veces intendente de Lavalleja, Pedro Zabalza, debe haber sentido una
puñalada en el pecho cuando se enteró, en la tarde del 8 de octubre de 1969, que
uno de los muertos en lo que después se conocería como "la toma de Pando" era su
hijo menor Ricardo, de 21 años.<BR><BR>Más de cuatro décadas después, mientras
ceba mate en el patio de su casa en Santa Catalina, a Jorge Zabalza, el mayor de
los hijos de Pedro, se le enrojecen los ojos y la garganta se le anuda cuando
dice que "en esta entrevista tendría que estar Ricardo" y confiesa que "siente
vergüenza" al pie del recuerdo de quienes quedaron por el camino. Eso, agrega,
le ha hecho reafirmarse en sus convicciones y convertirse en un apasionado -y
sufriente, me atrevo a decir- crítico de sus ex compañeros hoy en el gobierno.
Ellos, acusa, los han olvidado.<BR><BR>Durante años el "Tambero" Zabalza quiso
constituirse, como él mismo lo definió, en una "estaca" que anclara a la
izquierda a los viejos postulados revolucionarios. No lo consiguió y un día,
cuando ya esa izquierda era gobierno, juntó lo que le quedaba de municiones y se
fue para su casa porque entrevió, además, que en la soledad de su prédica había
llegado a convertirse "en una especie de vedette", tributaria de la necesidad de
tener siempre algo para decir en los medios. Sucedió también que, con más de 60
años, accedió por primera vez, según asume, al verdadero amor y eso introdujo
nuevos desafíos en su vida.<BR><BR>Hace unos cuantos años ya que Zabalza
abandonó la militancia política sectorial y sus aislados disparos de hoy, cuando
pisa los 70, hacen blanco en "la impunidad" de sus viejos enemigos de hace
cuatro décadas y alcanzan también a alguno de sus más encumbrados ex
compañeros.<BR><BR>Es, de alguna manera, su particular reposo del guerrero. Y en
él encuentra espacio para la reflexión sobre su propia vida y obra. Al decir de
Ortega y Gasset, sobre sí mismo y su circunstancia.<BR><BR>Nacido en el seno de
una familia patricia, hijo del caudillo del pueblo, rodeado de todas las
comodidades y las franquicias de esa condición, la ruptura dramática que él y
sus hermanos hicieron apenas traspuesta la adolescencia y que llevó a los tres a
convertirse en guerrilleros, son parte del objeto de esa reflexión que hoy lo
ocupa y a la que piensa darle forma de libro. También, subraya, "el machismo, el
patriarcalismo, el consumismo", algunos de los vicios que identifica en su
propia formación. De estas cosas -aunque también de las de siempre- se nutrió
esta entrevista. Parafraseando al psicólogo Gabriel Rolón, podríamos hablar del
"Lado B" de la revolución de Jorge Zabalza.<BR><BR><STRONG>1) ¿Qué estás
haciendo hoy?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Escribiendo. Cada tanto escribo algún artículo, tratando
de pensar más. Cuando escribís como yo lo hacía en Mate Amargo, todas las
semanas un editorial, te enredás en lo momentáneo. Y estoy escribiendo un libro
autobiográfico, que es una especie de reflexión sobre las cuestiones que
determinan la vida de uno. Las cuestiones ideológicas, el machismo, el
consumismo, el patriarcalismo, cómo se van integrando determinadas ideas al
comportamiento. Y lo otro que estoy escribiendo, te paso el título: "La
guerrilla urbana, un método político". Un análisis de la experiencia concreta
del Movimiento de Liberación Nacional y una generalización.<BR><BR><STRONG>2) En
cuanto al otro libro que mencionás, ya hay una biografía de Jorge Zabalza
escrita por Federico Leicht. ¿Faltaron muchas cosas ahí?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, yo creo que faltaron. Ahí no había reflexionado tanto
sobre mi vida... en realidad sobre las cuestiones generales, porque uno no es un
individuo aislado. Vos sos un niño criado en una familia como tantas, y después
sos un adolescente que pasás por un liceo... criado en una sociedad pueblerina
como la de Minas, después viene la generación del Che Guevara, cómo impacta en
uno. Reflexiono sobre esas cosas. No son cosas nuevas... no puedo reflexionar
mucho sobre cosas nuevas porque tengo 70 años (se ríe).<BR><BR>3) Te formaste en
un entorno familiar y social con el que no sólo hacés una ruptura, sino que
diría que pasás a luchar contra él.<BR>Rompo con algunas cosas, no con todas. La
generación de los 60 rompió políticamente con la democracia formal, buscamos
otro método de hacer la revolución... en particular yo con una familia integrada
a la sociedad batllista. La revolución cubana fue determinante en esa
generación. Pero no rompimos con las tradiciones patriarcales por ejemplo, para
nada. Es evidente que no se rompió con esa diferenciación entre lo masculino y
lo femenino tan metido en la sociedad. Seguimos siendo patriarcalistas y
machistas.<BR><BR><STRONG>4) En el discurso se intentó romper con
eso.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En el discurso sí, pero si vamos a creer en todos los
discursos... (se ríe). Particularmente en los últimos años se ha intentado más,
hay más reflexión. En los 60 yo creo que no había ninguna reflexión sobre
eso.<BR><BR><STRONG>5) ¿El MLN que vos integraste era una organización
machista?</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Sí, sí, absolutamente.<BR><BR><STRONG>6) Sin embargo, en una
organización clandestina, que practicaba la lucha armada, hubo mujeres que
llegaron a posiciones de relevancia.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, hubo mujeres que fueron protagonistas. Jessie Machi,
María Elia Topolansky -no Lucía, María Elia- Adriana Casteras, Mónica Montero,
gente poco conocida. Mercedes Rey, que después pasó lo que pasó con ella.
Mujeres que fueron muy importantes, que fueron las que se adaptaron mejor a esa
organización machista, compitieron con el hombre en ocupar esos lugares.
Nosotros decimos que sin democracia económica no puede haber democracia
política, ¿puede haber democracia política mientras el género femenino tenga un
papel subordinado al masculino? No hablo de una cuota para la mujer, lo cual me
parece ridículo, sino de una sociedad integrada en la cual, en el núcleo
familiar, en las relaciones de pareja o con los hijos tengamos una concepción de
igualdad.<BR><BR><STRONG>7) ¿Cómo se reflejó en vos ese machismo con el que te
formaste?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Y bueno, se refleja porque el hombre en esa sociedad
patriarcal, pueblerina, donde yo tuve la génesis y cumplí todo mi rito de
iniciación como patriarca, yo adoptaba el papel de un hombre de muchas mujeres,
un mujeriego. Y adoptar ese papel significa ser aplaudido por la sociedad, no
solo por los hombres sino también por las mujeres. Además ese papel está muy
vinculado al rol de protagonista político: si yo soy un revolucionario, que me
juego el pellejo, tengo derecho a ser muy mujeriego. Y eso es ideología, está
muy profundamente arraigado en todos nosotros. En eso es en lo que estoy
escarbando, y lo hago mirándome a mí mismo, pero estoy tocando problemas muy
generales, porque no soy una excepción.<BR><BR><STRONG>8) Hace unos años te
entrevisté y te pregunté si tenías mucho éxito con las mujeres. En aquel momento
me dijiste que no era tema para una entrevista y lo obviamos. Pero ahora cabe la
pregunta.</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>No sé si era yo o era esa imagen entre el Che Guevara, el
guerrillero, el rehén... es una especie de mezcolanza que crea un personaje. Y
el que atrapa es ese personaje, no la persona. También es el personaje que
atrapa en política, lo vemos todos los días, y podés llegar a presidente de la
República.<BR><BR><STRONG>9) Y el mecanismo de seducción de ese personaje, en
esencia, se me ocurre que no es diferente al de Tinelli, por
ejemplo.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>No es diferente. Es muy mediático. Una de las cosas que me
han hecho repensar mi forma de actuar en política es que me había convertido en
una especie de vedette. Los cuatro canales, entrevistas... te empiezan a generar
una vida virtual que sólo tiene sustento en que tenés que mantenerte en los
medios. Tenés que decir cosas interesantes en los medios, aunque te contradigas,
aunque un día digas una cosa y al otro día otra. No importa, estás en los
medios. Un día decís que el problema es la inflación y a los dos años decís que
con la inflación no pasa nada. Y no lo digo por Mujica, yo lo hice. La
diferencia es que yo traté de quemar la bandera de Estados Unidos, y no
abrazarme con Obama. Hay una diferencia sustancial.<BR><BR><STRONG>10) Tu ex
compañero Eduardo Bonomi ha dicho muchas veces algo así como que ser coherente
no es hacer siempre lo mismo, sino hacer en cada etapa lo adecuado en función de
los mismos objetivos.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo le diría a Bonomi: ser coherente es mantener la misma
óptica. No hacer las mismas cosas, pero mantener la misma óptica para analizar
la realidad. Yo no puedo en una época mirar la sociedad y decir que a través de
la represión no se arreglan los problemas sociales, que la delincuencia es una
expresión de esos problemas, y después salir a reprimir. Y tener un discurso en
el que la principal solución es tener un aparato policial bien aceitado, con
mejores armas y sueldos. No, no es así.<BR><BR><STRONG>11) ¿Qué papel juega
Veronika, tu compañera, en esta etapa que estás viviendo y en toda esta
reflexión de la que hablás?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Bueno, es muy importante. Hace casi cinco años sentí que
me enamoraba por primera vez. En la cárcel leí tanto romanticismo que tenía una
idea muy idealista del amor. Sentí entonces que esa idea y la práctica se
juntaban y fue una especie de shock. Pero la profundidad de ese sentimiento se
contrapuso con la práctica. Yo he escrito algo así como que fue una segunda
revolución personal. La primera fue cuanto sentí que para hacer la revolución
tenía que ir atrás del Che Guevara, que no alcanzaba con tener un discurso
revolucionario. Tenía que demostrarlo en la práctica. Y esto es igual. Cuando
asumí la presidencia de la Junta (Departamental) hice un discurso en el que
planteé que luchamos por un mundo mujer. El efecto Verónika, por decirlo de
alguna manera, es que ese discurso debe tocarse con la realidad, con la
práctica.<BR><BR><STRONG>12) ¿El mujeriego nunca se había
enamorado?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Nunca. El amor era un discurso que formaba parte del
personaje seductor. Un adorno, un revestimiento a ese personaje que seducía,
pero no un sentimiento que estuviera transformado en tu individualidad y tu
personalidad. Esa transformación implica no solo pensar en el machismo y la
discriminación, sino asumir la responsabilidad de una práctica
distinta.<BR><BR><STRONG>13) ¿Hasta qué punto influyó en tus opciones de vida
política el lugar de donde venís?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Por supuesto que
influye. Fijate que nosotros éramos tres hermanos, y los tres hicimos la misma
opción. O sea que influyó muchísimo. Nos criamos en un hogar muy piramidal,
donde en el vértice estaba el señor, pero también muy politizado. Yo leí Marcha
a los diez años y cuando la revolución cubana tenía quince años y leíamos
Bohemia. Y además teníamos al hijo de Aparicio Saravia ahí, vivíamos
prácticamente con los nietos de Aparicio. Había una sala en la casa de
Nepomuceno Saravia donde estaban los sables, las lanzas, las banderas, las
insignias... eso tiene mucho que ver. Y el Che Guevara cayó en el lugar de
Aparicio Saravia. Mi padre era un hombre político, yo a los catorce años le
manejaba el auto en la campaña electoral. Lógicamente que todo eso jugó en toda
la familia. Mi hermana también hizo su opción y mi hermano la suya. En realidad
fueron opciones independientes, porque cuando yo volví de Cuba voy a un contacto
para ingresar al MLN y el que viene es mi hermano que ya estaba integrado, a
pesar de ser cinco años menor que yo.<BR><BR><STRONG>14) ¿Hablás con tu hijo de
doce años sobre tu vida? ¿Le interesa saber?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>A veces para dejarme contento se interesa. En realidad,
creo que así como nosotros veíamos la revolución española como una cosa tan
lejana, la revolución tupamara hoy es una cosa muy del pasado. De los libros. Un
gurí de 21 o 22 años una vez me dijo: "qué emoción estar con una parte de la
historia". Me hizo sentir como una momia (se ríe).<BR><BR><STRONG>15) ¿Cómo te
ve la gente del barrio, de Santa Catalina?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Para los gurises soy una especie de cosa rara,
folclórica, piensan que estoy vinculado a alguna cuestión medio mítica, porque
tampoco están muy informados. Hay un respeto, pero no es solo por el mito, sino
que es ganado en veinte años de solidaridad concreta con la gente de acá. Y lo
más importante es la relación establecida desde el trabajo, porque fueron muchos
años de tener la carnicería. No fui un tipo que vino acá a hacer política, sino
un laburante que tiene los mismos problemas que ellos y que agarró la crisis del
2002 igual que ellos, y tuvimos que salir juntos. Y ahora me ven como un viejo,
lógicamente. Como un viejo que ha integrado una familia.<BR><BR><STRONG>16)
¿Vivís de la reparación que te paga el Estado por ex preso
político?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, es tipo una pensión. Y Veronika tiene dos
trabajos.<BR><BR><STRONG>17) ¿Sigue existiendo la fortuna familiar de los
Zabalza?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Está la casa de Punta del Este, el apartamento de mi
madre, estaba el Opel aquel en el que yo andaba que desapareció. La casa de
Minas se vendió y ahora hay un terreno en Minas. Eso es todo. Nosotros tenemos
esta casa.<BR><BR><STRONG>18) ¿Qué uso hacés vos de esa plata
familiar?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el momento no la tengo. Andamos con la idea de crear
una fundación para la investigación contra la impunidad, para investigar los
crímenes de la dictadura.<BR><BR><STRONG>19) ¿Seguís yendo a veranear a Punta
del Este?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Últimamente no he ido porque además no puedo tomar sol.
Me extirparon un melanoma. Pero no he ido por eso, porque después que me sacaron
la foto aquella seguí yendo (N. de R.: se refiere a una foto que publicó El
Observador en la playa en Punta del Este). No tengo un prejuicio porque yo iba
los fines de año porque mi familia estaba allá. Cuando vivía mi padre estaban
los dos y yo iba a pasar las fiestas con ellos. Nunca encontré contradicción, yo
no iba a Punta del Este a hacer la vida puntaesteña. Voy desde los once años, y
tengo setenta. Desde los once hasta los 22 o 23, que fue cuando me integré al
MLN fui a Punta del Este, lo que incluso me sirvió muchísimo para conocer el
terreno cuando hicimos la expropiación al Casino San Rafael. No le vi nunca
contradicción, creo que hacer centro en eso es como hacerlo en el traje del
presidente: el problema es lo que está en la cabeza, no la ropa que
uses.<BR><BR><STRONG>20) ¿Te quedaron conversaciones pendientes con tu
padre?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Con mi padre en realidad
no hablamos mucho nunca. A la salida de la dictadura nos sentimos más
vinculados. Ya lo habíamos estado cuando mataron a mi hermano (octubre de 1969),
estábamos muy distanciados y ahí nos revinculamos. Después hubo cosas que yo no
entendí, él promovió el voto amarillo a favor de la ley de Caducidad... no lo
hablamos nunca, no se hablaba en esa época. Sustituíamos la política con el
fútbol. Por eso digo que estoy tratando de escarbar en la experiencia personal
para llegar a los problemas generales de toda esa época que siguen
actualmente.<BR><BR><STRONG>21) ¿Crees que tu padre, senador blanco, integrante
del Consejo de Gobierno, cuatro veces intendente, en algún momento sintió
vergüenza de sus hijos?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero noooo... él sentía un gran orgullo, porque era
saravista, un gran admirador de Saravia. Uno de sus mejores amigos era el doctor
Nepomuceno Saravia García, nieto de Aparicio. Como nosotros nos sentimos
guevarianos, ellos se sentían saravistas. Entonces había un gran respeto por lo
que nosotros hicimos. Admiración y respeto. Nunca renegó de sus hijos, él me fue
a visitar a todos los cuarteles, salvo al de Minas. Yo no quería que fuera
porque él se expuso a mucha tentativa de humillarlo en distintos cuarteles, y en
el de Minas hubiera sido peor, porque era su pueblo.<BR><BR><STRONG>22) Fuiste
considerado uno de los "rehenes" de la dictadura a pesar de no haber integrado
el Ejecutivo, la máxima dirección del MLN, como los otros rehenes. ¿No crees que
ese ensañamiento contigo fue de alguna forma un castigo a tu padre e,
indirectamente, a Wilson Ferreira de quien tu padre estaba muy
cerca?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Con mi hermana sí pasó eso, a ella la tuvieron siempre en
"goyolandia", no fue nunca a Punta de Rieles, estuvo entre Rocha, Treinta y Tres
y Lavalleja. En mi caso puede haber algo de eso pero también hubo mucho mérito
propio (se ríe). No integraba el Ejecutivo pero hubo otro que fue rehén y
tampoco lo integró: José Mujica Cordano. También la selección de los rehenes
tuvo que ver con cierta incidencia sobre el resto de los compañeros. Y el Pepe
hizo mucho mérito también, eso siempre lo rescato: conozco muy bien el
comportamiento del Pepe tanto en las salas de tortura como luego en la cárcel.
Sé que hizo mérito para que se ensañaran con él. Aunque a veces exagera un poco,
como con eso de los nueve balazos que le pegaron, que a veces son catorce (se
ríe). Son dos. Eso forma parte de la imagen esa que yo te digo, esa imagen que
se vende. Los balazos fueron dos, la virtualidad se va despegando de la
realidad.<BR><BR><STRONG>23) ¿Considerás que Mujica y Fernández Huidobro han
traicionado lo que fueron?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo he discutido mucho eso, diciendo que no. Yo nunca los
he llamado traidores. Nosotros somos sobrevivientes del terrorismo de Estado,
tendríamos que estar muertos. A veces cuando estoy con mi madre lo siento así...
(se emociona) acá, en esta entrevista, tendría que haber estado mi hermano.
Muchas veces lo siento así pero la realidad es que nosotros sobrevivimos. Y
sobrevivimos a la muerte, además de mi hermano, de compañeros muy queridos:
Carlos Rodríguez Ducós, Héctor Clavijo, Marcos Suárez Píriz, el "Goyo" Pérez
Lutz, Ángel Yoldi... Entonces a veces tengo un sentimiento de vergüenza también
y creo que eso me ha servido para reafirmarme y decir: no lograron derrotarme y
no lo van a lograr, porque no me hicieron cambiar. Soy un sobreviviente de la
tortura, que es un método destinado a destruir tu personalidad y tu identidad, a
que empieces a cambiar el orgullo por la vergüenza, a que pienses que hiciste
algo que está mal. La tortura está destinada a hacerte cambiar de personalidad,
a renegar de tus valores. Es historia que Amodio Pérez levantó la mano y le dijo
a (el coronel Ramón) Trabal: "no, no, no es necesario, vamos a arreglar". Antes
de... un efecto anterior. Y puede tener la tortura un efecto a largo plazo, por
el cual empezás a tener un sentimiento vergonzante de lo que
hiciste.<BR><BR><STRONG>24) ¿Crees que existe hoy ese sentimiento en algunos de
tus viejos compañeros?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Yo creo que existe sí un sentimiento vergonzante. Se
reivindica al combatiente: "yo fui un combatiente, puedo hablar de igual a igual
con los generales porque fui como ellos". No se dice "fui un revolucionario que
quería transformar la sociedad". Eso no se dice, se dice "yo fui un
combatiente". ¿Y por qué? Porque ese es un valor aceptado por el torturador. El
torturado le dice al torturador que fue un combatiente igual que él, y el tipo
lo acepta. Acepta que vos seas un soldado igual que él, y vos no sos un soldado,
no sos igual que él, sos un revolucionario, peleás por otra causa. Y no podés
renegar de esa causa. La tríada de rehenes que conformamos Raúl Sendic, Julio
Marenales y yo no renegamos de esos valores.<BR><BR><STRONG>25) ¿Estás seguro de
que si Sendic viviera no formaría hoy parte del gobierno?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, claro que estoy seguro. Por supuesto. ¿Vos creés que
Raúl Sendic iba a soportar que las corporaciones transnacionales hubieran
comprado casi cinco millones de hectáreas en lo que va del gobierno progresista,
mientras el Instituto de Colonización compró 45.000, y repartió 8 o 10.000? ¿Que
Raúl Sendic iba a permitir que a Ney Thedy se lo expulsara de la tierra? ¿Que
iba a tolerar los abrazos con Bush y con Obama? No, no.<BR><BR><STRONG>26) Si
Mujica hubiera muerto cuando le pegaron esos dos balazos de los que hablabas
antes. ¿Vos no estarías diciendo lo mismo de él hoy?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí claro. Pero en el gobierno hay involucrados 70 u 80
compañeros, y fuimos 3.000. Yo estoy seguro de lo que hubiera hecho Raúl Sendic,
porque además lo viví durante once años en los calabozos de los cuarteles, en
donde se peleaba a brazo partido con los oficiales, no negoció nunca con ellos.
A pesar de que entró al Batallón Florida (durante la llamada "tregua" entre
tupamaros y FF.AA. en 1972) nunca se bajó del carro. Y no hay una sola
declaración de él en la que respondiera a las preguntas que le hacían con otra
cosa que no fuera "sí" o "no". El día que desarchiven todas nuestras
declaraciones en la tortura se verá que las de Raúl Sendic sólo son: "sí" y
"no". Y son muchos más los "no" que los "sí".<BR><BR><STRONG>27) ¿Tenés algún
sueño o pesadilla recurrente?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, me persigue. Hace tiempo que había desaparecido pero
volvió: perseguido o preso. Uno es un torturado, y los efectos de la tortura
abarcan tu personalidad, tu comportamiento, tus actitudes, tus relaciones con la
familia y con las demás personas, todo. La tortura te hace perder tu identidad
como ser humano primero que nada, sos un "pichi", estás bañado en orina y en
mierda, te sentís que no sos un ser humano, estás muerto.<BR><BR><STRONG>28)
¿Cómo juzgás tu comportamiento en la tortura?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo creo que salvé con buena nota. Me mantuve, mantuve mi
identidad, no pudieron derrotarme y de eso me siento muy orgulloso. Tengo mi
expediente, lo fui a buscar. No pudieron derrotarme en la tortura, en los once
años de rehén y tampoco ahora. Por eso me siento orgulloso, mantengo mi
identidad, lo que no quiere decir no saber que el mundo de los 60 es muy
distinto al del 2013.<BR><BR><STRONG>29) ¿Necesitaste ayuda psicológica en estos
años?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Sí, me ayudó un
compañero psicólogo. Pero siempre digo que (los rehenes) en el año 1978
estábamos todos locos. El hoy presidente de la República tenía una paranoia de
que lo estaban escuchando permanentemente. Y eso no sé si no tiene nada que ver
con el video que le mandaron (se refiere al video en el que aparecían tres
uniformados encapuchados haciendo advertencias al gobierno). No se lo mandaron a
Tabaré Vázquez, se lo mandaron a José Mujica. No sé si nos conocen tanto y tan a
fondo que son capaces de seguirnos persiguiendo treinta años
después.<BR><BR><STRONG>30) Has dicho que no mataste a nadie. ¿Eso es
así?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No, yo lo que he dicho siempre es que a mí nunca me
comprobaron que haya matado a nadie. Por eso salí (de la cárcel) el 10 de marzo
(de 1985) y no el 14 de marzo. Eso significa que yo siempre sostuve, frente a la
tortura, que nunca maté a nadie, y que nadie me mandó en
cana.<BR><BR><STRONG>31) ¿Cuando estabas preso se la juraste a
alguien?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Ah, sí, claro. Al coronel Alfredo Rivero, que fue el que
dio la orden de matar a Ricardo (Zabalza). Se la juré el 8 de octubre de 1969.
El otro día estaba viendo "Django" y cuando el esclavo negro golpeaba a su
verdugo con un látigo me sentí identificado con él, hubiera querido matarlo a
Alfredo Rivero. Ahora está muerto, murió de muerte natural. Lo mandaron
enseguida de Pando para Estados Unidos y estuvo casi hasta el final de la
dictadura. Y después, si le hubiéramos dado el gusto a lo que tenemos en las
tripas, seguramente Gavazzo, Cordero, Jorge Silveira, no estarían vivos. No le
dimos el gusto a lo que tenemos en las entrañas porque somos seres racionales y
además porque la gente no hubiera entendido que saliéramos de la cárcel a
vengarnos.<BR><BR><STRONG>32) ¿Y con Amodio Pérez?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>También. Sobre todo porque compartí celda con él, muchas
noches, mucha tomada de mate.<BR><BR><STRONG>33) ¿Nunca supieron dónde está
Amodio?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>(Piensa) Se nos escapó por un par de
horas.<BR><BR><STRONG>34) ¿Cómo fue eso?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Vino a visitar al padre y llegamos nosotros un par de
horas después que se había ido. Eso fue hace ya bastante tiempo, antes del
Filtro (se refiere a los sucesos del Hospital Filtro de agosto de 1994). Cuando
llegamos ya se había ido.<BR><BR><STRONG>35) ¿Tenés secretos que te vas a llevar
a la tumba?</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>Sí.<BR><BR><STRONG>36) ¿Pensás en la muerte?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Y sí, a los setenta años se piensa en la muerte y uno se
prepara para eso. Lo que estoy escribiendo forma parte de esa preparación, es
algo que uno quisiera dejar. Y forma parte también de una acción política: dejar
algo que pueda servir. La intención de uno es perdurar en la memoria de la
gente, todo tiene un cierto sentido en eso. Perdurar en la memoria de los hijos,
de los amigos, y algunos como nos dedicamos a la política en
serio...<BR><BR><STRONG>37) Incluso cuando tenías 25 años y andabas armado y con
la posibilidad de que la muerte estuviera a la vuelta de la esquina, imagino que
esa muerte posible tenía ese sentido: el de la trascendencia.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Claro, por eso es más
criminal todavía olvidar eso. Lo que yo he combatido en mí mismo es el olvido de
los compañeros. En eso, Ernesto Cardenal tiene total razón: recordá a tus
muertos en todo momento. Veo sobrevivientes que actúan como si nadie hubiera
muerto, se olvidaron. Raúl Sendic está olvidado: ¿por qué no tiene un lugar
físico que testimonie que existió y que quiso hacer una revolución? Una plaza,
una calle, ¿por qué no tiene? Porque él no estaba de acuerdo con esto que se
está haciendo. Si se hubiera integrado a la democracia burguesa en este momento
tendría un monumento en la Plaza Libertad, que sería el monumento al guerrillero
reconvertido. Y vendría Hillary Clinton y le dejaría un ramo de flores. Pero no
tiene porque no hay forma de convertirlo en ese payaso. Raúl Sendic fue un
revolucionario.<BR><BR><STRONG>38) ¿Qué hay después de la muerte?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada. Estoy dudando si pedir que me tiren acá (en Santa
Catalina) o arriba del Cerro o que pongan las cenizas con las de mi hermano.
Quiero que me cremen porque no quiero que me coman los
gusanos.<BR><BR><STRONG>39) ¿Nunca creíste en Dios?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No, nunca. Paradójicamente, mi padre que era blanco,
nunca nos bautizó. Él era ateo y mi madre viene de una familia
judía.<BR><BR><STRONG>40) ¿De qué te arrepentís?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>De haberme dejado involucrar en una puja interna que hubo
en el MLN entre Eleuterio Fernández Huidobro por un lado y Raúl Sendic por el
otro. Me arrepiento porque me equivoqué muy profundamente en ese momento. Había
una puja interna, no la percibí, sobre la dirección que iba a tomar el MLN, creí
en el discurso de mi compañero de celda Fernández Huidobro y hoy me siento como
un gil.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>