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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>10 de abril 2013</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT><BR><FONT size=2
face=Arial><STRONG><FONT size=3>"Estamos en guerra, nos están matando y llevamos
más de medio millón de víctimas"</FONT> <BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>La escritora Lolita Bosch
reconstruye cómo la alianza entre el narcotráfico, las autoridades políticas y
las redes financieras forjó en México un campo de batalla que ya se ha cobrado
"más víctimas que las tres dictaduras del Cono Sur juntas".
</STRONG></FONT><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Hablamos con ella sobre su libro
"Campos de amapolas antes de esto" (El Aleph Editores, España, y Océano
Editorial, México), en el que pone nombre a los más de 200.000 muertos y 300.000
personas que no sabemos dónde están: guerra, aunque no haya trincheras ni se
parezca a la II Guerra Mundial.<BR></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Patricia Simón
<BR>periodismohumano<BR><A
title="http://periodismohumano.com/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://periodismohumano.com/">http://periodismohumano.com/</A></STRONG><A
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title="http://periodismohumano.com/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Y Lolita Bosch ha escrito 300 páginas para ponerle nombre a
la sangría de vidas que consume a México, "más que las de las tres dictaduras
del Cono Sur juntas". Más de 200.000 muertos y 300.000 personas cuya paradero
desconocemos. Y la escritora, que lleva veinte años viviendo entre México D.F. y
Cataluña, les pone nombre y apellidos, le pide al lector de Campos de amapolas
antes que esto que no los olvide: "Andrés Martínez Olivos. Trece años.
Estudiante. No es alguien que está en una lista: no lo malinterprete. No es un
número. Así que por favor recuerde este nombre: Andrés". Y cuando recapitula los
crímenes que se le atribuyen a un narco, nos interpela: "Está acusado de cientos
de asesinatos, ¿es capaz de imaginar un número así?". Y nos explica que cinco
años después de que el presidente Felipe Calderón emprendiera la llamada guerra
contra el narcotráfico, y la atrocidad y la barbarie aquejara a casi cada
familia mexicana, "la imposibilidad de entender que lo que estamos viviendo aquí
se llama síntoma", muchos ciudadanos convertidos en valientes activistas por la
paz exigen al gobierno que les explique por qué "entró en una guerra que no
tenía ninguna posibilidad de ganar", por qué están matando a familiares y
amigos, "y viviendo con el miedo que vive la gente en guerra" aunque aún no se
le llame así porque en el ideario internacional las guerras siguen teniendo
trincheras como en la II Guerra Mundial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un libro en el que Bosch reconstruye en contexto cómo
México ha terminado convirtiéndose en el campo de batalla de los dueños de las
rutas empleadas ya no sólo para traficar con drogas, sino también con hombres,
mujeres y niños para la esclavitud y la trata, armas de contrabando, objetos
robados. Una descomunal y engrasada estructura criminal de la que solemos
responsabilizar sólo a los narcotraficantes, por lo que este libro pone el foco
en los dos otros actores imprescindibles para su fluido funcionamiento, como nos
explica su autora en entrevista telefónica con Periodismo Humano: "Se ha
construido una historia del narco para que tengamos la sensación de saber dónde
estamos, quiénes son los capos, dónde actúa cada cártel. Un discurso basado en
prejuicios sociales: que los narcos son hombres, de piel oscura y del norte, que
no tienen miedo. Un imaginario que ya no basta para explicar lo que nos está
pasando, una trampa literaria que sostenía que los narcotraficantes son personas
que trafican droga y eso no es así. Los responsables del narco son un
triunvirato de gente que está en el poder: los que responsabilizamos de la
guerra, los que trafican, pero también los que blanquean el dinero en las redes
financieras y las que lo permiten, las autoridades políticas". Una alianza
que ha arrasado México a base de muerte y terror y donde a día de hoy activistas
como Lolita Bosch "muchas veces le tenemos más miedo al gobierno que al
narco".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Periodismo Humano. Una de las preocupaciones
recurrentes que abordas en Campos de amapolas antes de esto es la dificultad que
entraña asumir la violencia y la saña con la que se practica en México desde el
lenguaje que se emplea normalmente en los discursos mediáticos y
oficiales.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Lolita Bosch Sí, porque cuando empezó la guerra en 2008,
los ciudadanos estuvimos mucho tiempo preguntándonos si realmente estaba pasando
porque es muy difícil asumir la saña de una guerra civil, que es lo que estamos
viviendo en México. Nos estamos matando entre nosotros y a muchos migrantes que
pasan por territorio mexicano. Tampoco entendíamos la necesidad de crear estas
escenificaciones de muerte tan brutales, que consiguieron su objetivo de
aterrorizarnos. Y con el terror es imposible pensar. En México hay un proverbio
que dice "Cabeza fría piensa por dos" y nos está costando mucho pensar fríamente
porque estamos viendo morir a nuestros compatriotas, a nuestros amigos y
familiares. No conozco prácticamente a ninguna familia que no le haya tocado de
cerca la guerra: el exilio, un secuestro, un asalto. Un crimen por familia es lo
mínimo. Cuando vives un momento histórico así en lo único que piensas es en
salvarte, no en entender, sino en salvarte. Nosotros no lo sabíamos y es muy
duro aprenderlo.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>-<STRONG>P. Precisamente
en el libro subrayas lo complejo que es asumirlo: "La normalidad al final es un
termómetro y hay que asumir que es éste y así de incomprensible".</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>L. B. Es que es incomprensible. La cultura mexicana está muy
estereotipada en el exterior y es muy común que te digan que la violencia forma
parte de nuestra cultura, que "ustedes han matado durante siglos, que los mayas
asesinaban a las mujeres". A lo que yo contestaría que en España las matábamos a
garrote vil en la Inquisición. Así que nuestro pasado no es una explicación de
lo que nos está pasando, sino que hay una red financiera-político-criminal que
se ha ido estableciendo en el país durante los últimos setenta años, producto de
la dictadura del Partido Revolucionario Institucional (PRI), especialista en
esconder la realidad. Y durante años este narco no nos ha afectado a la mayoría
del país, sólo a algunas regiones, por lo que no hemos hecho nada para detenerlo
porque pensábamos que a nosotros no nos iba a tocar, que no iban a matar a
nuestros amigos. Siempre pensamos que el mundo es una cosa que queda muy lejos,
como dice Mafalda.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-P. En el documental Colombia, la guerra que no
existe, dirigido por Llum Quiñonero, se pregunta a ciudadanos colombianos si hay
que guerra en su país, a lo que muchos contestas que no. A continuación, les
preguntan si conocen a algún afectado por la guerra, a lo que muchos de ellos
contestan que sí, que por supuesto. Finalmente, les preguntan si creen que se va
a acabar algún día la guerra, a lo que la inmensa mayoría responde
apesadumbradamente que nunca o que tardará mucho tiempo. ¿Encuentra paralelismos
con lo que explica sobre la percepción del conflicto en México?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. En Colombia, con tres generaciones viviendo en
guerra, su peso es tan sólido que piensan que no se va a acabar.En México hemos
superado el número de víctimas de las tres dictaduras del Cono Sur juntas,
tenemos 200.000 personas asesinadas y 300.000 que no sabemos dónde están: si
desplazadas, en fosas comúnes, exiliadas o secuestradas. Las cifras son de
guerra, el grado de crueldad al que es sometida la ciudadanía también. Lo que
pasa es que no hay tiros en las calles todos los días. Yo voy a México y salgo a
cenar, hago mi vida más triste, pero casi normal, aunque sabemos que estamos en
riesgo, convivimos con gente que tiene desaparecidos. Eso nos confunde porque la
idea de la guerra es la de la II Guerra Mundial, especialmente en Europa, pero
también en América Latina aunque no la hayamos vivido. Y si Europa no llama
guerra a la extrema violencia que estamos sufriendo, los medios de comunicación
tampoco. Pero la guerra está matando a mis amigos, está obligando a una
generación de niños a crecer con miedo. No tenemos Sbrenica, pero tenemos
pueblos enteros abandonados, otros levantados en armas. Y además no es una
competición, tenemos el mismo miedo que tiene la gente en la guerra. Hace poco
publicamos en Nuestra aparente rendición un estudio del Colegio de médicos que
dice que el 30% de la población entiende y asume que vivimos en
guerra.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>-P. Este libro
desentraña esta violencia y cómo se está asumiendo colectivamente, el papel que
juega la ciudadanía en este contexto.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Mi pregunta que es la de todos los que luchamos
contra la violencia: por qué estamos en guerra. Hace cinco años hubiera sido
impensable que yo iba a estar hablando en estos términos contigo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo lo que hemos tenido que aprender, cómo tratas de
mantener la cordura en medio de tanta tristeza. Esto no lo sabe nadie salvo mi
abuela, y su generación, que vivió la guerra civil española. Es muy difícil
combatir algo que no entendemos y se nos debe una explicación, una declaración
pública que admita que "El Estado mexicano dio la espalda a su ciudadanía para
combatir una guerra que no tenía ninguna posibilidad de ganar, como un acto
terrorífico de empoderamiento de la derecha".<BR>Hay un mantra que repetimos
constantemente, "Si no hago nada, no me pasará nada". Eso se ha utilizado en
todas las guerras: en Argentina se decía "Algo habrán hecho", en México "El que
nada debe, nada teme", en España "Por algo pasa"... Nos han hecho creer que si
damos voz al conflicto estamos exponiéndonos. Pero aunque es verdad, eso no nos
puede impedir actuar porque o tomamos las riendas de la voz pública o no va a
pasar nada: el gobierno no lo va a solucionar porque es parte. La única fuerza
que tenemos para acompañar a las víctimas y ser una manifestación constante, es
decir "Somos la sociedad civil, estamos en guerra, nos están matando, tenemos
miedo y llevamos más de medio millón de víctimas". El periodista Diego Osorno lo
resume muy bien: "Algún día los muertos del narco serán verdad". Y todos los
cambios han venido de la sociedad civil, que obligó a a aprobar la Ley general
de víctimas, cuando se impidió que las autoridades prohibieran tuitear en
Veracruz aludiendo que era subversión.<BR> <BR><STRONG>-P. ¿Qué papel han
jugado las grandes empresas mediáticas mexicanas en el conflicto?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Televisa, Milenio. son el gobierno. Durante la dictadura
del PRI todo era una misma cosa: la prensa, el poder, las redes financieras, el
narco. se repartían los negocios entre ellos. Cuando empezó la guerra se
hicieron muchos encuentros periodísticos y en algunos se decidió que no se iba a
informar sobre el conflicto, por lo que si sólo leyeras Universal o estos
medios, te costaría creer que hay 300.000 personas desaparecidas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La mayoría de los activistas estamos de acuerdo en que
una de las bases para combatir esta guerra es informar correctamente a la
ciudadanía. Es fundamental saber si una región es manejada por un cártel u otro,
por un partido u otro. Y saberlo no es ya un derecho del ciudadano, sino la
posibilidad de salvar tu vida porque si no no sabe dónde está el peligro, qué
grado comporta ni cómo combatirlo. Hay gente que cruza el país siguiendo
tuiteros que van informando sobre si en los retenes hay militares, si están
pidiendo mordida, si paran un autocar. Y es que en México el que se atreve a
investigar asuntos que no le agradan al gobierno está en un riesgo
evidente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>México es el segundo país del mundo más peligroso para
ejercer el periodismo junto a Irak, sólo por detrás de Pakistán, según
reiterados informes de Reporteros Sin Fronteras. Desde el año 2000, 80
periodistas han sido asesinados y trece desaparecidos. La misma organización ha
elevado una queja ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por el
hostigamiento al que gobiernos como el del Estado de San Luis de Potosí han
sometido a periodistas a través de campañas de desprestigio y calumnia por las
redes sociales después de que éstos publicaran información que cuestionaba el
compromiso de autoridades públicas con la seguridad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El propio periódico afectado, Pulso, publicó este vídeo
en el que el director de Coordinación General de Comunicación Social del
Gobierno del Estado, Juan Antonio Hernández Varela, ordena a sus subordinados
que creen cuentas falsas en las redes sociales para contestar a las
acusaciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-P. Esta guerra y la forma de abordarla también
ha generado la narrativa de la mayoría de los conflictos en los que hay víctimas
que merecen ser lloradas y otras que, supuestamente, no, como las que tuvieron
alguna relación con el narco, que no merecen duelo social. ¿Cómo crees que
afecta a la guerra esta división?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Éste es uno de los factores que no nos permiten
ganar la guerra, este prejuicio absolutamente fascista que defendió Bush de "Si
no están con nosotros, están contra nosotros y entonces están muertos". Esta
guerra se va acabar, tardará mucho tiempo pero cuando se acabe tendremos que
reconciliar este país y no podemos dejar fuera a 300.000 personas que trabajan
para el narco porque son mexicanos y muchos son muy cercanos. Hay muchas formas
de trabajar para ellos: periodistas, informáticos, químicos, ingenieros, tutores
que dan clases a sus hijos en sus casas. El sicario de a pie es lo que en España
se diría un 'pringao', es un esclavo de estas organizaciones violentas. No puede
echarse atrás. He entrevistado a gente que no quería matar pero si te enseñan
una foto de tu bebé y te dicen que si no pasas tres kilos de droga no lo
volverás a ver. Todos pasaríamos esos tres kilos. Tú y yo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En México hay pueblos enteros donde no hay apenas hombres
porque emigraron a EEUU o trabajan para el narco, sus niños son cuidados por las
abuelas y si les ofrecen unirse a la organización criminal, aunque tengan
trabajo, decirles no no es una opción. Y esto cuesta mucho entenderlo si lo
pensamos en los conceptos de buenos y malos. No hay buenos y malos, es gente que
manda y otra que obedece. En México la gente se piensa mucho presentarse a
concursos para trabajar en aduanas porque saben que va a ir alguien a ofrecerle
algo y si no estás dispuesto a aceptarlo, no trabajes ahí. La gente que trabaja
para el narco tiene que pagar sus crímenes pero aquí sólo se resuelven el 1% de
los delitos denunciados. Este país tiene una imagen muy distorsionada en el
extranjero porque tiene la frontera más grande con EE.UU., porque los migrantes
que llegan a Europa son los más "ilustrados", por nuestro arte. Aspectos que
hablan de un país próspero pero el 50% de su población vive en condiciones de
miseria.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>-P. También porque como pasó con la Colombia de
Álvaro Uribe, el México de Vicente Fox y de Felipe Calderón fueron presentados
por EE.UU. y la Unión Europea como ejemplos de desarrollismo y enriquecimiento
para el resto de América Latina.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Claro, pero en cualquier país donde se blanquee la
cantidad de dinero que estamos blanqueando nosotros, surge un éxito financiero.
Cuando voy a Bogotá y la gente me dice que económicamente la cosa está bien,
¿cómo no lo va a estar si se está blanqueando el dinero de la coca? Tiene que
haber cash todo el rato. Y en México claro que hay dinero en efectivo, si lo que
sobra es efectivo. Pero el PRI enseñó muy bien a esconder la verdad y vender una
imagen positiva del país.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-P. En México los cárteles, los Zeta reclutan a
menores, pero esa negación de las víctimas que tienen alguna relación con el
narco desemboca también que, por ejemplo, no se hable aún de niños soldado,
término que se les podría aplicar, o de esclavas sexuales a las niñas explotadas
sexualmente por éstos. Pero, ¿también es porque disciplinas como la sociología,
la psicología o el trabajo social aún no están empleándose en investigar la
guerra? ¿O están empezando?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Nosotros ya estábamos muy jodidos cuando llegó la
guerra en 2008: había muchos niños trabajando, redes de pederastia en Quintana
Roo que denunció la periodista Lydia Cacho, un país de migrantes, de mucha
pobreza. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha publicado
una investigación que revela que uno de cada seis niños en México menores de
quince años ha sido invitado a colaborar en algún grupo criminal. No los
llamamos niños soldado porque tenemos un ejército que todavía sigue siendo la
autoridad con más prestigio, aunque lo esté perdiendo y frente a una policía que
no tiene ninguno. Cualquier vinculación con el Ejército sería un motivo de
deshonor en un país muy nacionalista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tradicionalmente los conflictos se estudian cuando
terminan: se hace un recuento tras el final de una dictadura y se crea una
Comisión de la verdad. Los profesores universitarios no están todavía tan
centrados en el tema, pero sí zonas como Ciudad Juárez, Tijuana, Mexicali.. La
sociedad civil, el activismo, siempre va más rápida. Pero ya hay mucha gente
estudiando y haciendo sus tesis sobre el conflicto en países extranjeros.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>- P. En el libro
abordas el tema del consumo de la droga en los países enriquecidos y su
implicación en esta guerra.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Estoy a favor de la legalización de todas las
drogas. La revolución hippie se hizo con marihuana mexicana y no hubó este
número de muertos. Esto tiene que ver con la forma de traficarla, con todo ese
conglomerado que es capaz de sacar la droga de Cali, llevarla al Golfo mexicano
y de ahí distribuirla a todo el mundo por unas vías para traficar lo ilegal:
armas, esclavos, mujeres, niños, material robado. Hemos cogido el negocio más
lucrativo del mundo y se lo hemos dado a la gente más armada. Pero un espacio
tan grande de criminalidad no puede crearse sin el apoyo de las autoridades y
las redes financieras. Y ahora el narco empieza a provocar muertes en Perú, a
establecerse en Chile.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que probablemente debería hacer el consumidor es
promover un movimiento por la legalización, lo que sí reduciría las
consecuencias del conflicto. Ese dinero que le genera la coca al narco, con el
que pueden comprar a autoridades, militares, gobiernos. si fuera legal perdería
parte de su valor económico.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-P. En el libro utilizas al reiteración y la
interpelación al lector como una forma de llamar la atención. Como cuando
hablando sobre un narco, escribes: "Está acusado de cientos de asesinatos,
¿es capaz de imaginar un número así?". ¿Por qué? ¿Por cansancio?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. (Ríe) Me tienen harta pero no me canso. Yo
quería decirle al lector: Si no te imaginas cientos de muertos es porque no te
has parado a imaginarlo, tratar de convertir 250.000 personas viviendo en
edificios, en espectadores en un campo de fútbol. Tratar de imaginar quiénes
son, qué estaban haciendo. Este libro es un llamado para decir "te necesitamos,
que nos acompañes, que reacciones, que te compadezcas de la víctimas" y "A ti
también te está pasando, también eres una víctima, también estás triste y tienes
derecho a decir 'me estáis haciendo daño". Porque esa es la única manera de que
nos unamos. Yo voy a hablar a adolescentes y siempre hay alguno que pregunta
"¿Se vale llorar?". "Claro", les contesto. "Aunque no te hayan matado a tus
padres. Necesitamos que llores, que se sepa lo difícil que es asumir esto, la
tristeza de convivir con chicos de 18 años que no ven ningún futuro".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mucha gente en México no quiere saber por miedo, porque
le han convencido de que no puede hacer nada salvo esperar a que lo arregle el
gobierno, lo que nunca va a pasar porque es parte. Este libro quiere decirle que
tiene derecho a ser crítico y actuar en consecuencia de lo que siente.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-P. Hace unas semanas declaraban ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos algunas de las mujeres que fueron torturadas
sexualmente como forma de represión policial celebrada en Atenco, en el Estado
de México, cuando era gobernado por el actual presidente del país, Enrique Peña
Nieto. Éste negó la veracidad de las acusaciones aduciendo que las víctimas
mentían porque las mujeres violadas no lo cuentan porque es una vergüenza. ¿Qué
papel puede desempeñar este presidente en el final de la guerra?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Este señor es el representante de un grupo
político, al que es muy obediente, en la presidencia de México pero no puede
hacer nada por el conflicto y tampoco creo que le importe especialmente. Tiene
otras prioridades, más vinculadas con el poder financiero y los golpes de
efecto. No considero que la guerra sea una prioridad para ningún partido
político en México, pero el más bueno escondiendo la tragedia, especialmente en
el extranjero, es el PRI. Estoy harta de escuchar que el gobierno trata de
protegernos. Los activistas le tenemos muchas veces más miedo al gobierno que a
los narcos. Peña Nieto va a reproducir a escala nacional lo que hizo como
gobernador en el Estado de México: crecimiento de los grupos paramilitares,
silencio de muchos medios de comunicación y tener que aguantar esta ignorancia y
prepotencia.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>-P. En Campos de amapolas antes de esto escribes
"Todos hemos tenido un miedo punzante y abismal que no cabe en un palabra". ¿Qué
sensación tienes ahora, después de haber haberle puesto tantas palabras en este
libro?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. La misma porque ya estaba haciendo la web Nuestra
aparente rendición que es una manifestación pública y constante de rechazo al
crimen y a la estrategia de guerra del gobierno mexicano. Con el libro he
querido contar cómo hemos llegado hasta aquí en contexto.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Es muy extraño lo del
miedo. Sí me da miedo pero México es mi casa y si esto es lo que nos toca ahora
pues ya está. Yo no podría quedarme en silencio, me indigna moralmente lo que
está pasando en México, la impunidad, el clasismo, el racismo y me entristece
que nuestra mirada no esté puesta en sus víctimas. Todo lo que yo sepa hacer
para combatir esa injusticia, lo voy a hacer. La relación íntima con esto es muy
complicada. Sé que pasar la voz y denuncia supone una amenaza por parte del
narco y del gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-<STRONG>P. En Colombia, hay organizaciones que denuncian
que la Ley de reparación de las víctimas está siendo un proceso de
silenciamiento, de cerrar en falso la guerra. En México se silencia
mediáticamente y con las amenazas. Y en España hay parte de la sociedad
que se lamenta de que con la Transición, se decretara de facto un silencio sobre
los crímenes de la dictadura. Tu libro y activismo son una vía para romper ese
silencio, ¿qué crees que podemos hacer las personas que estamos fuera de México
para luchar contra este derramamiento de sangre?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>L. B. Informarse, contar lo que está pasando, no pensar
que no sirve. A veces nos preguntan si no nos cansamos de contar la misma
historia. Pero es que nunca es la misma historia. Hay que pensar que la voluntad
de paz sirve para algo. Yo estoy convencida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y tener una perspectiva real de lo que es el primer y
tercer mundo. Entiendo que es muy difícil con personas suicidándose por los
desahucios, pero hay que tener la voluntad de entender que no es lo mismo la
situación de España que ver nueve compatriotas colgados boca abajo en un puente,
no es lo mismo el miedo con el que viven mis sobrinos cada día. No podemos
relativizar las cosas porque nos aburran o porque estemos pasando momentos
difíciles, no se puede relativizar el dolor porque es algo sagrado. Sobre todo
si estás vivo, ¡coño estamos vivos! y hay que tener un poco de alegría, de
esperanza y no dejarse derrumbar como veo en España, más que en México. Podemos
quebrarnos, estar enojados, salir a la calle, pero no derrumbarnos porque no
hemos llegado ahí, no nos estamos matando los unos a los otros. Entiendo que el
primer mundo esté perplejo porque se están tambaleando sus cimientos. Tengo
conciencia republicana y sé que lo que estamos perdiendo en España lo hemos
ganado la ciudadanía y no debemos dejar que nos lo quiten. Pero no es lo mismo
levantarse en Chile por la universidad pública, vivir en Colombia en una zona de
las FARC, que te desahucien en Granada con un hermano con discapacidad al que no
puedes cuidar y ver cómo entran en tu casa en México y te ordenan que elijas a
un hijo. No es lo mismo y hay que responder en consecuencia. No se está acabando
el mundo. No se está acabando el mundo.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>