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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT></STRONG><BR><STRONG><U>13 de abril 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></STRONG></FONT><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Memoria</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>70 años del levantamiento del gueto
de Varsovia<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>La legítima
resistencia</FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Brian Anglo
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Viento Sur<BR><A
href="http://www.vientosur.info/">http://www.vientosur.info/</A></STRONG></FONT><A
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title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></FONT></A><BR><FONT
size=2 face=Arial> <BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Setenta años después del
levantamiento del gueto de Varsovia el 19 de abril de 1943, mucha gente sigue
planteándose la pregunta: ¿cómo es posible que los judíos no ofrecieron una
resistencia más generalizada y más temprana a su aniquilación sistemática por
los nazis?</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>De hecho, esta es precisamente la
pregunta que se hicieron varias personas judías durante el proceso mismo. En
octubre de 1942, después de que los alemanes hubieron llevado trescientos mil
judíos de Varsovia hacia la muerte de forma ordenada -y prácticamente sin
problemas teniendo en cuenta la envergadura de la operación-, Emmanuel
Ringelblum, el encargado de documentar la vida (y la muerte) en el gueto, se
atormentaba con esta duda: "Deberíamos haber salido corriendo a la calle, haber
prendido fuego a todo, haber derribado los muros y habernos escapado al Otro
Lado. Los alemanes habrían tomado su revancha. Habría costado decenas de miles
de vidas, pero no 300.000 .... ¿Por qué no resistimos cuando empezaron a
trasladar a 300.000 judíos de Varsovia? ¿Por qué nos dejamos llevar como ovejas
que van al matadero?"<BR>Esta frase bíblica, "como ovejas que van al matadero",
del salmo 44, resuena como un leitmotiv en las reflexiones angustiosos de no
pocos judíos entonces y posteriormente.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Antes de examinar este interrogante, sin embargo,
conviene introducir un matiz, ya que la premisa no es del todo exacta. Tanto
antes como después de esta revuelta, sin duda la más trascendente, se produjeron
varios actos de resistencia colectiva, incluso armada, en otros guetos y también
dentro de algunos de los campamentos de exterminación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cabe mencionar, también, los grupos que se unieron a los
partisanos que luchaban en los territorios ocupados por los alemanes, así como
otras formas de rebelión más pasivas o individuales, como las fugas del gueto,
las escapadas de los trenes que transportaban los judíos a las cámaras de gas, o
los intentos de hacerse pasar por arios o de esconderse entre la sociedad fuera
de los guetos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, si retrocedemos un poco más en el tiempo, veremos
como ya desde finales del siglo diecinueve muchas personas judías se implicaron
de lleno en el combate contra el ascenso del antisemitismo, del fascismo y del
nazismo en diferentes países de Europa, o que los judíos constituyeron hasta un
25 por ciento de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil Española,
considerada la última oportunidad de parar el fascismo, aunque en la mayoría de
los casos no participaron en tanto que judíos, sino como miembros de
organizaciones laicas que defendían valores universales de democracia, igualdad
y socialismo.<BR>No obstante, si nos centramos en Polonia, donde los nazis
liquidaron casi toda la población judía de más de tres millones, la pregunta
retiene buena parte de su sentido.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Los porqués de la "no-resistencia"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Evidentemente no hay una respuesta sencilla. Una de las
explicaciones más frecuentes invoca una combinación de engaño y autoengaño. Los
nazis hicieron todo lo posible para ocultar sus intenciones, sembrando falsas
esperanzas, introduciendo divisiones entre la población (se salvarán las
personas productivas), prometiendo reasentamientos con nuevas oportunidades y
llegando a organizar el envío de postales y cartas de judíos contando las
maravillas de sus nuevos destinos. Ante esto, costaba creer la enormidad de lo
que relataban las publicaciones clandestinas dentro de los guetos basándose en
testimonios de escapados de los campamentos o de informaciones proporcionadas
por la resistencia polaca. "Esto no puede pasar aquí".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro elemento importante es el aislamiento, no sólo el
aislamiento relativo de los judíos en la sociedad antes de la ocupación seguido
de la separación física total con la implantación de los guetos, sino el hecho
de no contar con ningún referente o apoyo externos, como un gobierno en el
exilio o un poder exterior.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dentro del gueto, la policía judía ejercía un fuerte
control y ejecutaba las órdenes de los alemanes, transmitidas a través del
Judenrat o Consejo Judío, espoleada por ofertas de inmunidad o so pena de
castigos por incumplimiento. Los alemanes tampoco se privaban de usar amenazas
aterradoras alternadas con los escarmientos más brutales, unas veces selectivos,
otras totalmente arbitrarios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunas explicaciones buscan razones más de fondo y
hablan de una tradición de adaptación, de evitar "provocaciones", de minimizar
los daños. En el gueto, esta actitud estaba encarnada por el Judenrat,
"compuesto precisamente por aquellos elementos de la comunidad que lo habían
apostado todo a la cooperación completa con la administración alemana" (Raul
Hilberg, The Destruction of the European Jews, Holmes & Meier , Nueva York,
1985).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cambio de mentalidad</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Fue una parte de la gente joven quienes rompieron con
esta "tradición". "Para los laicos modernos la tradición judía de martirio,
kiddush ha-Shem [literalmente, santificación del nombre (de dios)], era la
representación paradigmática del destino de la Diáspora contra el que se
rebelaban" (Lucy S. Dawidowicz, The War against the Jews 1933-45, Penguin Books,
Londres, 1990).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al principio, buena parte de la población del gueto
consideraba esta juventud irresponsable y la contemplaba con escepticismo o
miedo. Sin embargo, a medida que la Organización Judía de Combate (ZOB), formada
por diferentes grupos políticos de izquierdas, tanto sionistas como
antisionistas, iba eliminando algunos de los policías y colaboracionistas más
odiados, ésta fue adquiriendo prestigio y apoyo, quitándoselos al Judenrat,
hasta que su presidente tuvo que confesar a los alemanes: "No tengo ningún poder
en el gueto. Otra autoridad rige aquí".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así la ZOB pudo prepararse para el enfrentamiento final,
proveyéndose, con gran dificultad, de algunas armas, y pudo igualmente convencer
a miles de personas que construyeran refugios subterráneos que les ofrecieran
alguna protección a ellas también. (Notemos de paso, con Raul Hilberg (op.
cit.), que una situación tan extrema como ésta no había borrado las diferencias
de clase, ya que "los judíos acomodados gozaron de refugios notablemente más
lujosos que los de los pobres").</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay que recordar que en ese momento el 85% de los judíos
que había habido en el gueto ya estaban muertos -unos trescientos mil en los
campos de exterminio, el resto en el gueto, de hambre, de enfermedades
contagiosas o fusilados- y que de los setenta mil que quedaban, la mitad se
habían registrado con las autoridades, mientras que la otra mitad se habían
pasado a la clandestinidad.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El acto final</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>Cuando los nazis entraron en el gueto el 19 de abril de 1943
para empezar a deportar este 15% restante, se toparon con los grupos armados que
los esperaban y tuvieron que replegarse. Naturalmente, a pesar de la sorpresa
inicial, no tardaron mucho en regresar y se dedicaron a su tarea de liquidación
sin contemplaciones. Interrumpieron el suministro de agua, gas y electricidad,
prendieron fuego a todos los edificios e introdujeron humo en la red subterránea
de refugios y alcantarillado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando terminó la operación el 16 de mayo, unos 56 mil
judíos se habían rendido, unos cuantos miles habían muerto quemados en los
incendios o enterrados por los escombros de los edificios derrumbados, y unos
cinco o seis mil se habían escapado (de los cuales la mayoría, sin embargo,
fueron capturados después). Unos setenta miembros de la ZOB, incluyendo Marek
Edelman, uno de sus líderes (de quien volveremos a hablar más adelante),
sobrevivieron y pudieron salir del gueto a través de las alcantarillas para
participar, el año siguiente, en la insurrección de Varsovia junto con el
ejército de resistencia polaco.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, según el informe de Jürgen Stroop, quien se
encargó de la última fase de la operación, los alemanes (y las tropas de otras
nacionalidades que participaban con ellos) sufrieron 16 muertos y 85 heridos. El
gueto quedó totalmente arrasado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Cómo se puede evaluar este contundente aunque tardío
desafío?</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Una hazaña puramente
nacionalista.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>"En cuanto al desarrollo posterior del proceso de
destrucción, este acontecimiento no tuvo consecuencia alguna. Dentro de la
historia judía, sin embargo, la batalla representa literalmente una revolución,
pues después de dos mil años de una política de sumisión la rueda giró y los
judíos volvían a emplear la fuerza". Esta es la . interpretación de Raul
Hilberg, el historiador más destacado del holocausto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los judíos emplearon la fuerza ... con toda legitimidad.
Desde entonces, nadie ha puesto en duda su justificación. Ahora bien, sí hay que
cuestionar que de esta legitimidad se pueda derivar la que propone, por ejemplo,
Yisrael Guttman. Según este antiguo historiador principal y actual asesor
académico de Yad Vashem, el centro israelí dedicado al Holocausto que
"salvaguarda la memoria del pasado y transmite su significado para generaciones
futuras", "la revuelta del gueto de Varsovia ... se convirtió en un símbolo para
aquellos que lucharon por la independencia de Israel". O, en palabras de Dina
Porat, la actual historiadora principal de Yad Veshem "una fuente de orgullo
para los supervivientes y para toda la nación judía".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Abba Eban, ex viceprimer ministro de Israel, es otro que
ha querido apropiarse esta hazaña en beneficio del proyecto sionista: "La fuerza
más positiva que surgió de las cenizas del Holocausto fue el 'nuevo judío'... El
ejemplo más destacado de esta nueva actitud judía fue el levantamiento del Gueto
de Varsovia... El lugar donde el 'nuevo judío' surgía más claramente era en
Palestina ... la primera fuerza judío combatiente en Tierra Santa desde hacía
casi 1800 años ". (Heritage, Civilisation and the Jews, Channel 4 Books,
Londres, 1984).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>... o internacionalista y
universal?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Como afirma Idith Zertal (Israel's Holocaust and the
Politics of Nationhood, Cambridge University Press, 2005) "nacionalizar las
revueltas del gueto fue una manera de nacionalizar la narrativa y sacar todos
los elementos contradictorios, no-sionistas.... El hecho de que las
organizaciones unitarias implicadas en la rebelión incluían todos los partidos
políticos fue minimizado u ocultado".</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Enciclopedia del Holocausto, editado por Guttman,
apenas menciona a Marek Edelman, a pesar de ser uno de los dirigentes del
levantamiento. Su libro sobre este episodio excepcional, el único escrito por
uno de los protagonistas y publicado en Polonia en 1945, no apareció en Israel
hasta 2001. Quizás porque Edelman era miembro del Bund, partido socialista que
había criticado fuertemente la política de emigración a Palestina preconizada
por los sionistas, en parte por su incómoda similitud con la emigración masiva
(a cualquier destino) propuesta como solución al "problema judío" por el régimen
polaco, muy hostil a los judíos.<BR>Es cierto que la mayoría de los partidos
integrados en la ZOB eran sionistas (más o menos de izquierdas) y que su
comandante en jefe, Mordecai Anielewicz, de sólo 24 años, pertenecía a HaShomer
HaTzair (Joven Guardia), un partido sionista-socialista. No obstante, se
distinguían de los componentes de la Unión Militar Judía (ZZW), fundamentalmente
partidos sionistas de derechas, algunos de los cuales eran, por lo menos,
fascistizantes. La ZZW, estrictamente nacionalista, se mantuvo al margen de la
ZOB, que concebía su lucha dentro del marco de una lucha más amplia contra el
nazismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así, la famosa proclamación emitida por la ZOB el 23 de
abril de 1943, dirigida, por encima de los muros del gueto, a los "polacos,
ciudadanos, luchadores por la libertad", rechaza enfáticamente la particularidad
de su lucha: "Se está librando una batalla por vuestra libertad tanto como por
la nuestra. Por el honor y la dignidad humanos, cívicos y nacionales, tanto
nuestros como vuestros".<BR>La legitimidad de otra resistencia</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero si la revuelta del gueto de Varsovia contra la
política exterminadora de Hitler y los nazis no puede justificar de ninguna
manera la política del Estado de Israel contra los palestinos, tal vez sí puede
proporcionar una comparación válida que justificaría la resistencia palestina
contra su opresión y la ocupación de sus tierras por parte de este Estado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Huelga decir que no se trata aquí de intentar establecer
una equivalencia entre el Holocausto y el Nakba. La exterminación sistemática de
seis millones de personas por su clasificación como raza inferior -un verdadero
genocidio- es de un orden de magnitud y de abominación que admite pocas
comparaciones. Aun así, la limpieza étnica, los castigos colectivos, la opresión
y la persecución igualmente metódicas practicadas por el Estado israelí (o su
antecesor) son hechos que, si les aplicáramos los mismos criterios, serían
suficientes para legitimar una resistencia palestina, no contra "los judíos",
sino contra un Estado que pretende, falazmente, hablar y actuar en nombre de
"los judíos".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y es así como lo vio Marek Edelman. En 2002,
presentándose como "antiguo Sub-Comandante de la Organización Militar Judía en
Polonia, uno de los adalides de la Insurrección del Gueto de Varsovia", dirigió
una carta a "todos los líderes de las organizaciones militares, paramilitares y
guerrilleras palestinas". Es decir, tratándolos de esta manera "de tú a tú",
reconocía implícitamente la legitimidad de su lucha. El hecho de que en esta
carta "se permite la libertad" de criticar, con gran respeto, algunas acciones
de esta resistencia (concretamente los ataques suicidas contra la población
civil), no hace sino reforzar este reconocimiento.<BR>Cardiólogo de profesión,
estableció contacto con Mustafa Barghouti, director de la Unión Palestina de
Comités de Ayuda Médica, y apoyó a Marwan Barghouti, uno de los líderes de las
dos intifadas, condenado a cinco penas de cadena perpetua en un juicio
farsa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A diferencia de algunos de los supervivientes de la ZOB
que fundaron el kibutz Lohamé ha-Guetot, los Combatientes del Gueto, Edelman
permaneció toda la vida en Polonia, manteniendo una actitud crítica e
independiente. En ocasión del 45 aniversario del levantamiento, se negó a
participar en la conmemoración oficial junto a las autoridades estalinistas de
Polonia y de los dignatarios sionistas venidos de Israel, prefiriendo asistir a
una ceremonia alternativa en honor a dos dirigentes bundistas asesinados por
orden de Stalin durante la guerra.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Suya es la frase: "Ser judío significa estar siempre con los
oprimidos y nunca con los opresores".
<HR>
<BR></DIV></FONT></BODY></HTML>