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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>17 de abril de 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Túnez</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Territorio
yihadista y FMI <BR></FONT><BR><BR>Santiago Alba Rico *<BR>Cuarto
Poder<BR></STRONG></FONT><A href="http://www.cuartopoder.es/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://www.cuartopoder.es/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><FONT size=2 face=Arial>En las últimas dos semanas
toda la atención de los tunecinos se ha concentrado sobre el Monte Chaambi, en
el gobernorado de Qasserine, en la frontera con Argelia, donde un grupo de
yihadistas asociados a la borrosa constelación AQMI permanece cercado por
el ejército y la policía desde el pasado 1 de mayo. Las noticias son confusas y
las sucesivas comparecencias del primer ministro ante la Asamblea Constituyente
y ante la prensa han contribuido poco a aclarar la situación. Se hablaba de 50
hombres armados, luego de veinte, la mitad tunecinos y la otra mitad argelinos,
que contarían con apoyo logístico en la zona. Según los informes, se habrían
producido intercambios de tiros, pero no verdaderos combates, si bien cinco
miembros de los cuerpos de seguridad habrían sufrido heridas -incluso en un caso
la amputación de una pierna- a causa de las minas artesanales diseminadas por
los yihadistas en la ladera de la montaña.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Es verdad -como recordaba en declaraciones recientes
Rachid Ghanouchi, líder del partido islamista Nahda- que el terrorismo yihadista
existía ya en Túnez antes de la revolución (basta pensar en los atentados de
2007 en Soliman y de Jerba en 2002), pero lo cierto es que las guerras de Libia
y Mali han multiplicado las armas y aventado los hombres por toda la zona, a lo
que hay que añadir el hecho de que, según confiesa un policía bajo anonimato,
“en democracia es más difícil combatir a los criminales por todos los
medios”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por lo demás, las características de la larga y porosa
frontera entre Qasserine, del lado tunecino, y Tebessa, en la parte argelina,
enreda mucho la situación. Un reciente reportaje de Mohamed Salah Lebidi
describe un vasto tejido tribal transfronterizo, con relaciones de parentesco y
de solidaridad, asociado al contrabando tradicional de carburante, alimentos,
drogas y armas. Según algunos vecinos consultados por el periodista, existiría
una conexión orgánica entre el contrabando y el yihadismo, que se alimentarían
mutuamente en una zona particularmente castigada por el paro y la pobreza. Esto
explicaría, por otra parte, las tensiones que se produjeron el pasado 8 de mayo
en la ciudad de Qasserine durante la “jornada contra el terrorismo” convocada
por “la sociedad civil” (identificada en general con la “derecha laica”). Al
parecer, algunos “perturbadores” procedentes de Zouhour, el barrio que más
mártires dio a la revolución y hoy en poder de los traficantes de droga,
increparon a los manifestantes “negando la existencia del terrorismo” y
exigiéndoles que “dejaran de cantar y bailar para ocuparse de los verdaderos
problemas de la región”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo cierto es que la nueva “alerta terrorista”,
justificada sobre el terreno, tiene una dimensión política que no puede tampoco
ignorarse. En el clima reinante de inseguridad informativa, el intercambio de
acusaciones adquiere a veces tintes extravagantes: mientras un sector de la
izquierda, que reclama en vano el esclarecimiento del asesinato de Chukri
Belaid, sigue viendo complacencia en el gobierno, las redes sociales próximas a
Nahda, por su parte, insinúan complicidades ocultas entre los terroristas de
Chaambi y el Frente Popular. Si este delirio nahdaui revela una criminalización
muy inquietante de la militancia de izquierda, la propia izquierda traza a veces
con brochazos muy gruesos la realidad. Todo parece indicar, en efecto, el fin de
la “luna de miel” entre la derecha islámica en el gobierno y el salafismo
marginal. Lejos del Monte Chaambi, en Le Kef, en Tabarka, en Túnez capital, no
han dejado de multiplicarse en los últimos días los focos de tensión entre la
policía y los salafistas, en una escalada que ha conducido al ministerio del
Interior a prohibir el segundo Congreso de Ansar-a-Chari’a, “los partidarios de
la ley islámica”, que debía reunir dentro de diez días a miles de partidarios de
este grupo salafista en la ciudad santa de Kairouan.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La respuesta de su líder no se ha hecho esperar. Abu
Yadh, vinculado por la policía al asalto a la embajada estadounidense de
septiembre de 2012 y actualmente en paradero desconocido, ha emitido un
comunicado calificando a las fuerzas de seguridad tunecinas de “ejército tirano”
(el término en árabe evoca el poder infiel contra el que sería legítima la
guerra santa) y llamando a sus seguidores a no abandonar la lucha y, aún más, a
prepararse para un inminente enfrentamiento con el “régimen”. “No estáis en
guerra contra los jóvenes”, desafía a Nahda, “sino contra la religión de Allah,
una religión que no puede ser derrotada”, como lo demostrarían, a su juicio, las
“victorias” de Afganistán, Bosnia, Chechenia, Iraq y Siria. El comunicado acaba
anticipando “la voluntad de todos esos jóvenes a dar su vida en Kairouan” o, lo
que es lo mismo, anunciando su propósito de celebrar la reunión el próximo 19 de
mayo, tal y como estaba previsto y no obstante todas las prohibiciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que parece evidente es que a medida que Nahda se
vuelve más pragmática, en las vísperas del acuerdo que debe firmar con el FMI el
próximo 7 de junio, el salafismo se vuelve más activo y más radical. La falsa
cuestión laicismo/islamismo deja su lugar a una variante igualmente útil y en la
misma dirección: la seguridad, de la que se hacen portabanderas tanto la derecha
islámica como la derecha laica. Esta alerta securitaria, que ha amedrentado a un
sector de la población y que ha llevado a Nidé Tunis, la coalición de Bejji Caid
Essebsi, a convocar una asamblea nacional extraordinaria sobre el tema,
justifica recortes de libertades (limitación, por ejemplo, del derecho de
manifestación), alimenta nostalgias de dictadura y desplaza la atención lejos
del debate político sobre la constitución y, más importante aún, lejos de las
agudas cuestiones sociales que sacuden a un país en carne viva como consecuencia
del aumento de los precios y la conflictividad laboral. Mientras la derecha
laica y la derecha islámica se intercambian acusaciones, sus dirigentes se
reúnen bajo el patrocinio de la UTICA (la patronal tunecina) para anunciar el
lanzamiento de una “campaña anti-huelga hasta el final de 2013”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Más importante si cabe, la “alarma terrorista” opaca
completamente las negociaciones entre el gobierno provisional tripartito y el
FMI, cuya generosa oferta crediticia estaría condicionada a la aplicación de un
durísimo programa de ajuste estructural que incluiría, junto al habitual paquete
privatizador, una medida sin precedentes: la venta de tierras a compradores
extranjeros. Una iniciativa surgida de las entrañas de los movimientos sociales,
Ma Galulnech (No nos lo dijeron), ha comenzado una campaña orientada a bloquear
estos acuerdos que, sumados a los de Deauville, la carta de intenciones y el
nuevo código de inversiones, “muestran claramente que nuestro país se dirige
hacia una estrategia económica y financiera neoliberal que destruirá la clase
media, suprimirá la intervención del estado en la regulación de los mercados y
aniquilará nuestra soberanía”. En este estanque de aguas podridas, los
yihadistas pueden pescar en favor de sus propios intereses mientras justifican
con sus acciones retrocesos contrarrevolucionarios muy convenientes para el
nuevo -viejo- orden económico de libre saqueo y anarquía financiera.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Santiago Alba Rico es escritor y filósofo.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>