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<HR>
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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U>boletín solidario de
información</U><BR></STRONG><FONT color=#800000 size=5><STRONG>Correspondencia
de Prensa<BR></STRONG></FONT><STRONG><U>5 de julio 2013<BR></U><FONT
color=#800000 size=5>Colectivo Militante - Agenda
Radical</FONT></STRONG><BR><STRONG>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </STRONG></FONT><A
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Crónicas en directo del 3 y el 4 de
julio</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT><BR><STRONG><FONT size=3>Golpe de
Estado en la revolución</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><FONT size=3
face=Calibri></FONT><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Jacques Chastaing <BR>A l'encontre<BR><A
title="http://alencontre.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://alencontre.org/">http://alencontre.org/</A></STRONG><A
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href="http://alencontre.org/"><STRONG
title="http://alencontre.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Faustino Eguberri<BR><A
href="http://www.vientosur.info/">http://www.vientosur.info/</A></STRONG><A
title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<DIV align=justify><BR><BR><STRONG>3 de julio, 20:15 h</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El objetivo de este golpe de estado, derrocando a Morsi,
no es enfrentarse frontalmente a la revolución, romperla, sino más bien
contenerla, frenarla, impedirla ir hasta el fin de lo que lleva en sí
misma.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El ejército había hecho ya lo mismo en febrero de 2011
cuando había abandonado a Mubarak en el momento que había ya llamamientos a la
huelga general y cuando todo mostraba que comenzaban a tener eco. Abandonando lo
accesorio, Mubarak, el ejército preservaba lo esencial, la propiedad de los
poseedores. Hoy empieza a hacer lo mismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La protesta permanente no para en Egipto desde hace más
de dos años, ampliándose desde diciembre de 20112 y alcanzando desde esa fecha
un nivel incesante de actividad, con una extensión considerable de los
conflictos sociales puesto que Egipto logra récords mundiales de huelgas y
protestas sociales desde comienzos de año. Estos movimientos sociales han
encontrado una cristalización política extraordinaria a través de la campaña
Tamarod que no solo llegaba a obtener 22 millones de firmas contra Morsi sino a
movilizar a millones y millones de egipcios en las calles para exigir la caída
de Morsi. No era difícil comprender que si la calle hacía caer a Morsi, eso
significaba la puerta abierta a un desencadenamiento de reivindicaciones
sociales y económicas que iban a atacar a los ricos, a los poseedores, a la
propiedad y por tanto también al ejército puesto que es el mayor de los
propietarios de Egipto, tanto en el terreno industrial como agrícola o
comercial. El ejército tenía que evitarlo.</DIV><FONT size=3
face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Evidentemente habría podido atacar directamente al
movimiento social y enfrentarse junto con los Hermanos Musulmanes y
accesoriamente el FSN a la revolución en marcha.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El problema para el ejército es que no era capaz de
ello.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Había intentado ya un golpe de estado contra la
revolución en junio de 2012, dado algunos pasos en ese sentido pero había
finalmente retrocedido, ante la movilización popular, a la que temía tanto más
en la medida de que a pesar de dos años de represión feroz (más de 11.000
condenas de militantes por tribunales militares, torturas, asesinatos...) el
movimiento social estaba más vivo que nunca, no tenía miedo y sobre todo sus
propios soldados parecían menos seguros que nunca. Había habido revueltas en la
base del ejército y de la policía, se había visto a oficiales manifestarse con
los revolucionarios. La dirección del ejército había temido entonces que su
aparato militar se disolviera ante esta prueba. Por ello habían finalmente
confiado el poder a los Hermanos Musulmanes que parecían ser los únicos que
tenían un aparato (2 millones de afiliados) y una ideología influyente, la
religión, para frenar esta revolución que no paraba.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, en junio de 2013 la situación era aún peor.
Los Hermanos Musulmanes han perdido toda su influencia, el veneno religioso no
funciona ya o funciona menos, y el movimiento revolucionario era mucho más
fuerte que en 2011, infinitamente más numeroso en las manifestaciones, sobre un
fondo de luchas sociales bastante más importantes que en enero de 2011 y mucho
más experimentado, con numerosos militantes que no tenía en 2011. Oponerse al
movimiento habría querido decir perder probablemente el ejército, que se habría
dislocado, la única barrera entre la revolución y la propiedad. Pues el FSN no
tiene ningún peso real incluso si da pruebas de buena voluntad contra la
revolución en numerosas ocasiones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El ejército ha preferido por tanto no enfrentarse
directamente a la revolución, sino intentar desviar su curso,
momentáneamente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, hay que preguntarse porqué el movimiento
revolucionario ha aceptado esta colaboración momentánea del ejército a su causa,
cuando son muy numerosos los que saben que no se puede tener confianza en el
ejército por haberlo conocido, a través de sus cárceles, sus torturas y sus mil
violencias. Sencillamente, porque si el movimiento es muy fuerte, su conciencia
lo es un poco menos, aunque vaya creciendo. No es porque no sepan cual puede ser
el peligro de un golpe de estado militar en estos momentos, sino porque no saben
sencillamente aún lo que quieren y qué hacer, qué objetivos tener. Es
significativo que quienes se han encontrado a la cabeza de este movimiento sean
simplemente demócratas, revolucionarios ciertamente, pero demócratas sobre todo,
que no juran más que por las papeletas de voto y la democracia representativa,
con el único objetivo de organizar nuevas elecciones presidenciales, pero que no
quieran en ningún caso hacerse los representantes de las reivindicaciones
sociales de los más pobres, ni siquiera de su antiliberalismo y menos aún de su
anticapitalismo. La debilidad del movimiento es pues la de sus jefes, o más
exactamente la de su conciencia, lo que tiene en la cabeza y que le hace aceptar
tales jefes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta situación, veremos al ejército intentar recuperar
posiciones, arañar de nuevo las libertades, reprimir, como lo hizo tras la caída
de Mubarak, pero tendrá muchas más dificultades para hacerlo que hace dos años,
porque el movimiento es infinitamente más fuerte, más experimentado y advertido
de lo que es el ejército. Y este último no tendrá ya a su lado a su amigo/rival
que es la hermandad de los Hermanos Musulmanes para engañar a la gente. En fin,
la situación social es lamentable, la economía está a dos dedos de hundirse, y
por eso la mayor parte de la gente está en la calle. Sin embargo el ejército no
tiene respuesta y es además un gran propietario ultra rico, en definitiva el
objetivo de muchas luchas sociales. Y el FSN, si es admitido en el gobierno, no
podrá engañar mucho tiempo a los pobres, no habiendo tenido jamás una gran
autoridad entre la población y sobre todo entre los más pobres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El futuro es de la revolución. Y no solo en Egipto como
se ve en Turquía, Brasil... Sin embargo es quizá de la convergencia de esos
movimientos, de sus estímulos recíprocos, de lo que podrán enriquecerse con lo
mejor en cada uno de ellos, para finalmente tener una conciencia clara de lo que
quieren, de los objetivos que harán de la próxima revolución una revolución
claramente social y no solo democrática.<BR>Hay un número considerable de gente
en la Plaza de Tahrir y en Ittahidiya, pero también ante el palacio Qubba y ante
la sede de la guardia presidencial. Y cada vez más. ¿Habrá más gente que los
días precedentes? Es muy posible.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>4 de julio, 18:00 h.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Toda la noche ha sido de fiesta. Todo Egipto estaba en la
calle, festejando su segunda revolución en dos años, en medio de una algarabía
ensordecedora. Y quienes no estaban presentes acababan por acudir, pues era
imposible dormir por el enorme ruido y la emoción intensa. Porque no cae solo
una dictadura exterior a los cuerpos, militar o policial, sino también una
dictadura en las cabezas, una policía de las costumbres y de los espíritus, la
de los Hermanos Musulmanes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No se puede medir aún la inmensa importancia para el
futuro de, por primera vez en la historia, una participación de entre el 30% y
el 40% de las personas adultas de un país en una revolución y, de otra parte, el
derrocamiento de una dictadura islamista por una revolución popular. Es una
liberación mental que no puede sino anunciar otras. Sissi, el nuevo hombre
fuerte del ejército y del nuevo régimen, lo ha comprendido bien al querer, en su
declaración de la caída de Morsi, rodearse por el jeque de Al Ahzar y el papa de
los coptos, para intentar hacer creer, por autosugestión, en la continuidad de
la alianza del sable y del hisopo, así como del representante del FSN para
mostrar un aire de unidad del pueblo tras el nuevo poder. Esta apariencia no era
una demostración de fuerza sino una confesión de debilidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pues se han visto cosas increíbles estos últimos
días.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las decenas de millones de personas en la calle es algo
que ha visto todo el mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero algo que se ha visto menos y que ilustra esta
voluntad salvaje de liberarse de todas las prisiones, incluidas las mentales, es
la participación masiva e inaudita de las mujeres y de los niños, que se han
implicado a fondo en esta revolución, en la que tenían tanto que ganar. Formaban
al menos la mitad de los participantes en las manifestaciones y ciertamente
estaban entre los sectores más determinados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es el Alto Egipto, la región más atrasada del país, la
que sufre más la opresión de los prejuicios religiosos, allí donde dominan no
solo los Hermanos Musulmanes y los religiosos coptos, sino también los
terroristas de la Jamaa Al-Islamiya, es ahí donde se han visto las mayores
transformaciones, la mayor valentía. No solo manifestaciones en las que había 5
o 10 veces más participación que cuando la caída de Mubarak, sino
manifestaciones en las que, más que en otras partes, se sabía que había peligro
de muerte, hasta tal punto las amenazas de un baño de sangre por parte del poder
han sido numerosas y explícitas; y donde más que en otras partes, era preciso
una valentía inimaginable para plantear todo lo que oprimía al pueblo. Y es ahí
donde se han visto mujeres en nikab (enteramente veladas) manifestarse en grupo
gritando "Abajo el guía supremo" (de los Hermanos Musulmanes). No se está quizá
lejos del gesto de Hoda Sharaoui que, durante la revolución egipcia de 1919,
había subido a un cajón y, en plena plaza pública, se había arrancado
demostrativamente el velo, para hacer del movimiento feminista árabe -con el de
Irán- uno de los primeros del mundo en aquel momento, para convertirse después
en una de las dirigentes internacionales del movimiento feminista árabe y
mundial y redactar la parte referida a las mujeres en la constitución turca de
Mustafa Kemal, una de las más avanzadas del mundo con la de la Rusia de
entonces. Infinitamente más avanzada en cualquier caso que la de la Francia de
aquellos años en la que se condenaba aún a muerte a una mujer por aborto. Lo que
está ocurriendo en Egipto significa una nueva perspectiva para el futuro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y esto se ha visto en todo el Medio Oriente. Hay que
imaginar el impacto social y en las costumbres en Arabia Saudita, en Qatar,
Yemen o Irán... Las redes sociales de esta región, de Marruecos a Barhein,
vibran con lo que está ocurriendo. Hay que hacer como los egipcios y las
egipcias...</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los egipcios saben el impacto de lo que acaban de hacer.
Es también por eso que gritan su alegría y su orgullo. Va bastante más allá de
la caída de un tirano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Acaban de hacer caer el gendarme que había en su
cabeza.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Aprendieron ayer a no tener miedo haciendo caer a Mubarak.
Hoy, se desembarazan de las demás opresiones que les asfixiaban.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, ha habido las 91 agresiones sexuales en
estos últimos días, en la plaza Tahrir, de las que la prensa que odia al pueblo
en revolución no deja de intentar aprovecharse, como los Hermanos Musulmanes que
llamaban a esa plaza la "plaza del acoso" para decir a las mujeres que no debían
ir allí, que tenían que quedarse en casa, no meterse en política. Pero las
mujeres han ido, masivamente. Por supuesto, son 91 agresiones de más, pero en
este país en el que el integrismo religioso transforma a los hombres en obsesos
sexuales, estas agresiones forman parte de la vida cotidiana en todas partes, en
los autobuses, el metro, la calle... y en mucho mayor número. Las mujeres han
tenido mil veces razón en ir a Tahrir, para que no haya nunca más esas
agresiones, para liberar a los egipcios liberándose, tomando su vida en sus
manos. Y las organizaciones feministas egipcias han tenido también razón
llamando a acudir, a la vez que pedían a las mujeres que se armaran con agujas
para colchones, que son casi como cuchillos. Apostamos a que mañana la vida
familiar, la vida social, van a ser diferentes.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Se han visto también numerosas pancartas que decían "Hermanos
tunecinos, escuchadnos" que, como decía el escritor Khaled Al-Khamissi, son un
mensaje al pueblo tunecino pero también a todos los pueblos árabes oprimidos...
Y más lejos, pues se ha visto una democracia de la calle y de las plazas
superior a la de las papeletas de voto. Lo que hace que se cabreen todos los
dirigentes occidentales y los medios a su sueldo, y puede relanzar todos los
"indignados" desde España a los Estados Unidos, puesto que los de la Puerta del
Sol ya se habían inspirado directamente en Tahrir 2011. ¿Qué efecto tendrá
Tahrir 2013, en el momento en que de Taksim a Río, de Atenas a Sofía, de
Santiago a Lisboa, los pueblos sacuden lo que les aplasta y buscan los caminos
de su emancipación?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por eso, quienes antes decían que la revolución egipcia
estaba muerta, ahogada por el invierno islamista, son también quienes hoy dicen
que solo es un golpe de estado militar, son también quienes se sitúan ahora al
lado de la legitimidad electoral de los Hermanos Musulmanes y de los terroristas
de la Jamaa Al-Islmiya, son también quienes apoyan la denuncia de la barbarie
sexual en la plaza Tahrir, pues no hay nada que odien más, o teman más, que un
pueblo que comienza a emanciparse. Y que pueda servir de ejemplo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se ha visto lo increíble, médicos, abogados o magistrados
abrazarse con hombres y mujeres llegados desde los poblados de chabolas; pues
estas manifestaciones populares eran, aún más que en enero de 2011,
manifestaciones de los de abajo, de los barrios pobres y de los obreros. No se
pueden imaginar 30 a 40 millones de adultos en la calle en un país de 85
millones de habitantes sin comprender que eran mayoritariamente "proletarios",
que prolongaban de forma política lo que intentaban obtener de forma social los
meses que precedían a este levantamiento siendo derrotados cada uno en su
rincón.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pues, y es lo más importante, según militantes de extrema
izquierda egipcios, habría llamamientos a huelgas que deberían ser organizadas
desde hoy jueves en los trenes, los autobuses, las cementeras y en el canal de
Suez, convocadas por militantes sindicalistas de esos sectores, para preparar
una huelga general. Es imposible no pensar -cambiando lo que hay que cambiar- en
el estado de espíritu que presidió el desencadenamiento de junio de 1936 en
Francia. Los trabajadores franceses se habían puesto en huelga inmediatamente
después del triunfo electoral del Frente Popular, pero antes de que éste
estuviera realmente en el poder, un mes después. Estaban infinitamente felices
por ese éxito, lo demostraron, pero al mismo tiempo, querían cambios
inmediatamente y desconfiaban suficientemente del nuevo poder como para ponerse
ellos mismos a la obra, sin esperar, si no querían que se les olvidara, a ellos
y a sus reivindicaciones. Se verá en los días o semanas que vienen si los
llamamientos a la huelga tendrán efecto y si llegarán hasta la huelga general.
Pero es una posibilidad muy real. Hay que recordar que las huelgas habían
estallado ya en número importante justo tras la elección/nominación de Morsi, en
junio de 2012, porque los trabajadores querían probar su voluntad de mantener
sus promesas y decirle que había prisa. Hoy hay todavía más prisa.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>La mayoría de los
hombres y mujeres que se han levantado, lo ha hecho porque tiene hambre (el 40%
de los egipcios vive con menos de un dólar por día), porque no puede aguantar
más la miseria, el paro, los cortes de electricidad (a veces 8 horas al día), de
agua, las subidas de precios, la penuria de pan, de gasolina y de gas para
circular y cocer sus alimentos, las amenazas de supresión de las subvenciones
públicas a los productos de primera necesidad. Y hay prisa porque desde el
comienzo del año 2013 Egipto ha batido todos los récords históricos mundiales,
en número de huelgas y protestas, en las fábricas y los barrios, y sobre todo en
marzo, abril y mayo (respectivamente 1354, 1462 y 1300). La participación masiva
de esos 4 últimos días es una consecuencia de esta participación masiva en las
luchas sociales estos últimos meses.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se ha visto, en fin, a "comités populares" espontáneos,
tomar en sus manos la seguridad de esos millones de personas en movimiento, la
sonorización, la alimentación, la circulación, la higiene (el problema de los WC
no es el menor cuando millones de personas permanecen días enteros en la calle).
"Comités populares" que continúan las tentativas de autoorganización hechas en
febrero y marzo de 2013 en Port Said, Mahalla y Kafr el Sheikh donde los
habitantes habían tomado en sus manos, simbólicamente o unos días, la policía,
la educación o sencillamente la vida municipal. "Comités populares" en los que
decenas de miles de hombres, infinitamente más que en 2011, y en particular de
los medios populares, hacen una experiencia que no olvidarán pronto, sobre todo
en la situación social que viene.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces la alegría de la victoria, el orgullo, la
liberación mental, los comienzos de autoorganización, la avalancha de
movimientos sociales, la urgencia y la desconfianza hacia los de arriba, en
particular hacia el ejército, del que muchos desconfían pues se acuerdan de su
paso por el poder de febrero de 2011 a junio 2012, todo esto forma poco a poco
una conciencia colectiva que debería mostrar sus exigencias políticas y
prácticas de aquí a poco, para pasar de una segunda revolución política a la
construcción de una revolución social, la única verdaderamente democrática hasta
el fin y para todos.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>