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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>1º de agosto 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Brasil</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><FONT size=3><STRONG>Entrevista a Luís Brasilino, <FONT
color=#000000>editor de Le Monde diplomatique, edición
brasileña</FONT><BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=3><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=3><STRONG>El lulismo: cambio sin
revolución</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Le Monde Diplomatique/El Dipló. Buenos
Aires, julio 2013</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://www.eldiplo.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="http://www.eldiplo.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://www.eldiplo.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=2 face=Arial>Traducción de Claudia
Solans</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><BR><FONT face=Arial></FONT></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>En su libro <STRONG>Os sentidos do
lulismo</STRONG>, aún no traducido al español, André Singer, politólogo y
portavoz de la Presidencia durante el primer mandato de Lula, analiza sus ocho
años de gobierno desde una perspectiva de clases sociales. En esta entrevista
repasa y analiza la emergencia, desde hace ya varios años, de un nuevo
movimiento conservador que tiene su origen, por un lado, en el quiebre de la
hegemonía de la izquierda en el plano cultural, pero también en la resistencia
por parte de un sector de la sociedad brasileña a los programas sociales del
lulismo y al ascenso social resultante de ellos. </FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-Recientemente usted ha
señalado que la izquierda brasileña perdió la hegemonía en el plano cultural que
tuvo en las décadas de 1960 a 1980. ¿Cómo se dio ese
proceso?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Roberto Schwarz (1) señala que
después del golpe de 1964 se produjo un fenómeno inesperado: en lugar de una
retracción de la cultura de izquierda, hubo un período de expansión y hasta de
hegemonía cultural -no política- de la izquierda. Creo que esa hegemonía
cultural tal vez persistió hasta fines de los años 80. Y eso sucedió porque,
pasado el período más duro de la represión -que continuó hasta la llamada
"apertura", con Ernesto Geisel, en 1974-, esa hegemonía cultural de izquierda
retornó. A fines de los 70, prácticamente no se encontraban pensadores,
ensayistas o ideólogos que tomaran posiciones abiertamente de derecha. Es decir,
que en el plano cultural la hegemonía de la izquierda continuó e incluso se
acentuó a fines de los años 70, cuando se inició lo que tal vez, por su
capilaridad, haya sido el mayor movimiento huelguista ocurrido en Brasil. Ese
movimiento de base generó lo que puede denominarse "ola democrática"
(aproximadamente entre 1978 y 1988), con una profusión de movimientos
organizados que configuraron una democratización de la sociedad desde
abajo.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>La ola neoliberal que en esta
misma época surgía en todo el mundo se retardó en un principio en Brasil,
gracias a dicha coyuntura. Pero el acelerado crecimiento del neoliberalismo, un
fenómeno que Perry Anderson califica como el de mayor éxito de toda la historia,
hizo que finalmente, a principios de los 90, esta ideología entrara también en
Brasil.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-¿La elección de 1989 es
un hito en esa inflexión?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Sí, es un hito en ese proceso,
que después fue profundizado por las políticas del gobierno de Fernando Henrique
Cardoso. Pero no se trata sólo de eso. Lo que ocurre es que los valores de
mercado, ascenso individual y competencia, y aquellos ligados a una intensa
mercantilización de los espacios públicos, comenzaron a volverse corrientes,
sobre todo en la llamada clase media tradicional, y después en estratos medios
más amplios. Entonces surgieron manifestaciones ideológicas, con ensayistas,
autores y artistas influyentes que defendían abiertamente esos puntos de vista,
algo que no se había encontrado hasta mediados de los años 80. Así, la presencia
casi total de la izquierda en el plano cultural se quebró y pasó a competir con
una derecha en crecimiento.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT><BR><FONT size=2
face=Arial><STRONG>-Usted identifica varias olas conservadoras que extrapolan el
plano cultural, especialmente entre la clase media paulista. ¿Cuáles
son?</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>En términos de clase propiamente
dicha, no hay dudas de que ese segmento tiene una propensión conservadora por
razones materiales. Sin embargo, lo que ocurrió es que una parte de ese segmento
-la clase media tradicional- participó del frente antidictadura en los años 70 y
80, generando una simpatía por posiciones más de izquierda. Eso explica también
la acogida que el Partido de los Trabajadores (PT) llegó a tener en esos
segmentos al comienzo de su trayectoria. Pero esa situación cambió radicalmente
con el surgimiento del lulismo y sus políticas sociales, ante las cuales la
clase media tradicional se cerró por completo. Parece ser una reacción al
proceso de ascenso social de sectores que antes estaban estancados en una
condición de mucha pobreza. </FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-En su libro Os sentidos
do lulismo (2) usted señala que, desde la reelección de Lula en 2006, hubo un
acercamiento del subproletariado hacia el lulismo y un distanciamiento de la
clase media tradicional respecto del PT. En su opinión, los reclamos por parte
de las clases media y alta acerca de una creciente dificultad para encontrar
empleados domésticos, ¿son síntoma de este realineamiento?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Exacto. Realmente tuvo lugar un
cambio en el trabajo doméstico, con la elevación de los ingresos y la mejora de
las condiciones de trabajo. Eso tiene que ver con la caída del desempleo y con
los programas sociales, que crearon un piso salarial, algo muy importante
teniendo en cuenta que existen cerca de 6 millones de empleados domésticos en el
país. </FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Pero hay otro fenómeno, todavía
menos conocido y más reciente: el surgimiento de un neoconservadurismo en un
sector muy pequeño de los 30 millones de personas que superaron la línea de
pobreza en los años Lula. Y esto tiene que ver con el miedo al cambio. Esas
personas tienen cierta conciencia de que el proceso de ascenso no durará para
siempre y, por lo tanto, no están a favor de políticas que promuevan el ascenso
de nuevos sectores, ya que pondrían en riesgo aquello que ya ganaron. Otro
elemento de ese neoconservadurismo es una cierta antipatía hacia los programas
sociales por parte de quienes se vieron beneficiados por un proceso de ascenso
social. Es como si esas personas se "desolidarizaran" con aquellas que todavía
necesitan transferencias de ingresos. Otro grupo, más específico de la ciudad de
San Pablo, son los pequeños emprendedores, de tendencia conservadora
-precisamente porque sólo cuentan consigo mismos, a diferencia de un
asalariado-.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-¿Qué es lo que organiza
a ese movimiento conservador? Puesto que no hay un partido que lo canalice,
¿puede decirse que los medios cumplen ese papel?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Esas olas conservadoras se
expresan en el plano de la política -sobre todo de la política partidaria-
porque entra en juego otro factor: el realineamiento electoral. En la medida en
que el lulismo obtuvo una mayoría en el país, la oposición fue obligada a jugar
con las reglas de juego impuestas por ese movimiento. Esa es la principal
consecuencia del realineamiento. El lulismo marcó una agenda en el país, que es,
fundamentalmente, la reducción de la pobreza, y por eso es tan importante. Con
esta agenda, la oposición no puede expresar nítidamente el punto de vista de su
base social, porque así perdería las elecciones. Esa es la razón por la cual el
ex gobernador José Serra, candidato del PSDB en 2010, propuso duplicar el número
de beneficiarios de la Bolsa Familia, en lugar de combatirlo, como le gustaría a
la clase media tradicional. Así, ocurre un fenómeno curioso: crece la ideología
conservadora en la sociedad, pero no encuentra expresión en la política.
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>En cuanto a los medios de
comunicación, hay que entender que el conservadurismo en Brasil tiene una
profunda raíz histórica. De hecho el período de hegemonía cultural de la
izquierda fue más una excepción que la regla. Ciertamente los medios de
comunicación tienen un papel importante, pero también hay que entender que los
medios no son una sola cosa, que hay cierta heterogeneidad. Aun así, es cierto
que una parte del sistema de los medios que componen esa primera ola
conservadora está rompiendo la hegemonía cultural de la izquierda.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-¿Cómo opera el lulismo,
un fenómeno tan contradictorio, en ese sentido?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>El lulismo es una nueva síntesis
de elementos conservadores y no conservadores. Por eso es tan contradictorio y
difícil de entender. El lulismo valoró el mantenimiento del orden, lo cual tuvo
resonancia en los sectores más pobres de la población. En este punto me interesa
señalar que, en la formación social brasileña, hay un vasto subproletariado que
no tiene cómo participar de la lucha de clases, a no ser en situaciones muy
especiales y definidas. Así, lo que hizo el lulismo fue juntar esa valoración
del orden con la idea de que un cambio es necesario. ¿Qué tipo de cambio? La
reducción de la pobreza por medio de la incorporación del subproletariado; lo
que denomino "ciudadanía laboral". De ese modo el lulismo propone
transformaciones por medio de una acción del Estado, pero que encuentra
resistencia del otro lado. Basta con prestar atención a los noticieros para ver
cómo la lucha política está puesta todo el tiempo en las decisiones económicas.
El lulismo propone cambios, pero sin radicalización, sin una confrontación
extrema con el capital y, por lo tanto, preservando el orden. En ese sentido, es
un fenómeno híbrido, que también incorpora a ese conservadurismo.
<BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=2 face=Arial>-En 2010 usted destacó la
importancia de que el PT se mantuviera en la izquierda para politizar ese
subproletariado (3). ¿Eso podría frenar estas olas
conservadoras?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Brasil tiene una herencia de eso
que denominé la gran ola democrática de los años 80. ¿Cuál es esa herencia?
Primero, la Constitución, con mecanismos de participación directa y dispositivos
efectivos de organización de la sociedad. Brasil todavía tiene una energía
organizadora desde abajo hacia arriba que, según algunas investigaciones se
incrementó por la Bolsa Familia. Es significativo el hecho de que las mujeres,
principalmente en el interior, estén adquiriendo cierta autonomía por tener una
tarjeta; no dependen de nadie más y reciben una cantidad de dinero constante por
mes. Hay señales de que estas mujeres se están organizando en cooperativas,
emprendimientos que cambian su condición de vida. Todo lo que sea organización
de la sociedad en las bases ayuda a frenar esas olas conservadoras. De todos
modos no hay motivos para pensar que este movimiento pueda resultar avasallante.
Con respecto al PT, creo que todavía es un momento especial, porque se abrió una
puerta para el diálogo de la izquierda con los segmentos más pobres de la
población. Eso es muy interesante porque, sobre todo en el Nordeste, ése era el
sector que votaba normalmente al conservadurismo y ahora está con el lulismo. Es
una oportunidad de politizar esos sectores, en el sentido de lograr una
transformación social. Sin embargo, de 2010 para acá no he visto al PT muy
comprometido con ese tipo de trabajo. A veces temo que se pierda esa
oportunidad, que está abierta para toda la izquierda. Sin embargo, los sectores
de la izquierda que no están en el PT han tenido dificultades para comprender
los avances sociales y simultáneamente el impacto conservador que el lulismo
representa. Es importante entender esa contradicción porque, al no hacerlo, se
pierde la plataforma de diálogo con los sectores que están beneficiándose por
esas políticas. </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify>
<DIV style="DISPLAY: none" id=print_foot><STRONG><U><FONT size=2
face=Arial>Notas</FONT></U></STRONG></DIV>
<DIV style="DISPLAY: none"><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV><FONT
size=2 face=Arial>1. R. Schwarz, "Cultura e política, 1964-69", O pai de família
e outros estudos, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1978. <BR>2. André Singer, Os
sentidos do lulismo. Reforma e pacto conservador, Companhia das letras, San
Pablo, 2012.<BR>3. "Cabe ao PT politizar o subproletariado", Brasil de Fato, San
Pablo, Nº 374, 2010.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>