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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>15 de agosto 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
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size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Algo murió en
Egipto<BR></FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Robert Fisk
<BR></STRONG></FONT><FONT size=2 face=Arial><STRONG>The Independent, de Gran
Bretaña <BR>Traducción de Celita Doyhambéhère</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Página/12, Buenos Aires,
15-8-2013<BR><A
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href="http://www.pagina12.com.ar/">http://www.pagina12.com.ar/</A></STRONG><A
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href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG
title="http://www.pagina12.com.ar/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR>El crisol egipcio se rompió. La "unidad" de Egipto
-ese pegamento abarcativo, patriótico y esencial que ha unido a la nación desde
el derrocamiento de la monarquía en 1952 y el gobierno de Nasser- se derritió en
medio de masacres, batallas y represión contra la Hermandad Musulmana. Una
centena de muertos -200, 300 "mártires"- no le hacen diferencia al resultado:
para millones de egipcios, el sendero de la democracia se desvió en medio del
fuego y la brutalidad. ¿Qué musulmán que busque un Estado basado en su religión
confiará otra vez en las urnas?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta es la verdadera historia del baño de sangre de hoy.
¿Quién puede sorprenderse de que algunos partidarios de los Hermanos Musulmanes
estuvieran blandiendo Kalashnikov en las calles de El Cairo? O de que los
partidarios del ejército en su "gobierno interino", en las áreas de clase media
de la capital, tomaron sus armas o produjeron las propias y comenzaron a
disparar. Esto no es Hermandad versus ejército, aunque esa es la forma en que
nuestros estadistas occidentales van a tratar de retratar esta tragedia. La
violencia de hoy creó una cruel división dentro de la sociedad egipcia que
llevará años curar; entre los izquierdistas y los seculares y los coptos
cristianos y los musulmanes sunitas, entre la gente y la policía, entre la
Hermandad y el ejército. Por eso, Mohamed Al Baradei renunció anoche. La quema
de las iglesias fue un corolario inevitable de un terrible asunto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Argelia en 1992, en El Cairo en 2013 -y ¿quién sabe
qué sucederá en Túnez en la próximas semanas y meses?- los musulmanes ganaron el
poder con justicia y democráticamente a través del voto común y fueron arrojados
del poder. ¿Y quién puede olvidar nuestro vicioso asedio de Gaza cuando los
palestinos votaron, nuevamente democráticamente, por Hamas? No importa cuántos
errores hayan cometido los Hermanos Musulmanes en Egipto, no importa cuán
promiscuo o necio haya sido su gobierno, el presidente Mohamed Mursi,
democráticamente electo, fue derrocado por el ejército. Fue un golpe y John
McCain estuvo en lo correcto al usar esa palabra.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La Hermandad, por supuesto, hace tiempo que debía haber
frenado su amor propio y tratar de quedarse dentro del cascarón de la
seudodemocracia que el ejército permitía en Egipto, no porque fuera justo o
aceptable, sino porque estaba cantado que la alternativa sería un regreso a la
clandestinidad, a los arrestos a medianoche, la tortura y el martirio. Este ha
sido el rol de la Hermandad, con períodos de vergonzosa colaboración con los
ocupantes británicos y los dictadores militares egipcios, y un regreso a la
oscuridad sugiere dos resultados: que la Hermandad será extinguida con violencia
o tendrá éxito en un futuro lejano -que Dios lo salve a Egipto de tal destino-
en crear una autocracia islamista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los analistas hicieron su trabajo sucio antes de que el
primer cadáver llegara a su tumba. ¿Puede Egipto evitar una guerra civil? ¿Será
la Hermandad "terrorista" borrada por el ejército leal? ¿Y qué pasa con aquellos
que manifestaron antes del derrocamiento de Mursi? Tony Blair fue sólo uno de
aquellos que hablaron del "caos" inminente al otorgarle su apoyo al general
Abdul-Fattah Al Sisi. Cada incidente violento en el Sinaí, cada arma en las
manos de la Hermandad Musulmana será usada ahora para persuadir al mundo de que
la organización, lejos de ser un movimiento islamista pobremente armado pero
bien organizado, era el brazo derecho de Al Qaida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La historia puede tener una visión distinta. Ciertamente
será difícil explicar cómo muchos miles -sí, quizá millones- de egipcios
educados y progresistas seguían dándole su total apoyo al general que pasó mucho
tiempo después del derrocamiento de Mubarak justificando las pruebas de
virginidad de las manifestantes femeninas en la Plaza Tahrir. Al Sisi estará
bajo gran escrutinio en los próximos días: siempre había tenido la reputación de
tenerle simpatía a la Hermandad, aunque esta idea puede haber sido provocada
porque su mujer usa el niqab. Y muchos de los intelectuales de clase media que
dieron su apoyo al ejército tendrán que estrujar sus conciencias dentro de una
botella para acomodar los hechos futuros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Podría el Premio Nobel y experto nuclear Mohamed Al
Baradei, la personalidad más famosa a los ojos de Occidente, pero no de los
egipcios, haberse quedado en el poder, en el "gobierno interino", teniendo una
visión tan en desacuerdo con las acciones de "su" gobierno? Por supuesto que no.
Se tenía que ir, porque nunca tuvo la intención de que surgiera este resultado
de su apuesta política cuando aceptó apoyar la elección de ministros que hizo el
ejército después del golpe del mes pasado. Pero el círculo de escritores y
artistas que insistieron en considerar el golpe como sólo otra etapa en la
revolución de 2011, después de la renuncia de Al Baradei, tendra que usar una
lingüística algo angustiada para escapar a la culpa moral por estos
acontecimientos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esperen, por supuesto, las preguntas más coloquiales.
¿Significa eso el fin del Islam político? Por el momento, seguro, la Hermandad
no está de ánimo de probar cualquier otro experimento en democracia, una
negativa que es un peligro inmediato en Egipto. Porque sin libertades, hay
violencia. ¿Se convertirá Egipto en otra Siria? Improbable. Egipto no es un
Estado sectario, no lo ha sido nunca, aun con el 10 por ciento de su población
cristiana, no ha sido violento. Nunca experimentó la crueldad de los
levantamientos de los argelinos contra los franceses o sirios ni las
insurgencias libanesas o palestinas contra los británicos y los franceses. Pero
muchos fantasmas colgarán sobre sus cabezas hoy avergonzadas; aquel gran abogado
del levantamiento de 1919, por ejemplo, Saad Zaghloul. Y el general Muhammad
Neguib, cuyo breve tratado de 1952 decía cosas similares a las que exigían los
manifestantes de la Plaza Tahrir en 2011.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero sí, algo murió en Egipto ayer. No la revolución.
Porque a través del mundo árabe la gente exigió ser ella la dueña -y no sus
líderes- de su país, aunque permanezca teñida de sangre. Murió la inocencia, por
supuesto, como lo hace después de cada revolución. No. Lo que expiró ayer fue la
idea de que Egipto era la eterna madre de la nación árabe, el ideal
nacionalista, la pureza de la historia donde Egipto consideraba a todo su pueblo
como su hijo. Porque las víctimas de la Hermandad ayer, junto con la policía y
los partidarios pro-gobierno, también eran hijos de Egipto. Y nadie lo dijo. Se
convirtieron en los "terroristas", en los enemigos del pueblo. Esa es la nueva
herencia de Egipto.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>