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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>16 de agosto de 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Un mar de cadáveres: más de 600
muertos</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Los Hermanos Musulmanes dice que son
2.000</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Ana Garralda, desde El
Cairo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Clarín, Buenos Aires,
16-8-2013</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.clarin.com/mundo/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://www.clarin.com/mundo/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Amortajados con sábanas blancas,
rociados cada tanto con diferentes perfumes y sprays, los centenares de muertos
causados por el asalto policial a las plazas de Rabaa y de Nahda en El Cairo
rebasan la mezquita de Al Iman. Situada a un par de kilómetros de Rabaa, este
lugar de culto religioso se convertía en un tanatorio improvisado. Técnicos
sanitarios ataviados con mascarillas, cubriéndoles tanto la nariz como la boca,
hacían todo lo posible para mantenerlos a una temperatura aceptable, impidiendo
su putrefacción. Para ello recurrían al uso de ventiladores y a bloques de hielo
protegidos por bolsas de plástico para no mojar los cuerpos de sus “mártires”.
“Son simplemente seres humanos, ni islamistas, ni Hermanos Musulmanes, sólo
seres humanos”, afirma el enfermero Ahmed Suezi. </FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Son las víctimas de la peor matanza en este país desde el
inicio de la Primavera árabe, en enero de 2011. Reclamaban la restitución del
presidente Mohammed Mursi, derrocado el 3 de julio por los militares, y sus
campamentos fueron arrasados el miércoles por el Ejército.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar del plástico, parte del líquido restante, fruto
de la descongelación –en un espacio en el que la temperatura podía superar los
35 grados– acababa filtrándose hasta la alfombra de la mezquita, que terminaba
empapada. En parte por este agua, en parte por la sangre vertida desde alguna de
las camillas utilizadas para el traslado y colocación ordenada de los cadáveres.
Una sensación muy poco agradable para los pies (al tratarse de una mezquita hay
que entrar descalzo, tal como manda la tradición islámica), que se conjugaba con
otra mucho más dramática al ver el estado de alguno de los cuerpos
amortajados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“A él lo quemaron mientras estaba todavía vivo”, grita
Suezi, mientras levanta una de las mortajas para mostrar, a los periodistas
extranjeros, un cuerpo completamente calcinado. Otros no parecen sentirse
cómodos con la presencia de una reportera, por ser extranjera o por ser mujer.
Pero Suezi se preocupa de convencerlos de que no pongan trabas, porque ha
comenzado toda una guerra mediática entre el Gobierno interino y la llamada
“Coalición contra el Golpe y por la Legitimidad”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta guerra mediática y psicológica hace que todavía la
cifra de muertos oscile entre los más de 600 admitidos ayer por el Gobierno y
los 2.000 que denuncian los Hermanos Musulmanes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Igualmente, muchos de los cadáveres tuvieron que
permanecer en la mezquita y no en una morgue formal. Según afirma uno de los
responsables del lugar, “el ministerio de Sanidad obliga a las familias de las
víctimas a firmar un documento en el que reconocen que murieron accidentalmente
o por causa natural, si quieren que les expidan el correspondiente certificado
de defunción”. En caso contrario no reconocen oficialmente el fallecimiento,
aseguran. Aparentemente, ésta sería una estratagema utilizada para contener lo
más posible el número de víctimas, reduciendo la presión diplomática
internacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Dejen paso, dejen paso”, exclama el encargado de ir
sacando los cadáveres que ya han sido depositados en sus correspondientes
ataúdes para llevarlos camino del cementerio. “Alá-hu-Akbar, Alá-hu-Akbar”,
corean todos los presentes mientras se abren paso los féretros, destapados en su
parte superior. Un escenario espeluznante, en el que se combinan los llantos y
los signos de profunda tristeza con los gritos de ira y ansias de venganza.
“Sisi, Dios nos ayudará a que tengas tu merecido”, exclama, con un dedo
apuntando al cielo, Fátima, una señora que asegura ser doctora y se apresura a
aproximarse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al levantar la mortaja de alguno de los cuerpos que
todavía yacían sobre la alfombra, se veían más cadáveres calcinados. Los
familiares presentes afirman que la Policía prendió fuego a alguna de las
estructuras mientras había gente todavía dentro. Otros presentan impactos de
balas en la cabeza y en el cuello, por lo que se sospecha que fueron abatidos
por francotiradores policiales. Hipótesis ambas que son sistemáticamente negadas
desde el ministerio del Interior. La organización Human Rights Watch ya
investiga lo ocurrido. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El respeto debido a los muertos no ha impedido sin
embargo que los Hermanos Musulmanes desafiaran el estado de emergencia decretado
por el Gobierno y convocaran nuevas movilizaciones por las calles de El Cairo y
en las principales ciudades de Egipto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Varios edificios institucionales y comisarías de policía
eran blanco ayer de la ira de la oposición, así como algunas iglesias (los
islamistas acusan a la minoría copta de apoyar el golpe). Mientras, el portavoz
de la Hermandad, Gehad El Hadad, advertía de que el gran volumen de sangre
derramada hace que la situación se encuentre “totalmente fuera de control”.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>