<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META content=text/html;charset=iso-8859-1 http-equiv=Content-Type>
<META name=GENERATOR content="MSHTML 8.00.7600.16385"></HEAD>
<BODY style="PADDING-LEFT: 10px; PADDING-RIGHT: 10px; PADDING-TOP: 15px"
id=MailContainerBody leftMargin=0 topMargin=0 CanvasTabStop="true"
name="Compose message area"><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>30 de agosto 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
size=4></FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Siria<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Hacia una guerra
regional</FONT></STRONG> <BR> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Alain Gresh *
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Brecha, Montevideo,
30-8-2013</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://brecha.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://brecha.com.uy/"><STRONG
title="http://brecha.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://brecha.com.uy/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT> </DIV><FONT
face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Actualmente, tal como lo explica
un funcionario estadounidense en el muy completo informe que publica el
International Crisis Group (icg), "una guerra siria de alcance regional se está
transformando en una guerra regional alrededor de Siria". Una nueva "guerra
fría" divide a Oriente Medio, similar a aquella que en los cincuenta y sesenta
vio enfrentarse al Egipto nasserista aliado de los soviéticos con la Arabia
Saudita aliada de Estados Unidos. Pero los tiempos cambiaron: el nacionalismo
árabe se ha debilitado, los discursos confesionales se propagan, y cabe
preguntarse sobre la continuidad de los estados y las fronteras surgidas de la
Primera Guerra Mundial.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Siria, con sus decenas de miles de muertos, sus millones
de refugiados, la destrucción de su infraestructura industrial y de su
patrimonio histórico, es la principal víctima de este enfrentamiento. La
esperanza nacida en la primavera de 2011 se convierte en pesadilla. ¿Por qué
aquello que fue posible en El Cairo no sucedió en Damasco?</DIV>
<DIV align=justify><BR>El presidente egipcio Hosni Mubarak fue derrocado con
cierta facilidad al menos por dos razones. Las elites y los estratos sociales
ligados a la camarilla en el poder nunca sintieron realmente amenazados sus
privilegios, menos aun su integridad física. Se tratara de empresarios, altos
mandos del Ejército o responsables de los servicios de seguridad, todos pudieron
reconvertirse tranquilamente tras la revolución. Sólo una ínfima minoría fue
llevada -con mucha lentitud y reticencia- ante los tribunales. Por otra parte,
la partida de Mubarak no generó ningún trastorno en la situación geopolítica
regional. Estados Unidos y Arabia Saudita podían adaptarse a cambios que no
habían deseado, pero que no amenazaban sus intereses fundamentales, con la
condición de encauzarlos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Siria el escenario es completamente diferente. Desde
el comienzo de la protesta, el uso ilimitado de la violencia por los servicios
de inteligencia permitió al régimen ganar preciados meses y organizarse. Indujo
a la militarización de la oposición y a la escalada, incluso a la
"confesionalización", para alimentar el temor de importantes sectores de la
población: no sólo las minorías sino también la burguesía y la clase media
urbana se asustaron por el discurso extremista de ciertos grupos de la oposición
y la afluencia de combatientes extranjeros puestos en escena por el
régimen.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A medida que los cadáveres se acumulaban, toda transición
sin espíritu de revancha se tornaba imposible, y, lamentablemente, sectores
relativamente amplios de la sociedad que temían por su supervivencia en caso de
un triunfo de los "islamistas" se sumaban al régimen.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El espantajo islamista asusta, más aun cuando es agitado
desde hace años en numerosas capitales occidentales y da crédito al discurso de
Damasco dirigido a Francia: "¿Por qué ayudan en Siria a los grupos que combaten
en Mali?".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El régimen se valió también de su posición estratégica
respecto de sus dos principales aliados, Irán y Rusia, que se involucraron en el
conflicto de manera mucho más determinada que los países árabes o los
occidentales; una determinación que tomó desprevenidos a sus adversarios.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Para Irán, desde la
revolución de 1979 Siria es el único aliado árabe seguro, el que lo apoyó en
todos los momentos difíciles, especialmente frente a la invasión iraquí de 1980,
cuando todos los países del Golfo se movilizaban en favor de Saddam Hussein.
Mientras que el aislamiento iraní se acentuó estos últimos años -siendo objeto
de implacables sanciones estadounidenses y europeas, y no puede descartarse el
riesgo de una intervención militar israelí y/o estadounidense-, la implicación
de la República Islámica en Siria, a falta de ser moral, constituye una decisión
estratégica racional que la elección del nuevo presidente Hassan Rohani
probablemente no modifique. Líneas de crédito al Banco Central sirio, suministro
de petróleo, envío de consejeros militares: Teherán no escatimó ningún medio
para salvar a su aliado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este compromiso lo llevó a incitar a Hizbolá, con el aval
del Kremlin, a involucrarse directamente en los combates. Desde luego, la
organización y su secretario general pudieron alegar que, tanto de Líbano como
de los demás países árabes, miles de combatientes islamistas ya llegaban a
Siria; pero semejante intervención no puede sino agravar las tensiones entre
sunitas y chiitas -los incidentes armados se multiplican en el Líbano- y llevar
agua al molino de los predicadores sunitas más radicales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Islamistas, amigos-enemigos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La conferencia que se celebró en El Cairo el 13 de junio de
2013, bajo el lema "apoyemos a nuestros hermanos sirios", llamó a la yihad. El
presidente egipcio [de entonces] Mohamed Mursi participó de ella y anunció la
ruptura de relaciones diplomáticas con Damasco. La reunión marcó una escalada de
la retórica antichiita, incluso en los jeques moderados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En cuanto a Rusia, sus razones para involucrarse superan
ampliamente la personalidad de Vladimir Putin, reducido a una caricatura en la
prensa occidental. Reflejan ante todo la voluntad de Moscú de poner fin a su
desaparición de la escena internacional.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Rusia dice basta</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Se necesita un diplomático egipcio para descifrar esta
preocupación: "Los occidentales -explica- pagan el precio de sus intentos de
marginar a Rusia desde el final de la urss. Así, a pesar de la buena voluntad de
Boris Yeltsin al respecto, la otan se extendió hasta las fronteras del país".
Sobre la cuestión siria, durante dos años, "los occidentales propusieron al
Kremlin una adhesión lisa y llana a su plan. Lo que no era realista".</DIV>
<DIV align=justify><BR>La forma en que la resolución 1973 del Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas sobre Libia fue desvirtuada
para legitimar la intervención militar irritó también a Rusia; y no sólo a ella:
numerosos países, como Brasil, India, Sudáfrica y China expresaron sus reservas
respecto de las resoluciones occidentales sobre Siria presentadas en la onu.
Para el Kremlin, la caída del régimen de Al Assad significaría un serio revés:
constituiría una nueva victoria de los islamistas, y correría el riesgo de
afectar, dentro de la misma Federación Rusa, a las poblaciones musulmanas en
cuyo seno se agita una propaganda wahabita activa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente a esta determinación ruso-iraní, los apoyos
externos de la oposición siria fueron divididos, erráticos, ineficaces, muy
alejados de la imagen de un gran complot
"saudí-qatarí-estadounidense-israelí-salafista". De Turquía a Arabia Saudita, de
Qatar a Francia, cada uno desempeñó su propio papel, favoreció a sus clientes,
brindó su ayuda a unos negándosela a otros. El colmo del grotesco tuvo lugar en
abril de 2013, con la imposición por parte de Qatar, a fuerza de millones de
dólares, de Ghassan Hitto, de nacionalidad estadounidense, en el cargo de primer
ministro de un gobierno tan "interino" como fantasmal. La injerencia de ricos
empresarios del Golfo, que no responden a ninguna estrategia de Estado y que
escapan a cualquier control, se sumó al enredo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalmente, es difícil orientarse entre las múltiples
fracciones, grupos, katibas (unidades de combate), agrupados bajo la etiqueta
tan cómoda como engañosa de "islamistas", lo que permite escamotear tanto su
diversidad como sus divergencias estratégicas y políticas. Así, el frente
Al-Nusra, que reivindica a Al Qaeda, despierta preocupación tanto en Occidente
como en Arabia Saudita, donde se libró en los años 2003-2005 una lucha a muerte
contra la organización de Osama bin Laden. Esta aprensión existe también en
organizaciones salafistas. Nader Bakkar, el muy mediático vocero del principal
partido salafista egipcio, Al-Nur, explica que es necesario adelantarse a Al
Qaeda: "Lo que pedimos es una zona de exclusión aérea. Para que los propios
revolucionarios logren la victoria. Instamos a la gente en Egipto a no ir: la
victoria sólo debe ser de los sirios".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mejor que otros, Richard Haass refleja una evolución de
la mentalidad en Washington. Cerebro del establishment republicano en materia de
relaciones internacionales, ex colaborador del presidente George W Bush, acaba
de publicar un libro titulado La política exterior comienza en casa: por qué hay
que poner orden en Estados Unidos mismo. ¿Su razonamiento? Los problemas
internos, desde el deterioro del sistema de transporte hasta la falta de obreros
calificados, impiden a Estados Unidos ejercer un liderazgo mundial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Cómo interpretar entonces la decisión del presidente
Barack Obama de proveer armas a los rebeldes sirios? El uso del gas sarín por
parte del ejército sirio, muy controvertido, aparece como lo que es: un
pretexto. Pero ¿para qué?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Siria se convirtió en un campo de batalla regional e
internacional, y ninguno de los dos bandos puede aceptar la derrota de sus
combatientes. Estados Unidos quiere impedir un triunfo del régimen sirio, por
otra parte muy improbable, al ser tan rechazado por una parte importante de la
población, que se radicalizó y ya nada tiene que perder. Pero esta voluntad no
debería traducirse en una intervención masiva, menos aun en la imposición de
zonas de exclusión aérea o el envío de tropas al terreno. Con el mantenimiento
del equilibrio de fuerzas, el callejón sin salida debería pues perdurar, con su
estela de destrucción y muertes, pero también su riesgo de extenderse a toda la
región, tal como lo sintetiza el título del informe del icg, "Las metástasis del
conflicto sirio".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Irak, Jordania y Líbano se encuentran atrapados en el
conflicto. Combatientes iraquíes y libaneses, sunitas y chiitas, se enfrentan en
Siria. Las rutas de la "internacional insurgente" por las que, de Afganistán al
Sahel, circulan combatientes, armas e ideas, están saturadas. Mientras los
protagonistas externos sigan viendo el conflicto como un juego de suma cero, el
calvario sirio continuará. Con el riesgo de arrastrar a toda la región en la
tormenta. <BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Periodista de Le Monde Diplomatique.
</FONT></DIV></BODY></HTML>