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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><FONT color=#000000><U>15 de octubre 2013</U></FONT><BR><FONT
color=#800000 size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
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href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
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size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados Unidos<BR> <BR>La doctrina
Obama</FONT></STRONG><BR> <BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Noam Chomsky *<BR>La Jornada, México,
13-10-2013<BR></STRONG><A
title="http://www.jornada.unam.mx/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG
title="http://www.jornada.unam.mx/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Jorge
Anaya</STRONG><BR> <BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>La reciente escaramuza Obama-Putin
con respecto al excepcionalismo estadunidense volvió a encender el debate sobre
la doctrina Obama: ¿se dirige el presidente hacia el aislacionismo o portará con
orgullo la bandera del excepcionalismo?</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>El debate es más estrecho de lo que parece. Existe
considerable terreno común entre las dos posiciones, como expresó con claridad
Hans Morgenthau, fundador de la escuela realista de relaciones internacionales,
exenta de sentimentalismos, que domina hoy día.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A lo largo de su obra, Morgenthau describe a Estados
Unidos como único entre las potencias pasadas y presentes, en cuanto tiene un
propósito trascendente que debe defender y promover en todo el mundo: la
instauración de la igualdad y la libertad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los conceptos en competencia excepcionalismo y
aislacionismo aceptan esta doctrina y sus diversas elaboraciones, pero difieren
en cuanto a su aplicación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un extremo fue defendido con vigor por el presidente
Obama en su mensaje del pasado 10 de septiembre a la nación: Lo que hace
diferente a Estados Unidos, lo que lo hace excepcional, dijo, es que estamos
dedicados a actuar, con humildad, pero con decisión, cuando detectamos
violaciones en alguna parte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante casi siete décadas, Estados Unidos ha sido el
sostén de la seguridad global, papel que ha significado más que forjar acuerdos
internacionales: ha significado asegurar que se apliquen.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El aislacionismo, en cambio, sostiene que ya no podemos
darnos el lujo de realizar la noble misión de correr a apagar los fuegos que
otros encienden. Toma en serio una advertencia emitida hace 20 años por el
columnista Thomas Friedmanm, del New York Times, de que conceder al idealismo
una influencia casi exclusiva en nuestra política exterior puede conducirnos a
desdeñar nuestros intereses por nuestra devoción a las necesidades de
otros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre estos dos extremos se da el acalorado debate sobre
política exterior.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los márgenes, algunos observadores rechazan las
premisas compartidas y sacan a relucir el registro histórico: por ejemplo, el
hecho de que durante siete décadas Estados Unidos ha encabezado al mundo en
agresión y subversión, derrocando gobiernos electos e imponiendo despiadadas
dictaduras, apoyando crímenes horrendos, socavando acuerdos internacionales y
dejando estelas de sangre, destrucción y miseria.<BR>Morgenthau dio respuesta a
esas criaturas desorientadas. Académico serio, reconoció que Estados Unidos ha
violado con consistencia su propósito trascendente, pero explica que oponer esa
objeción es cometer el error del ateísmo, que niega la validez de la religión
con fundamentos similares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La realidad, sostiene, es el propósito trascendente de
Estados Unidos; el registro histórico no es más que el abuso de la
realidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En suma, el excepcionalismo y el aislacionismo
estadunidenses vienen a ser variaciones tácticas de una religión secular, cuya
fascinación extraordinaria va más allá de la ortodoxia religiosa normal en
cuanto apenas si es posible percibirla. Puesto que ninguna alternativa es
concebible, esta fe se adopta por reflejo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otros expresan la doctrina con mayor crudeza. Jeane
Kirkpatrick, quien fue embajadora del ex presidente Reagan ante la Organización
de Naciones Unidas, desarrolló un nuevo método para desviar las críticas a los
crímenes de Estados Unidos. Los que se oponían a considerarlos meros tropiezos o
ingenuidad inocente podían ser acusados del equivalente moral a afirmar que
Estados Unidos no es diferente de la Alemania nazi o de cualquier demonio que
esté en boga. Esta argucia ha sido usada en muchos casos para proteger el poder
ante cualquier escrutinio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta la academia seria se amolda. Así, en el número más
reciente de la revista Diplomatic History, el erudito Jeffrey A. Engel
reflexiona sobre la significación de la historia para quienes trazan las
políticas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Engel cita Vietnam, donde, dependiendo de la persuasión
política que se tenga, la lección es "evitar las arenas movedizas de la
intervención -aislacionismo- o la necesidad de dar rienda suelta a los
comandantes militares para que operen libres de presión política" al cumplir la
misión de llevar estabilidad, igualdad y libertad destruyendo esos países y
dejando un reguero de millones de cadáveres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La cuota mortal de Vietnam continúa creciendo hasta el
presente a causa de la guerra química que el ex presidente Kennedy montó allá,
al mismo tiempo que aumentaba su apoyo a una dictadura asesina para un ataque en
gran escala, el peor caso de agresión ocurrido durante las siete décadas de
Obama.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otra persuasión política es imaginable: una indignación
como la que adoptaron los estadunidenses cuando Rusia invadió Afganistán o
cuando Saddam Hussein invadió Kuwait. Pero la religión secular nos impide vernos
a nosotros mismos bajo una lente similar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un mecanismo de autoprotección es lamentar las
consecuencias de nuestras omisiones. Así, el columnista del New York Times David
Brooks, al reflexionar sobre el deslizamiento de Siria hacia un horror semejante
a Ruanda, concluye que el asunto de fondo es la violencia sunita-chiíta que
destroza a esa nación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esa violencia, afirma, es testimonio del fracaso de la
reciente estrategia estadunidense de retirarse y dejar una presencia ligera y de
la pérdida de lo que el ex funcionario del servicio exterior Gary Grappo llama
la influencia moderadora de las fuerzas estadunidenses.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Los que aún se dejan engañar por el abuso de la realidad -eso
es, de hecho- podrían recordar que la violencia sunita-chiíta fue resultado del
peor crimen de agresión del nuevo milenio: la invasión estadunidense de Irak. Y
los cargados de memorias más ricas podrían recordar que en los juicios de
Nuremberg se sentenció a criminales a la horca porque, según el tribunal, la
agresión es el crimen internacional supremo, diferente de otros crímenes de
guerra sólo en que contiene en sí mismo el mal acumulado del todo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ese mismo lamento es tema de un celebrado estudio de
Samantha Power, la nueva embajadora de Washington ante Naciones Unidas. En Un
problema del infierno: Estados Unidos en la era del genocidio, Power escribe
sobre los crímenes de otros y nuestra inadecuada respuesta. Dedica una oración a
uno de los pocos casos durante las siete décadas que podría calificar como
genocidio: la invasión de Timor Oriental por Indonesia, en 1975. Trágicamente,
Estados Unidos miró para otro lado, informa Powers.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Daniel Patrick Moynihan,
quien la precedió en el cargo ante la ONU en tiempos de la invasión, vio el
asunto de modo diferente. En su libro A dangerous place, describió con gran
orgullo cómo llevó a la ONU a ser del todo inefectiva en las medidas que tomó
para parar la agresión, porque Estados Unidos deseaba que las cosas resultaran
de ese modo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y de hecho, lejos de mirar a otro lado, Washington dio
luz verde a los invasores indonesios y les proporcionó de inmediato equipo
militar letal. Estados Unidos impidió actuar al Consejo de Seguridad de la ONU y
continuó prestando firme apoyo a los agresores y sus actos genocidas, entre
ellos las atrocidades de 1999, hasta que el entonces presidente Bill Clinton
marcó el alto, lo cual pudo haber ocurrido en cualquier momento de los 25 años
anteriores.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero eso es mero abuso de la realidad. Es muy fácil
continuar, pero no tiene caso. Brooks tiene razón en insistir en que deberíamos
ir más allá de los terribles sucesos que tenemos a la vista y reflexionar en los
procesos subyacentes y las lecciones que derivan de ellos.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Entre éstas, ninguna
tarea es más urgente que liberarnos de las doctrinas religiosas que condenan al
olvido los hechos de la historia y refuerzan de ese modo nuestros fundamentos
para nuevos abusos de la realidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>* El libro más reciente de Noam Chomsky es Power systems:
conversations on global democratic uprisings and the new challenges to US
Empire. Interviews with David Barsamian (Sistemas de poder: conversaciones sobre
levantamientos democráticos en el mundo y nuevos desafíos al imperio
estadunidense: entrevistas con David Barsamian) Chomsky es profesor emérito de
lingüística y filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en
Cambridge, Mass., EEUU).
<HR>
<BR></DIV></FONT></BODY></HTML>