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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>19 de octubre 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri></FONT><FONT face=Calibri></FONT><FONT
face=Calibri></FONT><BR><FONT face=Arial><STRONG>El trabajo estudiantil
forzado</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>China cuenta con
un ejército de mano de obra estudiantil que fabrica productos de Apple, consolas
Playstation y otros aparatos para Occidente. Los relatos de los jóvenes
afectados son sobrecogedores</FONT></STRONG>.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Aditya Chakrabortty<BR>The
Guardian, Londres, 14-10-2013<BR><A
href="http://www.theguardian.com/">http://www.theguardian.com/</A></STRONG></FONT><A
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title="http://www.theguardian.com/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Viento
Sur<BR><A
href="http://www.vientosur.info/">http://www.vientosur.info/</A></STRONG></FONT><A
href="http://www.vientosur.info/"><FONT
title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo" size=2
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title="http://www.vientosur.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify>Esta semana se oirán montones de beaterías sobre China.
Cuando George Osborne y Boris Johnson/1 vayan de Shanghái a Shenzhen, soltarán
el cuento de siempre sobre el comercio y la inversión y la competencia global.
De quien no hablarán es de Zhang Lintong, y eso que la historia de este muchacho
de 16 años de edad revela más sobre el aspecto humano de la relación entre China
y Occidente que cualquier avalancha de banalidades ministeriales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En junio de 2011, Zhang y sus compañeros de clase fueron
arrancados de sus hogares familiares y enviados a una fábrica que produce
aparatos electrónicos. Los alumnos estuvieron trabajando durante seis meses en
una gigantesca planta de Foxconn en la ciudad de Shenzhen, situada en el sur del
país, a 20 horas en tren desde su casa en el centro de China. No le dieron
opción a opinar sobre el asunto, explicó a los investigadores. "A menos que
pudiéramos presentar un certificado médico del hospital municipal que acreditara
que estamos gravemente enfermos, teníamos que partir inmediatamente."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como estudiante de primer curso en una escuela secundaria
de formación profesional, legalmente no podían enviar a Zhang (no es su apellido
verdadero) a ninguna clase de prácticas. Además, de acuerdo con la legislación
china, las prácticas han de estar directamente relacionadas con los estudios del
alumno. Zhang estudia bellas artes y es un admirador de la obra de los pintores
realistas rusos, y ha tenido que pasar medio año fabricando iPhones y otros
aparatos electrónicos de consumo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hijo único de una familia campesina, lo primero que le
ocurrió a Zhang al llegar a la megafactoría fue la separación de sus compañeros
de clase, que estaban igual de perplejos que él. Los obligaron a alojarse en
diferentes dormitorios de la fábrica, entre adultos desconocidos. Les dieron
uniformes idénticos a los de los trabajadores de plantilla y les impartieron una
formación rudimentaria. Y luego estaba el trabajo: Zhang llevaba a cabo una o
dos pequeñas operaciones, una y otra vez, estando de pie durante horas en una
larguísima cadena que fabricada productos de Apple. "Es cansado y aburrido",
contó a los investigadores fuera de la fábrica. "Me gustaría mucho irme, pero no
puedo."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por increíble que parezca, la historia de Zhang no es
única. Foxconn, principal proveedor de Apple y fabricante para muchas otras
empresas de electrónica de consumo, es una de las más grandes compañías de China
y una de la que más recurre a la mano de obra estudiantil. En octubre de 2010,
la empresa calculó que, en aquel entonces, hasta el 15 % (es decir, 150.000) de
su personal de un millón de trabajadores eran estudiantes. Al parecer, más de
28.000 estaban destinados a trabajar exclusivamente para Apple. El año pasado,
desde círculos académicos se informó de que el 70 % del personal de una fábrica
de cajas de cambios para Honda procedía de escuelas secundarias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este tipo explotación tampoco es el único en la historia
reciente: justo la semana pasada, Foxconn admitió que había violado la legalidad
obligando a escolares a hacer horas extraordinarias y trabajar en el turno de
noche. Se dice que más de una millar de ellos han estado fabricando las consolas
de juego Playstation 4 que están a punto de salir al mercado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La entrevista con Zhang fue una más de un total de 63
realizadas con estudiantes en prácticas a lo largo de dos años para un libro de
próxima publicación de Jenny Chan, Pun Ngai y Mark Selden. Las historias de los
muchachos y muchachas son estremecedoras. Una joven de 16 años de edad sufre
trastornos menstruales durante las prácticas. Los dolores continúan durante
meses y ella piensa que los causan los turnos de noche y el estrés de la
fábrica: "No tenemos pausas cuando estamos por detrás de los objetivos de
producción". Como es fácil de comprender, la chica, desamparada, prefiere no
hablar de la cuestión con su superior inmediato, que es un hombre, y sus padres
están tan lejos que lo único que pueden hacer es darle consejos por
teléfono.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos relatos no son una simple serie de lamentables
casos singulares. Zhang y sus compañeros de clase, y cientos de miles de jóvenes
alumnos como ellos se hallan en el corazón de las poderosas relaciones
económicas que operan actualmente. Forman parte de una relación comercial en la
que los muchachos chinos se ven forzados a formar parte de una maquinaria
productiva con la connivencia de las grandes empresas y los gobiernos locales,
para producir cosas relucientes que venderán multinacionales multimillonarias a
consumidores occidentales. ¿Qué quiero decir cuando hablo de connivencia
gubernamental? El verano, antes de que Zhang fuera enviado a una planta de
Foxconn, un municipio de su provincia natal, Henan, ordenó a todas sus escuelas
de formación profesional que enviaran a sus alumnos a una fábrica de Foxconn en
la misma ciudad de Shenzhen. Quienes estuvieran destinados a otros lugares
debían suspender la estancia de inmediato y acudir a toda prisa al sur.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Chan y sus colegas creen que esto se hizo para poder
contar después con una mano de obra instruida para la inminente apertura de una
planta en Henan para la fabricación del iPhone. Lejos de mantenerse en secreto,
la orden se publicó en la prensa y el gobernador de la provincia supervisó su
cumplimiento. Se fijaron objetivos de reclutamiento oficiales y se ofreció al
gobierno local un subsidio de 1,8 millones de euros para que Foxconn obtuviera
los trabajadores que necesitaba. Y los profesores acompañaban a sus clases,
pagados por Foxconn, para que se aseguraran que sus chavales trabajaban
duramente y no se escaqueaban.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En una fábrica, los estudiantes se quejaron de dolor de
estómago, de su sensación de ahogo, y preguntaron por la seguridad de su puesto
de trabajo. ¿Qué les contestó su maestro? Como explicó más tarde a los
investigadores, invocó la catástrofe nuclear de Fukushima: "Pensad por un
momento en al altruismo de los científicos y los equipos médicos [en Fukushima]
cuando Japón anunció la trágica fuga radiactiva. Ningún japonés abandonó su
labor de rescate. Del mismo modo, cada uno de nosotros ha de asumir su
responsabilidad por el bien de la humanidad." Con este sistema, los consumidores
occidentales pueden comprarse año tras año nuevos y estupendos artículos. Apple
dirá que las condiciones inhumanas imperantes en las fábricas de su proveedor
chino ya son cosa del pasado, aunque admite que algunas de las prácticas todavía
"se gestionan mal". Hay que ser ciegos para creerlo. Un informe de auditoría de
Apple de mayo de 2013 "no detectó ningún alumno en prácticas contratado en
Chengdu [una ciudad del medio oeste de China] desde septiembre de 1911". Sin
embargo, un responsable de personal de Foxconn contó a Chan en septiembre de
2011 que en la fábrica de Chengdu estaban realizando prácticas más de 7.000
estudiantes, que representaban más del 10 % de todo el personal.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Nota</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>1/ George Osborne es el
actual ministro de Hacienda del Reino Unido; Boris Johnson es el alcalde de
Londres. Ambos son del Partido Conservador.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>