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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>21 de octubre 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: germain5@chasque.net<A
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href="mailto:germain5@chasque.net"></A></FONT></STRONG><A
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title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Capitalismo<BR><BR>Premio Nobel de
Economía: Teatro, puro teatro<BR><BR></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>José Gabriel Palma *<BR>Centro de Investigación
Periodística (CIPER) <BR><A
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href="http://ciperchile.cl/">http://ciperchile.cl/</A></STRONG><A
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title="http://ciperchile.cl/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT><FONT size=2><FONT face=Arial><BR>La semana pasada
se les otorgó el Premio Nobel a tres economistas estadounidenses que trabajan
sobre mercados financieros: Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller. Si
bien esta noticia tuvo impacto en la profesión y círculos políticos, pasó casi
inadvertida para el resto de la población. Qué diferencia -se acordarán los
mayores de 50 años- con cómo se tiró la casa por la ventana durante la dictadura
para celebrar el Nobel de Milton Friedman en 1976. Esto, a pesar de que esta vez
uno de los galardonados, Eugene Fama, padre de la desregulación financiera
global, es mellizo ideológico de Friedman e inspiración fundamental de los
neo-liberales de todo tipo.</FONT></FONT></DIV><FONT size=2><FONT face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Este premio, junto con exponer muchos de los aspectos más
negativos de mi profesión, trae a la mente varias interrogantes. ¿Tiene sentido
dar premios de este tipo en una disciplina donde las ideas tienen un claro
origen ideológico y donde las metodologías y los datos son particularmente
frágiles? ¿Tiene sentido honrar justo en la mitad de la peor crisis financiera
en casi un siglo a alguien que se pasó medio siglo diciendo que jamás podría
haber una crisis financiera de este tipo? ¿Y qué es de los millones que están
sufriendo las consecuencias de esta crisis, producto en gran parte de la
aplicación de las políticas de desregulación financiera propuestas por Fama? Es
necesario preguntarse también cuál es el status "científico" de las propuestas
de políticas que hacemos los economistas. Por ejemplo, cuando la mayoría en mi
profesión se opone a que la educación universitaria sea gratuita, ¿están
expresando sólo una opinión?</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Nobel de Economía: un "truco de
mercado"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>1.- ¿Existe realmente un "Premio Nobel de Economía"? La
sorprendente respuesta es que no existe ni nunca ha existido. Este Nobel es sólo
una ficción inventada por una profesión en busca de credibilidad. A Alfred Nobel
nunca se le pasó por la mente crearlo; por el contrario, como muchos científicos
de esa época, él tenía una opinión muy baja de esta disciplina. Jamás se le
hubiese ocurrido colocar a la Economía a la par de ciencias como la Física, la
Química o la Medicina, para las cuales sí creó un premio. Sin embargo, un grupo
influyente de economistas, sin importarles para nada la opinión ni deseos de
Nobel ni los de su familia, idearon un truco de relaciones públicas para dar la
impresión de que la Economía, como ciencia, estaba a la par con aquellas.
Después de todo, una cosa que le sobra a mi profesión es poder y recursos para
lograr lo que se le de la gana. Y así inventaron este premio, o, para ser más
preciso, así compraron un acceso lateral a estos premios.<BR><BR>En 1969, casi
75 años después de que Alfred Nobel creara el galardón original, este grupo de
economistas decidió inventar el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas
"en memoria de Alfred Nobel", usando los enormes recursos del Banco Central de
Suecia. La ironía de llamarlo así es que era "en memoria" de alguien que
explícitamente no creía para nada que la Economía fuese ciencia. Cada vez que se
entrega el premio, el pobre Nobel se debe estar revolcando en su tumba. Es como
si el Instituto Libertad y Desarrollo creara un premio para honrar a quienes
contribuyeron a la implementación de las reformas económicas neo-liberales, y lo
llamara "en memoria de Pablo Neruda". En fin, cualquier institución del mundo
puede crear un premio en memoria de quien quiera, por absurdo que sea, pues
nombres no son marca registrada en ese sentido.en el mundo. ¡Tanta igualdad sólo
puede ser fruto de distorsiones del mercado! (Para un mapa de la distribución
del ingreso en el mundo, donde se les olvidó colocar a Suecia; ver
también). </DIV>
<DIV align=justify>
<DIV align=justify><BR>Pero eso no era suficiente para una profesión con
complejo de inferioridad respecto de las ciencias duras: al premio había que
darle credibilidad científica. Un Banco Central dando un premio a uno de los
suyos iba a pasar bastante ignorado, salvo en la cuenta corriente del premiado.
Para ello usó inteligentemente una oportunidad fortuita: las celebraciones de
los 300 años del Banco Central sueco, el banco central más antiguo del mundo.
Así, mis colegas usaron ese evento para convencer a la institución a cargo de
los premios Nobel -que como cualquiera otra siempre está ansiosa de nuevos
aportes financieros- de permitir la entrega de este premio en la misma ceremonia
de los Nobel de verdad. Eso fue todo lo que consiguió. Sólo un asunto de
ceremonias. Pero de ahí en adelante poco importó que el origen del premio fuese
tan distinto, que el nombre del premio fuese tan diferente, que hasta las
medallas que se entregaban fuesen tan disímiles, y para que decir los orígenes
de las platas: los de verdad, los fondos que dejó Alfred Nobel versus los del
impostor, las bóvedas del Banco Central. Lo único relevante eran las
apariencias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalmente, el grupo de economistas a cargo de la
operación, ya envueltos en una larga pelea por una mayor independencia del banco
-esto es, para que sus acciones estuviesen cada día más al margen del proceso
democrático-, tenían que asegurarse de que el premio fuese otorgado a gente que
los apoyara en sus peleas ideológicas contra los keynesianos social-demócratas
que habían inventado el "modelo sueco", transformado a ese país, entre otras
cosas, en uno de los de mejor distribución del ingreso <BR><BR>Por tanto, el
Banco Central sueco impuso a Assar Lindbeck, un economista neo-liberal con
fuertes conexiones con la Universidad de Chicago para estar a cargo del premio:
alguien sin ningún brillo académico pero con un compás ideológico muy claro. Y
no sólo forzó su nombramiento, sino que lo mantuvo en el cargo por tres décadas,
durante las cuales pasó a ser el economista más halagado y agasajado del mundo:
el más wined and dined, como se dice en las tierras donde vivo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¡Qué golpe maestro! Cómo revela el poder de mi profesión
y sus aspectos más negativos. Hasta al Banco de la Reserva Federal de Miniápolis
le dio suficiente vergüenza como para llamarlo un brillante truco de mercado
("marketing ploy"; ver).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para Peter Nobel, sobrino de Alfred, esto era más serio:
"El Premio de Economía no es mas que un paracaidista que pretende ser un Premio
Nobel. Es un golpe de relaciones públicas de los economistas para mejorar su
reputación. . [Este premio] es otorgado a menudo a meros especuladores
financieros." (ver).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El Nobel para la especulación</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La historia de Myron Scholes y Robert Merton, quienes
recibieron el Premio Nobel por diseñar un método para determinar el valor de las
derivativas, la cual aplicaban en un hedge fund (el LTCM, un fondo de
inversión), viene a la memoria. Según sus autores, la ecuación Black-Scholes,
una forma de valuar opciones, como los calls y puts, supuestamente solucionaba
el eterno problema del manejo del riesgo. La caída estrepitosa del LTCM al año
siguiente reveló lo absurdo de sus ideas -y la del Nobel-. ¡Ambos eran cuentos
de economista! Cuando el LTCM se vino abajo estrepitosamente tenia un capital
propio de menos de US$ 5 mil millones, un portafolio de US$ 200 mil millones y
derivadas con un valor hipotético de US$1.3 millones de millones: ¡eso es lo que
llama leverage! Como dijo Warren Buffett: "si uno combina ignorancia con
leverage, el resultado puede ser muy interesante". Thomas Jefferson fue uno de
los primeros en dar en el clavo: "los mercados financieros son más peligrosos
para nuestras libertades individuales que los ejércitos armados". ¡Para qué
decir los desregulados!</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con todo esto, no es de extrañar la furia de Peter Nobel
al ver cómo el notorio premio en Economía devaluaba el nombre de su tío, el de
los premios de verdad, y el de toda su familia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La forma poco transparente e increíblemente generosa en
la que el Banco de la Reserva de Nueva York llegó al rescate, a pesar de que el
LTCM no estaba bajo su supervisión -otro ejemplo de crony-capitalism-, tampoco
contribuyó al buen nombre del Nobel. Solo mostró que a los economistas nos gusta
actuar como un gremio medieval, cuya única función es ayudarnos mutuamente en
momentos de apremio. ¡Socialismo para nosotros, capitalismo para los
demás!</DIV>
<DIV align=justify><BR>Peter Nobel no es el único miembro de la familia que cree
que el galardón a los economistas es un impostor. En 2001, con ocasión del 100
aniversario del Premio Nobel, cuatro miembros de esa familia publicaron una
carta argumentando que el premio de Economía degradaba y deshonraba a los Nobel
de verdad. La comunidad científica sueca dijo en 2004 lo mismo: tres miembros
del comité que otorga el premio publicaron una carta calificando de
"fraudulentas" las credenciales científicas del galardón del Banco Central: "El
premio de Economía merma el valor de los Nobel. Si estos últimos quieren
continuar con su reputación, deben disociarse del de Economía", decía dicha
carta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto no significa, por supuesto, que muchos de aquellos
que han ganado el premio de Economía no estén entre lo mas erudito de mi
profesión. Lo que significa es que, en lugar de conformarse con crear un premio
de verdad, la oligarquía de la profesión prefirió uno que fuese un impostor, y
uno que además asegurase que los disidentes quedasen al margen. Tampoco es de
extrañar que ninguna economista mujer haya ganado el Nobel (sólo una politóloga,
mujeres en ciencias sociales, como en literatura, está bien, ¿pero en
Economía?). Por ejemplo, ¿cómo es posible que mis dos colegas en Cambridge, Joan
Robinson -la economista mujer más grande de la historia- y Nicholas Kaldor,
nunca lo recibieran? Eso es algo absolutamente aberrante. Y para que decir
Michal Kalecki, el economista polaco que adelantó las ideas fundamentales de
Keynes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero, después de todo, somos economistas; si se quiere
tener un Nobel, por qué no hacemos lo de siempre: supongamos que existe uno. Y
después discriminamos (en ideología, género, etc.), e ignoremos totalmente (con
cualquier excusa absurda) a aquellos que hacen economía en forma exitosa, como
en Asia.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>Premio de
Economía 2013: a Ptolomeo y Copérnico simultáneamente</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>2.- El segundo fenómeno que revela el último Nobel, es
que la Economía debe ser la única disciplina que se cree ciencia, y que al mismo
tiempo puede dar un premio a dos personas que dicen exactamente lo opuesto:
Eugene Fama y Robert Shiller. Para el primero, los mercados financieros son tan
increíblemente eficientes que los precios de los activos financieros siempre
reflejan los fundamentos y, por tanto, nadie puede ganar más plata que el resto
especulando con ellos en forma sistemática. Esto significa que estrategias de
especulación activas no deberían dar mayores retornos que un simple
index-tracking. En su versión más extrema, que aún informa de la poca regulación
financiera que hay en Chile, esta teoría dice que los precios de los activos
financieros absorben toda la información en forma tan instantánea y eficaz, que
ni siquiera los que tienen acceso a información privilegiada deberían lograr
ventajas respecto del resto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para Shiller, en cambio, la dinámica de los mercados
financieros está inevitablemente manejada por la psicología humana, la cual
puede crear fácilmente, y en forma sostenida, precios errados (mis-pricing),
como en el caso de las burbujas financieras recientes. Y lo puede hacer por
periodos muy largos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es como haberles dado un premio de astronomía a Claudio
Ptolomeo y Nicolás Copérnico simultáneamente. Al primero, por demostrar que la
Tierra es un planeta inmóvil en centro del universo, con el Sol y la Luna
girando a su alrededor. El otro por demostrar lo contrario: que no existe un
cosmos cerrado y jerarquizado, producto de la imaginación de un hombre con un
terrible complejo de ombligo, sino un universo homogéneo e indeterminado y, a la
postre, infinito.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo realmente crucial de entender, es que de haber un
premio de verdad para la Economía, por la naturaleza de nuestra disciplina, la
contradicción de otorgárselo a dos personas con ideas tan opuestas, debería ser
la norma, no la excepción. La naturaleza de nuestra disciplina, sus métodos y
evidencia empírica son tales y el rol fundamental de la ideología es tal, que
estos premios deberían darse no tanto por lo que se dice, sino por la
rigurosidad con la que se dice lo que se dice; esto es, otorgarlos por la pureza
de la lógica, la potencia de los datos y, cuando es necesario, por la seriedad
del algebra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso es todo lo que le podemos pedir a nuestra ciencia
económica. Nuestros Ptolomeos y Copérnicos actuales (guardando las distancias en
cuanto a genialidad) están en realidad igual de distantes unos de los otros como
lo estaban aquellos cuando argumentan, por ejemplo, sobre las posibles bondades
de una "independencia" del Banco Central, de los orígenes de la inflación, de
las fuentes del crecimiento, de la "flexibilización" deseada en el mercado
laboral, del financiamiento de la educación, o de los orígenes de nuestra
picante desigualdad -y de los mecanismos más eficaces para mejorarla-. Pretender
lo contrario, acallando a la disidencia, es puro cuento. O como nos dice aquella
gran canción: "Teatro. Lo tuyo es puro teatro. Falsedad bien ensayada. Estudiado
simulacro".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero una disciplina que tiene la ilusión de ser "ciencia
dura" -e incapaz de aceptar el desconsuelo de ser Ciencia Social- no puede
reconocer eso. Al igual que un nuevo rico que pretende ser plata antigua, tiene
que hacer teatro, puro teatro. Parte fundamental de esa farsa es reprimir la
controversia y disfrazar la ideología como "conocimiento". Esto es, disfrazar la
"verdad revelada" como verdad adquirida a través de un riguroso examen de la
realidad.<BR><BR>Para aquellos que opinan diferente sólo cabe hacer lo que hizo
el Vaticano con Copérnico: ¡condenarlo por hereje! Por lo menos ni a él, ni
después a Galileo, le pasó lo que le ocurrió al astrónomo Giordano Bruno, quien
aprovechó las tesis heliocéntricas para expresar su idea de que el Universo era
infinito, y de que en él podían existir infinidad de mundos similares a la
Tierra. Bruno fue condenado a la hoguera por la Inquisición en el año 1600.
Galileo, quien con su telescopio e increíble genialidad llevó al abandono
definitivo del sistema ptolemaico, sólo fue advertido por la Inquisición en
1616, y en 1633 se le prohibió divulgar sus ideas, las que fueron consideradas
heréticas. También se le prohibió enseñar y se le recluyó en arresto
domiciliario. ¿Suena conocido?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo más importante, y lo cual no hay nunca que olvidar, es
que el modelo ptolemaico no sólo se ajustaba a la perfección a la ideología y
las religiones de la época, sino también a la validez de los datos que existían
en su época, y al contexto científico de casi dos milenios. Entender eso, sin
duda, nos puede ayudar a desmitificar las ciencias, para que decir las Ciencias
Sociales, en especial, las que tienen vergüenza de serlo.<BR>Fama: el padre de
la desregulación financiera</DIV>
<DIV align=justify><BR>3.- El tercer fenómeno, sub-producto de lo anterior, es
la interrogante: ¿cómo alguien como Eugene Fama puede llevarse este premio, por
muy virtual y sesgado que sea? Ya decíamos, de existir alguna vez un premio de
Economía que sea en serio, no debería extrañar que sea otorgado simultáneamente
a los nuevos Ptolomeos y Copérnicos de la profesión. Sin embargo, como muchos
periodistas han informado, lo que sucedió esta semana no fue un reconocimiento a
esta realidad, tan obvia, sino fue sólo un subterfugio para darle el premio a
Eugene Fama, padre de la desregulación de los mercados financieros
internacionales, ¡y de tantas fortunas hechas con ellos! Desregulación que, más
que ningún otro factor, nos llevó al desastre de la actual crisis financiera
global (ver), donde al menos otras 200 millones de personas cayeron bajo en
nivel de pobreza, 50 millones perdieron su trabajo y donde los países de la
periferia europea se cayeron a pedazos (en especial, porque sus oligarquías,
gracias a la desregulación financiera avocada por Fama, pudieron sacar toda su
plata hacia Alemania).<BR> <BR>Como les gusta a los economistas
neo-liberales, mientras suena la música, unos son los que bailan; cuando se
acaba, otros son los que tiene que limpiar la mugre. ¿Se acuerdan el '82, cuando
el rescate del sistema bancario le costó a todos los chilenos un monto
equivalente a más de la mitad del PIB? Hasta hoy día seguimos pagando impuestos
para financiar eso. Pero según Eugene Fama, a la lista de las victimas de esta
crisis hay que agregar los infortunados mercados financieros (ver). ¿Cómo es que
a nadie se le ha ocurrido organizar una Teletón para ayudarlos?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este subterfugio de juntar a Fama con Shiller, y agregar
un gran econometrista que no crea polémica, permitió darle el premio a Fama y
evitar que se creara una controversia tal, que pusiera aún más en discusión el
futuro del premio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero dejando de lado este subterfugio, ¿se merecería Fama
el premio en un escenario donde se reconoce la diversidad de pensamientos en
economía? Difícil pregunta. Yo lo dudo. Ya decíamos, de acuerdo a su teoría, los
precios de los activos financieros en todo momento reflejan a la perfección
"toda la información disponible". Esto es, jamás podría haber una brecha
endógena en estos precios y fundamentos, para que decir una burbuja financiera.
Es decir, los precios de los activos financieros se merecen un pedestal, y las
"opciones" sobre acciones para sus ejecutivos son la recompensa más racional
para el buen rendimiento de una empresa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El punto clave aquí es que si por cualquier razón los
mercados financieros se desalinean, siempre se van a "auto-corregir" y de forma
casi instantánea. En el casino financiero, los jugadores inteligentes
simplemente van a forzar a los precios de los activos financieros a ser
"racionales", haciendo exactamente lo contrario de lo que hacen en la vida real:
tomar el otro lado de la acción cuando los precios empiezan a desarrollar alguna
tendencia -pues, por definición, según Fama, ésta no puede tener sustancia-. En
otras palabras, para la teología de los mercados financieros eficientes, un
"surfista racional" no es el que se divierte cabalgando sobre las olas, sino el
que se ahoga tratando de crear resacas. Hasta las ideas ptolomeicas hacen
sentido al lado de eso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y, como decíamos, cuando le preguntaron a Fama en la
citada entrevista sobre la actual crisis financiera global y el rol de las
desregulación financiera, para él los 10 millones de millones de dólares en
créditos hipotecarios que se otorgaron en Estados Unidos desde la desregulación
financiera hasta la crisis, fueron perfectamente racionales. Lo que sucedió,
según él, fue que la recesión económica complicó su servicio. Cuando el
periodista le recuerda que la crisis hipotecaria vino primero y la recesión
después, su respuesta fue: "No lo creo. No pudo haber sido así" (I don't think
so. How could it?). ¡Para el mármol! Sí Eugene, ¡así fue! Dando vueltas el
dicho, parece que si Fama no quiere ir a la montaña, la hace venir hacia
él.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En cuanto al resto del mercado financiero, si Goldman
Sachs creaba productos financieros diseñados a propósito para fracasar, para
luego vendérselos a sus clientes como si fuesen una mina de oro, y después hacer
una apuesta (un credit default swap) de que esos mismos productos iban a fallar,
eso era totalmente racional y eficiente (y ético). Lo que ellos hacían era como
si yo vendiese un auto a sabiendas de que los frenos están malos, sin decirle
nada al comprador, y luego hiciera una apuesta (un swap) a que el nuevo dueño va
a tener un accidente en los próximos seis meses. Y si se descubre el fraude, me
desligo del problema disculpándome de que fui la victima y no su causante.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, ningún ejecutivo del Goldman Sachs terminó
en la cárcel por este obsceno fraude, ni tuvo que devolver los enormes "bonos"
recibidos por todo lo que ganaron con tal brillante idea. Como dijo una famosa
especuladora, eso sólo le pasa a la "little people". Igual de racional y
eficiente es el hecho de que se hayan ofrecido en Estados Unidos -y sólo en
2006- un millón y medio de tarjetas de crédito a personas clasificadas como
"sub-prime" (personas con malos antecedentes financieros); o que se haya vendido
casi medio billón de dólares (US$500 mil millones) de hipotecas basura -muchas
de las cuales se vendían a personas sin ingreso, sin trabajo y sin activos (las
famosas hipotecas 'NINJA' dadas a personas con no income, job, or
assets)-.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según Fama, jugando un rol que hace recordar al de un
mandarín de la corte financiera, todo eso es de lo más racional del mundo:
lógico y eficiente. (Para la estrecha relación entre mis colegas
'des-reguladores' y los mercados financieros, ver la película Inside Job). Según
otros, esto es el resultado inevitable de la desregulación financiera en
mercados con exceso de liquidez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Creo que un premio de verdad debería poner al menos algún
límite al fundamentalismo de mercado y todas las visiones que son pura
ideología. Ahora, si lo que se quiere premiar es la 'teología matemática',
bueno, eso es otra cosa.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Einstein junto a Mickey Mouse</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>4.- Finalmente, todo esto transparenta mejor que nada lo
que realmente es la Economía como disciplina, y algunos de mis colegas como
voceros de grupos de interés. Siempre deberíamos tomar con mucha cautela lo que
nos predican los economistas, al igual que tener mucha aprehensión a las
tendencias imperialistas de la profesión en otras áreas de la vida social (en el
primer gabinete de Patricio Aylwin había siete economistas, cinco de los cuales
con doctorados en el extranjero). Si había problemas complejos en Salud,
Educación, Obras Públicas, Energía, Transporte, o lo que sea, ¡traigan a un
economista! Ojala con un doctorado en el extranjero, y si es posible, en un país
anglo-sajón. No sabrán la diferencia entre una aspirina y un paracetamol, pero
sin duda sabrán cómo solucionar el problema de la Salud en Chile.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si yo me creyese este cuento -y la tentación existe-
seria tan fácil autoconvencerme de que tengo la respuesta científicamente cierta
a un sinnúmero de problemas. No es que no tenga opiniones bien informadas sobre
muchos de ellos, opiniones bien pensadas y definidas en innumerables horas
quemándome las pestañas. El cuento es creer que esas opiniones informadas tiene
el mismo status científico que el descubrimiento reciente de por qué la
partícula Higgs (o Higgs boson) es capaz de explicar la razón de que algunas
partículas fundamentales tengan masa, cuando las simetrías que controlan sus
interacciones requieren que ellas no las tengan, lo que llevó a dos físicos a
ganarse un Premio Nobel este año (uno de esos de verdad). Imagínense lo que debe
haber sentido Higgs al compartir plataforma con Fama. Alguien insolente podría
decir la exageración: Einstein junto a Mickey Mouse. Alguien más sensato podría
pensar: "un gran científico teórico junto a un ideólogo influyente, serio,
sistemático y trabajador".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo más importante de todo es entender que cuando los
economistas proponemos 'soluciones', salvo cuando es hacer lo mismo, pero mejor
(por ejemplo, las convincentes propuestas de Eduardo Engel sobre como mejorar la
asignación de recursos en Obras Públicas dentro del actual sistema de
concesiones), lo hacemos parados en un tejado de vidrio llamado ideología. Por
eso, para entender las enormes ineficiencias y sesgos del modelo en Chile,
estudiar a Gramsci es tan importante como a Keynes -y quizás también a algún
dramaturgo importante para poder entender la complejidad del componente circo en
la ecuación "deuda, pan y circo"-.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Un amigo aquí en la universidad, gran físico teórico, con
quien nos hicimos amigos por razones accidentales, se pasó su vida (desde su
tesis de doctorado) desarrollando una teoría del espacio. Bastó que la NASA
mandara un nuevo telescopio al espacio, para que en sus primeras mediciones
mostrara que su teoría no funcionaba. En Economía somos diferentes: si la
monumental crisis financiera global actual muestra que las hipótesis de Eugene
Fama están totalmente erradas, no importa: el mundo es el que está equivocado,
no es la hipótesis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fama estudio en los '60 y '70 el comportamiento de los
mercados financieros y concluyó que eran perfectamente eficientes (ya una
exageración), sin tomar en cuenta el rol en ello de la inteligente regulación
financiera de la época (diseñada por Franklin Delano Roosevelt y John Maynard
Keynes, la cual permitió por primera vez pasar medio siglo sin crisis
financiera). Si funcionaban en forma eficiente, ¿para qué necesitamos
regulación?, se preguntaba el economista de Chicago. Bueno, ¡ahora lo sabemos!
Por eso, darle el premio a principios de los '80, dada la naturaleza del premio
y de mi profesión, hasta se podría entender (a regañadientes). Dárselo ahora, es
una aberración y un insulto a los millones que están sufriendo las consecuencia
de sus ideas.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>O neo-liberal o
neo-idiota</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Aquí está el problema de
fondo con mi profesión. Y, para variar, hay que recurrir al psicoanálisis para
entenderlo. El punto central es la proposición que hacen algunos analistas de
una relación inversa entra "las expectativas de entender el mundo real" y "la
intolerancia con el disentimiento". Como nos decía el presidente del Banco
Central de Brasil, doctor en Harvard y socialista-renovado, la alternativa hoy
en día es ser neo-liberal o neo-idiota (neo-burro). Tan simple como eso. No hay
espacio para visiones alternativas. Ciencias con tejado de vidrio no pueden ser
tolerantes a la diversidad de opiniones. Es tan simple como eso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo fundamental es el absolutismo prevalente en mi
profesión. Lo primordial no es lo que se lee, es la forma en la que se lee. No
es lo que se piensa, es la forma de pensar. No es lo que se cree, es cómo se
cree. El absolutismo es la diferencia entre "yo creo que esto es así", a "esto
es así". Es la diferencia entre la búsqueda de la verdad y "La Verdad". Lo que
se cree se convierte en realidad, y lo que se cree saber se convierte en "un
hecho". La cuestión crucial aquí es que la pureza de la fe entra en conflicto
con la formidable complejidad del mundo real. El miedo está en el permitir
nuevas ideas o formas en el sistema de creencias tradicional: esto puede
destruir la creencia misma. Este temor lleva a lo que Freud llamó el instinto de
destrucción. No hay tal cosa como el derecho de las minorías o a la disidencia.
La adoración de una idea -por ejemplo, como nos dice Fama su absoluta
desconfianza por todo lo publico (ver la entrevista citada)- se torna tan
poderosa, sagrada e inviolable, que se llega a considerar como si tuviese
poderes sobrenaturales. Y los defensores de esa idea pueden actuar -a lo
Robespierre- tan agresivamente como quieran. El uso sacramental de la matemática
en la Economía tiene que ver con eso: una rígida devoción a una nueva
liturgia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde este punto de vista, el quehacer cotidiano de la
Economía dominante hoy en día recuerda los debates escolásticos en teología en
la Edad Media. No sólo los temas en los cuales se entretiene se asemejan a los
debates surrealistas medievales de cuántos ángeles caben en la cabeza de un
alfiler, sino también se asemejan en términos del uso del latín como única
lengua en la que se podía discutir de teología en los debates de la época. De
hecho, la Inquisición no sólo prohibió libros heréticos, sino que también
prohibió traducciones de la Biblia del latín a las lenguas de la gente común.
Así, el tratamiento de una cosa concreta -el latín, en un caso, las matemáticas
en el otro-, no es más que una forma de "fetichismo ontológico": como si el mero
hecho de hablar en esas lenguas dé a las ideas más significado de por si. La
misma idea, expresada en distintos lenguajes, parecería tener diferentes
significados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A estas alturas debería estar claro a donde voy con esta
larga columna: cuando en el próximo gobierno, más que seguro el de Michelle
Bachelet, sus economistas, todos con excelentes credenciales, les digan, por
ejemplo, qué es lo que se puede hacer, y qué es lo que no, en términos del
financiamiento de la Educación, el royalty minero o el mejoramiento de la
desigualdad, recuerden que eso no es más que una opinión. Una opinión muchas
veces muy bien informada, muchas veces pensada con la mayor honestidad y siempre
planteada con mucha convicción, pero al fin de cuentas sólo una opinión.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Estar bien informado(a),
ser honesto(a) y tener convicción (y conocer el lenguaje de la matemática)
ayuda, pero de ninguna manera resuelve los problemas inherentes a ser Ciencia
Social, dada la infinita complejidad de lo real-social y de la fragilidad
inexorable de nuestros métodos de análisis y evidencia empírica. Cuando les
digan lo contrario, acuérdense de que es sólo porque en Chile, desgraciadamente,
todavía está de moda esta nueva forma de populismo: el populismo economicista.
Teatro, puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* José Gabriel Palma, doctor en Economía de la Universidad de
Oxford; doctor en Ciencia Política de la Universidad de Sussex y senior lecturer
de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></FONT></DIV></BODY></HTML>