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<BODY background="" bgColor=#ffffff><FONT size=2 face=Arial>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>14 de noviembre de 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Cuba<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El programa de Raúl Castro y sus
contradicciones<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Samuel Farber *
<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>I.
Introducción<BR></STRONG><BR>Raúl Castro ha implementado un gran número de
cambios que han abarcado muchas facetas de la sociedad cubana. En el ámbito
político, dichos cambios comparten ciertas características: una liberalización
política (y cultural) significativa y muy bienvenida, pero sin democratización
alguna; y la flexibilización de reglas administrativas y concesiones a las
demandas populares, pero sin el reconocimiento de derechos ciudadanos
independientes de la discreción del gobierno.</FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>La nueva reforma migratoria que tomó efecto en enero del
2013, es un ejemplo de una liberalización significativa que ignora el derecho de
los ciudadanos de entrar y salir del país cuando lo consideren conveniente. Por
un lado, ya no se les confiscan los bienes a los emigrados y no es necesario el
permiso especial para salir del país. Bajo las nuevas reglas, basta con
presentar un pasaporte vigente y la visa del país de destino para viajar al
exterior. Pero por el otro lado, los ciudadanos cubanos no tienen derechoal
pasaporte. El artículo 23 del Decreto-Ley No. 302 del 16 de octubre del 2012 que
estableció la reforma migratoria, explícitamente menciona que el gobierno puede
negar el pasaporte a los ciudadanos que caigan en ciertas categorias, entre las
que está la de cubanos contra quienes esté pendiente alguna “medida de
seguridad”, la de cubanos para los cuales “razones de Defensa y Seguridad
Nacional así lo aconsejen”, y la de los solicitantes que carezcan “de la
autorización establecida, en virtud de las normas dirigidas a preservar las
fuerzas de trabajo calificada para el desarrollo económico y social y
científico-técnico del país, así como para la seguridad y protección de la
información oficial.” Al mismo tiempo, el artículo 24.1 prohibe la entrada al
país de varios tipos de personas, incluyendo a aquellas que hayan estado
involucradas en “organizar, estimular, realizar o participar en acciones
hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado
cubano” o “cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen”. O
sea que el gobierno cubano puede legalmente negar la entrada a la isla a
cualquier cubano residente en el exterior que esté opuesto al régimen. Si bien
la reforma extendió a 24 meses la permanencia legal en el exterior de los
ciudadanos cubanos que viajan por asuntos particulares,[1] los obliga a obtener
el permiso del gobierno cubano para legalizar dicha estancia. De otra manera,
serán considerados legalmente como “emigrados”, lo que implica, por ejemplo, la
pérdida de sus pensiones. Los cubanos que hayan obtenido permiso del gobierno
para residir en el exterior, solamente pueden quedarse en Cuba 180 días cuando
visiten la isla (90 días en el caso de aquellos legalmente considerados como
“emigrados” ). Por lo tanto, el nuevo reglamento, si bien liberaliza la
política migratoria, de nuevo penaliza con pérdida de derechos a los que viajan
al exterior, sean estos “emigrados” o no, e ignora por completo el principio
democrático de que el derecho de libre movimiento reside en la ciudadanía y no
en el Estado. Por otra parte, hay que reconocer que, hasta el momento, la ley se
ha aplicado más liberalmente de lo que muchos, incluyendo este autor,
esperábamos como por ejemplo, es el caso de los médicos que ahora tienen muchas
más posibilidades de viajar por cuenta propia. El gobierno también ha permitido
que disidentes conocidos como Eliecer Dávila, Berta Soler, la líder de las Damas
de Blanco, y especialmente Yoani Sánchez, a la cual se le había anteriormente
prohibido salir del país en un sinnúmero de ocasiones, pudieran obtener sus
respectivos pasaportes y viajar al exterior. Por otra parte, la disidente Gisela
Delgado Sablón denunció que se le habia negado el permiso de salir del país con
derecho a regresar porque su nombre aparecía en una “lista de personas que
pertenecen a grupúsculos contrarrevolucionarios.” [2]
<BR><BR>Si bien la liberalización debida a estos y otros cambios que incluyen un
mejor trato de los gays, ha sido significativa, no se puede decir lo mismo con
respecto a la democratización del sistema político. Continuando con una
tradición de más de cincuenta años, el gobierno de Raúl sigue pretendiendo que
la manipulación desde arriba puede hacerse pasar por democracia. Así lo
demostraron los preparativos y realización del VI Congreso del Partido Comunista
Cubano de abril 2011. En anticipación al congreso, Raúl Castro hizo un
llamamiento para una “discusión abierta” de tres meses, de diciembre 1, 2010 a
febrero 28, 2011 sobre los Lineamientos iniciales propuestos por el PCC. Estas
“discusiones” pretendieron ser democráticas, pero fueron organizadas de manera
tal que negaron y subvertieron la esencia de la democracia. La prensa oficial
tuvo el control exclusivo de qué y cómo reportar sobre lo que ocurría en las
discusiones en las oficinas, fábricas y centros comunitarios del país. Los
participantes en estas discusiones no tenían organización propia, ni podían
comunicarse y organizarse para apoyar sus demandas con los participantes en las
discusiones en otros lugares. Como resultado, los que participaban en una
discusión en un lugar determinado se enfrentaban como un grupo aislado a la
organización a nivel nacional de los gobernantes, el PCC. Es significativo que
del 15 al 30 de noviembre de 2010, el período inmediatamente anterior a la
“discusión abierta” el Partido organizó seminarios en todos los municipios para
preparar a los cuadros que iban a participar en las reuniones con los miembros
de base del partido, los trabajadores y comunidades.[3] Eso quiere decir
que el Partido tenía cuadros entrenados que iban a estar presentes en cada
discusión para “guiarla” y transmitir las “orientaciones” que venían de arriba.
Está claro que este proceso de discusión no fue un debate democrático, sino un
proceso comparable a los buzones de quejas y sugerencias de las empresas
capitalistas que los gerentes usan para apaciguar a sus empleados y, a veces,
para afinar la administración de la empresa.<BR><BR>Todo proceso auténtico de
reforma democrática necesariamente implica la apertura de los medios masivos de
comunicación. Por ejemplo, en el proceso de Glasnost de Gorbachov hubo órganos
de prensa muy críticos como Ogonyok y Argumenty I Fakty que circulaban
ampliamente entre la población y no estaban restringidos a grupos relativamente
pequeños. Pero en la Cuba actual, estos medios siguen controlados por el
Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista Cubano
encabezado por Rolando Alfonso Borges. Es un número muy limitado de cubanos los
que tienen acceso - a través del Internet, que tiene una penetración muy escasa
en la isla, y a través de publicaciones católicas de limitada circulación como
Espacio Laical - a puntos de vista que difieren significativamente de la línea
gubernamental. La inmensa mayoría de la población en la isla depende de la
prensa y televisión oficial para informarse de lo que sucede en Cuba y en el
resto del mundo. Aparte de la pequeña concesión que permite a los cubanos acceso
a Telesur,la estación patrocinada por el gobierno venezolano, no ha habido
cambios o reformas significativas que hayan ampliado los puntos de vista
transmitidos por los medios masivos de comunicación.<BR><BR><STRONG>II. Carácter
de los cambios y reformas económicas<BR></STRONG><BR>Al asumir el mando del
Estado cubano en el 2006, Raúl Castro se enfrentó con una situación económica
crítica[4] que requería medidas drásticas, lo cual ha llevado al gobierno a
dedicarse principalmente a tratar de revitalizar la economía. Pero ha cometido
errores e impuesto trabas que en la práctica han socavado y hasta negado muchos
de sus supuestos propósitos. Algunas de éstas, como no anticipar las medidas
necesarias para complementar las nuevas reformas en el empleo, podrían
atribuirse a la ineficiencia burocrática y son, por lo menos en principio,
remediables. Pero hay trabas que tienen un origen más profundo y estructural y
son fruto de contradicciones que provienen principalmente del temor de los jefes
políticos y burocráticos a perder su poder, control y privilegios como resultado
de una reorganización del orden existente.<BR><BR>Las reformas agrícolas,
esenciales para la economía cubana para poder alimentar a una población que
depende en gran parte de productos importados, son un ejemplo. Hasta noviembre
del 2012, el gobierno había distribuido 1,5 millones de hectáreas (58% del total
de tierras baldías del Estado), a 174.271 personas,[5] la gran mayoría de las
cuales no tenían experiencia alguna en la agricultura. De acuerdo al Decreto-Ley
300 de 2012, que reemplazó al Decreto-Ley 259 de 2008, se amplió la cantidad de
tierras entregadas a los usufructuarios privados a 67,10 hectáreas o 5
caballerías.[6] El gobierno también permitió, después de haberlas prohibido, las
“bienhechurías”, tales como la construcción y mejora de las viviendas
campesinas,[7] y se comprometió a compensar al campesino por éstas en caso que
no se renovara el contrato de usufructo. Pero el gobierno no estuvo igualmente
dispuesto a garantizar el derecho al usufructo más allá de diez años, aunque en
principio éste puede renovarse periódicamente al final del contrato por otro
período similar. En contraste con la política mucho más liberal adoptada en
China y Vietnam, la ley que limita la duración del usufructo de la tierra
obviamente desalienta el esfuerzo individual de los campesinos y campesinas y
sus familias y la inversión de capital. Además, aunque más de la mitad de las
tierras entregadas están cubiertas con marabú, un tipo de maleza común en Cuba,
el gobierno no provee créditos para ayudar a erradicarla.[8] El
usufructario también está obligado a vincularse a una de las varias
“cooperativas” agrarias oficiales y a vender al Estado la mayor parte de su
producción a precios establecidos por Acopio, la agencia estatal a cargo de
dicha tarea. Aunque en China y Vietnam, como en Cuba, la propiedad de la tierra
quedó en manos del Estado, los usufructuarios chinos y vietnamitas, a diferencia
de los cubanos, deciden qué plantar, a quién vender y a fijar el precio.[9]
<BR><BR>Dadas estas limitaciones y dadas las dificultades que los campesinos
privados enfrentan para conseguir las herramientas e insumos básicos para
limpiar, preparar y cultivar la tierra, así como para transportar y distribuír
el excedente de sus cosechas,[10] no es sorprendente que los resultados de la
reforma agraria hayan sido mediocres. Los vaivenes recientes de la producción
agrícola no cañera, que disminuyó 5% en 2010, aumentó 5% en 2011 y 1,7% en 2012,
y decreció 7,8% en el primer trimeste de 2013 (en comparación con el primer
trimestre de 2012), mientras que la ganadería decreció 4,3% en 2012 y aumentó
16,8% en el primer trimeste de 2013 (de nuevo en comparación con el primer
trimestre de 2012), dejan a la producción agrícola cubana muy por debajo de la
producción alcanzada en la inmensa mayoría de dichos productos en 1989.[11]
Mientras tanto, los precios de los productos agrícolas aumentaron 20 porciento
en el 2011, lo cual puede obedecer, en parte, al crecimiento de la demanda
interna más allá de la oferta[12] así como al hecho de que Cuba importa 70% de
los alimentos que consume, y está por lo tanto expuesta al aumento de precios en
el mercado agrícola internacional.<BR><BR><STRONG>III. ¿Por qué los
cambios y reformas no han podido emular el modelo sino-vietnamita?
<BR></STRONG> <BR>Desde ya hace un tiempo, el régimen de Raúl
Castro ha mostrado una inclinación al modelo sino-vietnamita, en el sentido de
crear un capitalismo de Estado que monopoliza el poder político a través del
Partido Comunista, y que controla los sectores estratégicos de la economía como
la banca, mientras comparte el control del resto de la economía con un sector
capitalista privado tanto doméstico como extranjero. En el plano ideológico y
político, Raúl Castro ha expresado su admiración por el modelo chino declarando,
a la manera altermundista, que el éxito de China demuestra que “otro mundo es
posible”.[13] Pero la implementación de dicho modelo se ha quedado a
medias.<BR><BR>Cómo se explica esta situación? El propio Raúl Castro ha
expresado en varias ocasiones su descontento con la lentitud de los cambios
impulsados por su gobierno, atribuyendo la falta de progreso a “la barrera
psicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación o doble moral,
la indiferencia e insensibilidad y que estamos obligados a rebasar con
constancia y firmeza.”[14] Si bien estas barreras psicológicas existen, es
necesario identificar las raíces socio-estructurales y clasistas que las
estimulan y reproducen. En ese sentido es, sobre todo, el sistema burocrático
que rige la economía cubana que sistemáticamente reproduce irracionalidades e
ineficiencias económicas,[15] y fomenta actitudes que socavan el sentido de
responsabilidad de grupos e individuos tanto entre los gerentes como entre los
trabajadores. No cabe duda de que, por ejemplo, la alta burocracia es
responsable de no haber anticipado la necesidad de medidas complementarias a la
legalización del trabajo por cuenta propia en las ciudades, como la creación de
un sistema de créditos y precios al por mayor. Aunque esto se trató de remediar
más tarde, lo que no parece tener remedio bajo las contradicciones del gobierno
de Raúl Castro son las limitaciones programáticas a las reformas, que
sistemáticamente limitan su éxito, tanto en el caso de la legalización del
cuentapropismo mismo como en el caso de la falta de seguridad e incentivos a los
usufructuarios de tierras distribuidas por el Estado. Asimismo, es el control
desde arriba del partido único, y la carencia de derechos ciudadanos, lo que
estimula y reproduce la “doble moral”, ya que la gente dice una cosa en privado
y otra en público para no meterse en problemas con las autoridades, lo que
pudiera seriamente afectar, como mínimo, sus posibilidades educacionales y de
trabajo. <BR><BR>El análisis estructural aquí propuesto sugiere que muchos
líderes del gobierno temen, con razón, que un cambio más decidido en la
dirección del modelo sino-vietnamita los haga perder su influencia sobre
sectores de la burocracia y hasta sus propios empleos. Por ejemplo, cualquier
cambio mayor en la administración de la agricultura cubana que pudiera poner en
peligro a la estructura burocrática de Acopio, la agencia encargada de colectar
los productos agrícolas producidos por los campesinos privados.<BR><BR>En este
contexto, hay que tener en cuenta la tensa relación con los Estados Unidos,
especialmente dado que, a diferencia del gobierno chino, que tenía relaciones
favorables con su diáspora capitalista,[16] el gobierno cubano todavía no se ha
vinculado con los capitalistas cubano-norteamericanos (aunque algunos de estos
últimos, tales como el grupo Cuba Study Group, dirigido por Carlos Saladrigas,
han mostrado su interés en invertir en la isla una vez que el gobierno provea
ciertas garantías legales para sus inversionistas.)<BR><BR>Es en este contexto
de atrincheramiento burocrático donde el modo de funcionar político de Raúl
Castro juega un papel crítico, reforzando o rompiendo ese estancamiento. Aunque
ha criticado a la burocracia en numerosas ocasiones, siempre lo ha hecho de
manera general y abstracta y jamás se ha atrevido a violar el consenso
burocrático para señalar individuos o sectores de la alta burocracia
específicamente responsables por decisiones erróneas o fallidas y así
“sacudir la mata” (expresión ampliamente usada en Cuba a principios de la
revolución, cuando el objeto era eliminar del poder a aquellos que eran
percibidos como opuestos a la radicalización del proceso y/o la influencia
comunista). Las críticas específicas se han limitado a funcionarios menores y
medianos a través de las columnas del periodista José Alejandro Rodríguez en
Juventud Rebelde y en la sección de quejasque aparece semanalmente en el Granma.
Aunque ese silencio ha sido una tendencia general en los sistemas de tipo
comunista, es especialmente notable en el caso cubano. En contraste, el líder
comunista soviético Yegor Ligachev retó públicamente a Gorbachev y lo mismo
sucedió en China, donde divisiones públicas entre los líderes llegaron al grado
extremo de las confrontaciones que ocurrieron durante la Revolución Cultural de
los sesentas, y donde más tarde varios líderes comunistas abierta y públicamente
resistieron a Deng y su proyecto económico.<BR><BR>Esa ansia de Raúl y del alto
liderazgo por mantener el consenso burocrático explica que Fidel Castro, el gran
micromanager de la economía cubana, no haya opinado absolutamente nada en sus
“Reflexiones” sobre los cambios económicos promovidos por su hermano. El
comportamiento de Fidel demuestra por lo menos un pacto implícito con Raúl,
conforme al cual limita sus opiniones a aquellos temas, como política extranjera
y el medio ambiente, donde no haya diferencias con su hermano. Hay que tener en
cuenta que desde muy temprano, Fidel Castro demostró una gran afinidad por el
monolitismo político,[17] que Raúl y otros asociados cercanos compartieron. Esa
inclinación castrista por el monolitismo fue probablemente reforzado por las
consecuencias negativas de las divisiones que ellos presenciaron entre los
líderes de países como Argelia y Grenada, con quienes tenían relaciones muy
estrechas.<BR><BR>Es posible que la mentalidad de Raúl Castro como un ejecutivo
empresarial que afirma la delegación de poderes, refuerce en él un afán de
consenso, especialmente con “su gente”: aquellos ministros y funcionarios que
sustituyeron a los que habían sido nombrados por Fidel. Hay que también tener en
cuenta que, como la gestión empresarial puede fracasar por muchas razones aparte
de la dedicación y eficiencia de los gerentes, el enfoque de Raúl en delegar el
poder y juzgar por resultados pudiera tener el efecto quizás no anticipado de
proveerle mucho más poder, autonomía y seguridad a los cuadros del aparato
burocrático que la que tenían bajo Fidel Castro. Estas características del
estilo de ejecutivo empresarial con el que Raúl gobierna puede impedir la
solución de muchos de los problemas antes mencionados y por lo tanto dificultar
el éxito de cambios estructurales y hacer de Raúl Castro un “reformador
truncado”, en contraste con líderes como Deng y Gorbachev que concretaron muchas
de sus decisiones, aunque en el caso de Gorbachev estas hayan fracasado. Raúl
Castro no es ni parece ser ni el equivalente cubano de Deng ni de
Gorbachev.<BR><BR>El estilo de ejecutivo empresarial de Raúl también corre el
riesgo de establecer en la isla lo que el historiador de la URSS Robert V.
Daniels llamó la “burocracia participativa” que caracterizó la URSS de Leonid
Brezhnev. Conforme a Daniels, la “burocracia participativa” significó que
expertos y funcionarios al nivel local adquirieron, junto con otros miembros de
la burocracia, un nivel significativo de seguridad e influencia, a costa del
alto liderazgo, o que por lo menos la vulnerabilidad era mutua.[18] Esta
“burocracia participativa” debe haber jugado un papel importante en convertir la
era de Brezhnev (1964-1982) en la “era del estancamiento”. <BR><BR><STRONG>IV.
¿Qué tipo de comunista es Raúl
Castro?<BR></STRONG>
<BR>Resulta paradójico que Raúl Castro se haya convertido en el “reformador” que
“ablanda” la línea dura de Fidel. En los primeros años de la revolución era al
revés: Raúl era el de la línea dura, y Fidel era el pragmático y hasta el
conciliador. ¿Cambió Raúl Castro su ideología política? En realidad, ni Raúl
cambió ni ha sido más o menos comunista que Fidel. Lo que pasa es que fue y
sigue siendo un tipo de comunista diferente del que Fidel Castro eventualmente
llegó a ser.<BR><BR>Es muy significativo el hecho de que Raúl, 5 años más joven
que Fidel, se unió inicialmente a la Juventud Socialista (JS), el grupo juvenil
del PSP (Partido Socialista Popular), los comunistas cubanos que seguían la
línea política de Moscú. A diferencia de los grupos de acción
político-gangsteril, y más tarde del Partido Ortodoxo – un partido demócrata
populista opuesto al Comunismo – a los que Fidel se unió, la JS y el PSP eran
organizaciones de cuadros disciplinados que cumplían fielmente las tareas
asignadas por una organización verticalista, nada democrática y con tendencias
marcadamente burocráticas, y nada caudillista. Aunque sectarios y dogmáticamente
estalinistas, los comunistas cubanos eran también pragmáticos y oportunistas. El
PSP/JS no compartía la tendencia a la violencia tan enraizada en el populismo
revolucionario, lo cual no excluyó que estuvieran dispuestos a sacrificarse
especialmente dadas las persecuciones de las que habían sido victimas desde el
comienzo de la Guerra Fría a finales de los cuarentas. <BR><BR>Si bien Raúl
Castro dejó atrás la disciplina organizacional de la JS/PSP, que era opuesta
hasta 1957-58 a la lucha armada contra Batista, aún cuando se unió, en
1953, a su hermano Fidel en el ataque al Moncada, y estuvo con él en la cárcel y
durante el exilio posterior en México, preservó sus ideas y orientaciones
políticas. Antes de que la expedición del Granma saliera de México con rumbo a
Cuba a fines de 1956, Raúl Castro preparó un testamento político no con su
hermano Fidel, sino con otro expedicionario, Antonio López Fernández (mejor
conocido como Ñico López, que murió más tarde cuando fue apresado y ejecutado
por el ejército Batistiano), cuya procedencia política era igual a la de Raúl.
Dicho testamento abogaba por “un gobierno de Liberación Nacional como realmente
lo interpreta el Partido de los obreros cubanos [una clara alusión al PSP y no
al Movimiento 26 de Julio] y en un mañana no muy lejano, por ideas más avanzadas
todavía en lo económico y social, en la forma gradual que requieran los procesos
de los pueblos.”[19] Ya en la Sierra, Raúl Castro demostró sus inclinaciones y
talentos organizativos, confirmando su “afinidad electiva” con el tipo de
organización y disciplina férrea del JS/PSP cuando en marzo de 1958, salió con
un grupo de rebeldes de la Sierra Maestra y estableció un nuevo frente de
guerrillas, el II Frente Oriental Frank País. En ese Frente, Raúl estableció una
organización más desarrollada y eficiente que la de Fidel Castro en la Sierra
Maestra, con la creación de varios departamentos como los de Guerra, Sanidad,
Justicia, Educación, Finanzas, Propaganda y Construcciones y Comunicaciones.
También creó la Escuela Política José Martí, el Buró Agrario y el Buró Obrero,
aunque estos tres últimos estuvieron subordinados a la Comandancia Central en la
Sierra Maestra.[20]<BR><BR>Continuando la orientación política que había
manifestado en su testamento político escrito en el exilio mexicano, Raúl Castro
se unió después de la victoria del 1° de enero de 1959 a Ernesto “Che” Guevara
(cuyo rompimiento con Moscú comenzó a finales de 1960) y otros líderes
revolucionarios afines al comunismo de tipo soviético, para encabezar, en 1959,
la tendencia a la que mucha gente llamó de “los melones” (“verde por fuera, roja
por dentro”) dentro del Movimiento 26 de Julio. Esta tendencia colaboró con el
PSP para combatir no sólo a la derecha conservadora opuesta a la revolución,
sino también a los liberales y a los revolucionarios anti-imperialistas
independientes - David Salvador, Marcelo Fernández, y Carlos Franqui entre otros
- que desde las filas revolucionarias se opusieron a un curso pro-comunista,
mientras que Fidel Castro se mantenía por encima de dichas polémicas en esa
época.[21] Es importante recordar que cuando Fidel Castro visitó a los Estados
Unidos en abril de 1959 y públicamente se distanció del comunismo, Raúl Castro
se alarmó y lo llamó por teléfono para decirle que se estaba diciendo en Cuba
que los yankis lo estaban seduciendo.[22] Conforme a documentos soviéticos
desclasificados, Raúl Castro, durante un breve tiempo, pensó en crear un cisma
en el Movimiento 26 de Julio para convencer a su hermano de que no podría
gobernar sin los comunistas.[23]<BR><BR>Como consecuencia de su política, Raúl
Castro siguió una línea más dura que la de otros líderes revolucionarios. De
hecho, cuando Fidel Castro nombró a Raúl como su sucesor, a finales de enero de
1959, parte de su propósito fue comunicar el mensaje político de que si lo
asesinaban, el líder que vendría después sería aún más duro y radical que él. En
las décadas que siguieron, numerosos ejemplos confirmaron la disposición de Raúl
a jugar el papel del “duro”, desde 1968, cuando presentó el largo informe
acusatorio contra la “microfacción” de viejos comunistas cubanos encabezados por
Aníbal Escalante[24] hasta 1996, cuando encabezó el ataque contra el Centro de
Estudios sobre América (CEA), un “think-tank” del Partido Comunista Cubano que
había agrupado a un número significativo de los académicos e intelectuales
cubanos más importantes, que estaban realizando una serie de estudios con un
espíritu crítico y creador.[25]<BR><BR>Mientras jugaba el rol del “duro”
represivo, Raúl Castro siguió aportando su talento organizativo y pragmático,
especialmente como Ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR). Después del colapso de la URSS, cuando la falta de
recursos materiales forzó al gobierno cubano a reducir a las fuerzas armadas de
un total de 297.000 personas en 1991 a solamente 55.000 en 2005,[26] el
ejército, bajo la dirección de Raúl, se dedicó a desarrollar sus actividades
económicas, a través de la corporación económica GAESA y sus gerentes y
técnicos, las que se convirtieron en las empresas más importantes en la isla.
Anteriormente, en 1987, a pesar de que Cuba pasaba por el “Período de
Rectificación” de corte guevarista, Raúl Castro comenzó a implantar su sistema
de “Perfeccionamiento Empresarial” dentro de las empresas del Ministerio de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias[27] que él presidia. Con esto introdujo
elementos de racionalidad económica, copiados del mundo capitalista, con
respecto a la organización, disciplina y eficiencia. <BR><BR><STRONG>V.
Conclusión<BR></STRONG><BR>El comunismo de Fidel Castro se caracterizó por un
componente muy fuerte de “voluntarismo caudillista”. El comunismo de Ernesto
“Che” Guevara fue aún más voluntarista que el de Fidel y también más ideológico,
y lejos de ser caudillista, fue casi impersonal. El comunismo de Raúl Castro
está muy influido por su formación temprana en el JS/PSP y su profunda “afinidad
electiva” con el funcionamiento de esa organización como un órgano altamente
disciplinado, nada democrático y frecuentemente represivo, y al mismo tiempo
poco voluntarista y eminentemente pragmático. Pero Raúl Castro también tiene
temor a la division, y su deseo de mantener el consenso burocrático, perpetúa el
atrincheramiento de la burocracia gubernamental, lo que obstaculiza la
reorganización del sistema hacia el modelo sino-vietnamita que tanto le “gusta”
a él.<BR><BR>Afortunadamente, el régimen de Raúl Castro ha extendido
significativamente la liberalización cultural y hasta cierto grado, la
liberalización política que ya había comenzado en los noventas bajo el impacto
del desastre económico provocado por el colapso de la URSS. Queda por delante,
ni más ni menos, la democratización económica y política de la sociedad
cubana.<BR><BR>¿Que está ocurriendo en ese sentido? Por un lado, la Iglesia
Católica, la única institución independiente de importancia, en su afán
hegemónico, está auspiciando a un grupo de personas con “procedencias
ideológicas disímiles” que proponen una larga serie de medidas democratizadoras
para la sociedad cubana, que aunque bienvenidas no especifican ni la agencia de
cambio, ni el sistema económico que debe reemplazar al sistema imperante en la
isla.[28] Por el otro lado, cuando la Iglesia habla a nombre propio, su vocero
laico proclama abiertamente que hubiera querido que Raúl Castro reformara al PCC
para “hacer transitar el país hacia un régimen bipartidista de oposición leal” y
facilitar, entre otras metas “la inexorable inserción de Cuba – desde lógicas
autóctonas – en las redes de producción de la economía mundial capitalista.”
Pero como, según este vocero, es demasiado tarde para que el liderazgo histórico
de la revolución lleve a cabo esta tarea, se dirige a las Fuerzas Armadas (a las
que caracteriza como la única otra institución aparte de la Iglesia Católica que
va a continuar “incólume” por “doscientos años más”) y tácitamente las invita a
entrar en un pacto político, indicando que “las Fuerzas Armadas, como la Iglesia
Católica, tienen la responsabilidad patriótica y moral de velar y facilitar el
mejor de los futuros posibles para Cuba.” Como de costumbre, ni este ni otros
voceros del catolicismo oficial cubano mencionan la movilización popular ni la
creación de nuevas instituciones democráticas de base como agente de cambio, y
reiteran, una vez más, sus perspectivas desde arriba.[29] <BR><BR>Una
buena parte de la naciente izquierda crítica democrática, aunque con mucho menos
peso político que la Iglesia, está proponiendo la autogestión obrera y campesina
como la vía hacia la democratización de la sociedad cubana. La decisión reciente
del gobierno de crear unas 230 cooperativas experimentales en varios sectores
como el transporte, la gastronomía, y la construcción, han creado algunas
expectativas entre estos partidarios de la autogestión. Es imposible predecir
cómo se desarrollarán esas nuevas cooperativas, aunque si nos guiamos por la
experiencia de las cooperativas agrícolas oficiales en Cuba, controladas desde
arriba por el Estado, no hay por qué esperar mucho de las nuevas por lo menos en
cuanto a la autogestión.[30]<BR><BR>Además, aún dentro de la nueva izquierda
crítica, las propuestas de autogestión tienden a subestimar, y hasta ignorar, la
necesidad de un planeamiento a nivel nacional y que será el PCC quien
monopolizará ese planeamiento a menos que se elimine su monopolio. La
experiencia yugoslava del siglo pasado demostró que una auténtica autogestión a
nivel local sólo puede funcionar cabalmente si hay planeamiento a nivel nacional
y si éste es democrático, en vez de originarse en los dictados del binomio
partido único/mercado. Después de todo, las decisiones con respecto a cuestiones
vitales como la tasa de acumulación y consumo, política salarial, impuestos y
prestaciones sociales afectan a toda la sociedad y economía y por lo tanto
limitan significativamente lo que se puede decidir en cada centro de trabajo.
Finalmente, hay que notar que la autogestión requiere una motivación e
involucramiento por parte de sus integrantes. Es precisamente un movimiento
demócratico, desde abajo, lo que puede generar en la gente la motivación para
controlar democráticamente tanto su centro de trabajo como todo el país.
<BR><BR>* Samuel. Farber es un reconocido militante socialista nacido en
Cuba, allí vivió muchos años. Colabora regularmente con medios alternativos y ha
publicado muchos artículos y libros sobre el proceso revolucionario cubano. Su
ultimo libro "es Cuba Since the Revolution of 1959. A Critical Assessment",
Chicago: Haymarket Books, 2011. <BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] “Actualiza Cuba su Política Migratoria,” Diario
Granma, 16 de octubre de 2012, Año 16, Número 286.
http://www.granma.co.cu/2912/10/16/nacional/artic11.html<BR>[2] Samuel Farber,
“Flexibilización Sí, Movimiento Libre de Ciudadanos No,” Havana Times, octubre
22, 2012, http://www.havanatimes.org, Haroldo Dilla Alfonso, Inmigración. Del
Anuncio a la implementación: ¿qué ha cambiado en la reforma migratoria? Cuba
Encuentro, 18 de febrero de 2013, http://www.cubaencuentro.com Redacción
CE, “Niegan la salida a Gisela Delgado”, Cubaencuentro, 8 de febrero de 2013,
http://www.cubaencuentro.com<BR>[3] “El Sexto será un congreso de toda la
militancia y de todo el pueblo”, Diario Granma 14, no. 314 (9 de noviembre de
2010), 4, www.granma.co.cu/2010/11/09/nacional/artic03.html<BR>[4] La crisis
económica que Raúl ha confrontado desde 2006 tiene varias dimensiones que
incluyen un nivel muy bajo de productividad, problemas muy serios creados por la
dualidad monetaria, la reducción dramática de la producción azucarera, la
ineficiencia y desorden en el transporte y distribución de la producción
agrícola, y la creciente desigualdad económica, especialmente entre blancos y
negros.<BR>[5] Carmelo Mesa-Lago, Cuba en la era de Raúl Castro. Reformas
económico-sociales y sus efectos, Madrid: Editorial Colibrí, 2012 y “Los Cambios
en la Propiedad en las Reformas Económicas Estructurales de Cuba,” Espacio
Laical, Suplemento Digital No. 223/febrero 2013, 5.
https://blu162.mail.live.com/default.aspx?id=64855<BR>[6] “Decreto-Ley 300 sobre
entrega de tierras entra en vigor,” Juventud Rebelde, 10 de diciembre de 2012.
http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2012-12-10/<BR>[7] Carmelo Mesa-Lago, “Los
Cambios en la Propiedad en las Reformas Económicas Estructurales de Cuba”,
3.<BR>[8] Ibid, 4.<BR>[9] Ibid., 6.<BR>[10] Ver la discusión de varios de estos
problemas de la agricultura cubana en mi libro Cuba Since The Revolution of
1959. A Critical Assessment, Chicago: Haymarket Books, 2011, 59-66.<BR>[11]
Carmelo Mesa-Lago, “Los Cambios en la Propiedad en las Reformas Económicas
Estructurales de Cuba,” 5-6, y ONE [Oficina Nacional de Estadística e
Información. República de Cuba] “Sector Agropecuario. Indicadores Seleccionados
Enero-Diciembre 2012, 3.
http://www.one.cu/mensualprincipalesindicadoresagropecuario.htm ONE, “Sector
Agropecuario. Indicadores Seleccionados Enero-Marzo 2013. 1-Comentarios.
http://www.one.cu/mensualprincipalesindicadoresagropecuario.htm<BR>[12]
Carmelo Mesa-Lago, “Los Cambios en la Propiedad en las Reformas Económicas
Estructurales de Cuba,” 6<BR>[13] “Raúl en Shanghai,” Granma, jueves 21 de abril
de 2005, 8.<BR>[14] Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro
Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros en el Séptimo Período
Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el 1ro de agosto de 2011, “Año 53 de la Revolución” Diario Granma,
Martes 2 de agosto de 2011, Año 15/Número 214.
http://www.granma.co.cu/2011/08/02/nacional/artic03.html<BR>[15] Para una
discusión más detallada de estos procesos, ver el capítulo 2 de mi libro Cuba
Since the Revolution of 1959. A Critical Assessment, especialmente las páginas
52-62.<BR>[16] Conforme al especialista Ezra Vogel, apróximadamente dos terceras
partes de la inversión directa extranjera en China entre los años 1979 y 1995,
provino de Hong Kong, o por lo menos a través de la “Puerta Sureña” entre Hong
Kong y la China continental. No cabe duda de que los chinos de ultramar jugaron
un papel muy importante en estas inversiones. Ezra Vogel, Deng Xiaoping and the
transformation of China, Cambridge, Ma. and London, Inglaterra: The Belknap
Press of Harvard University Press, 2011, 403.<BR>[17] Para una discusión mas
detallada de esta característica de Fidel Castro, ver mi libro The Origins of
the Cuban Revolution Reconsidered, Chapel Hill, N.C.: The University of North
Carolina Press, 2006, 66-67.<BR>[18] Robert V. Daniels, The Rise and Fall of
Communism in Russia, New Haven y Londres: Yale University Press, 2007,
301.<BR>[19] Heberto Acosta, “Hacia Tuxpan”, Granma, Jueves, 23 de noviembre de
2006, 5. Con respecto a la militancia de Ñico López en las filas del PSP, ver
Angelina Rojas Blaquier, “La Unidad Como Factor de Triunfo. El PSP entre 1952 y
1961. Una Visión desde la Historia,” Calibán, octubre-noviembre-diciembre, 2008,
3. http://www.revistacaliban.cu/articulo.php?article_id=34<BR>[20] Eduardo Pinto
Sánchez, “II Frente Oriental: 55 años de victorias,” Juventud Rebelde, 9 de
marzo de 2013, 2. http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2013-03-09//<BR>[21] Samuel
Farber, “The Cuban Communists in the Early Stages of the Cuban Revolution:
Revolutionaries or Reformists,” Latin American Research Review, Vol. XVIII, No.
1, 1983, especialmente pp. 71-73.<BR>[22] Rufo López Fresquet, My 14
Months with Castro, Nueva York: World, 1966, 111-112 y Edward González, “The
Cuban Revolution and the Soviet Union, 1959-1960” Ph.d. dissertation, University
of California en Los Angeles, 1966, 376-79.<BR>[23] Aleksandr Fursenko y Timothy
Naftali, “One Hell of a Gamble”: Khrushchev, Castro and Kennedy, 1958-1964,
Nueva York: Norton, 1997, 18, 359.<BR>[24] Informe Raúl Castro, “Porqué están
Presos Aníbal Escalante y Otros Ex-Dirigentes del P.C. Cubano”, La Habana
(?): Edición Documentos Latinoamericanos, 1968.<BR>[25] Por ejemplo, el tipo de
“socialismo de mercado” propuesto por Julio Carranza, Luis Gutiérrez, y Pedro
Monreal en La Restructuración de la Economía, La Habana: Editorial de Ciencias
Sociales, 1995.<BR>[26] Hal Klepak, Cuba’s Military 1990-2005, Nueva York:
Palgrave Macmillan, 2005, 254.<BR>[27] El escritor exiliado Carlos Alberto
Montaner, un defensor entusiasta del neoliberalismo económico, sostiene que Raúl
Castro fue inspirado por los cambios económicos propuestos por Gorbachov, al
grado que hizo traducir su libro Perestroika, y lo repartió entre muchos de sus
oficiales. Carlos Alberto Montaner, “Raúl Castro y el dilema de Gorbachov”,
Exteriores, 24 de mayo de 2010.
http://exteriores.libertaddigital.com/raul-castro-y-el-dilema-de-gobachov-1276237819.html
<BR>[28] Ver Laboratorio Casa Cuba, “Cuba soñada – Cuba posible – Cuba futura:
propuestas para nuestro porvenir inmediato”, Espacio Laical, Suplemento Digital
No. 224/marzo 2013. https://blu162.mail.live.com/default.aspx?id=64855<BR>[29]
Lenier González Mederos, “Las Fuerzas Armadas y el Futuro de Cuba,” Espacio
Laical, Suplemento Digital No. 224/Marzo 2013.
https://blu162.mail.live.com/default.aspx?id=64855<BR>[30] O. Fonticoba Gener,
“Cooperativas No Agropecuarias. Camino a la actualización del modelo económico”,
Granma, 11 de diciembre de 2012, 8. Varios autores, “Se buscan socios”, Juventud
Rebelde, 15 de diciembre del 2012.
http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2012-12-15 Oscar Espinosa Chepe,
¿Nuevas cooperativas, otras camisas de fuerza? Cubaencuentro, 10 de abril de
2012. http://cubaencuentro.com
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>