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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>13 diciembre 2013</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Patricia Gutiérrez, secretaria
general de la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos
[UCRUS)</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><FONT face=Arial><FONT size=3><STRONG>La vida en
un
carrito</STRONG> <BR></FONT> <BR> <BR></FONT></FONT><STRONG><FONT
size=2 face=Arial>Daniel Gatti <BR>Brecha, Montevideo,
13-12-2013</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://brecha.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://brecha.com.uy/"><STRONG
title="http://brecha.com.uy/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://brecha.com.uy/</STRONG></A></FONT><FONT
size=2 face=Arial> <BR><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>El 1 de Mayo se levantó como
asentamiento hace unos diez años sobre un pajonal que por entonces pertenecía al
Banco Hipotecario, casi que en el centro mismo de Montevideo, cerca de
Casavalle. Hoy viven allí alrededor de 200 familias. Muchas de las casas siguen
siendo de chapa, otras de madera, pero ya hay muchas de material: en 2010
intentó tomar vuelo el Plan Juntos, que en setiembre pasado entregó sus primeras
cuarenta viviendas a otras tantas familias que trabajaron en la obra ayudados
por voluntarios del sunca. En el barrio -así lo llaman sus vecinos, que se
niegan al apelativo de asentamiento: "es discriminatorio y estamos en otra
etapa", dice uno de ellos-, hay una escuela, un jardín de infantes, un centro
comunal equipado con una docena de computadoras, se proyecta un liceo y la
remodelación de la cancha de fútbol.<BR><BR>Allí vive desde el inicio del
asentamiento Patricia Gutiérrez, secretaria general de la Unión de
Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (ucrus). "La Pato" es también la
referente del barrio, al que representa ante el Plan Juntos. "Ellos, los del
Plan, querrían a alguien más manejable, que agache el lomo y yo no soy de esas",
dice a Brecha. "Este es un barrio muy solidario, que tiene sus problemas, pero
podés estar bastante seguro. Nos respetamos entre todos y al que no respeta
hacemos que lo haga. También hacemos que nos respeten los de afuera."
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR>Su casa, ubicada al final de un
callejón de balasto, doblando por Capitán Tula, no fue hecha a través del Plan
Juntos, pero sí consiguió por su intermedio algunas ventanas, una puerta, bolsas
de pórtland. "Mucho menos que lo que hubiera debido porque aunque te ayudan te
tratan también con injusticia. Yo me cansé, como otros en el barrio, de
denunciar que nos estaban afanando, que un capataz se llevaba hasta el alma, que
quienes nos entregaban ladrillos y otros materiales facturaban como si fueran de
primera y lo que aquí llegaba era de cuarta o quinta. Tengo fotos de uno de
ellos transando. Pero nos decían que éramos nosotros los que robábamos. Algo sí,
pero incomparable con lo otro. Incomparable. Le entregué una carta a Mujica
contando todo esto, cuando estuve en la Presidencia con una delegación de la
ucrus. Quedó en llamarme. Nunca nos dieron bola, pero los del Plan nos
castigaron. Así es con el Estado."<BR> <BR>Nacida en 1961 en Durazno, seis
hijos, varios nietos (uno, Alexis, rubio de ojos claros y pelo ensortijado,
cinco años, interrumpe y le tira al periodista: "te conozco de la tele, sos
Francella"), morocha grande, voz grave, impositiva, Patricia Gutiérrez es
recicladora desde los 16 años. "De antes de eso no te voy a contar nada, todo
muy feo." Pero algo cuenta: padre borrado a poco de nacer ella; madre que la
coloca de muy chica en el Consejo del Niño (abuelo del actual inau); hasta
primero de liceo en el Asilo Dámaso Larrañaga donde, etiquetada como "niña
rebelde", la castigaban un día sí y otro también. <BR>Del Consejo del Niño
comenzó a fugarse a los nueve años. "Soñaba con irme por ahí, y más cuando me
empezaron a encantar los bailes. Andaba en trenes, en camiones, me llevaban a
cualquier lado. Así hasta que a los 14, en una de esas fugas, me fui a Durazno,
a ver a mi familia." </FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Poco duró Patricia allí. Enterada de que a su hermana le
habían ofrecido un trabajo en Montevideo, decide hacerse pasar por ella. "Agarré
su bolso, me presenté donde mi hermana iba a laburar, y empecé". Era la casa de
los dueños de la fábrica de telas Julliard, en Martín C Martínez y Rivadavia.
"Tenían más guita que los ladrones, pero a mí me hacían laburar desde las 6 de
la mañana hasta las no sé cuántas. Me encargaba de dos gurisitos. Todo el día.
Me acostaba cuando mis patrones lo decidían. Cuando cobré mi primer sueldo me
quise morir. Me fui al Rosedal a llorar. Volví a la casa y les afané un anillo.
Como era menor nadie me lo quería comprar, pero lo empeñé, y con eso me compré
ropa que no sabés: pantalones patas de elefante, hot pans. Estaba divina."
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y luego vuelta a la noria. Vaga por las calles sin saber
adónde ir, se deja agarrar, entra al Consejo del Niño, se fuga del Consejo del
Niño.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dice La Pato que dos años después tuvo las primeras
sensaciones de "algo así" como la libertad. "Yo sé que no quiere decir lo mismo
esa palabra para unos que para otros, para los ricos que para nosotros. Pero fui
encontrando la manera de vivir sin patrones. Obedecer a otros es lo que más me
jode. Y la lástima: nunca soporté que me tuvieran lástima." </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pone cara de asco, mueve las manos, se ceba el mate,
ordena algo a Alexis, le grita, la llaman por el celular. Cada poco suena el
celular: la gente de la ucrus, los vecinos, hijos. "Me piden consejos", dice y
se levanta para hablar a solas. Vuelve y engancha: "Se la debo al carro esa
libertad. Aunque no elegí el carro, no te vayas a creer. Fue por necesidad. Pero
le fui agarrando el gustito".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El estreno</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify>Su primera salida con un carro tirado por caballos fue a los
16. No sabía muy bien para qué servía, qué hacían los clasificadores, a dónde
iban. "Fui a un depósito, miré qué entregaban, y a los dos o tres días de
empezar a salir entré a hacer un poquito de plata." Lo que entregaban entonces
-fines de los setenta- era básicamente huesos, pan, botellas de vidrio, y sobre
todo papel. El papel era lo que mejor se pagaba. "Más o menos como ahora los
metales." <BR></DIV>
<DIV align=justify>"La suerte", dice, hizo que un día conociera a una señora con
quien descubrió que existen "los clientes". Es decir, "gente que da cosas". La
cruzó en Pocitos. La mujer salía de su edificio y la vio a Patricia, tan
chica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Sos demasiado jovencita para andar en un carro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Pero me gusta el baile y no quiero robar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Venite el viernes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El viernes en cuestión La Pato sale del apartamento de
Pocitos cargada de ropa y de muchas otras cosas que la señora le da "para que no
robara". "Le insistía mucho en que no quería robar. Ella era buena. 'Lo que
estás haciendo', me dijo, 'es triste, porque estás dentro de la basura, pero es
honesto'. Me inyectó fuerza para seguir, y empecé a ir todos los viernes.
Primero con el carro y luego sin él, a limpiarle el patio a cambio de un billete
de cinco pesos con los que me compraba de todo y me quedaba para el fin de
semana. Lo que ella quería era sacarme del carro, pero no me dejé. Luego conocí
a un muchachito que vivía en el Cerrito, donde yo después tendría mis dos
primeros hijos. Éramos como novios, nos agarrábamos de la mano, increíble. No
hacíamos nada, aunque yo tenía cosas por atrás. Le dije la verdad: que era
escapada del Consejo del Niño y que trabajaba de clasificadora. Sus padres me
quisieron adoptar, pero me negué. No quiero padres. Cuando quise que alguien me
adoptara, mi abuela, estanciera en Durazno, fue la burocracia la que no quiso.
Era estanciera pero también analfabeta, y la burocracia mandaba que los
analfabetos no pudieran adoptar aunque quisieran, o algo así."</DIV>
<DIV align=justify><BR>A los 20 "se junta", queda embarazada de su primera hija,
y como era menor decide encerrarse en su casa hasta cumplir los 21. "La
burocracia me la hubiera sacado a la nena, de seguro. Así pasé, sucuchada por
meses, hasta que fui mayor." Al poco tiempo, nuevo embarazo. Del padre de esos
primeros dos chicos se separa meses después de que naciera el segundo. "Me
pegaba hasta que se cansaba. Casi lo mato, y marché en cana. Él tranquilo, igual
que pasa ahora. Sólo van presos cuando terminan matando a alguna mujer, antes
no, aunque hagas mil denuncias."</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>El
araña</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El segundo marido de La Pato era ladrón profesional. Así
decía él cuando le preguntaban a qué se dedicaba: "ladrón". "Cada cual hacía lo
suyo, él robaba y yo salía con el carro. Estuvo varias veces preso. Un hombre
excelente. Reconoció a mis dos primeros hijos y tuve cuatro con él. Repartía lo
que conseguía, ayudaba a todo el mundo. Porque pasa eso, ¿viste? Los ricos se
indignan porque los pobres roban, pero ellos son incapaces de dar nada a nadie.
Y además también roban, y cómo, pero no les pasa nada. Da odio."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con ese segundo marido se asientan en los alrededores de
Aparicio Saravia. "Compré una casa, grande, de material, donde pasé lo mejor de
mi vida. Llegamos a tener como cien chanchos, porque por aquel tiempo ser
clasificador daba y mi marido traía lo suyo. Estuve con mi marido 19 años y ocho
meses. Era débil de cabeza, y se la terminaron llenando unos amigotes. Ellos
tenían dos o tres mujeres, quiso hacer lo mismo y perdió."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuenta Augusto "Chacho" Andrés, un anarco veterano que
entrevistó a Gutiérrez hace un par de años, que al hombre lo llamaban "El
Araña", y que la prensa lo presentaba como el sucesor de "El Sátiro", "el rey de
los escaladores y de los robos tipo alpinista, que se decía eran sin violencia.
El Araña fue su sucesor, pero desapareció rápidamente de los noticieros."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Andrés le preguntó a Gutiérrez qué había pasado con él:
"Lo agarraron, lo hicieron pelota y le empaquetaron una rapiña con
agravantes".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La política</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>A los 24, la política "le llega" a La Pato. O lo que ella
entiende por tal: la picardía (dice:"llegué por picardía a la política"), el
clientelismo, el acomodo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En "una joda de un gran bailongo, en Larrañaga y
Burgues", Patricia conoce al dirigente colorado Ángel Fachinetti y a su esposa:
"Buena gente, buen corazón". El contacto se hace asiduo. "Mi abuela era de ir
por los clubes colorados de Durazno, y a mí se me hacía como familiar darme con
uno de ellos". La Pato le había dicho a Andrés: "Los ricos heredan casas y
plata. Los pobres un cuadro de fútbol y un partido político". <BR>A la herencia
había que darle forma.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Le dice Patricia cierto día a Fachinetti: </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Y si pongo mi grupo de clasificadores a tu servicio para
lo que vos quieras, ¿qué saco? </DIV>
<DIV align=justify><BR>-¿Qué querés?</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Necesito algunas cosas, pero quiero vivir con mi carro.
No quiero bajarme del carro nunca. <BR>-Pero hay trabajos lindos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Sí, pero que me vengan a mandar por un sueldo de
miseria, ni loca. Por eso es que no tengo trabajo fijo: no me manda nadie. Ni
nadie me pule.<BR>Fachinetti decía que La Pato era un diamante en bruto al que
había que pulir.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una tarde cae por el asentamiento una banda colorada a
ver a La Pato. Fachinetti, pero también Luis Hierro López, Óscar Magurno, y
varios más. <BR>-Viniste con escolta, Ángel. Acá es tranquilo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Era para ver si podíamos poner un cartelito.<BR></DIV>
<DIV align=justify>-Se pagan.<BR><BR>Patricia tenía deudas con ute y Antel.
"Cuando me pongan a cero los contadores pongo los carteles", les dice. La deuda
se pagó y el cartel se instaló, "bien lindo, grandote, de chapa". Al tiempo, la
barra colorada aumenta la apuesta y le pide a Patricia que organice algunas
reuniones para "hacer conocimiento con la gente". <BR></DIV>
<DIV align=justify>A lo que respondió: "Eso vale más. Yo ya tengo arregladas mis
cosas. Somos 280, 300 familias, y hay carradas de gurises".</DIV>
<DIV align=justify><BR>No pasaron ni tres días que desde los depósitos de La
Española comenzaron a caer por el asentamiento camas de hospital, frazadas,
sábanas, almohadas. "Seis camiones. La gente vio cómo yo sacaba para mí lo
mínimo y hacía cosas por el barrio. Conseguía atención médica, sillas de rueda,
que los chicos pudieran ir a los juegos del parque Rodó. Los políticos no podían
creer que yo no quisiera nada más para mí. La felicidad de todos estos gurises,
les decía yo. Ángel era buen tipo y creo que se conmovía."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dice Patricia que en el barrio los colorados se llevaron
sus buenos votos gracias a su trabajo, pero que nunca fue de arriba. "Los cinco
años que estuvo Sanguinetti de presidente después de los milicos nos traían de
todo, hasta el querosén. Los lunes a nosotros, el miércoles al Marconi y los
viernes a Casavalle, porque yo pedía para todos." A un militante blanco del
barrio ("carne y uña conmigo"), La Pato lo incitó a imitarla, y llegaron a
colocar carteles casi que uno al lado del otro: uno colorado, el otro
blanco.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El padre Cacho, que trabajaba con los clasificadores en
los asentamientos de Aparicio Saravia, se indignaba. </DIV>
<DIV align=justify><BR>-India -así me llamaba él, India-, tenés que dejar de
hacer esto, es indigno, tenés que cambiar la cabeza, organizarte con otros,
conseguir las cosas de otra manera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Pero padre, yo estoy organizada, tengo a mi gente. Si
esto no lo hago yo va a hacerlo otro, y no tenemos otra forma de que nos den
bola.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La relación de Patricia con los colorados llegó hasta la
presidencia de Jorge Batlle. "El viejo nos arruinó a todos, fue un desastre.
También me afectó la muerte de Fachinetti, en 2004. Después no quise más nada."
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>¿Nunca con los frenteamplistas? "La verdad que no. Demasiado
amarretes. Y también tienen sus jodas. Sólo Mujica me atrajo un tiempo. Algunas
cosas hizo, pero me decepcionó."</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La Unión</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify>La crisis les cambió la cabeza a muchos, piensa La Pato. Dejó
de haber humildad, compañerismo, compasión. Pero algo de esa tríada ella
encontró en plena crisis, en 2002, cuando se formó la ucrus. "Mucho se lo
debemos a Jorge Hernández", un veterano trotskista (hoy anda por los 87 años),
que hizo de la sindicalización de los clasificadores su leitmotiv. Fue Hernández
quien convenció a un grupo de ellos, que estaban ocupando la planta de Felipe
Cardozo en conflicto con la Intendencia, primero de modificar una medida de
lucha. "Estaban encadenados hacía una semana, pero no tenían perspectivas de
lograr nada. Hernández les dijo que por qué no cruzaban la calle y cortaban el
paso de los camiones que transportaban la basura. Lo miraron con altanería, lo
torearon mal. Pero intervine yo en su apoyo y salimos a cortar la calle.
Vinieron los Coraceros, dieron palo, pero la Intendencia tuvo que negociar. El
tipo se ganó la confianza, nos explicó qué era un sindicato, las ventajas de la
unión entre todos los clasificadores, de luchar por formalizarnos y mejorar las
condiciones de trabajo y de vida." Con la Ucrus Gutiérrez viajó a Brasil para
conocer el modo de organización de sus colegas y experiencias como las de las
plantas de clasificación de residuos. "Las propusimos a la Intendencia, pero nos
dijeron que estábamos locos, que eran carísimas. Ahora dicen que van a hacer
cuatro. Me corto las venas si en este período llegan a hacer una. Tampoco
quieren en serio que nos cooperativicemos." </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desconfía de todo. Discute también las cifras que la im
da sobre el total de clasificadores. "Dicen que somos cada vez menos, que 750
abandonaron los carritos para trabajar en la construcción. Verso. Mi hijo de 20
años hizo el curso, salvó con 12, acá en el barrio está levantando su casa, la
mía y las de otros vecinos y no consiguió nada. No nos dan laburo."</DIV>
<DIV align=justify><BR>La Pato dice que su vida la pasó en "el requeche" y que
en el requeche quiere seguir. "Lo que me molesta es que nos digan hurgadores.
Hurgadores son los chanchos. Pero sí somos requecheros, juntamos cosas, las
clasificamos."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dice que sus hijos no, y menos sus nietos, que para ellos
pretende otra cosa. "Me ayudan cuando vengo con el carro, apartan lo que traigo.
Mi nieto Alexis separa las botellas blancas de las verdes. Le pongo los bolsos
bien abiertos para que tire las botellas, separa las tapitas de las botellas,
las pisa. Lo hace jugando."</DIV>
<DIV align=justify><BR>A Augusto Andrés una hija de La Pato, Sandy, le contó que
"salía" con su madre de acompañante. "Buscaba pedazos de torta o postres para
comer y la vieja me puteaba." Mirando a Patricia, Andrés le susurra: "era
trabajo infantil". "¡¿Qué te pasa?! Con mi marido en cana, ¿qué querías que
hiciera con los guachos? ¿Que los regalara? En invierno los abrigaba bien y allá
salíamos. Para los guachos tenía mucho de aventura."</DIV>
<DIV align=justify><BR>Patricia se dice "guerrillera y dura", pero también está
"cansada". "Creo que a veces la gente necesita, más que comer, un abrazo, un
aliento, y no hay quien lo dé. Hoy por hoy no hay, ni siquiera las iglesias. Nos
lo robaron y no sabemos quién. Yo al menos no lo sé. Antes era otra cosa, y no
soy tan vieja."
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>