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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>17 de diciembre 2013<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
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href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela<BR><BR>¿Llamada de atención
para Maduro?</FONT></STRONG><BR><BR><STRONG></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Dimitris Pantoulas, Rafael Rico Ríos y Juan
Agulló<BR>Rebelión<BR><A
title="http://www.rebelion.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.rebelion.org/">http://www.rebelion.org/</A></STRONG><A
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title="http://www.rebelion.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><FONT size=3
face=Calibri></FONT><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><BR>Hace algunos días,
al conocerse el resultado de las elecciones municipales celebradas en Venezuela,
pocos repararon en el llamado urgente que Nicolás Maduro, les hizo a sus aliados
para definir conjuntamente metas y estrategias. Rafael Uzcátegui, líder de
Patria Para Todos, PPT, un minoritario partido chavista, mostró enseguida su
disposición a atender este llamado aunque añadió que, en el pasado, esos
encuentros ya habían tenido lugar y, sin embargo, no habían servido para mucho.
Elocuente. </FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>De hecho, las recientes elecciones municipales
venezolanas, han tenido mayor importancia política de la que parece. No por sí
mismas pues, en el fondo, el mapa político del país sudamericano no ha sufrido
grandes alteraciones, sino por las interpretaciones prospectivas que de ellas
pueden extraerse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para empezar, han sido unos comicios celebrados en un
clima que ya venía cargado de crispación, nada extraño tratándose de una
Venezuela que lleva 25 años convulsionando políticamente. Merece la pena
comentar los antecedentes de estas elecciones municipales: en principio, estas
municipales, hubieran debido celebrarse a comienzos de este año 2013 pero el
fatídico fallecimiento de Hugo Chávez, alteró todos los planes. Al final, en
abril de 2013, en lugar de elecciones locales hubo elecciones presidenciales.
Nicolás Maduro venció por apenas un 1.49% y la oposición terminó sembrando un
manto de "sospecha" para generar un ambiente de desestabilización con el apoyo
internacional que le permitiera tomar alguna ventaja política. Animada por estos
últimos resultados inéditos, preparó el terreno y se atrevió a catalogar los
comicios locales de 'plebiscito'. Ocho meses después, podemos decir, desde
cualquier lectura de los números -unos apuntan a 7% otros a 10% de diferencia-
que la oposición ha perdido ese 'plebiscito'. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sufragando, el pueblo venezolano ha dado la enésima
lección de madurez a sus dirigentes: lejos de caer en absurdas e irresponsables
provocaciones, la ciudadanía ha esperado su momento para hablar en las urnas.
Sin embargo, no todos se han expresado abiertamente: un detalle que el Chavismo
ni puede ni debe pasar por alto es que la participación electoral, al menos a
nivel municipal pero con un ambiente caldeado, parece comenzar a decrecer
nuevamente en Venezuela. ¿Una sutil manera de expresar descontento? Es muy
probable pero, aunque no lo fuera, se trata de un sinuoso terreno que, sobre
todo para el oficialismo, debiera resultar incómodo ... y preocupante. ¿Qué
pasaría en una elecciones presidenciales con ese 20% que no fue a votar? </DIV>
<DIV align=justify><BR>Segunda e importante conclusión: Nicolás Maduro acaba de
ganar el 'plebiscito' al que, torpemente, le sometió Henrique Capriles. Sin
embargo, más que estar orgulloso del resultado, el Presidente, debería sentirse
inquieto: la oposición -dio muestras de ello en las presidenciales y ahora,
también, en las municipales- está recortando distancias con el Chavismo . De
hecho, si para algo han servido las municipales es para demostrar que, la
apretada elección de abril, no fue un accidente: al parecer se trata de una
tendencia consolidada aunque, todavía, sin el empuje suficiente como para
alterar la relación de fuerzas heredada del Chavismo con Chávez. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tercer elemento significativo, estrechamente relacionado
con el anterior: aunque en las pasadas elecciones municipales, el gobernante
PSUV ha ganado el 71% de las que estaban en juego, no solo ha perdido algo de
empuje en relación con 2008 (hace cinco años ganó el 78%) sino que parece haber
comenzado a tener problemas en algo mucho más importante, la hegemonía en el
cómputo total de votos. De hecho, aunque la mayor parte de los medios de
comunicación -nacionales y extranjeros- han pasado de puntillas sobre este
espinoso asunto, lo cierto es que el PSUV y sus aliados apenas han frisado
la barrera del 50% en estas elecciones. <BR><BR>En relación a este tema, el caso
de Caracas resulta muy elocuente porque permite ahondar en el verdadero problema
de fondo: el PSUV sigue perdiendo en el centro y en el Este de la capital que,
pese a lo que dictan los estereotipos, no solo están compuestos por elitistas
zonas residenciales y barrios de clases medias liberales sino, también, por
enormes áreas populares como Petare y zonas de clase media trabajadora como La
Candelaria, San Bernandino o El Recreo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>De hecho, la clave del asunto no radica en que la
oligarquía y las clases medias urbanas sigan votando por la oposición (¡eso no
es noticia!) sino que lo que comienza a quedar en entredicho es la capacidad del
Chavismo para recuperar enclaves, perdidos en el pasado, de sectores de
población más desfavorecidos, sus votantes "naturales". Lo peor del caso es que,
además, la referida dinámica, dista mucho de limitarse a la capital: grandes,
estratégicas y/o simbólicas zonas del país (como Barinas, patria chica del
mismísimo Chávez) continúan estando o han pasado a control opositor. Y la
guinda: perdieron algunas de las zonas de mayor desarrollo socioeconómico y
humano de Venezuela como Valencia, Barquisimento o Maracaibo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuarto elemento a destacar: en estas elecciones ha
proliferado un rosario de candidaturas 'independientes' (que, juntas, han
logrado 18 alcaldías) que han tratado de poner en solfa decisiones cupulares que
responden, cada vez más, a prácticas burocrático/corporativas que están
asentando un modelo clientelista de toma de decisiones generador de malestar
entre las bases chavistas (candidatos elegidos desde las cúpulas y no desde las
bases). De hecho, 2/3 de esta disidencia viene del Chavismo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En realidad, no es la primera vez que algo así ocurre en
la Venezuela bolivariana. Sin embargo, con Maduro de Presidente, hay un detalle
que el Chavismo no debe obviar: hasta ahora, el "portaaviones Chávez"
garantizaba unas ventajas electorales tan grandes que, cualquier atisbo de
descontento en el ámbito local, terminaba diluido en las cachas de una política
nacional extremadamente polarizada. Sin embargo, ahora, el escenario parece
estar cambiando y eso, desde luego, implica un riesgo político emergente: la
ecuación 'malestar político + menor ventaja electoral' podría propiciar rupturas
indeseables de imprevisibles consecuencias políticas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Quinto y último elemento, que también tiene que ver,
aunque mucho más taimadamente, con malestar y disidencia: otro área en la que el
gobernante PSUV parece estar perdiendo terreno es el Gran Polo Patriótico (su
propia alianza electoral). Ahí, un grupo de partidos minoritarios chavistas
(como los Tupamaros, Patria para Todos o el Partido Comunista, que llevan años
demostrando una notable capacidad de movilización) están comenzando a disputarle
votos al PSUV, la gran organización que el propio Chávez siempre deseó que fuera
hegemónica (en la izquierda y en el país). Ahora, ese sueño parece alejarse
porque, cuanto más se reduce la brecha entre Chavismo y oposición, más
determinante se vuelve el aporte de los aliados: de ahí las prisas de Maduro por
reunirse con ellos, subrayadas al comienzo de este artículo. <BR>Recapitulando:
pese a las apariencias pero, sobretodo, a la autocomplacencia que destilan las
declaraciones oficiales, la posición de Maduro no es ni sociológica ni
electoralmente tan sólida como pudiera parecer. Antes al contrario, existen
serios motivos para la preocupación a medio/largo plazo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Alguien fuera de Venezuela, alejado de su fascinante
hervidero político, preguntaba: "Pero si hace unos meses había un tremendo
pesimismo con el futuro de la Revolución Bolivariana, después de este resultado,
¿hay motivos para que el Chavismo esté contento?" La respuesta es tan compleja
como el proceso. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El Chavismo puede sentirse optimista, en cierta medida,
porque después de la ajustada victoria de Maduro en las elecciones
presidenciales de abril, el desgaste de un proceso con 15 años en el poder, el
acoso mediático, la inseguridad sin resolver, ineficiencia, falta de
planificación, corrupción, problemas económicos gravísimos, la inflación
disparada, desabastecimiento de algunos productos básicos y, sobretodo, lo más
importante, sin el gigante Chávez aguantando en sus hombros este panorama
demoledor, se preveía que el proceso iba a desplomarse. Y el Chavismo ha ganado
estas elecciones municipales con un margen mayor que en las presidenciales. El
resultado ha sorprendido a todos, al propio Chavismo y, especialmente, a una
oposición absolutamente desconcertada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero esta victoria hay que interpretarla con suma
cautela. En primer lugar, porque recordemos que son elecciones locales y que ese
20% de diferencia de participación con respecto a las Presidenciales son una
incógnita. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En segundo lugar, porque ha habido una recuperación de la
popularidad del gobierno en pocas semanas principalmente por la reacción frontal
contra la burguesía especulativa. Una reacción que ha sido vista positivamente
por la gran mayoría de la población. Hasta ahora ha sido solamente un gesto del
gobierno para afrontar la situación económica que ha dejado claro que defiende
los intereses del pueblo y que está dispuesto a gobernar a su favor. Pero eso no
basta, estas medidas tienen que dar resultados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y en tercer lugar, se pone de manifiesto que hay un
sector importante del electorado con preferencias de voto muy volubles,
impulsivas e impredecibles. Esta confianza electoral prestada se puede diluir en
poco tiempo. <BR><BR>Si estas medidas macroeconómica fracasan, el Chavismo se
acercaría al escenario de un referéndum revocatorio en 2016 con un profundo
malestar en grandes sectores de la población. </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>La raíz de este malestar
está en los desajustes macroeconómicos (que denunciaba hace algunos días el ex
ministro Felipe Pérez Martí) y desde luego, en los problemas de abastecimiento
que, éstos, generan. En este sentido, hay que considerar que, aunque las medidas
tomadas por el Gobierno en los últimos dos meses es verdad que parecen haber
logrado revertir la tendencia, los resultados de las elecciones municipales,
tampoco deben ser considerados como un cheque en blanco para Maduro: se trata,
muy al contrario, de un sutil toque de atención que el Gobierno haría mal en
ignorar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>De hecho, que la inflación esté carcomiendo las políticas
de equidad puestas en marcha por el Chavismo es solo una parte del problema. La
otra, la que debe ser revisada y rectificada, es netamente política y tiene que
ver con las tendencias autocráticas que están empezando a lastrar el ejercicio
del poder en Venezuela. No se puede, de hecho, blandir la bandera de la
participación (por la que Chávez tanto luchó) al tiempo que se centralizan cada
vez más las decisiones; hablar de circulación de élites al tiempo que se termina
de perfilar una burocracia gobernante; detectar la necesidad de
institucionalizar la vida política y no estar poniendo reglas más que a la
relación entre los propios gobernantes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Gran parte del problema, de hecho, está ahí: en la
relación del PSUV con sus aliados y desde luego, en la del Gobierno con la
ciudadanía. El gran reto radica en construir un modelo político que garantice el
cumplimiento de los valores e ideales inclusivos que inspiraron a la Revolución
Bolivariana y que, el mismísimo Chávez, reivindicó en Golpe de Timón , su último
gran documento, redactado el año pasado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el referido marco los verdaderos 'enemigos' no son ni
Capriles ni la oposición, sino las decisiones erróneas que le están permitiendo
crecer a aquellos que se plantean como objetivo político el desmantelamiento de
los avances sociales logrados en los últimos años. En dicho contexto, la
abstención, la pérdida de hegemonía y la disidencia, todavía incipientes, pueden
estar siendo una llamada de atención para Maduro y los suyos. ¿Será la
última?</DIV>
<DIV align=justify><BR>* Dimitris Pantoulas es politólogo @DPantoulas ; Rafel
Rico Ríos es Ingeniero de Telecomunicación @rafaelricorios ; y Juan Agulló es
sociólogo geotlati@gmail.com.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>