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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>31 de enero de 2014<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Sudáfrica<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El fin de la ilusión
“arcoiris”<BR></DIV></STRONG></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>C</STRONG></FONT><FONT size=2
face=Arial><STRONG>laude Gabriel<BR>Viento Sur<BR></STRONG><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri <BR></STRONG><BR><BR>A pocos meses de las elecciones generales en
Sudáfrica, acaba de celebrarse el congreso del sindicato de la metalurgia, una
de las mayores federaciones de la COSATU (confederación ampliamente hegemónica
desde hace treinta años en las principales ramas económicas del país). Sin
embargo, este congreso de la metalurgia va a marcar por mucho tiempo el panorama
social y sindical del país...</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En el curso de las negociaciones para un cambio
institucional (1990-1994), el COSATU se institucionalizó y se integró totalmente
en el marco de una alianza con el ANC y el Partido Comunista. En 1994, mientras
se operaba la transición definitiva, con la elección de Mandela como presidente,
el COSATU fue encargado de asociar a los trabajadores a la construcción de una
“nueva Sudáfrica”. Al mismo tiempo el nuevo poder adoptaba una línea
suficientemente liberal como para que las promesas de un cambio social profundo
no se realizaran, si se exceptúa el acceso a empleos más calificados para una
capa de algunos centenares de miles de negros. La paradoja fue rápidamente
superada por la corrupción de las direcciones sindicales, por su coparticipación
en el poder político a través de responsabilidades cruzadas en el seno del ANC y
del PC, y por salarios enormes para los responsables sindicales en el seno de su
empresa. En mayo de 2012, un periódico informaba de que el secretario general
del sindicato de minas (NUM) había recibido un salario anual de 1,4 millones de
rands (98.000 euros), lo que en ese país le coloca entre el 1% más remunerado de
la población. Y todo sigue este tono, incluso en el caso de los delegados
locales (shop-stewards) en un cierto número de ramas. Mientras tanto, el paro
alcanza más o menos el 40% si se tiene en cuenta la masa de gente que no busca
ya oficialmente empleo, los barrios de chabolas no dejan de crecer y se siguen
caracterizando desgraciadamente por su identidad racial (mestizos, africanos...)
y la criminalidad alcanza cotas altísimas. Múltiples luchas estallan en el país
por servicios mínimos en los barrios de chabolas, por las condiciones de
existencia (trabajadores agrícolas) o por los salarios. Las empresas que prestan
mano de obra para romper las huelgas hacen fortunas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Un año después de Marikana</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En agosto de 2012, estallaba una huelga en la mina de
platino de Marikana demandando un salario de 12.500 rands (875 euros/mes). Ese
conflicto no apoyado e incluso denunciado por el NUM (cuyo antiguo dirigente
Cyril Ramaphosa es hoy uno de los hombres más ricos del país) se concluyó con la
masacre de 34 mineros por la policía. Lo que ha constituido tanto un traumatismo
nacional como un punto de ruptura.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es pues aproximadamente un año después cuando se ha
abierto el congreso de la metalurgia (NUMSA). Las resoluciones votadas no tienen
ambigüedades: ruptura con la alianza (ANC,PC), denuncia del Partido Comunista
por su abandono del proyecto socialista en beneficio del liberalismo y
llamamiento al COSATU para que también él rompa. Este proceso tiene fuertes
posibilidades de llegar a una escisión del COSATU reagrupando un cierto numero
de otros sindicatos igualmente críticos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el giro es aún más profundo, pues la dirección del
NUMSA es también miembro del ANC y del PC. Es por tanto una ruptura sistémica.
Otras resoluciones del congreso llaman, por otra parte, a recuperar el proyecto
socialista y a formar un nuevo partido de los trabajadores. El acontecimiento es
de una gran importancia, incluso si el proceso corre el riesgo de ser cualquier
cosa menos lineal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, la dirección del NUMSA viene de una cultura
estalinista en la que el movimiento social y el “partido” son la misma cosa. La
construcción de un nuevo movimiento obrero democrático necesitará una ruptura
completa con este planteamiento así como una relación de igual a igual entre los
sindicatos y la floración de movimientos y asociaciones en los barrios, los
poblados de chabolas y las zonas rurales. Todo esto es algo evidentemente
incierto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero mientras tanto, el congreso del NUMSA constituye una
oportunidad para la izquierda sudafricana, ya muy activa. A la apertura del
segundo día del congreso, todos los delegados han llegado en filas apretadas,
blandiendo cada uno un billete de 100 rands (para las familias de las víctimas
de Marikana) y pidiendo la dimisión de Zuma, el actual presidente de la
República, debido a esa represión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La crisis está por tanto abierta, y esto ocurre
simbólicamente en el momento de la muerte de Mandela. Pero la historia no nos ha
pillado por sorpresa. Ha sido necesaria una generación para que el aliento
comprensible de la “revolución democrática” se difumine y que el capitalismo
racial aparezca como el verdadero problema. Fuera de las clases medias no
blancas que el cambio de régimen ha permitido ampliar y los pocos
multimillonarios negros ligados al poder, la economía sigue esencialmente en
manos de la clase dirigente blanca, de las minas y de las multinacionales
extranjeras. Las diferencias entre las rentas son tales y el costo del trabajo
manual tan bajo que Sudáfrica sigue siendo el país paradisíaco para los
“blancos”. Esto es lo que sigue siendo el “país arcoiris”.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>