<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META content="text/html; charset=unicode" http-equiv=Content-Type>
<META name=GENERATOR content="MSHTML 8.00.7600.16385"></HEAD>
<BODY style="PADDING-LEFT: 10px; PADDING-RIGHT: 10px; PADDING-TOP: 15px"
id=MailContainerBody leftMargin=0 topMargin=0 CanvasTabStop="true"
name="Compose message area"><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>12 de enero 2014</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
size=4></FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia<BR><BR>Las dimensiones del
cambio en Bolivia *</FONT></STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Pablo Stefanoni </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Nacla</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="https://nacla.org/news/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="https://nacla.org/news/"><STRONG
title="https://nacla.org/news/ CTRL + clic para seguir el vínculo">https://nacla.org/news/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Desde que Evo Morales asumió la
presidencia boliviana el 22 de enero de 2006-primero en las ruinas de Tiwanaku y
al día siguiente en la ceremonia oficial en el Parlamento-Bolivia vive una serie
de transformaciones que retoman una tradición profundamente inscripta en su
cultura política: el antiliberalismo, sustentado en un ejercicio corporativo de
la ciudadanía. Pero desde antes de este nuevo ciclo político, iniciado a partir
de fuertes convulsiones sociales, esta nación andino-amazónica viene
experimentando una reconfiguración de su estructura social, mediante procesos de
movilidad social ascendente, especialmente transitados por sectores comerciales
populares de origen indígena-mestizo. En ese marco, Bolivia vive, a su escala,
un proceso de inclusión socio-simbólica mediante el consumo similar a otros
países de la región, que constituye una de las fuentes de legitimidad del
"nacional-populismo" vigente. En gran medida, estos procesos de desborde
económico popular están asociados a redes de "globalización desde abajo,"
motorizada por los vínculos crecientes con China.(1)</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><BR></FONT><FONT size=2 face=Arial>Una faceta
interesante de estos procesos es que los mismos no son lineales, y las
interconexiones entre dimensiones materiales y simbólicas presentan pliegues y
recovecos que no siempre resultan fáciles de descifrar en tiempo real. La
llamada "emergencia indígena" combina, sin duda, tendencias a la revalorización
de la autoestima étnico-cultural con contratendencias a una modernización que
conlleva una matriz de consumo globalizada, inclusive en la esfera cultural. La
llamada "ola coreana" es uno de sus componentes. Ahí están, por ejemplo, las
populares telenovelas del país asiático y el exitoso k-pop que atrae a miles de
jóvenes bolivianos de extracción popular. En ese marco, no puede sorprendernos
que los procesos de indianización y desindianización de la sociedad sean
contextualizados, inestables y a menudo contradictorios. (No incluimos aquí los
procesos de expansión del evangelismo entre los indígenas, y las
reconfiguraciones modernizantes de la comunidad propiciadas por los
"hermanos.")</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Un ejemplo de ello es el último
Censo de población de Bolivia, realizado el 21 de noviembre de 2012, cuyos
resultados se conocieron este año. De manera sorprendente-y paradójica si
asumimos que Bolivia está regida por un gobierno indianista-la población mayor
de 15 años que se autoidentifica con un pueblo originario bajó del 62 por ciento
(según el censo de 2001) al 42 por ciento actual. Aún no existen explicaciones
exhaustivas de estos cambios, sino hipótesis provisionales. Hay varias entradas
posibles, aunque aún son especulaciones más o menos sustentadas mientras no
contemos con estudios y datos más desagregados.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Desde las aceras liberales y
nacionalistas está operando una suerte de "venganza del mestizaje": a partir de
la lectura algo apresurada de que quienes no se identificaron con ningún pueblo
originario se considerarían automáticamente como mestizos, se propone revertir
el Estado plurinacional y retornar a la República (mestiza) de Bolivia. Desde el
indianismo/katarismo opositor se especula con teorías conspirativas: como el
gobierno del MAS "es antiindígena" habría buscado que la población indígena se
reduzca para impulsar su proyecto "nacionalista recolonizador" (la polémica
carretera por el TIPNIS sería un ejemplo de ello). Como se ve, hay opciones para
todos los menúes.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Otro argumento es el "aumento de
la clase media" o de las autopercepciones de pertenecer a ella que surgen de
algunos estudios. Varios gobiernos de la región junto al Banco Mundial están
contribuyendo a alimentar el mito de la clasemediarización del mundo. En Brasil,
paradigma de esa transformación, muchos de los intelectuales del PT no aceptan,
sin embargo, el discurso oficial sobre la explosión de las clases medias, y
ensayan otras interpretaciones centradas en nuevas categorías de trabajadores.
En muchas de las visiones sobre el auge de las clases medias se termina por
invisibilizar por completo las clases trabajadoras, viejas y nuevas, y clase
media deviene un concepto ideológico cargado de valoraciones positivas hacia el
"justo medio."</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Pero volviendo al censo, también
es posible que hayan incidido las variaciones en la pregunta. En 2012 se
preguntó: Como boliviana o boliviano, ¿pertenece a alguna nación o pueblo
indígena originario campesino? Si-NO ¿a cuál? (lista de 36 pueblos, con la
instrucción al encuestador de "no leer al entrevistado" dicho listado).
Entretanto, en 2001, la pregunta había sido diferente: ¿Se considera
perteneciente a alguno de los siguientes pueblos originarios o indígenas? Las
opciones eran quechua, aymara, guaraní, chiquitano, mojeño, otro nativo, ninguno
(y el censista sí debía leer las opciones).</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>La nueva Constitución incluyó a
la categoría "IOC" (Indígena-originario-campesino) como una solución aritmética
a las complejas interrelaciones entre identidades étnico-sociales; muchos
campesinos-una adscripción popular muy importante en Bolivia desde los años
cuarenta-no se sienten contenidos como indígenas aunque a menudo utilicen esa
identidad de manera contextualizada o como "esencialismo estratégico." En este
sentido, hay que remarcar que el actual es un gobierno en muchos sentidos más
campesino que indígena y en la última década operó una "campesinización" de la
indianidad que construye fronteras frente a los indígenas urbanos en un contexto
en el que ya la mayoría de la población vive en ciudades o pueblos. La cuestión
en este punto es sencilla: para llegar al 62 por ciento fue necesario construir
una indianidad muy laxa, que incluía a los urbanos y los campesinos, a pobres y
ricos, a empresarios y trabajadores. Parte de esa generalidad se perdió con la
fórmula "IOC" que aunque es una suma termina ruralizando discursivamente el ser
indígena.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Dicho esto, cabe destacar que la
popularidad y la capacidad hegemónica de Evo Morales se basa, precisamente, en
que su indianidad "impura"-asentada en una cultura sindical-expresa a esta
Bolivia popular "abigarrada," que combina formas comunitarias "ancestrales" con
capitalismo salvaje, a veces en un mismo espacio, como la Feria 16 de Julio en
la ciudad de El Alto.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>Evo Morales reactualizó, así, un
antiliberalismo que desde los años treinta, con un punto culminante en la década
del cincuenta-tras la Revolución Nacional de 1952 y rebotes en los primeros
setenta y ochenta-se propone construir formas de "democracia funcional" basada
en un tipo de ciudadanía no-liberal mediada por las adscripciones
gremiales/corporativas. A ese horizonte-que convive, de todos modos, con una
democracia representativa efectiva y que tiene como condición de posibilidad el
liderazgo fuerte de Morales-el oficialismo lo denominó "gobierno de los
movimientos sociales." La legitimidad de tal esquema se basa, además, en un
contexto económico de bonanza desconocido en la historia boliviana, que provee
al gobierno de ingentes recursos para aumentar la inversión pública y expandir
las políticas sociales. También para embarcarse en proyectos cargados de
simbología, como la construcción del Satélite Túpac Katari (en China), que será
lanzado al espacio el 20 de diciembre de 2013.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2><FONT face=Arial>Es, en nuestra opinión, en
esta clave de lectura que hay que leer los avances de los últimos años en esta
nación andino/amazónica así como las visibles inercias del pasado y los límites
internos a las perspectivas refundacionales ancladas en el no menos complejo y
contradictorio proceso constituyente, que dio forma jurídica a la actual
"Revolución democrática y cultural."<BR><BR>* Este artículo se publicó por
primera vez en Lasa Forum: Winter 2014: Volume XLV, Issue 1
<BR> <BR><STRONG><U>Nota</U></STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>1) "Esta alianza [sino-boliviana por
abajo] se alimenta también de complicidades mutuas, a partir de un origen rural
compartido o de la vivencia de operar fuera de los circuitos de la formalidad.
Se tejen así otras dimensiones interculturales en el marco de una relación de
ida y vuelta. Al inicio, fueron los comerciantes aymaras los interesados en
viajar a la China en busca de negocio; después, los representantes fabriles
chinos empezaron también a viajar a Bolivia para entender mejor las dinámicas
económicas locales y mejorar las estrategias de producción. Y no tardaron en
utilizar los canales locales de distribución y provisión, que se asientan en
redes familiares reproducidas a partir de eventos sociales de gremios y
fraternidades religiosas". Las importaciones desde China se multiplicaron por
diez desde 2003 hasta 2011 (Nico Tassi, Carmen Medeiros, Antonio
Rodríguez-Carmona, Giovana Ferrufino, "'Hacer plata sin plata': El desborde de
los comerciantes populares en Bolivia", La Paz: PIEB-Reino de los Países Bajos,
2013).</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>
<HR>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2
face=Arial> <BR><BR><BR><BR> <BR></FONT></DIV></BODY></HTML>