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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>20 de febrero de 2014<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3>La integración y la normalidad<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Leonardo Padura
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>IPS, La Habana,
19-2-2014</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.ipsnoticias.net/"><STRONG>http://www.ipsnoticias.net/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR>En días recientes Cuba ha sido testigo de dos
acontecimientos que acercaron mucho más a la isla al contexto caribeño y
latinoamericano del cual, por años, se vio distanciada luego del triunfo
revolucionario de 1959, un cambio político que llevaría al país a la expulsión
de la Organización de los Estados Americanos, el bloqueo económico y financiero
estadounidense y un dramático aislamiento continental.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La celebración de la II Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en La Habana, el 28 y 29 de enero, resultó
un espaldarazo considerable en ese proceso de integración, cuando 33 mandatarios
de la región visitaron el país y se reunieron con sus dirigentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos de ellos fueron testigos de la inauguración de la
primera fase de la zona económica especial de El Mariel, dotada de un puerto
considerado el mayor del área del Caribe y donde funcionará un enclave con leyes
de zona franca para el comercio y la industria nacional y extranjera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El de la Celac fue un cónclave en el que se habló de
democracia y respeto de los derechos humanos, según son entendidos por muchos
países de la región, que llevaron sus conceptos a esa declaración final leída
por el presidente cubano Raúl Castro: “Fortalezcamos nuestras democracias y
todos los derechos humanos para todos”, dice el texto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero, apenas concluido el cónclave regional, un equipo
cubano de béisbol partió hacia isla Margarita, Venezuela, para participar en la
histórica Serie del Caribe, un torneo del que los clubes cubanos fueron
fundadores y máximos animadores, allá por las décadas de 1940 y 1950, y del cual
resultaron excluidos a partir de 1961.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para que Cuba volviera a estos clásicos hubo que contar
incluso con la anuencia de los directivos de la organización de las Grandes
Ligas del Béisbol de Estados Unidos y hasta del Departamento del Tesoro, pues la
mayoría de los jugadores de los otros países participantes (México, Venezuela,
Puerto Rico y República Dominicana) pertenecen a franquicias del poderoso
circuito beisbolero estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos dos hitos resquebrajan la lejanía de Cuba respecto
de la región e incluso el dilatado bloqueo estadounidense a la isla,
políticamente ineficiente, económicamente desgastante para los cubanos de a pie
y condenado por años en la Asamblea General de las Naciones Unidas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto le da un espaldarazo político al gobierno
cubano. Obras como la de El Mariel, mientras tanto, le confieren esperanzas
económicas a un país cuya estructura comercial debió ser refundada hace dos
décadas, luego de la desaparición de la Unión Soviética.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Más recientemente, la Unión Europea (UE) ha anunciado un
posible cambio en su relación política con la isla, un nuevo acuerdo que
mejorará los vínculos entre las partes y la cooperación del bloque, casi
reducida a cero, pero siempre con la condición europea de que en Cuba mejore la
situación de los derechos humanos referidos a la libertad de expresión y
asociación, entre otros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si bien el problema de los derechos humanos en Cuba
siempre es un punto álgido en el que cada parte (la foránea y la oficial cubana)
esgrime sus propios argumentos, en el fondo, el más acuciante y pesado de los
problemas cubanos no se resuelve con mejores relaciones políticas regionales o
globales, ni con juegos de béisbol cargados de simbolismo deportivo y político,
aun cuando declaraciones y aperturas diversas siempre ayudan.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tampoco se soluciona con la pertenencia a bloques
político-económicos como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA), por mucho que estos también puedan ayudar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El problema es que la gran asignatura pendiente de la
isla caribeña está en su funcionamiento y desarrollo económico interno, que ni
siquiera la política de cambios realizados al calor de la “actualización del
modelo económico”, como se le ha llamado, ha logrado concretar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con discretos crecimientos anuales de alrededor de dos
por ciento debidos sobre todo a la exportación de servicios (médicos en su
mayoría), más que a incrementos en la producción y la productividad, resulta
difícil superar la dependencia de las importaciones (la de alimentos ronda 80
por ciento) y concretar el mejoramiento de las condiciones de vida de los
habitantes, agobiados a lo largo de más de dos décadas por los embates de una
crisis que tuvo sus fosos más profundos en los años de 1990, pero que no deja de
asolar a los cubanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para el país es imprescindible su integración a la región
y al mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero para los ciudadanos es una urgencia que se logre una
relación realista entre salarios y costo de la vida, que la lucha cotidiana por
la supervivencia no se lleve el grueso de sus energías e inteligencia y que el
acceso a Internet no sea una concesión o un lujo sino un derecho
asequible.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Que se fomente una inversión extranjera capaz de
modernizar la infraestructura de una nación tecnológica e industrialmente
envejecida, que se generen empleos bien remunerados y que se haga efectiva una
apertura de la opinión crítica capaz de analizar y juzgar desde diversas
perspectivas los problemas de la sociedad.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Que no se quiebre el realismo económico con medidas como la
de pretender vender autos a cinco, seis veces el precio máximo que podrían
alcanzar en el mercado internacional (esos autos que apenas han sido comprados y
que deberían poder adquirir, por ejemplo, esos necesarios inversores extranjeros
y los profesionales cubanos que con sus servicios en medio mundo generan las más
sólidas ganancias que recibe el país), etcétera, etcétera…</DIV>
<DIV align=justify><BR>En fin, que la integración se revierta en normalidad,
productividad, discusión y posible solución de problemas enquistados en el
modelo político cubano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Porque, junto a la necesaria integración, esa normalidad
que permite forjar programas de vida y mirar hacia el futuro (algo imposible en
la Cuba de hoy) podría ser, y de hecho es, el anhelo de muchos cubanos: tener un
país normal que, desde ese estado de equilibrio, consiga la aspiración de un
desarrollo justo y sostenible y, sobre todo, de una vida más sosegada y
próspera. Simplemente normal.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Leonardo Padura, escritor y periodista cubano, galardonado
con el Premio Nacional de Literatura 2012. Sus obras han sido traducidas a más
de 15 idiomas y su más reciente novela, “Herejes”, es una reflexión sobre la
libertad individual.
<HR>
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