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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>28 de febrero de 2014<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT face=Arial><STRONG>El Chapo
Guzmán, los drones de Estados Unidos y Peña Nieto </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial><STRONG>Entretelones de la caída del
“enemigo público número 1” de la DEA</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT><BR><FONT size=2
face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Carlos Fazio, desde México
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Brecha, Montevideo,
28-2-2014<BR></STRONG></FONT><A href="http://brecha.com.uy/"><FONT size=2
face=Arial><STRONG>http://brecha.com.uy/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial>El show mediático que siguió a la
captura de Joaquín Guzmán Loera, el “Chapo”, encierra no pocas contradicciones y
confronta las narrativas de Estados Unidos y México sobre el hecho. Y más que
ante una acción “quirúrgica” y “limpia” de la Marina mexicana, se podría estar
ante una entrega pactada.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En la madrugada del sábado 22 de febrero fue recapturado
en Mazatlán, Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, el traficante mexicano por el que la
agencia antidrogas de Estados Unidos (dea) había ofrecido 5 millones de dólares
y que en 2009 fue colocado por la revista Forbes en la lista de los mayores
millonarios del mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según la versión oficial me­xi­­cana, la
detención del “Chapo” Guzmán −quien se había fugado dentro de un carrito de
lavandería de una cárcel de máxima seguridad de Jalisco, en 2001, y era señalado
como jefe máximo del cártel del Pacífico o Sinaloa− se debió a una acción
“quirúrgica” de un comando de elite de la Marina de Guerra y se produjo “sin
disparar un solo tiro”, como se ufanó en destacar el procurador general, Jesús
Murillo Karam. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, las primeras noticias sobre el operativo
surgieron en Washington a través de la agencia ap y del periódico The New York
Times, que citaron como fuente a “altos funcionarios de seguridad pública”
estadou­ni­denses. El cable de ap señalaba que agentes de la dea y
oficiales del servicio de alguaciles estuvieron “ampliamente involucrados” en la
detención. A su vez, la primera imagen tras la captura, que exhibió a un Chapo
Guzmán con magullones, el pelo revuelto y el torso desnudo, fue difundida por
The New York Times cuatro horas antes de que el titular de la pgr, Murillo
Karam, anunciara el hecho.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque admitió que hubo “colaboración tecnológica” de
agencias estadounidenses, el procurador exaltó el trabajo de “inteligencia” y la
“acción coordinada” de los distintos cuerpos de seguridad del Estado mexicano,
elementos estos que han venido siendo el eje de la nueva narrativa oficial sobre
el combate a las drogas del gobierno de Enrique Peña Nieto, en un intento
discursivo por desmarcarse de la cruenta “guerra” del ex presidente Felipe
Calderón, que sumió al país en una catástrofe humanitaria. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Un día después, el diario La Jornada reveló que drones
(aviones no tripulados) de la dea permitieron localizar el equipo de
comunicación satelital de Guzmán Loera en los alrededores del condominio
Miramar, ubicado sobre el malecón en el turístico puerto de Mazatlán. Y según
consignó la revista Proceso, la información de inteligencia fue suministrada a
la Secretaría de Marina de México, con quien la dea tiene una “excelente
cooperación” (en una alusión implícita a la desconfianza que le generan el
Ejército y la Policía Federal). Con datos de su corresponsal en Washington, que
citó a un agente de esa corporación que no quiso identificarse, el semanario
precisó que se trató de una “operación conjunta”: agentes de la dea “estuvieron
presentes en el operativo al momento de la captura” y “fotografiaron al Chapo”
después de que los efectivos de la Marina lo sometieron. Incluso, “tomaron de
inmediato sus huellas digitales y pruebas de adn para corroborar su identidad”,
que se enviaron a Washington y en el curso de la mañana resultaron
positivas.<BR><BR><STRONG>¿Entrega pactada? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Más allá del papel protagónico que no quiso ocultar la dea,
las siete horas que mediaron entre el operativo militar y el anuncio oficial de
la captura de Guzmán por las autoridades mexicanas, sumadas a una serie de
contradicciones en la trama expuesta al público, vinieron a generar dudas acerca
de la verdad de los hechos. <BR>La intervención directa de Washington en la
detención resultó innegable, algo que por razones de soberanía el gobierno
priísta de México quiso minimizar, amén de su interés por aprovechar el golpe
con fines propagandísticos. Si la dea no intervino más que con inteligencia
operacional, como afirmó el procurador, ¿cómo fue que The New York Times obtuvo
la primera foto de Guzmán Loera detenido? </DIV>
<DIV align=justify><BR>De allí que afloraran interrogantes acerca de si se trató
de una entrega acordada o impuesta por Washington, que pudo haber seguido los
procedimientos estándar utilizados por sus agencias, habituadas a negociar la
entrega de un delincuente a cambio de beneficios durante el juicio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Despierta suspicacias el énfasis dado por el procurador
Murillo a la versión de que fue una “cacería” de una semana, que se inició en la
ciudad de Culiacán, donde el Chapo habría estado a punto de ser capturado el 17
de febrero, cuando se le ubicó en un conjunto de siete casas de seguridad
conectadas por medio de túneles, que a su vez derivaban en el drenaje pluvial de
la ciudad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Uno de esos túneles fue encontrado oculto debajo de una
tina de baño que conectaba con el sistema de desagüe, en una casa de la colonia
Libertad, cuya puerta de entrada había sido reforzada con acero. Cuando entraron
los comandos descubrieron que el capo sinaloense se había esfumado en sus
narices por las cañerías. Según Murillo, los minutos que tardaron los marinos en
abrir la puerta facilitaron la fuga. Pero gracias al apoyo tecnológico de la
dea, que con geolocalizadores de última generación detectó el teléfono satelital
que utilizaba el Chapo y logró cotejar su voz, sus perseguidores supieron que
ese día Guzmán lo encendió y apagó varias veces para hacer llamadas,
presuntamente solicitando auxilio para escapar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Horas después, la señal del aparato fue localizada en
Mazatlán. Y se procedió a cerrar el cerco. “Después hubo varios momentos en que
pudo haber sido aprehendido, pero la prudencia y el sentido común hicieron que
evitáramos hacer la detención en un lugar donde pudiera ser afectada la
ciudadanía. Y ese momento se dio con una enorme eficiencia y sin un solo
disparo”, relató Murillo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No queda claro cómo un hombre tan precavido, señalado
internacionalmente como el capo de capos, al frente de una trasnacional del
crimen, terminó hospedándose en el cuarto piso de un condominio sin más
escapatoria que la puerta de entrada, y sin un doble cinturón de hombres armados
que le proporcionaran seguridad a distancia. <BR></DIV>
<DIV align=justify>Ello alimenta la hipótesis de un acuerdo o entrega pactada en
el marco de un gran montaje mediático. Máxime cuando un día después se supo por
boca del ministro de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio, que en el
momento de la detención de Guzmán Loera, en el departamento del edificio Miramar
estaban su esposa Emma Coronel (sobrina de Ignacio Coronel, el presuntamente
abatido jefe de plaza del cártel de Sinaloa en Jalisco) y sus dos pequeñas hijas
gemelas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Según Osorio, la mujer y las niñas fueron liberadas
porque “no tenían absolutamente nada que ver con las acciones del delincuente”.
Tal aseveración no resulta creíble en el marco de una operación quirúrgica por
un comando de fuerzas especiales de la Marina, sin capacidad para determinar la
culpabilidad o inocencia de nadie. Y en particular, en el caso de la esposa del
Chapo, en un país con cárceles repletas de mujeres que por una ínfima
vinculación con asuntos de drogas, incluso involuntaria, son agraviadas, vejadas
y sometidas a procesos durante años. De hecho, los cárteles mexicanos de la
droga se organizan y sostienen con base en lazos que vinculan a familiares de
unos capos con otros. </DIV>
<DIV align=justify><BR>De acuerdo con una filtración de la Marina a Carlos Loret
de Mola, reportero estrella de Televisa y columnista del diario El Universal,
interrogado por sus captores a bordo del Learjet 60 que lo trasladó al Distrito
Federal, a la pregunta de por qué cuando se escapó de Culiacán no se fue a la
sierra, Guzmán contestó: “Ya me iba a ir pa’l monte, pero no había visto a mis
niñas”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otra incongruencia en las narraciones del procurador y el
secretario de Gobernación tiene que ver con la insistencia en que no
intervinieron agentes extranjeros. De una revisión cuadro por cuadro del video
que registra el momento en que Guzmán es sacado del hangar de la Secretaría de
Marina y es conducido hacia el helicóptero Black Hawk que lo trasladó al Penal
de Alta Seguridad del Altiplano, puede concluirse que al menos dos agentes de
los Federal us Marshal (el cuerpo de alguaciles de Estados Unidos que depende
del Departamento de Justicia) iban escoltando al detenido con el rostro cubierto
por pasamontañas y portando el uniforme oficial de la corporación.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Sinaloa y Peña Nieto</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La trama narrativa oficial se complicó también la mañana
misma de la captura, cuando Phill Jordan, ex director del Centro de Inteligencia
de la dea en El Paso, Texas, entrevistado por la cadena Univisión de Estados
Unidos, declaró que “algo malo pasó entre el pri y el Chapo”. Según Jordan,
existen documentos de inteligencia estadounidenses que sostienen que Guzmán
Loera “metió mucho dinero a la campaña del hoy presidente Enrique Peña Nieto (…)
el Chapo, Caro (Rafael Caro Quintero, excarcelado en agosto pasado por
violaciones al debido proceso tras purgar 28 años en prisión acusado del
asesinato del ex agente de la dea Enrique Camarena en 1985), todos le dieron
dinero a quien estaba corriendo para presidente. El cártel del Chapo está muy
metido en la política”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Las molestias en el gobierno mexicano no se hicieron
esperar, y la embajada de Estados Unidos, a cargo de Anthony Wayne, tuvo que
desmarcarse de las explosivas declaraciones del ex miembro de la dea cuando
amenazaba con iniciarse una tormenta diplomática. Pero eso no diluyó el fondo de
la cuestión. Señalado como el capo de los dos gobiernos del Partido Acción
Nacional (el de Vicente Fox y el de Felipe Calderón), Guzmán Loera conoce como
pocos las redes de la corrupción política e institucional de México, Colombia y
otros países. Tiene información privilegiada sobre los canales de empresas
privadas y bancarias de México y Estados Unidos, sobre la corrupción en las
instituciones gubernamentales e incluso dentro de la Iglesia Católica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como dijo el historiador Lorenzo Meyer, “¿qué pasaría con
un buen proceso de interrogatorio al Chapo? Saldría el mapa más completo de las
redes de corrupción en México y el mundo. El Chapo sería como una especie de
directorio fantástico de la corrupción”. Sin embargo, algunos expertos
adelantaron que Guzmán Loera no va a hablar, “porque es un personaje de la vieja
escuela”, y seguramente “llegó o llegará a un trato para que respeten a su
familia y parte de sus propiedades”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el libro de Anabel Hernández Los señores del narco
(Grijalbo, 2010), la red que tejió Guzmán durante los dos gobiernos del pan
alcanzó a los ex presidentes Fox y Calderón, a los ex secretarios de Gobernación
Santiago Creel y Juan Camilo Mouriño, al secretario de Defensa general Guillermo
Galván, al ex procurador general, general Rafael Macedo, y al ex secretario de
Seguridad Pública del sexenio pasado, Genaro García Luna. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>De acuerdo con Hernández, a principios de 2008 Calderón
inició contactos con el Chapo a través de Mouriño, entonces jefe de la Oficina
de la Presidencia, utilizando como intermediario al general Arturo Acosta
Chaparro, viejo cuadro de la guerra sucia de los setenta en México. Acosta habló
también con los capos de los otros cárteles, y su misión fue convencerlos de
disminuir la violencia generada por la estrategia del propio Calderón. La tregua
buscada fracasó y Acosta Chaparro fue asesinado en abril de 2012, en plena
campaña electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En agosto de 2012 fuentes militares en México y Estados
Unidos confirmaron la existencia de un plan del Pentágono para atrapar o
“ejecutar” al Chapo Guzmán, prácticamente idéntico al que llevó al asesinato de
Osama bin Laden en Paquistán. El operativo lo llevarían a cabo exclusivamente
marines de Estados Unidos. El plan fue aceptado por Felipe Calderón, pero el
alto mando de las Fuerzas Armadas mexicanas se opuso. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por esos mismos días, información que proporcionó el fbi
a la policía española permitió desmantelar una célula del cártel de Sinaloa en
Madrid, que iba a ser dirigida por un primo del Chapo. Uno de los detenidos en
el operativo fue Rafael Celaya Valenzuela, un dirigente del pri en el estado de
Sonora, quien en su perfil de Facebook presumía con sus fotografías con Peña
Nieto en la campaña. Algunos analistas identificaron el suceso como un aviso de
Wa­shington a Peña Nieto en clave de disciplinamiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es obvio que Estados Unidos, tras convertirlo en un mito,
quería la cabeza del Chapo y lo quería allá. Por eso pidió su extradición. Las
autoridades mexicanas dijeron que analizarían el pedido, pero que una posible
extradición “no será pronto”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Sucesores</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>En ese contexto, más allá del significado político y
simbólico de la detención de Joaquín Guzmán Loera, surge la interrogante acerca
de si el cártel del Pacífico se debilitará o será decapitado completamente (el
secretario de Gobernación adelantó que ahora van por Ismael el “Mayo” Zambada,
quien presuntamente era su socio y colaborador más cercano), y en ese caso, qué
organización ocupará los espacios vacíos. Según la narrativa oficial, el grupo
de los hermanos Arellano Félix, en Tijuana, casi no existe; el cártel de Juárez
está bastante disminuido, igual que los del Golfo y Los Zetas. A su vez, el
grupo de los Beltrán Leyva derivó en numerosas bandas dedicadas al secuestro, la
extorsión y el narcomenudeo. Ante ese panorama, si es verdad que la organización
de Guzmán Loera controlaba 40 rutas para exportar cargamentos de marihuana a
Estados Unidos y Europa, el mando del grupo recaería en el Mayo Zambada, Juan
José Esparragoza el “Azul” o Dámaso López Júnior el “Mini Lic”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, las principales preguntas que se hacen
muchos mexicanos y mexicanas son hasta dónde llegarán las investigaciones, esto
es, si se desmantelarán las redes de ganancias ilícitas, patrimoniales y de
lavado de dinero que mantenían al cártel de Sinaloa y sus tentácu­los,
quiénes son los políticos, banqueros, empresarios, militares y jueces que
brindaban protección y se beneficiaban de víncu­los clandestinos con el
Chapo, y qué acuerdos existen con la dea, el fbi y otras agencias de seguridad
estadounidenses. Y claro, si se trató de una entrega pactada, por qué ahora y
para qué.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></FONT> </DIV></BODY></HTML>