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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>1º de marzo de 2014<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT size=2 face=Arial><BR><STRONG><FONT size=3>La
dinámica del movimiento social hace caer al gobierno
Beblawi</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Jacques Chastaing<BR>A l'encontre<BR></STRONG><A
href="http://alencontre.org/"><STRONG>http://alencontre.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Faustino Eguberri <BR>Viento
Sur<BR></STRONG><A
href="http://vientosur.info/"><STRONG>http://vientosur.info/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>El gobierno Beblawi, con todos sus ministros,
incluyendo al mariscal Sissi, Ministro de Defensa, dimitió el lunes 24 de
febrero por la noche. Ese gobierno liberal con participación o apoyo demócrata,
naseriano, de “izquierdas” y salafista, nombrado por el Ejército a la salida de
su golpe de Estado del 3 de julio de 2013 para cortar la hierba bajo los pies de
la revolución popular del 30 de junio, ha justificado su dimisión por la falta
de apoyo del pueblo a su política de reformas que juzga necesarias para
Egipto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De hecho, ha sido el reinicio de las huelgas comenzado el
10 de febrero en la fábrica textil estatal de Mahalla y su amenaza de
generalización al país - “la falta de apoyo del pueblo”- lo que explica la
dimisión del gobierno. [Al-Masri Al-Youm, el periódico de El Cairo, titula el 25
de febrero: “La intifada de los trabajadores derroca al gobierno”]. En efecto,
esta huelga de siete fábricas de los obreros del textil para la extensión a la
industria pública del salario mínimo de 1 200 LE (libras egipcias; la libra
egipcia equivale a 0,10 euros aprox. ndt ) prometido por el gobierno a los
asalariados del Estado a finales de enero de 2014 se ha extendido estos últimos
días no solo al resto del sector textil sino también al transporte público de El
Cairo/1, a los empleados postales, a los policías rasos y a varias empresas
químicas del sector privado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los 28 garajes de los autobuses del Gran Cairo, cuyos 42
000 empleados tienen salarios que van de 600 a 1 400 LE, están en huelga desde
el sábado 22 de febrero para la obtención del salario mínimo de 1 200 LE sumado
a una subida del 7%. También demandan inversiones importantes para renovar la
flota de los 4 700 autobuses, una gran parte de los cuales es demasiado vieja,
lo que provoca problemas de seguridad. El gobierno les ha prometido 15,2
millones, pero los huelguistas lo han rechazado, juzgando la cantidad
insuficiente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Quince oficinas de correos han comenzado una huelga el 23
de febrero por el salario mínimo y una subida suplementaria de los salarios del
7% como los empleados de autobús, bloqueando la sede central de correos en
Attaba y llamando a la extensión de su movimiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A estas huelgas se le añade también el anuncio, realizado
el 21 de febrero, de transformar de la huelga parcial de los médicos que comenzó
a principios del año de 2014, en huelga general ilimitada el 8 de marzo, con la
creación para ello de un comité de huelga independiente del sindicato. En la
asamblea general nacional celebrada el 21 de febrero, los médicos lanzaron
feroces ataques públicos contra el gobierno acusándolo de incompetencia, de
corrupción y de destrucción de los servicios de salud egipcios y exigiendo no
solo la subida de salarios sino, también, el aumento de los presupuestos para la
salud, así como la dimisión del Ministro de Sanidad, una investigación pública
sobre la incompetencia y corrupción de la dirección de la sanidad y la
liberación de los 200 médicos encarcelados por su compromiso político. Por otra
parte, anunciaron que antes de la huelga ilimitada del 8 de marzo, extenderían
su huelga a la sanidad privada a partir del 26 de febrero. A esta huelga se le
añaden las de los farmacéuticos, veterinarios y otros servicios de salud, como
los enfermeros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, 15 000 asalariados de la gestión del agua
y de los suelos luchan desde hace varias semanas por el pago de 4 meses de
atrasos salariales y la vuelta de su servicio (que había sido privatizado en
1995) al sector público; también, en varias empresas del sector químico germina
la huelga (o existen amenazas de hacerla) con la exigencia de un salario mínimo
de 1 200 LE; huelga que bien podrían extenderse a otros numerosos sectores, dado
el importante número de privatizaciones realizada desde los años 1990. La prensa
se hace eco de otras tres empresas en esta situación que se han puesto en huelga
estos días.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo empleados de las oficinas notariales también iniciaron
una huelga el 17 de febrero en demanda de un salario mínimo de 1 200 LE y que
sus corruptos e incompetentes responsables sean despedidos. Y los maestros
también amenazan con sumarse a esta dinámica, aún cuando el gobierno justo acaba
de prometer la titularización a pleno empleo de 75 000 de ellos con derecho a la
Seguridad Social. Por último, los jubilados del sector público que también se
movilizan en protesta contra la exclusión de su pensión del proceso en el que
está la subida del salario mínimo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En definitiva, tras 6 meses de represión feroz, el pueblo
egipcio de las fábricas y de las oficinas acaba de poner fin a la unión nacional
contra el terrorismo islamista que justifica la aceptación de la dictadura y el
retraso a las calendas griegas de las promesas sociales del régimen bonapartista
del mariscal Sissi. Pone fin -al menos de forma momentánea- a la violenta
represión que golpeaba a los militantes revolucionarios demócratas o
socialistas. Pero sobre todo pone fin al período de estos últimos meses, en el
que solo el ejército y los Hermanos Musulmanes aparecían en la escena política
con sus enfrentamientos sangrientos. Un período en el que era imposible luchar o
manifestarse contra las medidas del régimen sin ser acusado de ser un terrorista
islamista. En fin, con la caída del gobierno y por tanto del propio Sissi
(incluso si solo es momentánea), el pueblo egipcio, y muy en particular su
juventud, confirma el sentido de su abstención masiva en el referéndum de enero
de 2014; es decir el rechazo de los Hermanos Musulmanes, pero también el fin de
la adhesión (relativa) a la demagogia bonapartista del ejército.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La cuestión social recupera sus derechos y exigencias,
retomando el camino de las movilizaciónes de la primavera de 2013 y de los
millones de hombres, mujeres y jóvenes que ocuparon la calle durante varios
meses antes de que el ejército les robara la toma de conciencia política de un
poder popular posible.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Por supuesto, no todo está arreglado. Ni mucho menos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar, aún no se sabe si la política del
próximo gobierno/2, que cuando se escribe este artículo aún no está designado,
será intentar desviar el curso de la revolución social que se ha vuelto a poner
en marcha hacia callejones sin salida electorales o intentar romper la
revolución por la fuerza o un poco las dos cosas. Hasta ahora el ejército ha
dudado siempre para finalmente, tras algunas tentativas, retroceder ante el
enfrentamiento directo con la revolución por miedo de estallido de su propio
aparato de represión. Y no es la revuelta actual de la base del aparato policial
la que va a animarle a ir en ese sentido, salvo si la inminencia insurreccional
no le dejara otra opción. Las soluciones electorales por su parte, han perdido
mucho de su atractivo por el descrédito de los Hermanos Musulmanes que habían
ganado las confrontaciones electorales pasadas pero, más en general, también por
la desconsideración de los aparatos políticos demócratas y de “izquierdas” que
han hecho de esta solución la base de su existencia, debido a su participación
gubernamental en la dictadura del mariscal Sissi. Los Hermanos Musulmanes, el
Ejército, la oposición democrática laica están debilitados tras tres años de
dentelladas de la revolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, aún cuando sea una etapa necesaria, con la
desconfianza solo no basta. También hacen falta perspectivas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De hecho el movimiento obrero actual da algunas: un
salario mínimo decente para todo el mundo, la renacionalización del aparato
productivo, el despido de todos los corruptos a todos los niveles de las
direcciones de los aparatos económicos y administrativo, y todo esto bajo el
control del pueblo. De alguna forma una perspectiva socialista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Son quizá los retos del período que se abre: que miles de
hombres y de mujeres que han hecho la revolución hasta ahora se apoderen de ese
programa que surge de la situación para hacer de él una bandera consciente. Que
el eslogan “pan, justicia social, libertad” del comienzo tome este sentido. Pero
por supuesto, esto no se hará sin combates, dudas y retrocesos momentáneos
frente a la represión, las mentiras y las tentativas de división</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 22 de febrero, por ejemplo, parecería que los
trabajadores de la fábrica textil de Mahalla, punto de partida del movimiento
actual, habían suspendido su movilización debido a la promesa gubernamental de
darles no solo las mejoras salariales que reclamaban, sino el salario mínimo de
1 200 LE y el despido de los dirigentes de su empresa. En definitiva, todo lo
que pedían. Por tanto, una victoria total que puede animar a los demás
trabajadores aguantar en su movimiento o a implicarse en él, pero que puede
también dispersar la movilización general que se está construyendo. Tanto más,
si ese anuncio es cierto, ya que el gobierno dijo hace unos días que habían
vuelto al trabajo, lo que era mentira. Las autoridades han anunciado que
necesitarían dos meses para poner en marcha esas diferentes medidas. Es el plazo
que le han dejado los huelguistas que, sin embargo, han precisado que una vez
pasado ese plazo, si no se hubiera hecho nada, reiniciarían la huelga.
Ahorabien, el gobierno ha ganado tiempo y puede intentar aprovecharse de ese
plazo para mil maniobras... salvo si el movimiento emprendido de los demás
huelguistas -que por el momento nada parece poder detener- no se lo permite. La
revolución reafirma su dinámica.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U><BR></U></STRONG>1/ Al-Msry Al-Youm indica, el 25
de febrero, que militares van asegurar la conducción de 1200 minibuses en los
trayectos principales. Este método no es excepcional, ha sido utilizado en
numerosas ocasiones por los gobiernos egipcios. El martes, los trabajadores de
los transportes de El Cairo y de Gyseh continuaban su movimiento huelguístico
(red de A l´Encontre).<BR>2/ En los primeros comentarios, la interpretación
dominante de la dimisión -que ha sido reconocida como inesperada- se basaba solo
en la hipótesis de una maniobra que debía permitir a Al-Sissi una vuelta a un
estatus civil que le hiciera disponible para la elección presidencial que debe
desarrollarse antes de las legislativas según los deseos del ejército y del
presidente interino Adly Mansour. Sin embargo, en la conferencia de prensa dada
este 25 de febrero por el nuevo primer ministro designado Ibrahim Mahlaba
aparecía claramente la preocupación por la crisis social y la demanda de poner
fin a una multiplicación de los movimientos reivindicativos, insistiendo en los
recursos limitados del gobierno actual. Ibrahim Mahlab, antiguo director de la
imponente empresa gubernamental de construcción Arab Contractors, y uno de los
cuadros del Partido Nacional-Democrático (PND) de Mubarak, ha articulado su
discurso alrededor de dos temas. El primero, no extraño, imponer la seguridad y
el funcionamiento de los servicios públicos. Dicho de otra forma, asegurar “un
apoyo logístico, financiero y moral a las fuerzas de policía” (Ahram Online,
25/02/2014). El segundo, instaurar un diálogo con los trabajadores como la única
solucion , insistiendo a la vez en la necesidad de “no efectuar demandas que
vayan más allá de los recursos del país y cuya lógica destruiría a este último”.
En una tradición histórica, ha afirmado que el nuevo gobierno “apostaría por el
patriotismo de los trabajadores egipcios”. Este discurso traduce a la vez la
reemergencia del conflicto social y la táctica y estrategia puestas en marcha
para hacerle frente, en el seno de las que se inscribe la gestión y contención
(incluyendo la fuerza) de los diversos movimientos de reivindicaciones
socio-económicas, con su dimensión política de facto (Red A l´Encontre).
<HR>
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