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<DIV class=cabeza align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>2 de marzo de 2014<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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size=3>Venezuela</FONT></STRONG></DIV>
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size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV class=cabeza align=justify><STRONG><FONT size=3>¿Hacia dónde podría ir
Venezuela?</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV class=credito-articulo align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV class=credito-articulo align=justify><STRONG>Guillermo
Almeyra</STRONG></DIV>
<DIV class=credito-articulo align=justify><STRONG>La Jornada, México,
2-3-2014</STRONG></DIV>
<DIV class=credito-articulo align=justify><A
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></DIV>
<DIV class=credito-articulo align=justify> </DIV>
<DIV class="col col1" align=justify>
<DIV class=inicial> </DIV>
<DIV class=inicial>Según el gobierno y sus voceros extranjeros, Venezuela
enfrenta ahora un intento de golpe de Estado fascista y proimperialista. Según
los conservadores de todo el mundo y la prensa del gran capital, estaríamos ante
legítimas protestas democráticas de masa, duramente reprimidas por una
<Q>dictadura</Q> socialista. La realidad es otra.</DIV>
<P>Un golpe de Estado es imposible dado que las fuerzas armadas –incluso el
sector más conservador de las mismas y los militares integrados en la
boliburguesía– apoyan la llamada <Q>revolución bolivariana</Q>; es decir, un
proyecto nacionalista y distribucionista con apoyo popular, un capitalismo de
Estado apoyado en la renta petrolera y envuelto en una retórica
<Q>socialista</Q>, un intento de dirección vertical, paternalista y burocrático
de la economía que intenta asentar al gobierno en una movilización de las
mayorías y sólo considera marginalmente las ganancias de los capitalistas.
Aunque en vida de Hugo Chávez el gobierno trataba mucho más de erguirse por
sobre las clases fundamentales pero apoyándose en los trabajadores, todavía hoy
el aparato estatal, en el que el factor más sólido son las fuerzas armadas, pese
a sus virajes y a su creciente conservadurismo, sigue siendo nacionalista
<Q>popular</Q>.</P>
<P>Lo que presenciamos es la movilización desestabilizadora del sector
venezolano dirigido por Leopoldo López, del partido opositor Voluntad Popular,
que está estrechamente ligado al Tea Party, a la extrema derecha estadunidense y
mundial, a la oposición colombiana y sus representantes militares y
paramilitares dirigida por Álvaro Uribe. Dicho sector no acepta la táctica de la
mayoría de la oposición dirigida por Capriles que reconoce que el gobierno es
legal y cuenta con un apoyo mayoritario pero espera recoger en un futuro próximo
el descontento popular por la carestía, la inflación, la escasez y la
inseguridad y cambiar a su favor la relación de fuerzas sociales aplicando
demagógicamente un <Q>chavismo sin Chávez</Q>.</P>
<P>Los fascistas dirigidos por López y financiados por Estados Unidos y Uribe no
pueden esperar dos años hasta la realización de un referéndum revocatorio del
mandato del presidente Nicolás Maduro (que, además, temen perder como perdieron
las elecciones anteriores). Sus movilizaciones desestabilizadoras buscan
presionar a la tendencia conciliadora existente desde hace rato en las filas
gubernamentales y al ala más conservadora de los militares para lograr o un
gobierno de unidad nacional al que se incorporasen políticos proimperialistas o
grandes empresarios, o un gobierno técnico-militar, lo cual, en ambos casos,
significaría el fin de la <Q>revolución bolivariana</Q>. Esos sectores fascistas
saben que en las fuerzas armadas existen sectores integrados en la boliburguesía
y otros que temen y reprimen al movimiento obrero aplicando la idea stalinista
de que toda huelga obrera independiente del gobierno <Q>socialista</Q> es
contrarrevolucionaria y por eso acabaron a tiros con la huelga de los
trabajadores de la Mitsubishi.</P></DIV>
<P class="col col2" align=justify>El gobierno de Maduro está desconcertado y,
entre otros errores, pasó de calificar de fascistas y agentes de Washington a
todos los opositores sin excepción, incluidos los que simplemente son
conservadores, están engañados o protestas con motivos concretos, a ceder a la
presión del ala del chavismo encabezada por el ex vicepresidente José Vicente
Rangel, persona muy honorable pero conciliadora, quien propuso e impuso un
diálogo prácticamente incondicional con las fuerzas sociales de la derecha al
cual concurrieron los sectores empresariales pero que fue rechazado por los
partidos de la oposición. Este alternarse entre las amenazas y acusaciones
verbales de Maduro y las necesarias medidas gubernamentales destinadas a separar
el centro derecha de la extrema derecha, le quita autoridad al presidente y deja
a las bases chavistas en la incertidumbre política.</P>
<P class="col col2" align=justify>Evidentemente, ni los empresarios creen
posible un golpe que sólo contaría con posibilidades de éxito si fuese
respaldado por una invasión desde Colombia o de los marines y que llevaría a la
guerra civil con resultados muy inciertos, ya que uniría a la mayoría de los
venezolanos contra los agresores ni los trabajadores quieren esa guerra.</P>
<P class="col col2" align=justify>De modo que la negociación política se impone,
pero no a cualquier costo, pues las conquistas sociales y los gérmenes de poder
popular no sólo son irrenunciables sino que también deben ser urgentemente
consolidados y ampliados como única garantía para la defensa de la soberanía
popular y del país y como única vía para salir de modo positivo de esta crisis
económica y política.</P>
<P class="col col2" align=justify>Los gobiernos de Brasil y de Cuba, en
particular, con el apoyo de Bolivia y Ecuador y el tibio sostén argentino y
uruguayo, tratan de ayudar al gobierno venezolano a capear la crisis económica y
de contrarrestar la presión oficial de Washington a favor de la oposición
ultrareaccionaria pero Maduro, por sus oscilaciones y por sus declaraciones
místicas, no es una figura muy popular ni siquiera en esos países, donde Chávez
contaba en cambio con gran respaldo. Para colmo, hay una seria amenaza en el
futuro, ya que Estados Unidos podría lograr en cuatro años la autosuficiencia en
combustibles y el petróleo venezolano ya no le resultaría imprescindible. </P>
<P class="col col2" align=justify>Por lo tanto, la garantía de la <Q>revolución
bolivariana</Q> y de la apertura de la vía para avanzar hacia el socialismo
consiste en la movilización de los trabajadores, su actividad independiente, el
desarrollo de las experiencias de poder popular y la alianza entre ellos y los
más democráticos en las fuerzas armadas para enfrentar los intentos de alianza
entre la vieja burguesía y la boliburguesía. Una vez más, como en el Chile de
Allende en los setenta, para consolidar hay que avanzar.
<HR>
<P></P></FONT></BODY></HTML>