<html xmlns:v="urn:schemas-microsoft-com:vml" xmlns:o="urn:schemas-microsoft-com:office:office" xmlns:w="urn:schemas-microsoft-com:office:word" xmlns:m="http://schemas.microsoft.com/office/2004/12/omml" xmlns="http://www.w3.org/TR/REC-html40"><head><meta http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1"><meta name=Generator content="Microsoft Word 14 (filtered medium)"><!--[if !mso]><style>v\:* {behavior:url(#default#VML);}
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La dirigencia da por descontada una segunda vuelta con Lacalle Pou.<o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Ricardo Scagliola<o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Brecha, Montevideo, 23-10-2014<o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'><a href="http://brecha.com.uy/">http://brecha.com.uy/<o:p></o:p></a></span></b></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Una parte del país espera bastante escéptico que este domingo termine el proceso electoral y que –contra todos los pronósticos– esta primera vuelta sea suficiente para que la izquierda revalide su gestión al frente del gobierno nacional. Otra parte aguarda ansiosa la celebración de un balotaje que extienda la campaña un mes más y le permita a los partidos tradicionales seguir pugnando por regresar al poder. En el medio, cuatro partidos políticos ansían quebrar la inercia precedente y así engrosar su representación legislativa o –en el caso de los tres más pequeños– ingresar por primera vez al Parlamento. A la elección nacional se suma la dilucidación acerca de si la Constitución será reformada para bajar la edad de imputabilidad de los 18 a los 16 años.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>La apatía ciudadana en la zona metropolitana –baluarte histórico de la izquierda– y ciertas contradicciones en el seno del oficialismo encendieron, en los últimos días, algunas luces amarillas. Si bien el desinterés ciudadano y su alejamiento de la cosa pública, así sea de la esencial pero episódica rutina del voto, no es sólo de estos meses ni de estos parajes –el fenómeno recorre diversas partes del globo–, el cuadro general se tiñe con generosas pinceladas nativas. Cierto malestar por los déficits de gestión en Montevideo –un fenómeno que desembocó en un abultado voto en blanco y anulado en la capital del país en las elecciones departamentales de 2010–, el hecho de que los tres principales partidos ya han sufrido el desgaste de ocupar el gobierno, y la escasa confrontación ideológica parecen empujar a la gente del común a volcar sus menguantes energías en otros temas, presumen en voz baja dirigentes del oficialismo. Frente a esta dificultad por mover el amperímetro de las pasiones o el interés, la orientación de la campaña exigía un esfuerzo muy afinado. Pero, en general, la estrategia del FA lució, sobre todo al comienzo, desatenta al clima imperante.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Una lectura desatinada de las demandas del electorado –y más específicamente, de una sociedad en plena transformación– llevó a desandar el plan originalmente trazado y a cambiar la planificación inicial de la campaña. Al calor del golpe de efecto que implicó la victoria de Luis Lacalle Pou en las elecciones internas del Partido Nacional (PN), el complaciente “vamos bien” abrió paso a otro eslogan, menos indulgente: “Uruguay no se detiene”. El cambio en la nomenclatura frenteamplista evidenciaba un silencioso giro de campaña. El viraje continuó con la puesta en marcha de una serie de conferencias temáticas que permitieron, en un momento decisivo, recuperar una iniciativa que hasta entonces había permanecido en la cancha del rival. A esa necesidad de manual se impuso otra: la de impulsar –por lo menos estéticamente– caras nuevas. Si en el equipo que rodeó a Tabaré Vázquez desde el inicio de la campaña predominaron las mismas figuras que lo acompañaron en el primer gobierno, en esta segunda etapa emergieron con mayor notoriedad una nueva camada de dirigentes, mediatizados en uno de los últimos spots publicitarios.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>La educación en disputa<o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>El oficialismo tuvo varios sinsabores esta semana, en parte autoinfligidos. La propuesta de implementar un sistema de vouchers en la educación puso en aprietos al oficialismo, aunque nunca al grado de ponerlo patas para arriba. La polémica se desató luego de que Vázquez se mostrara partidario de apoyar “con bonos educativos y becas a los estudiantes que quieran ir a institutos privados”, entrevistado en el programa En la mira de Vtv. A influjo de su principal asesor en materia educativa, Fernando Filgueira, la posibilidad de que el Estado entregue a las familias una subvención destinada a la educación de sus hijos para que los padres puedan elegir dónde mandarlos a estudiar (en una línea similar a los vouchers que existen en países como Chile) figuraba originalmente en el repertorio de opciones que el propio Vázquez manejaba para contrarrestar la crisis en la educación media. Pero un ataque directo lanzado el pasado domingo desde tiendas nacionalistas llevó al ex presidente a bajarle el copete a esa iniciativa.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Estratégicamente desplazado del discurso “por la positiva”, Larrañaga emplazó a Vázquez a definirse acerca de “si quiere instaurar un plan neoliberal para la educación, usando los vouchers o tiques”. Entrevistado por Brecha, Vázquez relativizó sus dichos, y limitó su propuesta a la extensión de bonos para hijos de funcionarios de centros educativos privados, al tiempo que subordinó su eventual aplicación a la decisión del FA. Sin embargo, consultado por El Espectador, el candidato a vice, Raúl Sendic, aportó otra explicación: los bonos se utilizarían para que alumnos de educación pública pasen a instituciones privadas como “una herramienta transitoria” para aquellos “lugares donde la infraestructura pública no es lo suficiente o está en construcción”. La propuesta del voucher fue duramente criticada por los sindicatos de la educación. Para la Federación de Profesores de Secundaria la iniciativa planteada va en consonancia con la idea de privatizar la educación pública.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Relaciones peligrosas <o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>En los últimos días de campaña, la polémica sobre la conducción de la política económica durante el actual gobierno eclipsó a los dos principales referentes del oficialismo, Tabaré Vázquez y José Mujica. Las declaraciones del candidato del FA al semanario Búsqueda con relación a que durante un eventual tercer gobierno no habrá dos equipos económicos generaron una evidente molestia en el presidente, que hablando con la prensa dijo que Vázquez “no está informado”. “El Frente Amplio no es un corral de gente subordinada, es una organización abierta donde hay gente que piensa hacia un lado y hacia otro, cada cual se expresa y aparecen ciertas contradicciones”, subrayó. Y agregó: “Lo que pasa es que somos abiertos, libres, y la gente discute, tiene ideas y las plantea”. Los dichos de Mujica cayeron como un balde de agua fría en el entorno del candidato cuando apenas faltaban cinco días para las elecciones. Y dieron rienda suelta a todo tipo de especulaciones sobre el estado de situación del vínculo personal entre Mujica y Vázquez.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>En realidad, el desaire que le propinó el presidente a su propio candidato tiene razones más profundas. Las declaraciones de Vázquez a Búsqueda el jueves 16 generaron un hondo malestar en Mujica y su entorno en los últimos días por la cantidad y el tenor de las críticas. En ese reportaje, además de emplear el concepto de los “dos equipos” en materia económica, el candidato del FA fue crítico con algunos aspectos de la regulación de la marihuana y marcó distancia con los calificativos dirigidos por el presidente a la oposición ante la negativa del PN a recibir a los presos de Guantánamo. Para algunas fuentes políticas consultadas por Brecha, las declaraciones de Vázquez anticipan cierto revisionismo de algunas políticas implementadas durante este período, a imagen y semejanza de lo sucedido durante la transición entre el primer y el segundo gobierno del FA, cuando Mujica decidió poner reversa en el anunciado Plan Cardales. Otro ámbito en que el entorno del presidente advierte una marcha atrás es en la orientación de la política exterior, donde el actual gobierno trazó un perfil marcadamente latinoamericanista.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Según explicaron fuentes de su entorno, Vázquez se propone volver a la estrategia del “regionalismo abierto” y dotar a la cancillería de un perfil más comercial. Y para ello piensa en dos nombres: el del ex embajador en Estados Unidos Carlos Gianelli, y el del diplomático José Luis Cancela, dos hombres de su confianza que, sin embargo, no reúnen el perfil “eminentemente político” que el candidato trazó para Brecha.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Mientras el oficialismo intenta ahora bajar el perfil de los cortocircuitos entre los dos máximos referentes del FA, la fórmula dedicó sus últimos actos públicos a erigirse como garantes de la estabilidad política en el país. En el cierre de campaña realizado en Colonia, Vázquez insistió en pedir “un voto de confianza” sobre la base de haber cumplido con las promesas hechas diez años atrás, en la campaña de 2004. En la recta final, el ex presidente insiste en contrastar la “aventura” que un gobierno de Lacalle Pou representaría para el país frente a la “confianza” exhibida por el FA.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><b><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>La mañana siguiente<o:p></o:p></span></b></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>En un escenario más reñido de lo previsto, la gran movilización contra la baja de la edad de imputabilidad logró encolumnar tras de sí a buena parte del arco político y cientos de organizaciones estudiantiles, sociales y religiosas, incluyendo a figuras del porte del entrenador de la selección, Óscar Tabárez. En los hechos, este despliegue logró aislar a los impulsores de la reforma constitucional –el Herrerismo y el Partido Colorado (PC)– y, lo más importante, neutralizar un debate sobre la seguridad que se insinuaba espinoso para el oficialismo. Una derrota del plebiscito como la que sugieren los sondeos justificaría, según la máxima dirigencia del FA, poner bajo la lupa el mensaje del electorado y el activo que una definición de esas características pueda representar para la izquierda de cara a una segunda vuelta. Otra lectura será la que deba hacerse de la interna del FA, donde el Grupo de los Ocho amaga con acaparar buena parte del voto frenteamplista. Si el Mpp mantiene la delantera, el Frente Liber Seregni retiene la cosecha de 2009, y los grupos que postulan a la senadora Constanza Moreira y Raúl Sendic equiparan el porcentaje obtenido en las internas, o todo lo contrario, ello formará parte de los balances de la mañana siguiente.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'>Como si los relojes con el gran hermano latinoamericano se hubiesen acompasado, el domingo también estará en juego el futuro del estribo en el que, a partir de sendos acuerdos trazados por iniciativa del propio Mujica, hace pie Uruguay para afirmarse en la cabalgata mundial. Y aunque la política exterior ha sido una de las grandes ausentes de esta campaña, lo que ocurra en Brasil pegará fuerte en estas pampas. Amén de la gran trascendencia que esta definición tendrá para el futuro de nuestro país y el continente, este domingo las miradas van a estar puestas en el paisito. A partir del lunes, los análisis no podrán obviar el nuevo clima político regional.<o:p></o:p></span></p><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'> Si las encuestas dieran en el clavo y la presidencia se definiera en noviembre, el próximo lunes comenzará otra campaña en Uruguay. De contradecir a los sondeos y conservar el FA una mayoría parlamentaria propia –algo bastante improbable según las encuestas divulgadas ayer–, su camino hacia el balotaje se vería más despejado. Pero en caso de perderla, los siguientes 34 días serán cuesta arriba para el oficialismo. Algunos paraguas ya se van abriendo ante la eventualidad del chaparrón. El propio Sendic reconoció el domingo pasado que el FA “está preparado para todo”, incluso para la posibilidad de gobernar sin mayorías parlamentarias. De cumplirse ese extremo, la coalición encarará el tramo más difícil de su saga, sin tiempo para elaborar el duelo de perder las mayorías a manos de blancos y colorados. En esa hipótesis, al FA sólo le quedará un mes para conquistar el voto que el alma pronuncia y eludir un desenlace de pesadilla.<o:p></o:p></span></p><div class=MsoNormal align=center style='text-align:center'><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'><hr size=2 width="100%" align=center></span></div><p class=MsoNormal><span style='font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"'><o:p> </o:p></span></p></div>
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