[Gcap-mujeres] DISCURSO DE VIRGINIA VARGAS EN NOMBRE DE SOCIEDAD
CIVIL EN ASAMBLEA GENERAL
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Vie Sep 16 20:15:04 UYT 2005
AMIGAS Y AMIGOS
CON MUCHO GUSTO COMPARTIMOS CON UDS LAS PALABRAS QUE HOY PRONUNCIA GINA
VARGAS EN LA ASAMBLE GENERAL ANTE LOS JEFES DE ESTADO .
TODO NUESTRO APOYO DESDE AQUI A GINA
ESTARA POR PRIMERA VEZ SOLA , EN ESE GRAN HALL, DONDE SIEMPRE ESTAMOS SUS
COMPANIERAS Y COMPANIEROS DE LOS DISTINTOS MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES DE
LA SOCIEDAD CIVIL.
SALUDOS
ALEJANDRA SCAMPINI
REPEM-DAWN
GRUPO DE TRABAJO FEMINISTA GCAP
POR UNA NACIONES UNIDAS DE NOSOTRAS Y NOSOTROS LOS PUEBLOS
Presentación de la Sociedad Civil Global a la Cumbre del Milenio
Naciones Unidas, setiembre 16, 2005
Como activista de la sociedad civil global, me hago eco de las voces -
insistentes y desencantadas- de los movimientos sociales globales, que les
dicen a los Jefes de Estado presentes en esta Asamblea General que este
mundo, tal como esta, es éticamente inaceptable, políticamente devastador,
económica y ambientalmente insostenible.
Que afirman –tal como señala el Foro Social Mundial- que otros mundos son
posibles y que, para lograrlos, es urgente un cambio radical, que coloque a
mujeres y hombres en el centro del desarrollo, de una nueva democracia con
justicia social, justicia de género y en armonía con el planeta.
Que le dicen a esta Asamblea general que ustedes están perdiendo una
oportunidad histórica de asumir sus obligaciones y cumplir con sus promesas
de lograr un mundo más justo.
Que su falta de compromiso con la misión de Naciones Unidas esta impidiendo
que sea de nosotras y nosotros, los pueblos,
Y que los urgentes cambios que el mundo requiere sólo serán posible
desmantelando tres fuerzas globales antidemocráticas, injustas y
sostenidas por países poderosos y sus aliados: el neoliberalismo, el
militarismo y los fundamentalismos de diferente signo.
Una vida sin carencias sólo será posible si se confronta el paradigma de
desarrollo que prioriza el crecimiento económico sobre los derechos humanos,
si se recuperan los aportes de las sociedades civiles y sus movimientos
emancipatorios a un nuevo paradigma global;
si se reconoce la contribución fundamental que realizan las mujeres a la
economía productiva y reproductiva.
En un mundo donde la producción de riqueza es enorme y al mismo tiempo la
pobreza y exclusión son dramáticamente crecientes, el problema central es la
tremenda inequidad en la distribución de la riqueza!
Situación legitimada por un orden internacional injusto que favorece a los
más poderosos.
Donde están los nuevos instrumentos de rendición de cuentas y de impuestos
globales a las corporaciones multinacionales?
Donde esta la normatividad internacional que controla la expropiación y
usufructo de las riquezas culturales y naturales de los pueblos por los
capitales globales?.
Hasta cuando la atención de epidemias mortales como el SIDA seguirá
supeditada a las ganancias de las trasnacionales y el progreso científico de
la humanidad seguirá monopolizado por el mercado?
Donde están, finalmente, las propuestas democráticas frente a una deuda
indecente e inmoral, pagada ya de muchas formas, y cuya condonación se ha
convertido en una herramienta de control y aceptación de los intereses
hegemónicos?
Esa deuda es éticamente incobrable para la ciudadanía del mundo.
Una vida sin miedos no será posible mientras el poder político esté en
alianza con el poder económico de las trasnacionales de armamentos.
Esta alianza no tiene legitimidad para definir cuando una situación
es “amenaza inminente” o un peligro “latente”.
Ella misma es amenaza y peligro, porque recurre a la mentira y al
unilateralismo arbitrario para imponer sus afanes de guerra permanente.
Exigimos no un desarme progresivo ni selectivo, sino un desarme general.
Exigimos modificar la lógica de resolución de conflictos, ampliando la
mirada a otras causas del temor.
Una vida sin temores para millones de mujeres también significa sancionar la
violencia – en lo domestico, en lo sexual, en los conflictos armados-
como una brutal violación de sus derechos humanos.
Una vida sin temores se construye confrontando el racismo, reconociendo los
derechos y la autonomía de los pueblos indígenas.
Se construye afirmando el derecho de movimientos sociales, como el de las
mujeres, en aportar a una agenda de paz.
Y se construye respetando los acuerdos internacionales, que constituyen una
responsabilidad ética global.
Gobiernos que se resisten a firmar el Protocolo de Kyoto tienen hoy
responsabilidad en el desastre y sufrimiento dejado por el huracán Katrina.
Gobiernos que pretenden la impunidad frente a sus crímenes de guerra,
resistiéndose a fortalecer la ley internacional,, tendrán que rendir cuentas
a la historia. La lucha contra el terrorismo no puede hacerse al margen del
sistema de derechos humanos.
Como vivir en libertad en estas condiciones? Que libertad estamos
construyendo cuando sabemos que el hambre esta quitando capacidades
irrecuperables a las nuevas generaciones?
Que libertad puede haber sin el reconocimiento de los derechos sexuales y
los derechos reproductivos de las personas y el derecho a ejercer diferentes
formas de sexualidad y amor?
Vivir en libertad sólo será posible si los derechos humanos, indivisibles,
universales e interdependientes, son colocados al centro de la estructura y
las dinámicas de los estados y de Naciones Unida, recuperando en cualquier
nueva estructura lo que ha democratizado y ampliado su alcance.
Si los estados son seculares, gobernando para toda la ciudadanía y
garantizando la no influencia de instituciones religiosas cuya presencia en
Naciones Unidas es arbitraria y un obstáculo para el despliegue de los
intereses democráticos.
Como lo son también los desbalances de poder en el Consejo de Seguridad,
que no se resolverán sólo con más o menos miembros, sino con la eliminación
del derecho a veto.
Naciones Unidas, para cumplir con su misión, debe estar a la altura de los
desafíos del nuevo milenio.
Naciones Unidas no puede seguir siendo solo de los gobiernos, como lo ha
sido en esta Cumbre.
Su refundación democrática debe estar abierta a los múltiples aportes de los
movimientos sociales y fuerzas democráticas para construir un mundo
diferente, sin pobreza ni exclusiones.
Naciones Unidas debe recuperar su misión, de ser de nosotros y nosotras los
pueblos. ¡O no será!
Virginia Vargas
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