[vecinet] Asumieron nuevos concejales vecinales

[vecinet]

vecinet-notici en s - No. 605
EDICION DE EMERGENCIA
8 años de vecinet: 1996 - 18 de mayo - 2004

SUMARIO
1 - Asumieron los nuevos integrantes de los Concejos Vecinales
2 - Montevideo: Construir ciudad, construyendo ciudadanías

1 - Asumieron los nuevos integrantes de los Concejos Vecinales
     El pasado martes 15 de junio, en ceremonia realizada en la Sala del
Palacio Municipal que lleva el nombre del socialista Ernesto de los Campos,
en homenaje al fallecido Director de Descentralización y Vice Intendente de
Montevideo, asumieron los nuevos
integrantes de los Concejos Vecinales electos el pasado 23 de mayo en las 18
zonas de Montevideo.
     Las Juntas Locales de cada una de las 18 zonas en que está dividido el
territorio del Departamento de Montevideo, proceden en estos días, de
acuerdo a la reglamentación vigente, a instalar el Concejo Vecinal
respectivo.
     En total fueron electos 625 concejales vecinales, de entre los 2.059
vecinos que se presentaron como candidatos. De ellos, el 57% participó por
primera vez de la elección, el 33% fue reelecto y el 10% ocupó el cargo
alguna vez.
     Los nuevos Concejos Vecinales estarán integrados por 59% hombres y 41%
de mujeres. El 53% de los electos tienen edades que oscilan entre los 40 y
59 años. La mitad tienen entre 18 a 49 años. El 54% son personas ocupadas,
tanto sea asalariados, profesionales, comerciantes e industriales. El 30%
son desocupados y el 23% corresponden a jubilados y pensionistas. El 39%
fueron presentados por organizaciones sociales, vecinales, cooperativas,
etc., y el 61% avalados por firmas de vecinos.
     En cada Zona de Montevideo funciona un Gobierno Local, integrado por
una Junta Local y un Concejo Vecinal.
     La Junta Local ejerce el gobierno sobre el Centro Comunal Zonal. Su
tarea es programar obras y servicios municipales, asesorada por el Concejo
Vecinal.
Está integrada por cinco ediles honorarios, designados por el Intendente y
propuestos por los partidos políticos. El Centro Comunal Zonal es la oficina
municipal que tiene a su cargo la gestión de diversos servicios y obras en
los barrios de cada Zona.
     Los Concejos Vecinales son órganos autónomos que facilitan la
participación social en la gestión municipal, además de ser los portavoces
de las necesidades, demandas y propuestas del barrio ante las autoridades
nacionales y municipales.
     Los concejales trabajan honorariamente Son representantes de
organizaciones sociales, vecinales, cooperativas, religiosas, culturales o
deportivas.
     Entre sus funciones se encuentra la elaboración de proyectos y planes
para mejorar los barrios y asesorar a las Juntas Locales en planes para la
Zona, estableciendo prioridades. Participan en la elaboración del
presupuesto municipal, proponiendo las prioridades de gastos e inversiones
que realiza la Intendencia y evaluando la gestión. Trabajan por la inclusión
social a través de la solidaridad y cooperación con los sectores más
vulnerables de Montevideo. (vecinet)
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2 - Montevideo: Construir ciudad, construyendo ciudadanías
     Intendente Arana: "Ustedes, hombres y mujeres de nuestra comunidad,
     son la expresión de una fuerza formidable, la fuerza de la ciudadanía"
     A continuación se transcribe la intervención del intendente municipal
de Montevideo, Arq. Mariano Arana, en el acto de recibimiento y toma de
posesión de los nuevos integrantes de los Concejos Vecinales:
     "Bienvenidos a esta casa, la casa de todos los montevideanos, sin
excepción alguna. En este acto, damos formal toma de posesión a los nuevos
integrantes de los 18 Concejos Vecinales de Montevideo.
     Se trata, la de hoy, de una instancia trascendente aunque sencilla y
llana, propia de nuestra austera tradición republicana.
     No es un dato menor el saber que en esta Sala a la que hemos decidido
nominar "Ernesto de los Campos" en recuerdo y homenaje al que fuera un
entrañable y leal compañero de nuestro equipo de gobierno e incansable
impulsor de nuestro sistema de descentralización; en esta sala, decíamos,
están reunidos un alto número de vecinas y vecinos, llenos de entusiasmo y
prestos a asumir importantes responsabilidades, en el ejercicio de los
cargos para los cuales fueron electos por sus propios conciudadanos a través
de elecciones realizadas a padrón abierto y en forma libre y voluntaria.
     Ciertamente ustedes, amigos, hombres y mujeres de nuestra comunidad,
son la expresión de lo que hemos caracterizado en múltiples oportunidades
como una fuerza formidable: la fuerza de la ciudadanía.
     Hace ya cierto tiempo, cuando formulamos nuestra propuesta política y
programática a la población para la instancia electoral en que habría de
dirimirse nuestra reelección para la Intendencia Municipal de Montevideo,
acordamos con nuestros compañeros una fórmula convocante que aún hoy
consideramos apropiada y que nos ha guiado a lo largo de nuestra gestión:
"Construir ciudad, construyendo ciudadanías".
     Lema que no sólo hace elocuente referencia a que la ciudad, -toda ella-
es una construcción colectiva, sino que además coloca a todos y cada uno
de los ciudadanos y ciudadanas, en el centro mismo de nuestras
preocupaciones y de nuestros desvelos. La ciudad es, en efecto, lugar
emblemático en el que confluyen diversidad de experiencias, de perfiles, de
anhelos y de propuestas. La ciudad -toda ciudad- en un ámbito de encuentros
y de diversidades.
     Reitero que nuestra apuesta central, en tanto equipo de gobierno
municipal, ha sido y es la construcción de ciudadanías, mediante un esfuerzo
continuado y empecinado por establecer un nuevo vínculo entre el Estado y el
vecino, tarea nada fácil por cierto.
     Nada fácil, ha sido sostener esta apuesta. Esta compleja coyuntura por
la que ha transitado el país en los últimos años. Y si la hemos podido
sostener, ha sido gracias a muchos que, como todos ustedes, se han
comprometido a realizar, en forma honoraria, una generosa acción social.
     Desde diversos ángulos -y seguramente con variadas intencionalidades-
se han señalado dificultades e insuficiencias que aún presenta el proceso de
descentralización y los escollos que deberemos superar para avanzar y seguir
adelante. Dejemos de lado aquellos cuestionamientos que puedan estar
exclusiva o principalmente animados por un interés meramente electoral; y no
nos detengamos tampoco en aquellos señalamientos motivados por la exclusiva
intención de erosionar la credibilidad de los gobiernos departamentales, de
las autoridades locales y de los propios Concejos Vecinales.
     En cambio sí consideramos lógicas, pertinentes, y atendibles aquellas
visiones críticas y aquellas observaciones realizadas por personas de los
más diversos perfiles políticos auténticamente preocupados por seguir
avanzando en nuestro proceso de descentralización municipal con
participación de la población.
     Hemos sido nosotros mismos, con nuestro equipo, que nos adelantamos a
reconocer que este proceso está signado por logros y también por falencias,
por avances y por bloqueos, por satisfacciones y por sinsabores, por
concordancias y por contradicciones.
     Por ese motivo los convocamos a todos a ser críticos, vigilantes e
inconformistas; y a la vez, a ser positivos y constructivos; a ser los
primeros en advertir los problemas y las inconsecuencias y al mismo tiempo,
ser los primeros en procurar encontrar, entre todos, las respuestas
superadoras.
     Decíamos que la integración de los 18 Concejos Vecinales de la ciudad
de Montevideo fue resuelta a través de elecciones realizadas a padrón
abierto y en forma libre y voluntaria.
     Para referirnos brevemente a la votación del pasado 23 de mayo,
realizadas en un marco de transparencia democrática que nos enorgullece,
debemos señalar con toda franqueza, que el número total de votantes no ha
colmado nuestras expectativas.
     Reconozcamos también que el resultado global encubre realidades
heterogéneas entre las 18 zonas de Montevideo y aún en las subzonas, en cada
una de aquellas, lo cual ha motivado un meticuloso análisis por parte de
nuestros compañeros del equipo de gobierno, análisis impulsado
particularmente por la directora Ana Olivera, a los efectos de determinar
causalidades, identificar situaciones y poder perfilar actuaciones de cara
al futuro. Resulta prematuro, al día de hoy extraer conclusiones sobre un
proceso que estuvo muy condicionado por los ámbitos locales, con sus
diversidades y sus dinámicas propias.
     Creo que debemos mirar y analizar los resultados en el contexto de una
sociedad cuya vida se ha complejizado en forma creciente, una comunidad
vulnerada y en buena medida descreída y escéptica en relación a las
actuaciones públicas y los proyectos colectivos.
     Nos preocupan ciertamente estos temas, pero ahora nos corresponde,
juntos, mirar hacia delante.
     Los nuevos Concejos que se instalan formalmente en la tarde de hoy,
todos ustedes, concejalas y concejales de cada una de las 18 zonas de
Montevideo, tendrán por delante importantes desafíos y grandes
responsabilidades.
     Por lo pronto, frente a las muchas tareas que habrán de plantearse en
lo inmediato, son los concejos vecinales los que deberán entender en los
compromisos de gestión que anualmente se establecen entre el equipo de
gobierno y cada uno de los ámbitos zonales.
     Pero además, son todos ustedes amigos, en tanto integrantes de esos
Concejos Vecinales quienes tendrán que oficiar de interlocutores del nuevo
gobierno departamental que será electo en mayo de 2005, y pasarán a tener
una especial relevancia en la definición del futuro presupuesto quinquenal,
tanto en lo que tiene que ver con sus grandes lineamientos, como en sus
particularidades locales.
     Por otra parte, quiero adelantar algunas ideas que son el fruto de mi
experiencia personal a lo largo de casi diez años y casi dos períodos de
gobierno municipal y de los casi quince años, desde el comienzo de esta
experiencia -absolutamente inédita, a nivel nacional- de la
descentralización con participación ciudadana.
     Experiencia que ha transitado por distintas etapas y que ha superado no
pocos obstáculos, que está instalada hoy en el corazón mismo de la gestión
municipal, y aún más: que es reconocida y estudiada más allá de fronteras.
     ¿Que lo actuado hasta el momento no nos conforma plenamente?.
     ¿Que la población en general no tiene todavía una clara visualización
de la tarea de las Juntas Locales, de los Concejos Vecinales y los Centros
Comunales?
     ¿Que subsisten problemas de eficiencia, de inercias, de capacidad de
respuesta oportuna?. Es cierto.
     ¿Que tenemos por delante muchos aspectos para mejorar y para superar?
Por supuesto.
     Creo que en cierto modo, todos somos concientes de estas limitaciones y
de la necesidad de avanzar para superarlas.
     Tampoco podemos dejar de captar la señal de adhesión al proceso y a la
participación vecinal que nos dieron 77.000 hombres y mujeres de férrea
convicción y compromiso, a pesar de la poca estimulante coyuntura reinante
en el país.
     No podemos soslayar, en efecto que, a pesar de los primeros indicadores
de reactivación, sus efectos no llegaron aún a la gente y que persiste un
alto grado de marginalización y empobrecimiento de grandes sectores
poblacionales, un clima de inseguridad con relación al presente y de
incertidumbre con relación al futuro.
     Estoy convencido que todo ello ha producido profundos efectos y ha
incidido, e incidirá aún por mucho tiempo más en el ánimo de nuestra gente,
en el entorno familiar, en las relaciones interpersonales, en el ámbito
laboral y en la vida pública.
     A la vez, para no destacar tan sólo los aspectos problemáticos creo que
es importante subrayar que, pese a la gravedad de la crisis, afortunadamente
no se registró en Uruguay un estallido social violento, gracias a las
peculiares características de nuestro entramado social, capaz de generar
redes de solidaridad y de autogestión, y gracias también a la madurez de las
organizaciones sociales y sindicales, a las ollas populares y merenderos, a
las cooperativas y organizaciones no gubernamentales, a los grupos de
vecinos y vecinas, y, más en particular, al accionar responsable y generoso
de los Concejos Vecinales.
     La sociedad uruguaya toda realizó un enorme esfuerzo por tratar de
paliar las insuficiencias de un Estado que en la última década perdió gran
parte de su capacidad de respuesta frente a las emergencias.
     En este invierno de 2004, a dos años del terrible colapso financiero
enfrentamos nuevamente un crudo clima invernal, con muchos compatriotas
desprotegidos. Para ellos estamos encarando la implementación de un nuevo
"Plan Invierno" que fuerza es reconocerlo, atenderá apenas a las necesidades
más urgentes, en el contexto de una sociedad que se ha empobrecido y que se
ve amenazada por la exclusión y la fragmentación social.
     Pero no es éste un tiempo, para la queja o la autocompasión. Todos
quienes aquí estamos, compartimos una común vocación de servicio. Todos
quienes aquí estamos, nos sentimos animados por una común vocación de
trabajo y una misma voluntad de superación. Seguimos confiando en la
potencia de los proyectos colectivos. Aún sostenemos las virtudes del debate
y la confrontación de ideas, franca y leal.
     Aún impulsamos las propuestas de progreso y transformación social, los
valores de la convivencia pacífica, de la libertad y de la justicia, de la
mano amiga, del brazo solidario y de la acción pública como respuesta
necesaria frente a las necesidades individuales y grupales.
     No es sencillo, amigos, sostener tales convicciones, en un mundo que
preconiza el individualismo como camino hacia un éxito cuyos componentes
principales parecen ser el lucro y la satisfacción individual.
     Confío que nuestro Montevideo y nuestro país elijan encauzarse por
caminos alternativos, en el marco de la institucionalidad democrática y la
defensa del pluralismo y la diversidad.
Confío en todos Ustedes para lograrlo. Cuento con todos Ustedes, así como
Ustedes saben que pueden contar con nosotros Juntos podemos revertir el
desaliento y regenerar la esperanza.
     Nuevamente, felicitaciones por la nueva responsabilidad que han asumido
y un buen trabajo para todos". (vecinet)
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