Palestina: la última victoria de Sharon [Michel Warschawski]

[Ernesto Herrera]

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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - Nº 9301 - Enero 31 - 2006 - Redacción: germain en chasque.net

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Palestina

La última victoria de Sharon

Michel Warschawski

Corriente(a)lterna
http://www.espacioalternativo.org/

 
La victoria decisiva de Hamas en las elecciones incuestionablemente democráticas que han tenido lugar en los territorios palestinos ocupados es el resultado de muchos factores. En cualquier caso, por encima de todo, es una gran victoria para la política de Ariel Sharon.

La destrucción de la OLP ha sido un objetivo estratégico durante muchas décadas para los anteriores primeros ministros israelíes y, por ello, este no ha sido el primero intento, ya que las aventuras sangrientas de Sharon en el Líbano en 1982 representaron un gran esfuerzo por conseguir este objetivo. De todas formas, pese al poder militar israelí y su brutalidad despiadada -ejemplificada por su papel en las masacres de Shabra y Shatila-, la invasión del Líbano fracasó.

En el 2001, de nuevo en el poder, Ariel Sharon estaba determinado a tener éxito allá dónde había fracasado dos décadas antes. Con el pretexto de una guerra permanente y preventiva contra el terrorismo, Sharon desencadenó una ofensiva sangrienta contra los líderes, los militantes y las instituciones del movimiento nacional palestino. El objetivo era la destrucción del movimiento, sabiendo  perfectamente que, si tenía éxito, esta estrategia conduciría a la aparición de una dirección alternativa.

El que "Israel no tiene ningún socio palestino" no fue la razón de la gran ofensiva militar y de la política israelí de destrucción de los territorios ocupados, sino su objetivo: para el antiguo primero ministro israelí, este uniteralismo era la única forma de conseguir los objetivos sionistas y las negociaciones se percibían como un obstáculo que podría forzar una retahila de compromisos inaceptables. Era pues necesario destruir cualquier potencial socio para futuras negociaciones.

Tras neutralizar a Yasser Arafat, el gobierno israelí desestabilizó al "moderado" Abu Mazen y continuó el proceso de destrucción tanto de la infraestructura como de la continuidad territorial palestina. El caos, y a menudo los ataques terroristas, eran los resultados que se podía esperar de esta política, que sólo demostraba que todavía no había ningún socio palestino.

Israel previno intencionadamente a la dirección palestina para que no concediera nada a su público ni a nivel político ni económico. Esto facilitó, como se esperaba y se preveía, el hundimiento del apoyo popular a la dirección y el reforzamiento de la oposición islámica. Efectivamente, Hamas no sólo se percibe más capaz sino también alejado de los fracasos de la Autoridad Palestina. Su voto por Hamas fue más un voto de protesta que un voto ideológico; fue una forma de decir "habéis fracasado, ya no confiamos en vosotros y queremos intentar alguna cosa nueva".

Ariel Sharon quiso una victoria de Hamas para que pudiera decir de una forma más convincente "no tenemos socios para la paz". Los resultados de las elecciones permitirán en Israel continuar su camino de colonización, incluyendo algunos redesplegamientos militares tácticos y el desmantelamiento de algunos asentamientos aislados ingestionables.

Durante un tiempo esta política puede tener éxito, y la reacción de la comunidad internacional y de los medios de comunicación, está siguiendo los planes del gobierno israelí. En otras palabras, el pueblo palestino habrá de enfrentarse a tiempos difíciles a corto plazo. Aun así, y cualquier palestino sabe esto, hasta cuánto pueden llegar a empeorar las cosas? Parará Israel el proceso de paz? No había ningún proceso de paz. Israel renovará la política de asesinatos selectivos? Nunca se pararon. Israel destruirá más casas y arrancará más árboles? Es casi imposible hacer más mal del que ya se ha hecho a lo largo de los últimos cinco años. Israel continuará arrestando militantes? Esta política nunca se paró. La comunidad internacional dejará de apoyar económicamente? Ya se había reducido al mínimo.

El éxito israelí, en cualquier caso, quizás no durará demasiado tiempo. Puesto que fue democráticamente elegido con la presencia de centenares de observadores internacionales, la dirección de Hamas tendrá una cierta legitimidad internacional. El hecho es que no es responsable de los compromisos previos de la OLP (el proceso de Oslo), cosa que la sitúa mejor para no alimentar demasiado las expectativas populares. La posibilidad de un verdadero gobierno de unidad nacional es ahora muy real y, esta vez, será percibido por la comunidad internacional como una señal de moderación. Durante la etapa anterior era percibido como un giro de la Autoridad Nacional Palestina hacia posiciones más radicales.

A diferencia de la imagen racista que han difundido los medios de comunicación locales e internacionales, Hamas no es una organización fanática e irracional. Tiene una dirección política inteligente que seguirá el ejemplo exitoso de Hezbollah e el Líbano. Además, es posible que Hamas se integre en la OLP y acepte su autoridad.

Quizás no sea demasiado optimista decir que la victoria de Hamas acabe trayendo lo que los israelíes han intentado sabotear: la unidad nacional palestina para luchar contra la ocupación y reconstruir una sociedad que ha sido sistemáticamente desmantelada mediante la guerra israelí de pacificación. Quizás acabe aportando nuevas esperanzas y más confianza.

"No negociaremos con Hamas". "Sólo nos encontraremos con Hamas e el campo de batalla" -recordamos estos eslóganes de los años ochenta, que solamente durante aquellos años se dirigían a la OLP. Sabemos que, en última instancia, el gobierno israelí se vio forzado a cambiar radicalmente su política, al menos durante dos años. Ya hay señales de que la Administración norteamericana se está distanciando de su política de guerra total contra las organizaciones islámicas e, incluso, está intentando encontrar nuevos aliados entre ellas. Evidentemente, los Estados Unidos han empezado a trabajar con estas organizaciones en Iraq y han mantenido contactos semipúblicos con los Hermanos Musulmanes en Egipto. Tarde o temprano, la comunidad internacional forzará a Israel a negociar con Hamas, como hizo hace quince años con la OLP.

Con respecto a la sociedad palestina, la victoria de Hamas representa un doble reto. En primero lugar, los palestinos habrán de luchar internamente por mantener y expandir las conquistas sociales y cívicas que Hamas puede amenazar. Mientras estos ataques contra los derechos sociales y democráticos seguro que no preocuparán a la comunidad internacional, serán una preocupación de primer orden para el pueblo palestino. El segundo reto es reconstruir el movimiento nacional laico, Fatah en particular, y devolver su poder y liderazgo a la OLP.

Si estos dos retos se logran con éxito, las últimas victorias de Ariel Sharon pueden ser parecidas a aquella del Líbano: una victoria pírrica. 
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