Brasil: las tres tentaciones de la ultraizquierda [Valério Arcary]

Ernesto Herrera germain en chasque.net
Sab Jul 15 00:28:18 UYT 2006


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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - 15 de julio 2006 - Redacción: germain en chasque.net

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Brasil

Las tres tentaciones de la ultraizquierda brasileña

Las concepciones doctrinarias, las tácticas ultimatistas, y las políticas sectarias 

Valério Arcary * 

Traducción de Betty Bellavia 



Hoy sería un absurdo negar la existencia de tendencias sec­tarias en nuestro seno. Las discusiones y escisiones las han puesto al desnudo. ¿Cómo puede no existir un elemento de sectarismo, en un movimiento ideológico irreconciliablemente opuesto a todas las or­ganizaciones dominantes en la clase obrera, sometido a persecuciones monstruosas? (.) Aunque nombre a Marx en cada frase, el sectario es la negación directa del materialismo dialéctico, que siempre toma la experiencia como punto de partida (.) El sectario no comprende la acción y reacción dialéctica entre un programa acabado y la lucha viva -es decir, imperfecta y no acabada- de las masas (.) El sectario vive en un mundo de fórmulas prefabri­cadas".  León Trotsky



Un aspecto secundario, pero extravagante, del proceso de reorganización sindical y político de la izquierda brasileña abierto con la experiencia en curso con la CUT y el PT, después de las elecciones de Lula en el 2002, fue el surgimiento de una constelación de casi una decena de pequeños grupos de ultraizquierda. Un poco esdrújulos, tal vez, pues la ola latinoaméricacana de movilizaciones revolucionarias, que ya tumbó a varios gobiernos en Bolivia, Ecuador y Argentina, y derrotó un golpe de Estado en Venezuela, todavía no ha llegado a Brasil. El reciente Congreso de CONLUTAS fue una oportunidad para que la nueva generación de activistas pudiera realizar su propio juzgamiento de estos círculos políticos, que no poseen implantación nacional y, por lo tanto, son desconocidos fuera del eje San Pablo o Río de Janeiro. 
 
La ultraizquierda como fenómeno reactivo

Una explicación político-histórica más general para el surgimiento de esta nueva generación de militantes atraídos por posiciones de ultraizquierda nos remite a la  impresionante degeneración del PT y de sus corrientes internas, atadas al gobierno Lula y a las presiones del régimen democrático-electoral, y su espantosa adaptación a las presiones del imperialismo. La irritación con el gobierno de Lula - y la condena que el PT del  "mensalão" provoca - dejó a una parcela de la vanguardia, muy justamente, encolerizada. Fue Lenin quien creó la celebre frase: "el anarquismo fue, con frecuencia, una especie de expiación de los pecados oportunistas del movimiento obrero". No es por casualidad, que sean tantos y entre los mejores militantes socialistas, aquellos que están inclinados por el voto nulo en el 2006. Pero la táctica abstencionista, desconsidera la experiencia de las amplias masas, y responde a anhelos legítimos que, hoy por hoy, son minoritarios.

Un fenómeno semejante, guardando las respectivas proporciones, ya ocurrió en Brasil en los años sesenta, cuando la contrarrevolución de 1964 enterró políticamente, la estrategia de colaboración de clases del viejo PCB (Partido Comunista Brasileño, de orientación en aquel entonces moscovita) frente al gobierno de Jango Goulart. Además, el impacto de la victoria de la revolución cubana, inspiró variadas rupturas guerrilleristas en el PCB. Así como el algo disforme, el Partido Comunista Brasileño -  capaz de la suprema infamia de hasta expulsar a Luís Carlos Prestes  -  se mantuvo hasta el final de los años 80, como un cadáver político insepulto. 

El PT de Lula se articula febrilmente, para las elecciones de 2006, pero su ruina política es irreparable. La estrategia reformista de colaboración de clases no demostró viabilidad en Brasil: una vez más se confirmó que las clases propietarias no tienen disposición para concesiones, a no ser cuando se encuentran acorraladas por el peligro de la revolución.

Una vez más la historia se repite, pero en lugar de la  tragedia histórica de 1964 con sus muertos, encarcelados y exiliados, y más de veinte años de situación reaccionaria sobre las masas, tenemos la comedia burlesca del 2005, con sus Delúbios, Paloccis y Silvinhos, y la desmoralización de la generación militante de los años ochenta. La capitulación de unos a la burguesía, potencializa el ultraizquierdismo de otros. Los dos movimientos son simétricos. Felizmente - pese a las huellas del desencanto que deja el gobierno Lula - las luchas decisivas de la revolución brasileña aún están por venir.

Cuatro peculiaridades bastante raras

El fenómeno de los grupos de ultraizquierda, algunos con denominaciones ampulosas, si tomamos en cuenta su implantación todavía raquítica - el Partido Obrero Revolucionario, POR; el Partido Obrero Marxista, POM; la Liga Bolchevique Internacionalista, LBI; la Fracción Trotskista, FT - pose cuatro características particulares, o tal vez bastante raras. Primero, la evolución esdrújula de Causa Operaria, la veterana entre las organizaciones de la ultraizquierda brasileña, pero que, sorprendentemente, en esta coyuntura de ruptura de una gran parte de la vanguardia y de sectores de masas con la CUT y el PT, defiende la opinión de que la CUT seguía siendo el espacio privilegiado para construir el frente único de la resistencia al neoliberalismo. La trayectoria de Causa Operaria en los últimos años ya era inquietante: en las elecciones municipales del 2004, en varias ciudades, presentaron candidatos que, para decir poco, nada tenían que ver con cualquiera de los movimientos sociales. 

La bizarra defensa de la CUT por parte de la Causa Operaria y, también, de la LOI, Liga Operaria Internacionalista, un pequeño núcleo que rompió con la antigua Convergencia Socialista en 1994, porque no estuvo de acuerdo con su disolución para la fundación del PSTU, llevó a un mayor grado de aislamiento de estas tendencias con el proceso de reorganización del movimiento obrero brasileño. Por ultimo existen los grupos que insistieron en ganar notoriedad por las exaltadas criticas que dispararon durante años, indistintamente, tanto a la corriente  Articulação, como a las oposiciones de izquierda que resistían en el interior de la CUT, y ahora decidieron defender la Central, justamente ahora, cuando ella perdió completamente su independencia frente al Estado. Una posición próxima a esta - construir la CONLUTAS como una fracción al interior de la CUT - aunque haya participado de la CONLUTAS, fue la LER - Liga Estrategia Revolucionaria - vinculada al PTS de Argentina.

En segundo lugar, la pulverización  de la ultraizquierda en muchos pequeños grupos incipientes, al punto que en su mayoría, hoy son incapaces de publicar una prensa regular. En tercer lugar, algunos de estos núcleos parecen estar realizando una fusión teórico-programática, en proporciones variadas, de marxismo y anarquismo, como el CPR - Colectivo del Pensamiento Radical - el Espacio Socialista, el FOS - Frente Obrero Socialista, en un amalgama que todavía no esta muy claro. Por último, muchas de ellas tienen presencia, sobre todo, en el movimiento sindical de los maestros de São Paulo.

¿Por qué los grupos ultras no respetan a sus adversarios en la lucha política?

La militancia sindical y popular que asistió al congreso de CONLUTAS  se quedó perpleja con la violencia oral de los grupos ultras, en especial en contra del PSTU. Los ataques buscaban apoyo en la desconfianza con la que la mayoría de la vanguardia se nutre en relación a la participación en los partidos políticos. Esta desconfianza es grande, luego de la terrible experiencia con el PT. En la primera sesión del plenario de la CONAT (Congreso Nacional de Trabajadores, que fundó CONLUTAS), los líderes de las corrientes de ultraizquierda esperaban un éxito fácil con discursos antipartido de inspiración anarcosindicalista.  No tuvieron dudas en acribillar a la mesa directiva y a la comisión organizadora, aun habiéndose mantenido por fuera de las tareas de organización del Congreso, como suelen hacer los burócratas.  Despreciaron todas las dificultades que se tuvieron que enfrentar en el Congreso, como ser la de la distribución de credenciales, la garantía de hospedaje, la producción de informes al servicio de traducción de los invitados extranjeros, todas fueron superadas exclusivamente, por el trabajo voluntario. La condena al trato oral y a la irresponsabilidad de los grupos ultras, provocó rechazo en la mayoría del  Congreso, que no los conocía, y esta actitud política merece una explicación

El movimiento obrero y sindical brasileño, así como todos los demás movimientos sociales, agrarios y populares, tienen costumbres que construyeron en base a una tradición inspirada en una historia y en una cultura propia. Jamás existió un movimiento imaginario o ideal, en que cada una de las tendencias tuviera coherencia interna entre teoría y práctica, entre programa y política, entre principios y métodos. Todas las corrientes estuvieron  sometidas a presiones sociales favorables y hostiles. Los revolucionarios se apoyan en la disposición de lucha de los sectores más conscientes, y los reformistas en las más atrasadas. La historia de las organizaciones revolucionarias fue la historia de su capacidad de corrección de sus errores oportunistas y ultraizquierdistas. La masa de trabajadores aspira, ardientemente, a la unidad para luchar, pero no les gusta las direcciones monolíticas. Aprecian el debate, siempre y cuando este sea objetivo, claro y respetuoso: quieren poder oír los argumentos y tener el derecho de decisión sobre sus luchas y líderes. Quieren democracia para poder construir la unidad en la lucha.

Las organizaciones revolucionarias tuvieron que luchar arduamente en defensa de las libertades democráticas en los sindicatos, incluso, en los que se reconstruyeron a partir de los años ochenta, en los marcos de la CUT. Las criticas, aún exigen adjetivos para que sean contundentes, y las mas comunes en la historia de las organizaciones de izquierda han sido las caracterizaciones reciprocas de fatalistas y voluntaristas, u oportunistas e izquierdistas, eso siempre y cuando se mantenga el nivel de las discusiones. Cuando nos remitimos a opiniones políticas no deberían existir las ofensas. Cuando en una polémica alguien afirma que tal posición seria en líneas generales oportunista o izquierdista, no se ofende a nadie, por lo tanto no se ofende a la persona. 

Pero por otro lado, la acusación de burócrata, tiene otro sentido. Es una calumnia, es una ofensa. Las palabras tienen su grado de gravedad. La burocracia sindical siempre fue una casta privilegiada con intereses propios, ajenos al proletariado. Esta saca sus beneficios del control que ejerce sobre las organizaciones de los trabajadores. La burocracia sindical es alimentada por los patronos y por el Estado. Interesa a la burguesía que esos lideres que nacen en cada lucha, se vuelvan corruptos gracias a las pequeñas prebendas personales. Los burócratas sindicales pasan a tener, un modo de vida parecido al de la clase media alta, y los más poderosos aspiran en ser burgueses. Pero los ultraizquierdistas que, no se encuentran entre los más equilibrados al seleccionar las consignas cuando van a dirigir sus criticas a los demás, son infantilmente sensibles a las criticas que reciben.  Juegan con la legitima desconfianza de los activistas mas críticos, se atrincheran en los sentimientos democráticos, pues poseen una ambición mas grande que la repercusión que su política pueda conquistar. 

Los miles de activistas que respondieron al llamado por la fundación de CONLUTAS se unieron, pues vivieron en la práctica el agotamiento de la CUT y sus métodos.  Son conscientes que la CUT se transformó en un apéndice del Ministerio del Trabajo del gobierno del PT.  Descubrieron que el aparato del Estado es tan poderoso que "estatizó" la CUT y le da las órdenes al PT. La gran mayoría de los que concurrieron al congreso de CONLUTAS son los que desean construir un polo de resistencia,  pero tienen el temor de ser utilizados políticamente. Aprendieron como  lo que son, militantes con una gran experiencia, que deben mantenerse vigilantes en el control de sus organizaciones. Admiten que los militantes organizados en los partidos son abnegados y que cuentan con muchas iniciativas, pero ellos quieren decidir por si sus propios destinos. Los grupos ultras tuvieron como centro de su táctica apoyarse en esta justa actitud critica, para fomentar la desconfianza en CONLUTAS, denunciando que ella sería el brazo sindical del PSTU, como la CUT fue el brazo sindical del PT. 

En su intento fraccionalista, los grupos ultras se han olvidado que el antipartidismo es una ideología reaccionaria. La rivalidad política es legítima, pero no se puede hacer sin limites. Es la burguesía la que por dentro de los sindicatos y  de los movimientos sociales, envenena a los trabajadores y al pueblo, en contra de la influencia política. Pero la historia enseña que, cuando los trabajadores renuncian a la política, o sea, a la lucha por un programa para la revolución de la vida social, pierden el instinto de poder. La experiencia política de los trabajadores no se desarrolló jamás, en ningun país, a no ser por un proceso intenso de disputa por la dirección de las organizaciones, las cuales se construyen en un frente único. La polémica política y la lucha ideológica son parte inseparable del proceso de selección de los dirigentes de las luchas obreras y populares. En sociedades urbanizadas e industrializadas, donde se constituyó el moderno movimiento obrero y sindical, la lucha entre partidos fue la forma más democrática y madura del proceso de elección político de las masas, y de clasificación para los que pretenden ser sus representantes. 

Pero debemos aclarar que un Congreso sindical y popular, como el de CONLUTAS, es un espacio en el cual los militantes de los distintos partidos intervienen en la condición de activistas sindicales, o sea, en el ejercicio de un mandato de su base y no de su partido. El derecho de palabra y los tiempos son divididos en las Plenarios, que requieren tener un espacio para el debate y tiempo para concluir las votaciones, en función del apoyo mayor o menor que las propuestas recibien en las mesas de trabajo - por el régimen aprobado, dígase de paso hiper-democrático, un mínimo de 10% - y no en función de la afiliación partidaria de quien lo presentó. Si una propuesta ha sido presentada en las mesas de trabajo por militantes de tal partido, ejerciendo un mandato popular, no es garantía que sera discutida en el Plenario, por una razón muy sencilla: ningún partido podía tener mandato de representación. Muchos se ofendieron con esto, pues deseaban un tiempo ilimitado en el ejercicio de su palabra, que no correspondía a las posibilidades del Congreso,  los grupos ultras se dedicaron a intentar desmoralizar a la propia CONLUTAS, ciegos por el odio en contra del PSTU. Ironía de la vida: después de incontables intervenciones inflando el antipartidismo, ese desempeño expresó una nefasta falta de compromiso con el mandato que recibieron en sus organizaciones de base, o sea, fueron víctimas de la partidarización que ellos mismos pretendían combatir.

El renacimiento del ultraizquierdismo 

En los últimos 15 años las ideas socialistas disminuyeron en la sociedad y las ideas revolucionarias perdieron influencia en la izquierda mundial. Pero aún así el primer proceso no tuvo la misma proporción que el segundo. Ya que la simpatía por la igualdad renace entre los trabajadores en cada lucha de resistencia, como parte de una experiencia con el fiasco de los ajustes neoliberales. Pero no podemos decir lo mismo de la mayoría de las organizaciones inspiradas en el marxismo, y delimitadas de la socialdemocracia y de los partidos pro-Moscú, erguidas del amplio impacto revolucionario pos 1968, ya que estas continuaron adaptándose a las presiones de los regimenes democrático liberales, aún cuando las políticas neoliberales se agotaban
 
Al mismo tiempo en que las presiones electoralistas devastaban las filas de las organizaciones de la izquierda revolucionaria, una nueva generación despertaba con la lucha y la simpatía por el proyecto de la revolución, pero esta sufre una fuerte influencia del anarquismo. Por eso es que estos dos procesos no deben ser analizados aisladamente: la degeneración oportunista, de las organizaciones de la izquierda mundial, en particular la del PT brasileño, en el cual la mayoría de sus dirigentes de diferentes corrientes internas, incluso aquellas que reivindicaban el programa de la revolución social, sufrieron su influencia, y las consecuencias fueron de una inmensa desmoralización hacia los luchadores de la generación formada en los años ochenta, esto es lo que explica la profunda desconfianza de los activistas más jóvenes, quienes por esto hoy se inclinan hacia políticas sectarias. 

La derechización de los viejos dirigentes, resulta depuradora, y ayuda a comprender la izquierdización radical de los nuevos militantes 

El vocabulario de la izquierda contemporánea es muy variado, pero también es muy poco consistente. Algunas veces busca la inspiración en alguna tradición marxista, especialmente en el trotskismo. Las presiones del marginamiento social se manifiestan en las tácticas sindicales ultras, estas son las que insten en acciones que no se corresponden con la voluntad de lucha de las masas; con la utilización de políticas que conllevan ultimatos y que ignoran las opiniones predominantes de los trabajadores; y con concepciones sectarias que obstaculizan la posibilidad de un frente único alrededor del cual se pudiera realizar una unidad de acción.  
 
En el Congreso de CONLUTAS, este repertorio de la ultraizquierda se expresó por ejemplo, en la defensa que algunos grupos, como la LBI, realizaron da la huelga general, en la forma insensata de rehusarse  - en la realización y elaboración de campañas salariales unificadas, aún en el funcionalismo público, por lo que ya podemos ver un difícil desafío por delante; por otro lado otros, como la LER, que cuando se planteo la campaña por la realización de una auditoria de la deuda interna y externa, en la lucha por ganar a la mayoría de la clase trabajadora contra el pago de las deudas - en una batalla ideológica manifestaron una evidente función educativa, al tratar de demostrar que la deuda ya fue pagada; para finalizar la más extravagante de las propuestas fue de los más entusiasmados del POM, quienes influencian a la Asociación de Moradores Oeste de Diadema (asociación por la vivienda de la región oeste de la ciudad de Diadema), con su plantemiento de que lCONLUTAS es hoy un embrión minoritario de una Central de sindicatos y movimientos populares, y se manifiesta como una organización del tipo soviético, aún cuando en Brasil no existe una situación revolucionaria.  
 
Algunos grupos ultraizquierdistas, como la LER, nos recuerdan que CONLUTAS es hoy aún muy pequeña, una minoria, y que agrupa sobre todo sindicatos de los funcionarios públicos y que la mayoría de las corrientes de la izquierda de la CUT que están considerando la ruptura con la CUT no concurrieron al Congreso; pero ellos no mencionan y silencian con toda su modestia que, entre los 2.729 delegados y los 235 observadores que participaron y que fueron electos en asambleas, figuran la  gran mayoría, sí, porque en la elección de delegados que se está realizando para la participacón en el Congreso de la CUT, deja ver que si sumamos todas las corrientes, no totalizan ni siquiera un número de 100 delegados, o sea, menos del 5%. Contrariados con la pequeña receptividad de sus posiciones, una parte de la ultraizquierda, en especial la LBI y el POM - inconsolables con su incapacidad de hacerse entender - exigieron más defensas para sus propuestas, fusilando el Congreso con sucesivos planteamientos formales de "orden" , y colmando la paciencia de los delegados con histéricas declaraciones de voto, se unificaron en arrebatados discursos contra lo que denunciaron como conducción arbitraria por parte de la mesa del Congreso. 

La lucha por la organización independiente es una lucha contra la influencia que las ideas burguesas dominantes ejercen sobre el conjunto de la sociedad, por lo tanto sobre los propios trabajadores. Los planteos con ultimatos no comprenden o no aceptan que las acciones de las masas, es el terreno de la experiencia y que es por eso que la mejor propuesta no es necesariamente, la más avanzada o la más izquierdista, y sí aquella que moviliza a las masas. 

Todas las corrientes revolucionarias de la historia sofrieron presiones de ultimatos

Un programa de los trabajadores es la forma de traducir la defensa de los intereses de los explotados. Por lo tanto la primera responsabilidad de un grupo socialista es buscar expresar la defensa de los intereses de los trabajadores. Si los trabajadores o la juventud, o cualquier otro segmento social duda en algún momento de sus fuerzas, el esfuerzo de una política marxista es ese, el de levantar el programa y la consigna adecuada para la acción, la que mejor se corresponde con sus intereses, pero al mismo tiempo también que sea la que corresponde a su estado de espíritu, a su voluntad de luchar, a su propia fuerza de lucha: la propuesta más revolucionaria no es aquella más hacia la izquierda "ultraizquierdista", y sí aquella que lleva a la movilización de las masas.

Es evidente que no podemos llegar por esto a la conclusión de que necesariamente todo lo que moviliza es progresivo, y tampoco necesariamente revolucionario. Por el contrario a veces, las masas pueden llegar a movilizarse por consignas de tipo reaccionarias. Ya que la conciencia de los trabajadores oscila siempre, esto  como expresión de la lucha entre las ideas de la clase dominante, y las duras lecciones de su experiencia práctica de vida. Solo recordemos un ejemplo, la movilización de apoyo al Papa Juan Pablo II en  el estadio de fútbol de Morumbi, al comienzo de los años ochenta, esta fue una movilización muy popular - Lula resaltó en las ceremonias fúnebres del Papa polaco, el recuerdo de que él estuvo presente - pero fue ultrarreaccionaria, por eso fue que con toda razón, la mayoría de la izquierda brasileña de esa época no cayó en la trampa. Cuando Tancredo Neves murió en 1985 se produjeron grandes manifestaciones en San Pablo y las masas conmovidas salieron por millones a saludarlo, incluso en Minas Gerais - muchos se preguntaban si no había sido asesinado - pero fueron acciones de los sectores más atrasados y confusos.

Pero la movilización, marca un paso al frente en la dirección de la defensa de los intereses de los trabajadores, ya que es una escuela de aprendizaje que supera muchas hojas volantes. Toda táctica política marxista consiste en descubrir una vía para la movilización en dirección de la ruptura anticapitalista. Rosa Luxemburgo luchó toda su vida contra las presiones ultimatistas, y es una de las ironías más amargas de la historia que haya sido derrotada por las posiciones sectarias en el congreso de fundación del KPD: unas de las resoluciones de ese Congreso fue el abstencionismo electoral. Rosa había sido enemiga histórica del electoralismo del SPD, pero no confundía forma y contenido: sabía que la presencia en procesos electorales no significaba ni un mal, ni un bien en si mismo, sino en una táctica que no podía depender de las preferencias de los socialistas, y sí de la experiencia concreta de millones de trabajadores. Siendo, en general, políticamente inofensiva en situaciones de retroceso, la influencia del ultraizquierdismo puede ser nociva en una situación revolucionaria y directamente fatal en una crisis revolucionaria, cuando toda la sociedad gira hacia la izquierda y la influencia hacia una política revolucionaria aumenta.


* Militante del PSTU. Historiador, profesor del Cefet/SP, miembro del Consejo Editorial de la revista Outubro y del periódico Opinión Socialista. Colaborador de Correspondencia de Prensa. 


Notas

[1] León Trotsky, Sectarismo, Centrismo y la Cuarta Internacional, in Escritos, Tomo VII, Volumen 1, Bogotá, Pluma, p.229/230/231.
[2] Lenin, Vladimir Ilitch Ulianov, El Izquierdismo, y la enfermedad infantil del comunismo, in Obras Escogidas, tomo III, Moscú, Editorial Progreso, 1966, p.367. 

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