Socialismo: Fidel y Trotsky [Celia Hart - entrevista]

Ernesto Herrera germain en chasque.net
Mar Mayo 23 13:23:48 UYT 2006


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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - 23 de mayo 2006 - Redacción: germain en chasque.net

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Socialismo

Entrevista a Celia Hart

Fidel y Trotsky

 
Julián Suárez y Jan Malewski 
Semanario Rouge (Francia)
Traducción de Corriente(a)lterna
http://www.espacioalternativo.org/


Celia Hart, física, escritora, miembro del Partido Comunista de Cuba, se presenta como «trotskista por cuenta propia», desde que descubrió los escritos de Trotsky cuando, estudiando física en Alemania Oriental en los años 1980, vió hasta qué punto ese pretendido "socialismo real" era una sociedad en decadencia y sin futuro. Hija de dos dirigentes históricos de la Revolución cubana, Haydée Santamaria y Armando Hart, Celia Hart tuvo la posibilidad, a su vuelta de la RDA, de poder descubrir a Isaac Deutscher en la biblioteca de su padre. 

Desde hace quince años, el hundimiento definitivo de la sociedad cubana se anuncia a intervalos regulares. El mismo Fidel Castro insiste sobre el desarrollo de las desigualdades en Cuba. ¿Se pueden preservar y desarrollar las conquistas sociales, o bien están condenadas a desaparecer?

Celia Hart - Me identifico totalmente  con la revolución cubana, pero no la represento. Lo que digo, es mi opinión personal. Las conquistas sociales de la revolución socialista en Cuba son evidentes: una gran igualdad social, un sistema educativo accesible a todos y de un nivel comparable a los de Estados Unidos o Europa -es decir, a países mucho más ricos- un sistema de salud superior al de cualquier país de América latina y que, contrariamente a lo que pasa en Europa, no está en proceso de privatización y de desmantelamiento. 

Pero, si la revolución cubana pudo superar las dificultades del "período especial" [1] -los cortes de electricidad, las interrupciones del transporte público, el racionamiento a mínimos de la comida etc.-, el resultado de los acuerdos comerciales cubanos con los países del supuesto "campo socialista" y el mantenimiento del bloqueo imperialista-, es porque la población cubana, en su conjunto, defendía la revolución y no las ventajas sociales.

Las dificultades que ahora estamos experimentando no se relacionan con las necesidades materiales. La liberalización de los cambios y de la posesión de divisas -mecanismos capitalistas introducidos que algunos justifican comparándolos con la NEP rusa de los años 1920- provocaron una diferenciación social y la aparición de los "nuevos ricos". En un discurso del pasado 17 de noviembre, el comandante [Fidel Castro] lo formuló así: «esta revolución puede destruirse sola y los únicos que no pueden llegar a destruirla, son ellos [los Estados Unidos, el imperialismo]; pero nosotros sí podemos destruirla y sería por  nuestra culpa.» Y decía esto insistiendo: «varias decenas de millares de parásitos no producen nada y ganan todo...»

Igualmente el ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, insistió, en la ONU, en el hecho de que el peligro para Cuba, era la creación de una clase burguesa. La interpenetración de la burocracia con la economía de mercado, he aquí donde está el peligro. Hay que demoler los cimientos de la burocracia, porque es sobre esa base donde puede desarrollarse una clase burguesa - lo vimos en la URSS, en Polonia y en otros lugares cómo los burócratas, que eran unos gerentes, hombres de poder, se convirtieron en propietarios, en capitalistas. 

En Cuba, al contrario que en la RDA de los años 1980, «Lenin está vivo»: la contrarrevolución burocrática no está terminada. Debemos sacar provecho de esto para demoler la base de la burocracia que queda, porque es de ahí de dónde puede venir el peligro de la restauración capitalista.

El proceso revolucionario venezolano permite aflojar el cerco imperialista en torno a Cuba. ¿Y aunque este proceso está allí en sus principios y que los paralelos entre ambas revoluciones son engañosos, podemos hablar hoy de una influencia recíproca?

C. Hart - Médicos, paramédicos y profesores cubanos trabajan en Venezuela. Pero no tienen ninguna participación en la vida política de este país, una opción con la cual estoy en desacuerdo, aunque se puede comprender que haya una autolimitación para evitar que Cuba sea acusada de intervencionismo. 

Pero la frescura del proceso venezolano, los viajes, la posibilidad de conocer otras realidades y de intervenir allí constituye una experiencia enriquecedora y es importante que los cubanos, particularmente la gente joven -y no el gobierno o el Estado cubano, por supuesto-, puedan participar en la revolución venezolana, no sólo como médicos o profesores, sino en las fábricas, en las reuniones de barrios, etc.

En todo caso, hay que subrayar que los lazos establecidos entre Cuba y Venezuela son diferentes de los que existieron con la URSS. Porque se trata de lazos entre dos procesos revolucionarios, uno ya consolidado y el otro que comienza. Las dos son revoluciones auténticas. Con la URSS, al contrario, se trataba de relaciones entre los Estados, y de relaciones desiguales. 

La dinámica del binomio Venezuela-Cuba, la eventualidad de la integración de Bolivia en el proceso que está en curso, actualiza la revolución permanente y nos permite poner las bases de una relación que vaya hacia la construcción de un verdadero frente único.

¿Por qué la aportación teórica de Trotsky te parece tan importante?

C. Hart - En Cuba vivimos un proceso de revolución permanente desde Moncada [2]. La continuidad de la revolución, la cuestión de profundizar en ella, estaba en el centro del pensamiento de los revolucionarios cubanos y, sobre todo, del Movimiento del 26 de julio. Mella primero, Guevara después, han sido acusados de ser "trotskistas". No lo eran, pero la acusación tenía un núcleo racional, porque se orientaron hacia la revolución permanente, incluso sin haber leído a Trotsky. La perennidad de la revolución cubana, son las ideas de la Oposición de izquierda. 

En Cuba siempre existió un sentimiento antiestalinista, porque la gente creía que el comunismo, era el estalinismo del Partido Comunista. Y el Partido Comunista fue uno de los últimos en unirse a la revolución... Pero cuando Fidel declaró, en 1961, el carácter socialista de la Revolución cubana, la gente decía: «si Fidel es comunista, que me apunten a mi también.»

Siempre sentí que faltaba algo en mi reflexión sobre la revolución. Eso es lo que encontré leyendo a Trotsky: descubrí que justicia social y libertad individual no eran antagónicas, y que no estamos condenados a escoger entre la una o la otra, que el socialismo no podría hacerse sin marchar sobre ambos pies.

Notas

[1] "Período especial" es el término usado para describir la difícil situación en que se encontró Cuba tras el derrumbamiento de la Unión Soviética, de la que ahora está emergiendo.

[2] El 26 de julio de 1953, Fidel Castro fue arrestado después del fracaso del ataque contra el cuartel de Moncada. Defendiéndose ante el tribunal, hizo un discurso que ha pasado a la historia bajo el nombre de "la historia me absolverá". 
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