Estados Unidos: la guerra contra los trabajadores [David Sirota]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Sep 21 08:42:34 UYT 2006


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Boletín informativo - Red solidaria de la izquierda radical

Año III - 21 de setiembre 2006 - Redacción: germain5 en chasque.net

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Estados Unidos

La guerra contra los trabajadores


David Sirota *


Revista Sin Permiso
http://www.sinpermiso.info/


El secretario de educación de los Estados Unidos, Rod Peige, llamó a uno de ellos "organización terrorista". El ex jefe del grupo mayoritario en el Congreso, Tom DeLay, (representante por Texas) los llamó "un claro y actual peligro para la seguridad de los Estados Unidos". Y el congresista Charles Norwood (representante por Georgia) dijo que ellos emplean "el tipo de tiranía que los americanos están combatiendo y muriendo por derrotar en Irak y Afganistán" y son por tanto "enemigos de la libertad y la democracia", que con su sola presencia demuestran "por qué todavía necesitamos la segunda enmienda a la Constitución" para defendernos a nosotros mismos con armas de fuego. 

¿Quiénes son estas supuestas amenazas para América? No, no son seguidores de Osama Bin Laden, sino sindicatos compuestos por millones de trabajadores: conserjes, profesores, bomberos, oficiales de la policía... toda clase de gentes. 

Golpear a los trabajadores organizados es una patología del Partido Republicano, llegando al extremo de que a los sindicatos se les identifica mediante términos que antes estaban reservados a objetivos militares. En su artículo de 1996, titulado "El GOP se prepara para la guerra contra el Gran Trabajo", el columnista conservador Robert Novak aplaudió la creación de un "grupo de operaciones del comité GOP contra el movimiento trabajador" que se propusiera un "gran asalto" a los sindicatos. Como uno de los legisladores del Partido Republicano le dijo al mismo Novak, los líderes del GOP defienden una "actitud anti-sindicatos que recuerda a la mentalidad de los palurdos en los revivals." 

La hostilidad, por repugnante que sea, no puede sorprender a nadie. Los sindicatos ejercen un poder a favor de los trabajadores, lo que significa que presentan un obstáculo a las corporaciones de donantes del Partido Republicano, que son los primeros interesados en poner el aumento de beneficios por encima del resto de prioridades sociales. 

¿Es que alguien se cree que el salario mínimo llegó de improviso? ¿Alguien piensa en serio que los seguros de asistencia médica en las empresas y las pensiones han seguido funcionando durante todo este tiempo por causa de una especie de fuerza mágica? No es el caso, ni mucho menos: los sindicatos han utilizado la negociación colectiva para conservar estos derechos. Como se suele decir, los sindicalistas son los tipos que trajeron el fin de semana. 

Los números del gobierno de los Estados Unidos explican como los sindicatos han ayudado a sus miembros. Según un análisis a partir de datos federales hecho por la Labor Research Associaciation (la Asociación de Investigación sobre el Trabajo), la media de los trabajadores sindicados recibe un cuarto más en indemnizaciones que los trabajadores no sindicados. El ochenta y nueve por ciento de los trabajadores sindicados tienen acceso a asistencia médica pagada por la empresa en comparación con sólo el sesenta y siete por ciento de los no sindicados. Los trabajadores sindicados reciben, en fin, un veintiséis por ciento más de vacaciones que los no sindicados. 

Los sindicatos también benefician a los trabajadores no sindicados. Esto se debe al "efecto amenaza sindical", por medio del cual las empresas anti-sindicatos establecen unas mejores condiciones para evitar que los trabajadores se crispen y se organicen. Por ejemplo, investigadores de la universidad de Princeton descubrieron que en las fábricas que cuentan con un veinticinco por ciento de personal sindicado, la media de los trabajadores no sindicados obtiene un siete y medio por ciento más en indemnizaciones, precisamente a raíz de esta presencia sindical. 

La otra cara del asunto es obvia: Cuanto más aplastan las corporaciones y políticos a los sindicatos, tanto más sufre el conjunto de los trabajadores. No es coincidencia que mientras el número de miembros y el poder de los sindicatos han disminuido bajo los ataques indiscriminados que éstos han sufrido, los trabajadores han visto como se estancaban los salarios, se recortaban las pensiones y su parte de los ingresos nacionales bajaba como no lo había hecho en sesenta años. Al decir de los investigadores del Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Internacionales), el declive de los sindicatos "está en correlación con el rápido y contundente aumento de la brecha salarial en los Estados Unidos." 

El gran capital sostiene que el número de miembros de los sindicatos ha bajado porque los trabajadores no quieren unirse a los sindicatos -una idea que los datos de la opinión pública desmienten de forma arrolladora. En el 2002, investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Wisconsin descubrieron que como mínimo cuarenta y dos millones de trabajadores quieren organizarse en un colectivo de negociación, lo cual es más que el doble de los actuales dieciséis millones de trabajadores ya sindicados actualmente en Estados Unidos. Una encuesta nacional de 2005 hecha por el reputado Peter Hart descubrió que el cincuenta y tres por ciento de trabajadores no sindicados -lo que equivale a más de cincuenta millones de personas- quiere unirse a un sindicato, dada la posibilidad de elección. 

Cada vez más, sin embargo, los trabajadores se quedan sin posibilidad real de elección. Según expertos de la Universidad de Cornell, uno de cada cuatro empresarios despide ilegalmente a un trabajador durante una jornada de reivindicaciones laborales, tres de cada cuatro contratan consultores anti-sindicatos y ocho de cada diez obligan a los trabajadores a asistir a reuniones antisindicales. Cuando los trabajadores presentan una petición al gobierno para que ponga en vigor leyes que protejan los derechos de asociación y organización, se les fuerza a ir ante la National Labor Relations Board (Mesa Nacional de Relaciones Laborales), la cual está dirigida por individuos anti-sindicatos que han sido nombrados por el presidente, y que además está crónicamente falta de personal a fin de eternizar los procesos. Cuando los demócratas han intentado ampliar los derechos sindicales de los trabajadores mediante la introducción del  Employee Free Choice Act (Acta para la Libertad de Elección del Empleado), el GOP ha rechazado la votación de la ley. 

Así que cuando los legisladores del GOP prometen su apoyo y su compromiso con los trabajadores en las celebraciones del Día del Trabajo, recuerda: Los republicanos están haciendo la guerra contra los trabajadores, es decir, contra los mismos por los que fingen preocuparse. 


* David Sirota es autor de Hostile Takeover (Crown, 2006) y codirector de la Progressive States Network   (www.progressivestates.org). 

Nota

1) "GOP" son las iniciales de "Grand Old Party", que en una traducción aproximada sería: "Viejo Gran Partido", que es como se conoce popularmente al Partido Republicano. 

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