Banco Mundial: Wolfowitz, entre la corrupción y la guerra de Irak [La Jornada - IPS]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Abr 14 12:30:04 GMT+3 2007


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Correspondencia de Prensa
Año IV - 14 de abril 2007 - Redacción: germain5 en chasque.net

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Banco Mundial

Escándalos de corrupción...y de guerra...

Aumenta la presión para que renuncie Paul Wolfowitz


David Brooks y Roberto González Amador 
La Jornada, México, 14-4-07


La presión por la renuncia del presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz, se intensificó hoy dentro y fuera de la institución y florece la especulación sobre si sobrevivirá o no al escándalo provocado por sus favores en beneficio de su novia, aparentemente en violación de las regulaciones del organismo multilateral.

La junta directiva del banco sesionó hoy por segundo día sobre el caso, cada vez bajo más presión por algunos ministros -particularmente los europeos- para que se pida la dimisión de Wolfowitz, pero hasta el momento no se ha anunciado alguna decisión.

La junta emitió un comunicado expresando que "procederá de manera expedita para llegar a una conclusión sobre posibles acciones que tomar" y que se considerarán todas "las implicaciones de gobernabilidad" para el banco de este asunto.

La junta -representa a los 185 países miembros de la institución- evalúa si Wolfowitz participó directamente en la negociación de un incremento de salario, elevar la plaza y finalmente el traslado con licencia al Departamento de Estado estadunidense de su novia Shaha Riza, en violación de las reglas de la institución.

Al parecer hay documentos internos que confirman que el presidente del BM giró personalmente las órdenes para otorgarle una promoción a Riza.

El escándalo es aún más vergonzoso para Wolfowitz ya que proclamó a su llegada al banco la lucha contra el corrupción y la promoción del concepto de "buen gobierno" como prioridades en su gestión de presidente de la organización.

Pero desde que fue nombrado en 2005 para encabezar la institución, nunca gozó del respeto y confianza de sus colaboradores. Con el escándalo, este repudio al interior de la institución se tornó explícito con lo que casi es un motín en los hechos.

Luego de que la Asociación de Empleados del Banco Mundial exigió formalmente ayer su renuncia, continúan las expresiones de desconfianza entre los 13 mil empleados de la institución en mensajes electrónicos que circulan por los edificios del organismo crediticio internacional.

Ni los propios altos funcionarios del BM están dispuestos a salir en defensa de su jefe. Hoy, en conferencia de prensa, a Francois Bourguignon, vicepresidente del banco, le preguntaron si todo lo que dice el organismo en esta coyuntura tiene credibilidad cuando está en duda la permanencia de su presidente. "El banco -respondió- tiene una reputación que va más allá de lo que puede ocurrir con uno de sus integrante. No sabemos cuál será el desenlace de este asunto".

Afuera de la institución las expresiones de falta de confianza o reprobación se multiplican, y sólo la Casa Blanca se atrevió a expresar apoyo público a su ex subsecretario de Defensa. "El presidente (George W. Bush) tiene plena confianza en Paul Wolfowitz... Tenemos la expectativa que permanecerá como presidente del Banco Mundial", afirmó hoy la vocera Dana Perino.

El rotativo más influyente del mundo financiero, el Financial Times, se sumó al coro de quienes proponen la renuncia de Wolfowitz, y hoy en su editorial opinó que el presidente Bush necesita destituirlo si desea rescatar la "credibilidad" del banco y la lucha por el "buen gobierno".

Ayer, el mismo rotativo argumentó que el bien más importante del BM es su credibilidad, pero que las revelaciones sobre su presidente "han demostrado fracasos tan serios que la autoridad moral del banco está en peligro. Si permanece el presidente, arriesga convertirse en un objeto no de respeto sino de desprecio, y su campaña en favor del buen gobierno no en una lucha creíble, sino en una hipocresía abierta".

Por su parte, críticos del BM se sumaron hoy al coro por la renuncia de Wolfowitz, y la vez indicaron que esto sólo es un ejemplo más de las fallas institucionales que continúan teniendo serias consecuencias sociales en todo el mundo. Por tanto, pidieron un juicio al Banco Mundial por sus políticas económicas y ambientales.

El actor, productor de cine y activista social Danny Glover llamó hoy a que los pueblos del mundo desarrollado se sumen a la lucha de los del "sur global" para "enjuiciar al Banco Mundial (...) y apoyar las demandas de soberanía, normas ambientales y de derechos humanos, y el fin del financiamiento a la energía sucia".

"El Banco Mundial está bajo sitio", afirmó el actor afroestadunidense en su carácter de presidente de la junta directiva de la organización Transáfrica, e insistió en que el BM tiene "que rendir cuentas" por los desastres económicos y sociales que ayudó a promover en Africa y América Latina. Subrayó que en esas regiones "los pueblos se están poniendo de pie y se están convirtiendo en arquitectos de su propio futuro".

Sameer Dossani, de la coalición 50 Years is Enough, una de las principales agrupaciones de oposición a las políticas del Banco Mundial, declaró hoy que las organizaciones no gubernamentales se suman "a la demanda por la renuncia de Wolfowitz", aunque no les sorprende el escándalo de corrupción en que está inmiscuido el presidente del BM. "Fue nombrado por el gobierno de Bush, el cual ha sido objeto de escándalo tras escándalo", afirmó.

Pero más allá de Wolfowitz, dijo que queda claro que las políticas de la institución "sólo otorgan prioridad a las necesidades de los ricos", y reiteró las demandas por "plena transparencia" del manejo y toma de decisiones. Subrayó que "ningún país del norte aceptaría jamás las condiciones que imponen el BM y el Fondo Monetario Internacional a los países del sur", e insistió en una reforma a fondo de ellas.

Graham Saul, de Oil Change Internacional, y Martin Gordon, de Christian Aid UK, advirtieron que el BM está incrementando en más de 60 por ciento su financiamiento a proyectos de extracción de petróleo y que sus políticas bajo su actual presidente están beneficiando directamente a las empresas petroleras trasnacionales, y añadió que "Wolfowitz no sólo se estaba dedicando a hacerle favores a su novia, sino también a sus amigos en la industria petrolera".

Preguntado por La Jornada sobre la ausencia de manifestaciones y acciones masivas de protesta -como en años anteriores- frente al Banco Mundial y el FMI, Dossani indicó que los movimientos de oposición decidieron programar ese tipo de actividades para las reuniones del banco en octubre próximo, aquí en esta capital, y que muchos decidieron enfocarse en la organización del primer Foro Social, que se celebrará en Estados Unidos en unos meses.

Otros comentaron que todos los días hay movilización y expresiones de protesta contra las políticas promovidas por Washington y el BM, sólo que no siempre se registran en los medios. "Washington no es necesariamente el centro del universo", afirmó Saul.

Glover recordó que los atentados del 11 de septiembre de 2001 "y la respuesta estadunidense también fueron un golpe contra el movimiento altermundista aquí", y que impera "un clima de represión" en Estados Unidos, pero que aun así hay expresiones de protesta por todo el país. 

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Wolfowitz metió la guerra de Iraq en el Banco Mundial


Emad Mekay y Jim Lobe 
IPS, Washington, 13-4-07

De los cinco nombramientos de altos funcionarios internacionales realizados por Paul Wolfowitz en sus dos años en la presidencia del Banco Mundial, tres correspondieron a miembros de gobiernos que apoyaron la guerra de Estados Unidos contra Iraq.

La última de esas designaciones se registró el mes pasado. Se trata del nuevo vicepresidente para Asuntos Externos del Banco, el ex viceprimer ministro de Jordania Marwan Muasher. 

Muasher fue el embajador jordano en Estados Unidos en 2002, el año anterior a la invasión, y jugó un papel clave en asegurar la cooperación de su país en la operación iniciada el 20 de marzo de 2003, según diversas versiones. 

Durante la invasión y después de ella, primer como ministro de Relaciones Exteriores y luego como viceprimer ministro, era considerado uno de los principales aliados de Estados Unidos en el cada vez más hostil mundo árabe. 

Nueve meses antes de designar a Muasher, Wolfowitz nombró a la ex canciller española Ana Palacio como vicepresidenta del Banco Mundial. Cuando integraba el gabinete del ex presidente del gobierno español José María Aznar, fue una de las principales defensoras de la invaisión a Iraq. 

España aportó 1.500 soldados a la ocupación del país del Golfo Pérsico o Arábigo. 

También en junio de 2006, Wolfowitz nombró al ex ministro de Finanzas de El Salvador Juan José Daboub como uno de los dos directores gerente del Banco. 

Daboub también fue el jefe del equipo del ex presidente salvadoreño Francisco Flores, cuyo gobierno envió casi 400 soldados a Iraq, más que cualquier otro país en desarrollo integrante de la "coalición de los dispuestos". 

Numerosas organizaciones no gubernamentales, ex altos funcionarios del Banco Mundial y el sindicato de la institución piden hoy la renuncia de Wolfowitz por favorecer, de manera impropia, a su novia, Shaha Riza, con un aumento de salario y una transferencia al Departamento de Estado (cancillería) estadounidense. 

Wolfowitz, quien asumió la presidencia del Banco en junio de 2005, ha sostenido que su rol como subsecretario (viceministro) de Defensa de Estados Unidos desde 2001, cuando comenzó el gobierno de George W. Bush, no influiría en sus decisiones al frente de la institución multilateral. 

El actual presidente del Banco fue uno de los principales ideólogos de la invasión a Iraq, y ha asegurado que sus pedidos de renuncia están motivados por el sentimiento antibélico de quienes los formulan.. 

Pero la insistencia de Wolfowitz en contratar a un nuevo director residente del Banco Mundial en Iraq y los intentos de encubrir el hecho de que un funcionario de la entidad fue herido en ese país el mes pasado, corren en sentido contrario a esas declaraciones. 

Por otra parte, Wolfowitz contrató para cumplir funciones en el Banco a numerosos dirigentes del gobernante y derechista Partido Republicano estadounidense, ninguno de ellos con experiencia en cuestiones de desarrollo. Muchos de ellos trabajaron con él en cuestiones iraquíes. 

"Paul Wolfowitz usó su cargo para recompensar a gobiernos y personas que ayudaron a Estados Unidos en la guerra de Iraq", dijo el director del Programa Estratégico de la organización no gubernamental New America Foundation, Steven Clemens. 

"Es una manera completamente irresponsable de dirigir una de las instituciones económicas y de desarrollo más importantes del mundo", advirtió Clemens. 

Además de Muasher, Palacio y Daboub, Wolfowitz designó al ex ministro de Finanzas de Italia, Vincenzo La Via, como jefe financiero, y al sueco Lars Thunell como vicepresidente ejecutivo de la Corporación Financiera Internacional. 

En contraste con La Via y Thunnel, tanto Muasher como Palacio y Daboub eran funcionarios políticos de gobiernos que apoyaron con fuerza la invasión a Iraq, entre otros intereses estadounidenses de política exterior. 

Daboub "era, realmente, la mano derecha" del presidente salvadoreño Francisco Flores, dijo Roberto Rubio, presidente de la Fundación Nacional para el Desarrollo de San Salvador. "Bregó por imponer la política económica más ortodoxa de la historia del país, estrechamente vinculada a las políticas estadounidenses", agregó. 

Palacio abandonó la cancillería española luego de la derrota del Partido Popular de Aznar en 2004, y fue una fuerte crítica de la retirada de las tropas de su país tras la investidura del actual presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. 

En una conferencia que brindó a fines de 2005 en el centro académico neoconservador American Enterprise Institute en Washington, Palacio acusó a Zapatero de "arrastrar a España en políticas del Tercer Mundo" al estrechar vínculos con Francia y Alemania en desmedro de Estados Unidos y Gran Bretaña. 

Mientras, Muasher se reunió en su carácter de embajador y canciller en varias ocasiones con Wolfowitz, según el sitio web del Pentágono (Secretaría de Defensa). 

El régimen del rey Abdulá II criticó la invasión de Iraq y no aportó tropas a la coalición internacional, pero suministró información de inteligencia, entrenó a militares de las nuevas fuerzas armadas iraquíes, aseguró las fronteras y brindó otras formas de apoyo logístico a la operación. 

Muashar se hizo cargo de la reforma económica jordana, y tuvo frecuentes contactos con la ex secretaria de Estado Asistente para Medio Oriente y Asia Meridional, Elizabeth Cheney, hija del vicepresidente Dick Cheney, uno de los aliados de Wolfowitz en el gobierno estadounidense. 

Washington elevó su asistencia a Jordania en 2003 de 150 millones a 450 millones de dólares. Para el año pasado, la ayuda abía aumentado a 500 millones. 

"No es del todo sorprendente que Wolfowitz haya recompensado, dentro del gobierno estadounidense y dentro del Banco, a sus aliados y cómplices", dijo Doug Hellinger, codirector de la organización no gubernamental Development GAP. 
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