Cuba/Debate/ Cuba paralizada [José Manuel Martín Medem]

ernesto herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 12 07:00:43 UYT 2010


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boletín solidario de información
Correspondencia de Prensa 
12 de setiembre 2010
Colectivo Militante - Agenda Radical
Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay
redacción y suscripciones: germain5 en chasque.net

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Cuba/Debate

En diciembre 2009, se realizaron las Jornadas de Pensamiento Crítico, allí el periodista y analista político José Manuel Martín Medem dio una charla que tituló "Cuba en la integración de América Latina". En ella analizaba parte del presente cubano y su inserción en los procesos abiertos en América Latina, de los que dependía, en su opinión, el futuro de Cuba. Lo que publicamos a continuación es una parte de la ponencia, la referida al análisis de los retos internos que enfrenta el régimen encabezado por Raúl Castro. (Redacción)


Cuba paralizada

José Manuel Martín  



Pensamiento Critico
http://www.pensamientocritico.org/
Reproducido en Hika Nº 218 (Bilbao, 2010) publicación de la organización vasca Zutik



El Grupo de Río ha acogido a Cuba, y la mayoría de los Gobiernos latinoamericanos le reclaman a Obama que levante inmediatamente, y sin condiciones, el bloqueo impuesto a Cuba. No lo va a hacer. Habrá bloqueo probablemente hasta que el próximo presidente de EE UU introduzca a las compañías de su país en el negocio del petróleo cubano del Golfo de México y someta a la isla a la contaminación económica y cultural. Tienen razón Fidel y Raúl Castro cuando, insistiendo en que están dispuestos a negociar sin imposiciones, se niegan a aceptar la "democratización estadounidense" de Cuba como condición para que Washington levante el bloqueo. Probablemente también tienen razón cuando insisten en que no hay que creer a Obama cuando asegura que no utilizará la fuerza contra la isla, sobre todo porque los planes de intervención militar se actualizan constantemente y en su ejecución Obama intervendría tanto como lo ha hecho en el golpe de Estado en Honduras. Dando o cumpliendo órdenes.

Que Cuba resistirá es el mensaje público de su Gobierno mediante las recientes maniobras militares para fortalecer «la guerra de todo el pueblo». Aunque no puedo dejar de tomar en cuenta lo que escribía el 30 de noviembre en el diario madrileño El Mundo el corresponsal, Ángel Tomás González, que más y mejor información maneja entre todos los periodistas que representan a medios españoles en la isla. Reflejaba el temor de que un chispazo interno pudiera ser utilizado como justificación para la intervención externa. Leo lo que escribió: «Neutralizar una eventual revuelta social interna. Éste ha sido el objetivo de las maniobras militares. La sociedad cubana da señales de agotamiento. Raúl Castro advirtió que la situación político-militar puede complicarse en lo que queda del 2009».

El malestar social en Cuba está pendiente de dos convocatorias: la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), anunciada para el 19 de diciembre, y la Conferencia Nacional del PCC, todavía sin fecha, aunque se suponía que se iba a realizar también en diciembre.

Desde el aislamiento de Fidel Castro por su enfermedad hace tres años y medio, Cuba ha desarrollado una nueva red de relaciones internacionales y ha establecido la orientación hacia otra estructura económica, pero está paralizada (si no es que se descompone) porque no hay decisiones políticas para las reformas económicas. Y el buen futuro del petróleo y el turismo con los gringos, el níquel, el azúcar y la biotecnología no resuelven las tremendas dificultades de la alimentación, el transporte, la vivienda, la sanidad y la educación en un escenario en el que los ingresos por los intercambios con Venezuela, la alianza estratégica con China, las remesas y el turismo de europeos y canadienses se agotan con las importaciones; mientras no arrancan las reformas para que entre todos los cubanos decidan cuál es la mejor forma de mejorar la producción y la distribución de los alimentos, la correspondencia de la educación con el trabajo y los salarios, la relación de la planificación con el mercado para que la economía real sea legal, la información como servicio público y conocimiento para la participación y el derecho a salir y entrar en su propio país.

En mi opinión, Cuba necesita la tercera independencia. La primera la frustraron los gringos cuando los mambises derrotaron al Ejército colonial español. La segunda se impuso con la victoria insurgente de 1959. Y la tercera debe llegar con el levantamiento del bloqueo y la consolidación de la soberanía nacional.

La Revolución Cubana fue sobre todo nacionalista. Revolución socialista de liberación nacional, la denomina Fernando Martínez Heredia, autor del libro titulado "El ejercicio de pensar", publicado en La Habana el año pasado y cuya lectura recomiendo a quien esté dispuesto a hacer el esfuerzo de no concebir a Cuba en blanco y negro sino en la apasionante y difícil proliferación de los grises. «Las solidaridades incondicionales -escribió Luis Suárez- son cada vez más escasas y, casi siempre, menos eficaces». Luis Suárez dirigió el Centro de Estudios sobre América (CEA), dependiente del Comité Central del PCC, y fue tronado con sus compañeros de investigación cuando consideraron que los estudios sobre América deberían incluir los correspondientes a Cuba. No dejó de ser militante del PCC. Y ahora parece que Raúl Castro vuelve a tenerlo en su onda. La Editorial de Ciencias Sociales publicó en La Habana en 2000 el libro de Luis Suárez El siglo XXI: posibilidades y desafíos para la Revolución Cubana, que me parece lo más importante que se ha escrito en Cuba desde dentro del PCC. La Revolución Cubana fue sobre todo nacionalista y no se suele tener en cuenta que Cuba todavía tiene amenazada su independencia nacional por la voracidad imperial de EE UU. En esa tercera independencia se podría resolver la asignatura pendiente de la Revolución Cubana: hacer compatibles la defensa de la soberanía nacional y el libre desarrollo de la soberanía personal.

En la izquierda del PCC, que tuvo su mejor fuente de pensamiento crítico en la bloqueada experiencia del Centro de Estudios sobre América, se viene planteando desde hace veinte años la necesidad de la descentralización, la participación y la democratización para recuperar y mejorar el proyecto cubano de socialismo. «Que la convocatoria a resistir -propone Haroldo Dilla, que también formaba parte del CEA- sea un punto de despegue para una nueva rearticulación del consenso nacional sobre bases participativas y pluralistas». Sugiere para el PCC «un acuerdo básico en torno a la independencia nacional, la justicia social y la democracia participativa».

En 1991, el IV Congreso del PCC reconocía «la creciente y legítima aspiración de nuestra población a participar de forma más activa y directa en el proceso de toma de decisiones». De aquel Congreso surgió la decisión de elegir directamente a los diputados de la ANPP.

Aurelio Alonso (también de la sensibilidad del CEA y ahora en la Casa de las Américas) escribió en 2005: «El socialismo en el siglo XXI hay que reinventarlo con mucha imaginación en el plano económico pero también, y quizás sobre todo, en el político y en el cultural, ya que parece obvio que, en buena medida, el fracaso se debió a la incapacidad manifiesta para generar una democracia verdadera».

«Cambios para más socialismo que quiere decir mejor socialismo», escribió el 18 de enero José Alejandro Rodríguez en Juventud Rebelde. Con su sección Acuse de recibo, Rodríguez es el periodista más leído en Cuba. Los cubanos le dirigen sus reclamaciones y él exige la respuesta de la burocracia. Resuelve muchas díficultades. Hace auténtico periodismo de servicio público.

En el escenario de incertidumbre que agobia a Cuba, mientras no se sabe muy bien cuánto gobierna Raúl y cuánto manda Fidel, Juventud Rebelde se ha reforzado como el medio (periódico, radio o televisión) más interesante por su vinculación con la realidad.

En su edición digital del 18 de octubre se pudo leer durante unas horas un artículo de José Alejandro Rodríguez titulado "Contra los demonios de la información secuestrada", en el que decía que sin información y participación es imposible cimentar un socialismo más democrático. Estuve preguntando y me contaron que alguien cercano al que gobierna autorizó la publicación y alguien cercano al que manda decidió sacarlo de la pantalla. José Antonio Rodríguez decía en ese artículo que para los cubanos la información permanece «cautiva entre silencios y controles desmedidos», que se ha orientado desde arriba a Juventud Rebelde para no informar ni sobre los debates de preparación del muy aplazado Congreso del PCC, ni sobre la entrega de tierras en usufructo, ni sobre las resistencias de la burocracia para el pago de salarios por rendimiento, que «nadie se atreve a informar a la prensa y desplegar relaciones horizontales sin la venia de sus superiores» y que los cubanos padecen «un modelo de política informativa restrictivo y controlador», protagonizado por la «burocratizacíón del periodismo» en la Mesa Redonda de la televisión y por el autoritarismo que impone desde el Granma «la majestad suprema de la información».

En la izquierda del PCC consideran que con Fidel Castro vivo no habrá un Congreso. El último se realizó en 1997. El siguiente se debería haber organizado para 2002. Dice la Constitución que «el PCC es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado que organiza y orienta...» No se realiza un Congreso del PCC desde hace doce años.

Desde hace doce años el partido ni organiza ni orienta. Organiza y orienta Fidel Castro.

Se anunció el que debe ser el VI Congreso para este mes de diciembre. Se aplazó. Se ha convocado por primera vez, todavía sin fecha, una Conferencia Nacional del PCC. Se suponía que se iba a realizar pronto, en este mes de diciembre, pero no se sabe.

El Congreso debe debatir y aprobar un programa político y después nombrar a los dirigentes más adecuados para aplicarlo. Se va a hacer al revés: la Conferencia Nacional hará cambios en la dirección y después el Congreso decidirá el programa político. La incógnita fundamental es sí renunciará el primer secretario.

Sin Congreso y a la espera de la Conferencia Nacional, una comisión del Buró Político del PCC se encarga de «la toma de decisiones que requieran un rápido tratamiento con una evaluación colectiva». Formaban esa comisión Raúl Castro, José Ramón Machado Ventura, Esteban Lazo, Carlos Lage, Juan Almeida y los generales Abelardo Colomé (ministro del Interior) y Julio Casas (ministro de las FAR). A Lage lo tronaron. Y Almeida murió.

El pequeño Gobierno de emergencia lo forman ahora tres generales (que ocupan la presidencia de la República y los ministerios del Interior y de las FAR), el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros y el responsable ideológico en el Comité Central del PCC. No me parece que puedan entusiasmarse, dadas sus características políticas y personales, con la recomendación que Luis Suárez hace en el libro que antes mencionaba: «Edificar una democracia popular, representativa y, sobre todo, participativa mediante transformaciones con un gran aliento libertario».

A Carlos Lage y Felipe Pérez Roque los tronaron: es una expresión muy utilizada por los cubanos para las podas bien arriba. Los tronaron con un estalinismo de diseño. Hay un debate pendiente sobre sus aparentes méritos y sus supuestas traiciones. Antes necesitamos información. Pero el espionaje fraternal, las reuniones en secreto, las acusaciones sin pruebas y las "autocríticas" a la fuerza son estalinismo. Puro y duro. Envenenada aportación cubana para el debate sobre el socialismo del siglo XXI.

Incluso desde la solidaridad incondicional, Pascual Serrano escribió entonces en Rebelión que «los amigos de Cuba nos encontramos sin fuerzas ni información para explicar la institucionalidad cubana» (25 febrero de 2007/Juventud Rebelde/Pleno del Comité Nacional de  UJC/Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Fernando Remírez de Estenoz, Raúl contra "los dirigentes probeta").

Me parece que el futuro de Cuba depende mucho de la conexión de la isla con el proceso de integración de los nuevos Gobiernos de América Latina. Si Washington no consigue impedir esa integración bloqueando las iniciativas políticas y sociales que pueden alimentarla. Hay una interpretación de la cacería contra Carlos Lage y Felipe Pérez Roque según la cual Raúl ha establecido un equilibrio entre Lula y Chávez que los incondicionales de Fidel inclinaban hacía el venezolano. Raúl estaría más por el pragmatismo que por el internacionalismo y decidió desplazar a los que se habían fortalecido con la mancuerna Fidel/Chávez. Pero también se dice que los tronados pretendían manejar la sucesión reformista imprescindible. 
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