Cuba/ "el país transita hacia un modelo similar al de Vietnam" [Fernando Ravsberg - entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Abr 21 06:08:53 UYT 2011


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21 de abril 2011
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Cuba

Entrevista a Fernando Ravsberg

Cuba va a descentralizar la economía pero "no habrá la menor apertura política"

"El país transita hacia un modelo similar al de Vietnam"



En Perspectiva, Montevideo, 19-4-11
Radio El Espectador
http://espectador.com/
Transcripción de María Lila Ltaif


Desde La Habana, el periodista uruguayo Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC, comentó que las resoluciones del congreso "consolidan el rumbo que traía Raúl Castro", actual presidente, y que éste recibió un fuerte espaldarazo de su hermano Fidel al decir que "las nuevas generaciones de cubanos tienen el derecho y el deber de rectificar y cambiar todo lo que sea necesario". En ese sentido, Ravsberg consideró que los cambios en el país caribeño se verificarán en el plano económico pero que no habrá modificaciones en el sistema político. "El país transita hacia un modelo similar al de Vietnam, y eso implica una mayor flexibilidad económica aplicando reglas de mercado, pero manteniendo un solo partido legal", señaló.

Emiliano Cotelo - ¿Qué lectura se hace de ese mensaje de Fidel Castro divulgado hoy?

Fernando Ravsberg: Lo que está planteando Fidel Castro es lógico, poco tiempo antes había dicho que su criterio era que el primer secretario del partido y el presidente de la República deben ser la misma persona, por ende era de esperarse que no aceptara ser reelegido como primer secretario por el congreso del partido. Pero creo que más importante incluso que el haber renunciado a su cargo, o no haber aceptado ser reelegido o puesto en la lista, es una reflexión anterior, la de ayer, cuando dijo que las nuevas generaciones de cubanos tienen el derecho y el deber de rectificar y cambiar todo lo que sea necesario. Creo que ahí está la clave, porque eso implica un fuerte espaldarazo a todo el proceso de reformas que está haciendo su hermano Raúl Castro.

EC - ¿Llega a tener impacto en el transcurso del congreso?

FR - Creo que no, todos en Cuba esperaban que tarde o temprano renunciara, era un mero trámite, de hecho él ya no funcionaba como primer secretario. Además hay que tener en cuenta que Fidel Castro fue y es todavía una especie de caudillo, y que los cargos no son tan importantes, a veces en el caso de este tipo de persona, en este caso de líder político, el cambio se hace importante cuando él lo asume, más que el cargo en sí mismo. El peso político de Fidel Castro sigue siendo importante, y por eso era muy importante que avalara las reformas para poder seguir adelante. En este momento ha creado una situación muy especial para los que están contra la reforma, para los comunistas más ortodoxos, porque ahora enfrentarse a los cambios de Raúl Castro es enfrentarse a la decisión del congreso del PCC y a la decisión de Fidel Castro, el líder máximo de la revolución cubana. Los ortodoxos, los que están tratando de impedir que esto se lleve a cabo, quedan políticamente en una situación muy, muy compleja.

EC - ¿Qué peso tienen esos ortodoxos?

FR - Tienen peso, son un sector que controla los hilos de muchos aparatos, como ministerios, direcciones de empresas, el mismo aparato del PCC. Todo eso se está aligerando en el sentido de que se está reduciendo toda la plantilla burocrática, pero el proceso todavía es lento, y por supuesto este sector, que además está muy ligado a la burocracia, está tratando de que el proceso sea más lento aún. Por ejemplo, en el Ministerio de Agricultura no han colaborado demasiado hasta ahora en el desarrollo de las reformas, los principales obstáculos para una mejor producción agrícola vienen del aparato burocrático del Ministerio y de Acopio, o sea, gente que debería facilitarlo y promoverlo continúa emitiendo leyes, resoluciones y circulares que entorpecen el normal desarrollo de la reforma agraria.

EC - Vamos al fondo de la cuestión en el VI Congreso del PCC, que ayer aprobó el programa de reformas propuesto por Raúl Castro. Los 1.000 delegados votaron en plenario este proyecto que incluye 300 medidas de apertura del sector privado: recorte de empleo, reducción de subsidios, autogestión empresarial, impuestos y descentralización del aparato estatal, además de limitación del tiempo de cada mandato. Podríamos ver algunas de estas medidas en particular, pero miradas globalmente, ¿hay sorpresas, o se encamina el rumbo hacia donde venía impulsándolo Raúl Castro?

FR - Yo diría que se consolida el rumbo que traía Raúl Castro y que se habla cada día más claro del modelo hacia el cual se va. Se va a seguir con una planificación central, por supuesto, pero se va a descentralizar la economía del país, algo que es clave porque el modelo anterior, de estilo soviético, era totalmente centralizador, todas las decisiones se tomaban en la máxima instancia. Para que tengas una idea, si un ciudadano cubano quiere comprar un automóvil, aun teniendo dinero legal, digamos un músico, un deportista, tenía que tener -todavía tiene que tener- la autorización del vicepresidente de la República. Hasta ese grado estaba centralizado. Hoy quieren romper con ese esquema y empezar a dar poder a las empresas, a las direcciones de las empresas para que actúen, a los municipios, etcétera, ir descentralizando. Creo que eso es clave, aun manteniendo la planificación socialista que se plantea.

Y el tercer punto que me parece importante en la definición del modelo es que se van a atender las realidades o las leyes del mercado, cosa que hasta ahora en Cuba no se había hecho demasiado. El mercado era prácticamente una mala palabra, y las leyes que de una u otra forma el mercado obliga en algunos momentos aplicar no se aplicaban, se creía muchas veces que la voluntad del hombre era capaz de hacer más que las leyes del mercado.

EC - ¿En qué se va a traducir esa admisión de las leyes del mercado?

FR - Por ejemplo, se traduce en que la forma de bajar el precio de los alimentos no es subvencionarlos sino aumentar la producción agrícola. En la medida en que la producción agrícola aumente, teóricamente los precios tendrían que bajar. Ese es el mecanismo que se propone ahora en lugar de la subvención de alimentos.

EC - Uno de los puntos es reducción de subsidios, y esto abarca incluso la famosa libreta de racionamiento.

FR - Sí, pero paulatinamente, aclaró Raúl Castro. Porque la libreta de racionamiento fue el punto más discutido por los siete u ocho millones de cubanos que participaron en los debates, es el punto que más los preocupaba. Es curioso, porque durante muchos años la libreta de racionamiento fue considerada por la población como algo negativo, y cuando Raúl Castro planteó la posibilidad de eliminarla se convirtió en la principal preocupación de los cubanos. Y es lógico, porque para una cierta parte de la población, digamos la mitad, son vitales esos alimentos subvencionados que alcanzan para comer apenas unos 10 días, pero que no cuestan más de 80 centavos de dólar en total. Esa libreta es clave, se va a eliminar pero Raúl Castro aseguró que va a ser de forma paulatina en la medida en que se logre sustituir, mejorar los salarios y mejorar la producción agrícola y que por ende bajen los precios, o sea, en la medida en que los cubanos vayan teniendo posibilidades de comprar con su salario alimentos no subvencionados. Va a ser paulatino, exactamente dijo: "A ningún dirigente en su sano juicio se le ocurriría eliminarla de un día para otro".

EC - Además me llamó la atención en el discurso de Raúl Castro cómo da a conocer críticas a cómo ha sido la libreta de racionamiento en el pasado. No me queda del todo claro si estos defectos que voy a mencionar ahora todavía siguen vigentes o ya habían sido corregidos, pero refiriéndose a la libreta mencionó, por citar un caso, que estaba planificada de manera tan automatizada que por ejemplo también les correspondían cuotas de tabaco a los bebés y a los niños. Tú viste esa parte del mensaje.

FR - Sí, por supuesto, pero no solamente eso; eso se ha corregido, no hace mucho, hará un par de meses que ya no se entregan cigarrillos a la población. Pero más allá de que los bebés recién nacidos recibieran -lo cual era cierto- en algunos casos tabaco, cigarrillos, lo cierto es que dar cigarrillos subvencionados por la libreta es una contradicción en sí misma.

EC - Claro, a eso también apuntó Raúl Castro.

FR - No solo no son un asunto de primera necesidad, sino que tampoco son buenos para la salud. Es realmente una contradicción en sí misma, pero había ese tipo de contradicciones. Lo que no se dice, y también es cierto, es que mucha gente ha vivido hasta ahora gracias a ese racionamiento, porque los salarios están muy por debajo de lo necesario para sobrevivir. Los economistas sitúan la canasta básica entre 70 y 80 dólares mensuales, y un salario está entre 17 y 20, no es suficiente para cubrir la canasta básica. Entonces esos alimentos subvencionados a muy bajo precio les permitían cubrir y llegar, sobre todo en el tema alimenticio, hasta el final del mes. Y todavía para mucha gente es un asunto claro e importante, por eso el Gobierno sabe que no lo puede eliminar. Poder eliminarlo, puede, pero va a tener un costo político y social muy alto.

EC - Se desprende de las palabras de Raúl Castro que se va a ir a un esquema de alimentos subsidiados según las necesidades de las personas.

FR - Para uruguayizarlo, pensemos en un sistema como Subsistencias, aquellas tiendas donde se vendía a mejores precios para la población de bajos recursos. Se van a dejar de subvencionar los productos como hasta ahora y se van a empezar a subvencionar a las personas sin recursos. Hoy en día, por ejemplo, una jubilada que puede ganar 10 dólares al mes de jubilación recibe los mismos subsidios alimenticios que Chucho Valdés, por ejemplo, un músico reconocido internacionalmente y con altos ingresos, o que otras personas que reciben ayuda del extranjero, o empresarios con salarios de 5.000, 6.000 dólares que no necesitan alimentos subvencionados, que tienen dinero suficiente para comprar a precios de mercado su alimentación y la de su familia. La idea es dejar las subvenciones solo para aquellas personas que lo necesitan, que en Cuba se calcula que es alrededor de un 20 % de la población.

EC - Los objetivos de los lineamientos de la política económica y social propuestos por el presidente cubano Raúl Castro y que fueron sometidos a debate en distintos ámbitos desde noviembre y aprobados ayer por el VI Congreso del PCC son: actualizar el modelo económico, garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida, sin dejar de lado la formación de valores éticos y políticos de la población. En cuanto a las medidas de apertura al sector privado, ¿cómo se las llevará a cabo?, ¿qué se sabe?

FR - Las medidas empezaron ya en octubre pasado con la ampliación del trabajo por cuenta propia, que se duplicó, pasó de 120.000, 130.000 personas a 250.000 con licencia. Eso todavía está limitado a unas 170 profesiones u oficios que está permitido ejercer, pero se calcula que seguirán ampliándose. Todavía están en pasos muy limitados, hasta ahora ha habido oposición de los sectores más ortodoxos. Por ejemplo, estos cuentapropistas no tienen tiendas mayoristas donde comprar los insumos a precios competitivos, porque se ha decidido que no las tengan todavía, que el país no puede abastecerlas. Se van a comprar insumos prácticamente dirigidos a ellos al mismo precio que para todo el resto de la población por 130 millones de dólares para este año. Sin embargo están muy por debajo, y lo que se está consiguiendo con la apertura del trabajo por cuenta propia sin insumos es que crezcan el mercado negro y el robo al Estado, porque cuando un zapatero fabrica sus zapatos o sus sandalias, necesita cuero y no hay una tienda donde comprar cuero, o cuando un carpintero no tiene una tienda donde comprar madera, va a comprársela al que la roba en la carpintería del Estado. Eso es lo que está pasando en este momento, por la negativa a abrir tiendas mayoristas.

El otro aspecto importante es la entrega de tierras. Pasa algo similar, se están desarmando las granjas estatales, que eran como los grandes koljós soviéticos, gigantescos pero totalmente improductivos, y se están entregando esas tierras desde el año pasado o el otro a los pequeños campesinos. Pero tené en cuenta que el 60, el 70 % de las personas que están entrando a cultivar esas tierras no eran campesinos antes, no tenían herramientas, ni insumos, ni alambres, nada. Se les da la tierra sin darles la posibilidad de comprar alambre, semillas, fertilizante, no hay tiendas donde puedan acceder a eso, entonces prácticamente el 50 % de las tierras que han sido entregadas ya está produciendo, pero a fuerza de voluntad de los nuevos propietarios, que están limpiándolas a machete y sembrándolas con arados caseros con bueyes. Las condiciones son muy malas. Y es un sector con recursos económicos para comprar todo lo que el Estado le quiera vender a precios de mercado, y en moneda dura. El pequeño campesino es tal vez el sector con más poder económico del país.

EC - Por otro lado, ¿qué pasa con la reducción de puestos de trabajo en el sector público? ¿Cómo viene ese proceso? ¿Cómo se hará?

FR - Salió con mucho impulso. Raúl Castro decía en el informe que estas medidas no se pueden ver aisladas, forman parte de un todo. Se aflojó por las limitaciones que hay en el trabajo por cuenta propia, porque te imaginarás que tú no puedes evitar un conflicto social si echas a la gente de las empresas estatales a la calle y no le das la posibilidad de trabajar por su cuenta, la empujarías al hambre. Como el trabajo por cuenta propia no se ha desarrollado todo lo bien que debería, aunque se ha duplicado, el proceso de despidos se ha hecho más lento, muy lento, se va muy paso a paso.

Porque hay otro problema, se busca que el sector se reduzca, en este momento en las empresas estatales cubanas el 70 % de los trabajadores son administrativos, y solo el 30 % son productivos, entonces, claro, la empresa en sí no puede ser productiva. Lo que se busca es reducir el sector burocrático, los funcionarios de las empresas, pero estos son los que deciden, entonces es como pedirles que se hagan un harakiri, es pedirle a ese sector burocrático y administrativo un suicidio. Hay dificultades y el proceso de despidos va bastante lento. Es difícil para los periodistas extranjeros encontrar -la encontramos, por supuesto- gente despedida, no se encuentra tan fácil, cosa que debería ser sencilla si estamos hablando del despido de medio millón de personas.

EC - ¿Va a haber cambios tributarios, cambios en los impuestos?

FR - Los cambios ya se han dado, los trabajadores por cuenta propia empiezan a pagar. Los impuestos son relativamente altos, pero los cubanos son mentirosos, como muchos latinoamericanos, frente al sistema impositivo. Los impuestos son altos, pueden llegar al 50 % de las ganancias, pero nadie declara el 100 % de sus ganancias en Cuba. Yo he hecho una especie de censo entre mis amigos que trabajan por cuenta propia o ganan divisas por otra vía y todos declaran aproximadamente el 10 % de sus ingresos reales, entonces el 50 % de esa declaración es apenas el 5 % de su ganancia real. Es decir, hay impuestos, se están popularizando, a veces a extremos; yo escribía hace poco una nota refiriéndome a eso, a los ancianos que andan recogiendo latas, los recogedores de latas, de materias primas, cartones, metales, les están cobrando licencia, permiso para poder hacerlo, lo cual es extremo, porque para poder ganarse un dólar una de estas ancianas tiene que recoger 270 latas. Como decía el general Máximo Gómez, que dirigió la lucha por la independencia de Cuba contra España, "los cubanos o se quedan cortos o se pasan". En esto de los impuestos pasa algo de eso.

EC - Hay también medidas que tienen que ver con los mandatos, se limita a 10 años la duración de los mandatos de los dirigentes del país en todos los cargos, incluso en los máximos cargos de Gobierno. ¿Cómo ubicas en este contexto este paso?

FR - En principio es muy sano, conocemos el caso de Fidel Castro y el de Raúl, pero Cuba ha tenido otros ministros menos renombrados que han estado casi 30 años en el cargo, 20 años, como el ministro de Educación. Se han prologado demasiado en el tiempo y eso hace difícil readaptar la circunstancia. Pienso que la propuesta es extremadamente sana e intenta evitar el caudillaje, que los dirigentes se aferren a los cargos. En el futuro sabrán que tendrán que soltarlos en 10 años. Tal vez si eso se hubiera aplicado en 1959 la historia de Cuba habría sido muy diferente.

EC - El propio Raúl Castro dice "afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el partido, el Estado y el Gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente a lo largo del quinquenio sin precipitaciones ni improvisaciones para empezar tan pronto como concluya el congreso". ¿Qué pasó?

FR - Pasó que no llegó el sol, los caudillos del tamaño de Fidel Castro no dejan pasar el sol y abajo no crece nada, son líderes que hacen demasiada sombra. Lo que ha pasado es eso, los líderes que habían ido ascendiendo en Cuba eran líderes de "comandante en jefe, ordene", de prácticamente aceptar de una u otra forma todo lo que Fidel decía. Yo tengo relatos, por ejemplo, de cómo [Carlos] Lage trataba de convencer a Fidel de una cosa u otra. Sé también que otros líderes, como el ministro del Azúcar en la zafra del 70, que dijeron que la zafra no iba, fueron destituidos. Se va generando en torno un grupo de líderes que no tienen la personalidad política que hace falta para dirigir un país, son más un grupo de apoyo que un Gobierno en sí mismo.

Raúl Castro se ha visto obligado, por ejemplo, a formar su Gobierno con gente de las Fuerzas Armadas, e incluso del partido provincial, o sea personas que mandaban en las provincias, las máximas autoridades del partido en las provincias, que al estar lejos del centro de poder tienen más ejercicio y más práctica de ejercicio del poder, de ejercer el mando sin estar pidiendo permiso al poder central a cada paso. Lo hizo con el anterior ministro de Transporte, el ministro de Educación Superior era también secretario del partido en provincia. Está tratando de traer líderes que no hayan estado muy cercanos al poder en los años anteriores, porque más que un Gobierno eran un grupo de apoyo al comandante en jefe. De hecho, casi todos los líderes, por ejemplo Carlos Lage, Felipe Pérez, todos ellos fueron, antes de ser Gobierno, miembros del grupo de apoyo a Fidel Castro.

EC - ¿Existe esa autocrítica? Desde la audiencia pregunta Juan Carlos, por ejemplo: "¿Y ellos se creen capaces?", los actuales dirigentes.

FR - No tienen mucha alternativa, ¿qué podrían hacer? Lo único que pueden hacer es tratar de arreglar el asunto, no hay alternativa en Cuba, y eso es clave, y es clave también para entender la actitud del cubano, qué podrían hacer. Es la pregunta que ellos se hacen. Lo único que pueden hacer es tratar de arreglar en lo posible lo que ha pasado.

EC - Vuelvo al discurso de Raúl Castro y me encuentro con esta otra frase, también terrible: "Lo que aprobemos en este congreso no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido". ¿Cómo se va a lograr esto esta vez?

FR - Creo que es clave el liderazgo en esto. Fidel Castro gobernaba diría que a pesar del partido y del Gobierno; Raúl Castro está gobernando a través del partido y el Gobierno. Quieren estipular crear organismos, en teoría la propuesta de Raúl Castro es institucionalizar la revolución, que lo importante por una vez sean las instituciones y no las personas que las dirigen. Ese es el reto, lo podrá lograr o no, eso lo dirá el tiempo, pero esa es la idea, en la medida en que se fortalezcan las instituciones los acuerdos pueden seguir porque la institución seguiría funcionando. Ese es en teoría el proyecto que tiene Raúl Castro, institucionalizar el país. Repito, solamente el tiempo podrá responder si son capaces de lograrlo.

EC - De apertura política no se habla.

FR - No, ni se habla ni la va a haber. No va a haber la menor apertura política, el país transita hacia un modelo similar al de Vietnam, y eso implica una apertura o mayor flexibilidad económica aplicando reglas de mercado, etcétera, pero manteniendo un solo partido legal en el poder, el poder político centralizado. Porque además no existe una oposición que presione lo suficiente o que tenga fuerza popular como para lograr tal apertura. Recordemos que las aperturas políticas en América Latina se han dado siempre tras años de presiones sociales, y aquí la disidencia siguen siendo pequeños grupos sin influencia social, según el análisis de los propios estadounidenses. No tienen eso, y tampoco hay un descontento que se traduzca en una oposición social en la calle, todavía logran convocar una manifestación como la del fin de semana y llevar cientos de miles de cubanos a desfilar. Entonces no hay una situación, la única presión que tiene el actual Gobierno es el tiempo, porque se trata de personas bastante mayores que tienen que tratar de sentar las bases de los cambios que vayan a hacer en un tiempo relativamente corto, por propias razones vitales. 
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