Siria/ una unidad forjada contra la dictadura [Khalil Habash]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Oct 13 11:29:59 UYST 2011


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boletín solidario de información
Correspondencia de Prensa
13 de octubre 2011
Colectivo Militante - Agenda Radical
Montevideo - Uruguay
redacción y suscripciones: germain5 en chasque.net

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Siria


Una unidad forjada contra la dictadura


Khalil Habash
Alencotre/La Breche
http://alencontre.org/
Viento Sur
http://www.vientosur.info/
Traducción de Faustino Eguberri 


El artículo de Khalil Habash -historiador y militante sirio- que publicamos a continuación no tiene por objetivo una puesta al día sobre el momento actual. Intenta poner en guardia contra esquemas analíticos que atribuyen un lugar central a la "configuración confesional" en la comprensión de la situación presente en Siria. Al hacerlo, estas representaciones validan uno de los "méritos" que se atribuye a la dictadura del clan Assad: "el mantenimiento de la unidad de Siria" contra "intentos de desmembramiento". Este artículo fue redactado a finales de septiembre de 2011.

 El 2 de octubre de 2011, en Estambul, se constituyó el Consejo Nacional Siria, en continuidad con múltiples esfuerzos. El CNS reivindica su independencia. Dice reunir a la mayoría de las corrientes de la oposición, en particular los Comités de coordinación locales (LCC), los liberales, los Hermanos Musulmanes y partidos kurdos y asirios. Por el momento, el único candidato declarado para ponerse a la cabeza del CNS es Burhen Ghaliun, un universitario de renombre, en el exilio en París.

El viernes 7 de octubre, el dirigente kurdo Mechaal Tamo fue asesinado en la ciudad de Qamichli, situada en el noreste del país. Mechaal Tamo había sido recientemente liberado, tras haber pasado tres años y medio en prisión. Había rechazado una proposición de diálogo presentada a las organizaciones kurdas por el poder. Los Comités de coordinación locales han acusado al régimen de intentar "liquidar físicamente a las figuras de la oposición". Los funerales de M. Tamo, en Qamichli, han reunido a cerca de 50.000 personas. Las "fuerzas de seguridad" han disparado, haciendo al menos dos muertos y numerosos heridos. En Dmeir, cerca de Damasco, en otros funerales, el domingo 9 de octubre, las fuerzas represivas han golpeado con la misma mano asesina.

En este contexto, no puede sino extrañar -o quizá no- que el ministro de "Comunicación" de Bolivia, Ivan Canelas, y una delegación del ALBA (Alianza Bolivariana por las Américas) se encuentre en Damasco para mostrar su apoyo al régimen dictatorial de Bachar el-Assad. Es cierto que el ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Nicola Maduro, no ha dudado en hablar de ¡una "gran conspiración mediática" contra el régimen sirio! Lo que recuerda las peores imbecilidades falsas y cómplices de la "guerra fría". Pero, esta vez, esas inepcias están formuladas en nombre de los "valores" de un pretendido "socialismo del siglo XXI". [Redacción de A l´encontre].


La revolución siria ha entrado en su séptimo mes de lucha contra el régimen de el-Assad. El número de personas muertas en Siria es ahora superior a 2900 (desde el 15 de marzo), mientras que no se sabe nada de la suerte de más de 3.000 manifestantes. Durante el mes sagrado del Ramadán (del 1 al 30 de agosto de 2011), 473 manifestantes fueron muertos. La represión ejercida por las fuerzas de seguridad sirias desde mediados de marzo ha conducido al arresto de más de 70.000 personas. Además, según el Observatorio sirio para los Derechos Humanos, basado en Gran Bretaña, 15.000 personas siguen detenidas. Las escuelas y los estadios de fútbol han sido transformados en centros de detención y de tortura.

A pesar de la violenta represión de la que es objeto, el objetivo del movimiento popular sirio sigue siendo el mismo, como lo mostraba la consigna de la última manifestación del viernes (30 de septiembre): "Continuaremos hasta que hagamos caer al régimen".

Analistas que deforman la realidad

Numerosos analistas y especialistas de la región han explicado este movimiento, sus dinámicas o sus fracasos a través del "prisma confesional", "comunitario". Utilizan muy a menudo la historia de Siria a fin de probar que reside ahí la prueba de un país dividido, fragmentado. Numerosos de ellos describen el régimen de Assad como algo que tiene que ver estrictamente con una dominación alauita. Otros dicen que determinadas minorías apoyan a este régimen porque estaban protegidas y vivían tranquilamente bajo esta dominación. Mientras que otros se concentran en la composición religiosa de la oposición que está compuesta principalmente de musulmanes sunitas. Algunos afirman que la solución reside en la necesidad de dar garantías de protección a los "grupos minoritarios" en una posible era post Assad -incluyendo en ella a los alauitas- para que se unan al levantamiento.

Estos dos discursos están lejos de la realidad del movimiento popular sirio y de sus dinámicas. Y la historia del país está deformada. La mayor parte de los comentaristas describen la historia de Siria como algo que se resume en una lucha entre fuerzas confesionales; algunos llegan hasta afirmar que "las minorías sirias han conocido siempre un estatus precario y han sido frecuentemente objeto de persecuciones" o que "para las minorías, Assad representa la seguridad", lo que está lejos de la realidad.

El régimen se ha pintado siempre a sí mismo como el protector de las minorías contra la pretendida amenaza del extremismo islámico. Se trata de hecho de una herramienta utilizada por este régimen autoritario y burgués para dividir a los sirios y desviar toda crítica sobre la corrupción que reina en su seno y sobre la represión que lleva a cabo. Pero las minorías y los sirios en general -laicos o religiosos- no tienen necesidad de la asistencia o de la protección de una dictadura para vivir tranquilamente y participar activamente en el destino de Siria. 

Un país multiconfesional 

Fares el Khoury, un sirio de origen cristiano, fue dos veces primer ministro tras la Segunda Guerra Mundial. Fue elegido, entre otros, por Mustapha Siba´i (1915-1964), miembro del parlamento sirio entre 1949 y 1954), el fundador de los Hermanos Musulmanes en Siria. Este último, sostiene en su obra Le socialisme de l´islam (1959) que el Islam enseña un modelo único de socialismo en conformidad con la naturaleza humana, fundada en cinco derechos naturales: la vida, la libertad, el conocimiento, la dignidad y la propiedad.

El Baas fue cofundado por Michel Aflak (1910-1989), un sirio de origen cristiano. Este partido era uno de los más populares en Siria y en el Machred antes de que se convirtiera en un partido autoritario y represivo en manos de Hafez al-Assad en Siria y de Saddam Hussein en Irak.

Edmont Rabbath, un sirio de origen cristiano, fue el primer embajador sirio ante la ONU. La revolución siria de 1925 contra el ocupante francés estaba dirigida por el líder druso Sultan al-Atrash (1891-1982) con la ayuda de otras personalidades de horizontes diversos como Ibrahim Hananou (1869-1935), de origen kurdo, mientras que todas las regiones, y todas las confesiones y comunidades de Siria se rebelaron contra la división del país impuesta por el Mandato francés /1. Numerosas personalidades e intelectuales alauitas han sido personajes eminentes de la historia siria, como Saadalla Wannous (1941-1997), dramaturgo y militante sirio.

En la misma onda, los Hermanos Musulmanes no fueron la única fuerza que luchó contra el régimen de Assad durante los años 1980. La represión no fue limitada solo a los Hermanos Musulmanes (referencia a la masacre de Hama en 1982), puesto que se extendió a todas la fuerzas políticas de la izquierda, que sufrieron olas sucesivas de arrestos hasta el agotamiento. Miles de militantes hicieron la experiencia de la muerte, de la tortura y del encarcelamiento sin proceso en virtud del estado de urgencia en vigor desde hace un largo período (1963) así como del exilio. La sociedad fue prácticamente vaciada de sus fuerzas vivas.

Un movimiento nacional y pacífico

El movimiento popular sirio ha sido un movimiento pacífico y nacional, exigiendo la dignidad, la libertad, la justicia social, el desarrollo económico y reformas políticas. Las consignas principales de los manifestantes son : "¡uno, uno, el pueblo sirio es uno!", "¡Silmiya, silmiya!" (pacífica, pacífica), así como "¡el pueblo quiere derrocar al régimen!".

La oposición siria ha presentado sin cesar un frente unido contra el riesgo de una guerra civil nacional y confesional. Las consignas de los manifestantes como "¡Todos somos sirios, estamos unidos!" son repetidas de forma permanente durante las manifestaciones y en diferentes redes como Facebook o Twitter. En numerosas manifestaciones, podemos ver pancartas afirmando: "No al sectarismo".

Es un levantamiento nacional y popular, que reúne al conjunto de la comunidades de Siria, más allá de los ritmos de entrada en el movimiento. En la ciudad de Qamishly, los manifestantes gritaban por la libertad y al cambio en árabe, kurdo y asirio: "¡Hurria! ¡Azadi! ¡Houriyeto!".

Soltaron también globos con la palabra paz escrita en diferentes lenguas. Había también banderolas en árabe sobre las que estaba escrito: "Árabes, kurdos, asirios, siríacos: somos todos sirios!". En Banyas, más de 1000 mujeres desfilaron tras el discurso de Bachar al-Assad (en la televisión nacional) gritando: "No sunita, no alauita. La libertad es todo lo que queremos!".

Las minorías han tomado una parte importante en este levantamiento, al lado de los musulmanes sunitas y esto a través de todo el país. De los cristianos a los alauitas pasando por los drusos, todos han tenido su parte en el proceso revolucionario en curso.

Por ejemplo, una reciente declaración de militantes sirios cristianos apoyando al revolución denunciaba la proclamación hecha en Francia por el patriarca maronita Bechara Boutros Rai que decía que el derrocamiento del régimen de Assad sería una amenaza para los cristianos en Siria /2. Recuerdan al patriarca Rai que los cristianos han vivido durante "centenares de años con sus hermanos sirios sin temor y nadie, absolutamente nadie, tiene ningún mérito en este terreno: los cristianos son una parte indivisible de este país". La comunidad alauita está también presente en el proceso revolucionario, por intermediario de sus intelectuales como Louai Hussein, Samar Yazbeck y muchos otros, mientras que grupos de militantes sobre el terreno y en Internet están igualmente activos como el Ittilaf shebab alawyye doud al nizam al Assad (la Alianza de Jóvenes contra el Régimen de Assad). Han condenado el comportamiento del régimen en numerosas ocasiones y hecho recaer la responsabilidad de los enfrentamientos confesionales en la política del régimen y sus rasgos represivos. Numerosos militantes de las confesiones minoritarias se han convertido en mártires de esta revolución, mientras algunos han sido y son torturados y siguen en prisión. La represión ha golpeado a todos los rebeldes, independientemente de su confesión. ¿Es eso la pretendida protección ofrecida a las minorías por el régimen de Assad, punto de vista recuperado -bajo ángulos diferentes- por ciertos "analistas"?

Defender la unidad del pueblo sirio

La oposición siria en su gran mayoría, tanto en el exilio como en el interior del país, denuncia las divisiones confesionales y defiende la unidad del pueblo sirio. La Coordinadora de los Comités Locales -que son redes militantes de bases que ayudan a la organización y documentan las manifestaciones- produce una carta de información diaria destinada a los medios árabes e internacionales. En una declaración reciente contra una intervención extranjera y la militarización de la revolución, explicaba que el objetivo de la revolución siria no está limitado al derrocamiento del régimen, sino que apunta también a construir un sistema democrático y un marco a escala nacional que salvaguarde la libertad y al dignidad del pueblo sirio. La Comisión General de la Revolución Siria, que cuenta ahora cerca de 120 comités locales, ha llamado también a una revolución pacífica, alejada de todo sectarismo y contra una intervención militar extranjera, a fin de construir una Siria democrática, social e igualitaria.

El grupo facebook La Revolución Siria 2011 ha condenado de forma repetida el sectarismo y toda forma de discriminación entre los sirios, dando la prioridad a la bandera nacional, contra las tentativas del régimen de pintar el movimiento de protesta como confesional.

Este grupo facebook ha publicado, desde el 24 de marzo de 2011, un Código Ético contra el sectarismo en Siria. Las denominaciones atribuidas a las manifestaciones del viernes han sido decididas entre los organizadores a fin de ser lo más inclusivas posibles, designando por ejemplo el viernes "Azadi" (libertad en kurdo), cuando habían llamado al viernes que precedía al fin de semana de Pascuas "Azime" (grande), en referencia a la fiesta cristiana. En efecto, en Siria, los cristianos llaman "gran viernes" al viernes que precede a Pascuas.

Un régimen clientelista

Podemos subrayar que, día tras día, los manifestantes y los grupos de oposición en toda Siria han visto crecer su conciencia política. Participan cada vez más en debates políticos a la vez que organizan y documentan las manifestaciones de calle.

De hecho, el régimen es el único que ha utilizado las divisiones confesionales para intentar basar su control sobre la sociedad y dividir a la población siria. Ha construido un ejército según criterios confesionales a fin de mantener su lealtad. Mientras la mayoría de los reclutas son sunitas -debido a que constituyen la mayoría de la población- el cuerpo de oficiales es ante todo alauita.

Sin embargo, este régimen es sobre todo un régimen clientelista que encuentra uno de sus apoyos principales -además de en su aparato de seguridad- entre la burguesía mayoritariamente sunita y cristiana de Alepo y de Damasco, que se ha beneficiado de las políticas neoliberales realizadas estos últimos años por el régimen. Este último ha tejido una red de lealtades por medio de lazos, vínculos -ante todo de orden financiero y económico- con individuos de las diferentes comunidades. Las políticas económicas del régimen han beneficiado a una pequeña oligarquía y a algunos de sus clientes.

La política de liberalización económica del régimen ha reproducido casi la situación socioeconómica que prevalecía antes de que los baasistas tomaran el poder en 1963: el 5% de la población posee más del 50% de la Renta Nacional.

Un régimen en quiebra

Hoy, el levantamiento popular sirio certifica la quiebra del proyecto del régimen. El Baas fue popular hace treinta años, cuando ofrecía un progreso social en las zonas rurales y entre las minorías religiosas. Ahora, el partido Baas es una cáscara vacía. Los levantamientos en Deraa igual que en otras zonas rurales, bastión histórico del partido Baas y del régimen, que no había tomado parte en las insurrecciones de los años 1980, ilustran este fracaso. Ciudades como Qamichli (noreste del país), Hama y Homs han participado también en el movimiento de protesta, así como todas las diferentes comunidades de Siria, desde los kurdos discriminados, hasta los musulmanes en general y los cristianos.

En conclusión, el movimiento de protesta une como ha unido a los egipcios y a los tunecinos durante sus revoluciones. Ninguna unidad efectiva, tomando en cuenta la realidad del país, es posible bajo una dictadura que desarrolla al contrario una estrategia de temores entre las comunidades. Una política que encuentra, desgraciadamente, una traducción en el plano analítico entre numerosos comentaristas.

El movimiento popular en Siria lucha, de hecho, por la unidad del pueblo sirio y contra las divisiones; lo hace desarrollando un sentimiento de solidaridad nacional y social que transciende las divisiones étnicas y confesionales. Ahí reside la única garantía para los sirios, independientemente de sus vínculos a una comunidad o a otra. Necesita la victoria de la revolución antidictatorial a fin de construir una Siria nueva, democrática, social e independiente.


Notas 

1/ A la salida de la Primera Guerra Mundial, Francia recibió un "mandato" de la Sociedad de Naciones (que reconocía la independencia provisional "a condición de que los consejos y la ayuda de un Mandatario guiasen su administración hasta el momento en que sean capaces de funcionar solas") sobre el Líbano y Siria, antiguas posesiones otomanas; mientras Gran Bretaña recibía un mandato semejante para Irak, Transjordania (la actual Jordania) y Palestina. Esos mandatos son de hecho la adaptación de las negociaciones realizadas durante la guerra entre Francia y Gran Bretaña para el control del Medio Oriente y de sus recursos petroleros; lo que, desde 1916, habían establecido los acuerdos francobritánicos llamados Sykes-Picot. Ver Henry Laurens, "Comment l'Empire Ottoman fut dépecé" : http://www.monde-diplomatique.fr/2003/04/LAURENS/10102#nh6/www.monde-diplomatique.fr (ndr). 
2/ 77º patriarca maronita de Antioquía y de todo Oriente desde marzo de 2011, Mgr Béchara Boutros Rai, ha declarado en París ante la Conferencia de obispos de Francia, el 7 de septiembre pasado que le habría "gustado que se dieran más oportunidades a Assad para hacer las reformas políticas que ha comenzado. (...) Era preciso dar más oportunidades al diálogo interno. (...) No estamos con el régimen, pero tememos la transición..." (AFP del 8 de septiembre de 2011) (ndr).

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