Italia/ unir a quienes la patronal divide [Franco Turigliatto]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Nov 7 17:31:35 UYST 2013


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boletín solidario de información
Correspondencia de Prensa
7 de noviembre 2013
Colectivo Militante - Agenda Radical
Montevideo - Uruguay
redacción y suscripciones: germain5 en chasque.net

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Italia


Unir a quienes la patronal divide



Franco Turigliatto *
A l´encontre
http://alencontre.org/
Traducción de Faustino Eguberri
Viento Sur
http://vientosur.info/


Las jornadas de los días 18 y 19 de octubre de 2013 -una jornada de movilización convocada por los "sindicatos de base", con abstención total de las grandes confederaciones, y la manifestación de diversos movimientos sociales- han demostrado una nueva efervescencia social y una nueva disponibilidad para la lucha en la sociedad italiana. En efecto, este otoño de 2013 puede ser la ocasión de una mayor movilización contra las políticas de austeridad y contra el gobierno de amplia coalición -desde el Partido Democrático del primer ministro Enrico Letta al Partido de la Libertad representado por el vice primer ministro Angelino Alfano- guiada de forma inconstitucional por el presidente de la república, Giorgio Napolitano [un "antiguo" del PCI].

La situación se mueve. El éxito de la manifestación de los sindicatos de base así como de la huelga del 18 de octubre, incluso si estuvo limitada a algunos sectores de los servicios, y las manifestaciones de los movimientos sociales del 19 de octubre son reveladores. Se han resaltado las razones de las resistencias regionales frente a las políticas de desmantelamiento territorial. Igualmente se ha expresado una rabia, una determinación y la voluntad de los sectores del proletariado más golpeados por la crisis y sometidos a condiciones desesperadas, sobre todo a causa de la crisis del acceso a la vivienda. Es llamativo que un estudio efectuado por Coldiretti /1 que revela el sufrimiento y la situación de emergencia alimentaria para millones de personas sea tan poco citado en la prensa. Además, los medios tratan esas informaciones como estrictos datos sociológicos, sin conferirles la dimensión de un acta de acusación contra la política de la clase dominante y de los servidores del centro derecha y del centro izquierda.

Contra la división de la clase trabajadora

La violencia del ataque patronal contra el empleo y los salarios lleva a la precarización social de millones de personas; el paro y salarios de miseria se traducen en la imposibilidad de acceso a condiciones elementales de vida: disponer de una vivienda y alimentos para poder vivir. Privado de todo ("¡no tienen más que perder que sus cadenas!"), los emigrantes y capas populares siguen siendo los más golpeados por esta brutal pauperización. En los sectores más politizados que han jugado un papel importante en la manifestación del 19 de octubre emerge una vieja teoría que distingue a los trabajadores y trabajadoras llamados "garantizados" y los "no garantizados" [es decir, quienes tienen un contrato de duración indeterminada y lo que tienen un contrato precario].

Por supuesto, una de las características de la crisis y de las políticas burguesas es aumentar las divisiones en el seno de las masas trabajadoras, creando fosos, jerarquizaciones e, incluso, enfrentamientos. Esto permite a la burguesía construir mejor diques frente a la rabia y a la voluntad de reacción frente a las políticas de austeridad. Sin embargo, una de las características propias de la crisis es suscitar mutaciones permanentes en la condición social de vida de los individuos. Así una familia que vive con la "garantía" de dos salarios puede verse precipitada en la precariedad cuando uno de los dos pierde su trabajo y va al paro. Además, si esta familia debe hacer frente a una deuda hipotecaria, el abismo de la pobreza está cercano. Los trabajadores y las trabajadoras de una ciudad "desarrollada" y que tiene, en el pasado, un número importante de "garantizados" -como la de Turín- tienen un conocimiento concreto de estos cambios. Es exactamente lo que está ocurriendo en el conjunto de la sociedad. La estructura de la familia italiana -que juega aún a menudo el papel de "centro de acogida" y de ayuda- y el ahorro de las familias han frenado hasta ahora esta dinámica de empeoramiento de las condiciones de vida. Pero los márgenes de maniobra para las familias son cada vez más restringidos. Así las diversas facetas del proceso de pauperización aparecen a la luz del día. Esto es también válido para las capas que viven en condiciones más o menos seguras (fracciones de las llamadas clases medias e incluso de la pequeña burguesía) y que piensan poder escapar a los efectos de la crisis, renunciando a la movilización: "no me muevo y espero que voy a apañármelas solo".

La experiencia histórica demuestra que la rabia y la radicalización pueden favorecer también a la derecha fascista y a una reacción xenófoba y racista. Señales provenientes de ciertos países europeos constituyen un ejemplo actual de lo anterior. Esos ejemplos deben plantearnos multiplicar los esfuerzos para crear un movimiento social y político contra las políticas neoliberales con reivindicaciones capaces de responder a las necesidades de las diferentes capas del proletariado y plantear las bases para una alternativa anticapitalista creíble.

Las fuerzas sindicales y políticas -entre otras nuestra organización (Sinistra Anticapitalista)- que han estado en la base o que han apoyado la jornada del 18 de octubre y que han participado en la manifestación del 19 han trabajado y continúan haciéndolo de forma consciente a fin de unificar a los protagonistas de las dos jornadas. Esa es una condición para profundizar y desarrollar esas formas de resistencia y de movilización social construyendo sinergias y contribuyendo a que adopten una perspectiva de lucha común. Mucha gente se ha planteado la siguiente pregunta: "¿Y los trabajadores que se movilizaron el día 12 de octubre en defensa de la Constitución?".

Ya hemos insistido en ello afirmando que las manifestaciones del 12 de octubre [en defensa de la Constitución] y las de los días 18 y 19 de octubre estaban caracterizadas por una radicalidad política diferente. La primera estaba fundada en las posiciones de la Izquierda Ecología y Libertad (SEL), es decir en una posición subalterna al Partido Demócrata (PD). SEL (cuyo líder es Nichi Vendola) propone de nuevo la vieja idea de utilizar la fuerza conquistada (por SEL) para presionar "hacia la izquierda" al PD como si la historia política reciente no hubiera demostrado la inconsistencia de ese proyecto. La confirmación de ese juicio ha llegado a continuación. La demanda dirigida a los parlamentarios del PD de no avalar lo que debe ser considerado como un "monstruo antidemocrático", es decir la modificación del artículo 138 de la Constitución /2, ha suscitado inmediatamente una respuesta claramente negativa de la gran mayoría de los senadores del PD. Ese "monstruo antidemocrático" se supone que ha sido demolido (paradoja de las paradojas) únicamente por el voto contrario de una parte del Pueblo de la Libertad (PDL) que deseaba salvar a su jefe [Silvio Berlusconi] y, quizá, hacer caer el gobierno. Esperamos explicaciones de SEL, de Stefano Rodotà y de la FIOM [Sindicato de la metalurgia, federación de la CGIL], de Maurizio Landini sobre su recorrido estratégico....

Pero ya sabemos sus posicionamientos y los objetivos que buscan. Lo que nos interesa verdaderamente es dialogar con los trabajadores y trabajadoras que estaban presentes el 12 de octubre y que pueden ser "sustraídos" a la hegemonía relativa de esos grupos dirigentes y, por ello, escapar del callejón sin salida en el que se encuentran.

Unir a quienes la patronal divide

Las tareas de una fuerza anticapitalista y revolucionaria -y esto es válido para todos los y las militantes de clase- son a la vez extremadamente sencillas y terriblemente difíciles: intentar unificar lo que las fuerzas de la burguesía intentan dividir, a saber, trabajar por una movilización unitaria del proletariado. Utilizo a propósito este término clásico para subrayar el hecho de que hablamos de todos los sectores sociales de la clase trabajadora, incluyendo los parados y paradas, los emigrantes. La dinámica lanzada por las movilizaciones del 18 y del 19 de octubre ofrece un potencial positivo.

Hay que utilizar la fuerza propulsiva de esas jornadas para buscar otros "momentos" de lucha. La manifestación del 16 de noviembre en el Valle de Susa -contra la línea del TAV- constituye una primera cita, que nos concierne. Se trata de definir objetivos y contenidos -incluso en relación con conflictos particulares- a fin de mantener la continuidad de la lucha y para realizar ciertas tareas que hagan madurar la conciencia de la necesidad de un movimiento de conjunto contra los patronos y el gobierno. Organizar significa también favorecer la participación y la democracia más masiva y más amplia posible entre quienes participan para decidir conjuntamente los contenidos, las formas de lucha y el recorrido del trabajo en común. En una palabra: favorecer la autoorganización democrática de los movimientos sociales y de clase. Para cambiar las correlaciones de fuerzas y para poner en dificultades a las fuerzas políticas y económicas burguesas es necesario que sectores cada vez más amplios de asalariados y asalariadas de la gran distribución, de los servicios, de los bancos, de los precarios recuperen (o tomen) el camino de la acción directa, de la huelga saliendo de una "pasividad" (de causas múltiples) y encuentren el gusto y el valor de la acción colectiva. Si los trabajadores y trabajadoras inmigrantes del sector de la logística han estado en primera línea, como ha sido el caso en las luchas y manifestaciones en Milán el 18 de octubre, otros sectores pueden igualmente comprender que es el único camino para poder defenderse.

Por esta razón debemos utilizar todos los espacios posibles a fin de ampliar la movilización, incluso las huelgas fantasma [de algunas horas] que las direcciones de los principales sindicatos acaban de anunciar. Debemos utilizar esas jornadas a fin de que los trabajadores y trabajadoras vayan más allá de las barreras defendidas por los aparatos sindicales. Los sindicatos de base deben saber hablar al conjunto de los trabajadores y por tanto también a los miembros de la CGIL. La denuncia es necesaria tanto como las propuestas constantes de unidad de acción dirigidas a sus militantes a fin de romper los muros construidos por los aparatos sindicales.

Una tarea particular espera a los y las compañeros de la CGIL comprometidos en una batalla de izquierdas [en el marco del próximo Congreso de la confederación -ver Recuperemos la CGIL ] que puede vivir y crecer solo a partir de la renovación del proyecto de construcción de un frente unido de acción contra las políticas neoliberales. Un fuerte colectivo de militantes sindicales de clase en la CGIL, capaz de dirigirse a los trabajadores y trabajadoras y a los sindicatos de base no es una cuestión secundaria o marginal. Sigue siendo un elemento decisivo en la construcción de un sindicalismo de clase.

La dimensión política

Conjuntamente, está la dimensión política. ¿Qué finalidad y qué salida política podemos indicar al movimiento de lucha que se desarrolla, en esta fase? Algunas fuerzas protagonistas de la movilización del 19 de octubre no se plantean ese tipo de cuestión. Los actores "reformistas" lo hacen pero con una perspectiva que no corresponde a las necesidades de los asalariados. Debemos ser capaces de plantear ese tipo de problema en un proyecto de conjunto de rechazo de las políticas neoliberales y en el marco de una batalla anticapitalista llevada a cabo de forma coherente. La salida realmente necesaria -un gobierno alternativo de la "verdadera izquierda" y basado en la movilización de las masas- no es posible por el momento. Pero construir sus precondiciones, ilustrar las perspectivas políticas y organizativas que ello implica sigue siendo indispensable. El crecimiento del movimiento de masas tiene necesidad de esa perspectiva política alternativa. Hoy no proponer la construcción de una organización revolucionaria de amplitud constituye un grave error. No podemos plantar cara a la ofensiva global (incluso en términos ideológicos) de la burguesía, sin el esfuerzo constante de creación de un colectivo de mujeres y hombres capaz de discutir, trabajar y hacer una propaganda y una agitación tanto en el interior de los movimientos diversos como en términos de formación de propios militantes. Y esto sin arrogancia, pero constatando la urgencia de estimular elementos de una reconquista-reconstrucción de una conciencia de clase de conjunto. Sin el tejido de esa tela de fondo no favoreceremos el éxito de los movimientos de masas reales. Rechazar esta cuestión, como ha sido hecho a menudo en la historia, podría revelarse fatal. Hoy, ese tipo de construcción no puede ser más que abierto, público, democrático, verificado por todo el mundo, una organización política que no se oculta sino que defiende y pone en discusión sus perspectivas políticas -incluso parciales- con quienes se movilizan y luchan , y que sepa plantear un cierto número de reivindicaciones en el momento adecuado y bajo una forma que las haga accesibles.

La Izquierda Anticapitalista (Sinistra Anticapitalista) trabaja con esos ejes de fondo. Por esas razones comparte y participa en los intentos de reagrupar en un frente y en un movimiento unitario a quienes prosiguen un proyecto anticapitalista, plural y libertario. A propósito de esto, formamos parte del proyecto Ross@ [reagrupamiento inicial de numerosas fuerzas] que estos próximos años se verá confrontado a tareas decisivas.

* Militante de Sinistra Anticapitalista: http://anticapitalista.org/

Notas

1/ La crisis alimentaria en Italia es una de las facetas de la crisis social que atraviesa al país. En Italia más de 4 millones de personas han demandado una ayuda alimentaria bajo forma de productos alimenticios en 2012. Los niños (de menos de 5 años) y las personas mayores (más de 65 años) siguen siendo las categorías más afectadas. En el primer trimestre de 2013, 428.587 niños han gozado de una ayuda alimenticia (Redacción de  A l´encontre).
2/ El artículo 138 de la Constitución de la República italiana fija las modalidades de revisión de la Constitución y de otras leyes constitucionales. Prevé un cierto grado de participación popular a través de los instrumentos parlamentarios y la posibilidad de referéndum popular. Hay un proyecto de ley constitucional que amenaza esos elementos, pues prevé, entre otras cosas, una aceleración de los tiempos de deliberación entre la Cámara de Diputados y el Senado -que disponen de las mismas prerrogativas- y la formación de un comité de 40 miembros cuyo poder decisivo será superior a las comisiones parlamentarias (Redacción de  A l´encontre).
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