Uruguay/ desciende la inequidad...sube concentración de la riqueza [Andrea Vigorito - entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 30 19:47:39 UYT 2014


  _____

Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 30 de abril 2014

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

www.alencontre.org <http://www.alencontre.org/>

  _____



Uruguay



Entrevista a la economista Andrea Vigorito *



Desciende la inequidad y sube la concentración



Dificultad de captar evolución de ingresos más altos se acentuó en período





Luis Custodio

Economía & Mercado

El País, Montevideo, 28-4-2014

http://www.elpais.com.uy/





Si bien en términos de equidad los resultados en el período 2009-2011 son
positivos, al mismo tiempo, tiende a crecer la concentración en el 1% más
rico de la sociedad, según concluye el estudio "Desigualdad y altos ingresos
en el Uruguay" realizado por Andrea Vigorito, Gabriel Burdín y Fernando
Esponda para la Facultad de Ciencias Económicas y Administración, en
colaboración con el Centro de Estudios Fiscales, la Dirección General
Impositiva y la Cepal. El trabajo, efectuado para el período 2009-2011,
utiliza por primera vez la información sobre impuesto a la renta recabada
por la DGI y permite un mejor análisis de los ingresos más altos que el que
obtiene la Encuesta de Hogares del Instituto de Estadística, según Vigorito.
A continuación, un resumen de la entrevista.



-¿A qué se debió la decisión de medir y analizar la distribución a través de
otra fuente en lugar de la que tradicionalmente se utiliza?



-La razón de usar registros administrativos tributarios pasa por encontrar
otras vías de información que nos informen qué sucedió con la distribución
de la renta en el período. Si bien es un período corto, entre 2009 y 2011,
la desigualdad del ingreso se reduce mediante la observación del Índice de
Gini en la Encuesta Continua de Hogares (ECH) después de muchos años de
aumentos. La pregunta que nos hacíamos era: ¿hay una reducción real o en las
encuestas hay algunos rubros que no están bien captados, por ejemplo, los
ingresos más altos o los derivados del capital?



Las ECH son muy buenas para captar las rentas laborales, especialmente los
salarios, las jubilaciones y las transferencias, pero en todo el mundo
tienen problemas para identificar los ingresos más altos. En un período de
rápido crecimiento de la economía, nos preguntábamos si con otras fuentes
efectivamente encontraríamos esa caída en la desigualdad.

Incompleta



-¿Uruguay no contaba hasta ahora con recursos más precisos?



-Hasta el momento no, por lo tanto trabajar con los registros tributarios
era una buena oportunidad para explorarlos, siguiendo una línea que se ha
expandido recientemente en muchos países, en especial en los desarrollados,
donde se ha trabajado mucho con datos impositivos tratando de analizar las
tendencias distributivas en el largo plazo.



En países que tienen ese tipo de información hace mucho tiempo, como es el
caso de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, se han hecho series de 100
años lo que les ha permitido evaluar y rediscutir políticas distributivas al
encontrarse con elementos que en las encuestas no se pueden ver. En el caso
uruguayo, el impuesto a la renta es muy reciente y no podemos construir
series más largas, pero es una buena herramienta para tomarla de aquí en
adelante.



-Al tratarse de datos que surgen de la declaración jurada de los
contribuyentes y no de responder una consulta, se podría pensar que debe
tener mayor grado de certeza…



-En el caso uruguayo, era un buen momento para comenzar a hacer este trabajo
porque el país ha alcanzado un alto grado de formalización en los últimos
años, y porque la información que recopila la DGI cubre a todas las personas
que contribuyen al sistema de seguridad social, con independencia de quienes
pagan o no. La idea que nosotros obtuvimos, comparando la cantidad de
registros que hay en la base de la DGI con la población de veinte años y
más, es que tenemos aproximadamente el 80% del total; nos están faltando los
informales y los inactivos.



Pero no podemos imaginar este sistema como algo perfecto. También tiene sus
limitaciones ya que hay elementos que no pueden analizarse con esta
metodología. Por ejemplo, no tenemos el estudio hecho por hogares, solamente
nos brinda la información por personas, por lo que perdemos algunas
conclusiones que tienen que ver con el grupo familiar, salvo en las familias
que optaron por tributar como núcleo, que son un pequeño porcentaje.



También sabemos que puede haber problemas de evasión y elusión pero, en
definitiva, los registros tributarios son buenos para analizar los altos
ingresos de la misma forma que las encuestas perciben mejor los bajos y
medios. Son dos miradas, la de la Impositiva y la de la ECH del INE, que se
deben complementar. Nuestro trabajo dio el primer paso en ese sentido, y
ojalá podamos continuarlo.

Caída leve



-¿Qué conclusiones alcanzaron con la nueva metodología aplicada?



-Para el período 2009-2011 encontramos una caída en la desigualdad, aunque
más leve que la que muestra la encuesta del INE. La baja para el período de
referencia se verifica, independientemente de la fuente que usemos y es una
buena noticia. Pero es menos pronunciada si nos basamos en los datos de la
DGI (de 0,570 a 0,559 en el Índice de Gini) que si tomamos la ECH (de 0,488
a 0,457).



Lo otro que hicimos es estudiar la evolución de los ingresos para el 1% más
rico de la población y lo que vemos es que ese grupo que está en el nivel
superior se apodera de entre el 12% y el 14% del total. Dicha estimación, a
través de la ECH presenta un resultado más bajo, ubicándose en el orden del
9%. Por otro lado, mientras con la mencionada metodología la proporción cae,
en la información de la DGI observamos que la tendencia es estable o tiende
a aumentar ligeramente.



-¿O sea que la desigualdad cae pero la concentración se mantiene?



-La inequidad puede caer, como observamos con ambas metodologías, pero la
concentración en el 1% más rico tiende a crecer según lo que nos indican los
datos de Impositiva. Esto nos muestra que hay un tema para mejorar para
poder analizar los ingresos más altos.



Monitorear lo mejor posible este régimen es muy importante, pensando en las
conclusiones que se pueden extraer a la hora de definir las políticas
públicas. En la actualidad, hay un relevamiento de finanzas de las familias
que efectuó el Banco Central junto al Ministerio de Economía y el
Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales que,
seguramente, nos aportará contenido interesante acumulado por hogares. Por
nuestra parte, estamos trabajando con la información 2012 de la DGI para ver
cómo sigue la tendencia.

Subdeclaración



-¿Cuál es el principal factor que incide para esas diferencias entre los dos
métodos?



-Estimo que a medida que aumenten más los ingresos de los sectores más
ricos, es muy probable que la tendencia a la sub declaración aumente y
resulte muy difícil identificar esos hogares y sus rentas a la hora de hacer
los relevamientos.



Hicimos un análisis por fuentes sobre cómo capta la información la ECH y
encontramos que los problemas están en ese sector de la población de más
recursos. Mientras que en términos de remuneraciones laborales y
jubilaciones ambas metodologías captan la información de manera similar, en
cuanto a las rentas de capital la encuesta identifica la mitad. Esto es
especialmente grave en el caso de las utilidades donde solo se alcanza a
relevar el 26%, mientras en el caso de percepción por alquileres se llega al
75%.

Redistribución



-¿Qué resultados arrojó el estudio en cuanto a la capacidad redistributiva?



-Precisamente, otra de las razones para hacer este estudio era que, en
general, los trabajos que analizan la capacidad redistributiva y la
progresividad del impuesto a la renta lo hacen en base a simulaciones en la
ECH, teniendo en cuenta que la encuesta capta los ingresos después de
impuestos. Poder analizar la capacidad distributiva con los datos
tributarios precisos nos genera nueva y más completa información. Se trata
de medir en qué nivel se ubicaba el Índice de Gini antes y después de
impuestos. Lo que encontramos es que el impuesto a la renta contribuye a una
caída de dos puntos en la inequidad. Esta cifra es similar o muy poco más
alta de lo que redistribuyen las asignaciones familiares y las
transferencias no contributivas, y es más bajo de lo que se observa en las
estimaciones que hay disponibles para los países europeos, donde tanto antes
y después del impuesto a la renta, el índice de desigualdad cae en mayor
medida. Para el total de países europeos tomados como referencia (Francia,
Reino Unido, Italia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Irlanda, Noruega, Portugal,
España, Suecia y Finlandia) la diferencia entre antes y después de cumplir
con las obligaciones impositivas se ubica en unos cuatro puntos, pero con
índices que en ambos casos son más bajos que los que tenemos en nuestro
país.



-¿Qué concluyeron desde el punto de vista de la progresividad de la
imposición a la renta?



-En nuestro estudio, también observamos cuál es el nivel de las tasas que
efectivamente la gente debe abonar, el porcentaje de aporte sobre lo ganado
por los individuos. Lo que vimos por deciles es que prácticamente hasta el
decil nueve, la carga tributaria es muy baja. En ese decil se paga, por
ejemplo, el 3% del total, mientras que al decil diez le corresponde
alrededor del 10-11% y al 1% superior, el 14%. Si el análisis se realiza a
partir de las distintas fuentes, se encuentra que las tasas son progresivas,
aumentan con el nivel de ingresos en las rentas totales (la suma de rentas
laborales y de capital) y en las laborales, pero en las de capital son
planas por la propia construcción del impuesto. Sin embargo, en los sectores
muy altos, parecería haber algunos activos que presentan tasas menores. Allí
nos encontramos con un componente del impuesto que resulta regresivo, es
decir, los que ganan más pagan menos. Para las rentas de capital, el decil
nueve abona el 10%, mientras que al decil diez le corresponde el 7,7% y al
1% superior el 6,8% porque, seguramente, tienen rentas que tributan a tasas
más bajas.



-¿Qué ocurre con la movilidad en nuestro país?



-Para hacer estudios más certeros sobre la movilidad se necesitan series más
largas. Es importante ver cómo se mueven los ingresos para cada individuo,
más allá del promedio.



Con la información que disponemos, encontramos muchas entradas y salidas en
los segmentos de bajos recursos pero gran estabilidad en el nivel superior.
Todo indica que aquellos que están más arriba en la pirámide tienden a ser
los mismos en cada medición, en el corto período que tenemos sistematizado.
Con las próximas mediciones esperamos obtener más conclusiones, pero parece
claro que la movilidad en ese nivel de ingresos es mínima.

Distorsión



-Contando solamente con la encuesta, ¿teníamos una imagen distorsionada de
la realidad?



-No distorsionada, incompleta. Tenemos tendencias que son similares, pero si
queremos entender qué es lo que pasa con quienes más ganan en nuestro país,
debemos recurrir a otras fuentes de información. Tanto para analizar
retribuciones y ganancias como la riqueza. Y Uruguay no ha generado
suficiente investigación sobre la distribución de esta última.



Por tanto, deberíamos avanzar para tener un sistema de monitoreo que nos
ayude a contar con más elementos al respecto. Es sabido que la riqueza se
distribuye mucho más desigualmente que los ingresos, y hasta el momento no
tenemos claro qué es lo que ocurre. Es un tema pendiente en el que es
importante trabajar.

La concentración de la riqueza es mayor que en los países desarrollados



-En términos comparativos, ¿las dificultades para identificar los mayores
ingresos son un problema que se encuentra solo en Uruguay?



-Para nada, sucede en muchos países e inclusive, en algunos la brecha es
mucho mayor. Es un problema que se presenta muy a menudo. La conclusión que
debemos obtener es que, tomando en cuenta que siempre va a ser complejo
poder tener la declaración exacta de la gente muy rica, es necesario
reforzar la encuesta para aproximarnos más a la realidad a través de más
preguntas de control, más específicas.



-¿A qué definiciones se puede llegar a través de la asimilación de esta
experiencia con lo que ocurre en otros países de América Latina?



-Debemos reconocer que resulta excepcional la posibilidad de trabajar con
los datos de la administración tributaria, cosa poco común en otros países
de la región. Si bien en muchos países desarrollados esta información está
disponible, es difícil encontrarla para nuestros vecinos; hay algo de
Argentina -que presenta ciertas dificultades comparativas-, también de
Colombia y se está avanzando en Ecuador.



-¿Y a nivel global?



-Los recursos disponibles con los que se trabaja para estas investigaciones
(a partir de la base de datos de The World Top Incomes Database, de la Paris
School of Economics) nos permiten saber que, en términos relativos, el 1% de
la población de mayores recursos de Uruguay cuenta con una mayor acumulación
de ingresos comparado con lo que ocurre en los países desarrollados. Solo
Estados Unidos y Suiza presentan mayor acumulación que nuestro país para ese
segmento de la sociedad.



-¿Vuestra intención es mantener esta lectura de la información tributaria en
forma permanente?



-Tenemos un acuerdo de cooperación con la DGI y el Centro de Estudios
Fiscales para continuar este trabajo y profundizar las investigaciones en
otros aspectos que descubrimos a medida que avanzábamos en la tarea.
Consideramos que debe ser de mucho interés para la definición de las
iniciativas redistributivas saber qué está pasando con la desigualdad para
trabajar mejor en los diseños. Una mayor equidad no solamente es producto de
las políticas tributarias, sino también del crecimiento económico, del
aumento de las transferencias no contributivas, de las estrategias aplicadas
en el mercado laboral, etc. Y para ello podemos tener una herramienta más,
que se sume al sistema de indicadores que se toman en cuenta.



-¿Qué otros indicadores se deberían desarrollar para mejorar la
disponibilidad de datos?



-Por ejemplo deberíamos estudiar la relación entre la distribución
funcional, que significa -desde el punto de vista del PIB- cómo se
distribuye el crecimiento entre trabajo y capital. En Uruguay no se publican
cifras oficiales sobre la distribución del ingreso por fuentes desde el año
2007 y tampoco está sistematizada lo que se denomina la cuenta de ingreso de
los hogares, que permitiría ver cuánto de ese total que corresponde a la
actividad laboral, al capital o renta mixta, va efectivamente a las
familias. Esa información está disponible en muchos países y es un insumo
muy valioso a la hora de definir políticas. El Banco Central debería generar
cifras oficiales al respecto.



Además, una vez que se conoce esta distribución primaria, es importante
saber cómo se vincula con la de los hogares, viendo qué pasa con el mercado
laboral y con la tributación a la renta, tanto de las personas como de las
empresas. Todo ello se podría estudiar con mayor profundidad para entender
qué sucede con la distribución.



* Andrea Vigorito es economista egresada de la Universidad de la República
(UdelaR); obtuvo su maestría en la London School of Economics. Investigadora
y docente en el Instituto de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y de
Administración (UdelaR). Integra el Sistema Nacional de Investigadores. Ha
realizado trabajos de consultoría en temas de su especialidad (pobreza y
desigualdad, políticas sociales) para el BID, Banco Mundial, Cepal, PNUD,
OIT, entre otros organismos internacionales.

  _____





---
Este mensaje no contiene virus ni malware porque la protección de avast! Antivirus está activa.
http://www.avast.com


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20140430/4c9f97aa/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa